Su éxito es nuestra miseria

La misma libertad de expresión que ampara a Pirritx, Porrotx y Marimotots me ampara para decir que estoy harto. Su solidaridad para quienes han pertenecido o colaborado con fascistas que mataban a quienes pensaban diferente esta vez sí ha llamado la atención, pero por el uso que en su último vídeo hacen de menores. Hasta ahora, la sociedad vasca ha mirado para otro lado mayoritariamente (no lo hizo Azkuna) y ha permitido a quien no condenó, expresamente, el asesinato de Froilán Elespe como concejala de EH en su pueblo, vincularse con nuestras niñas y niños, con el euskera y la cultura vasca. No solo puedo criticarlo, es que debo hacerlo.

Malas personas

¡Claro que hay malas personas! Son esas que son incapaces de distinguir entre una víctima y un victimario. Son esas incapaces de reconocer y empatizar con el dolor ajeno. Son esas que encuentran argumentos de mierda y los defienden como si valiesen algo para justificar lo que no tiene justificación. Y no, no la tiene. “Abascal viaja a Israel y se reúne con miembros del gobierno para mostrarles su apoyo frente a Hamás” (Libertad Digital). Quien se pone del lado de Netanyahu, como quien se pone del lado de Hamás, son personas del tipo que acabamos de describir, y la masacre, como la utilización de la población como escudo humano, les definen.

Te has equivocado, Marisa

Por muy mal que me caiga, y me cae muy mal, Isabel Díaz Ayuso tenía todo el derecho del mundo, e incluso la obligación, de despedir a Concha Velasco. La reacción de Marisa Paredes (“¿Isabel Díaz Ayuso? ¡Por Dios! ¿Qué hace aquí? ¡Fuera!”) carece de sentido. Y nos podemos poner tan progres de postal y escaparate, tan irreverentes y tan estupendos como queramos, pero a Isabel Díaz Ayuso le han elegido por mayoría absoluta las y los madrileños que fueron a votar, y como representante de la Comunidad que es puede y debe estar en eventos culturales y despedidas sociales. Los guetos, aunque sean progres y de luto, siguen siendo guetos.

Correcto

Desde que la judicatura española decidió que no iba a protagonizar el papel de mala de la película podemos esperar cualquier cosa. Cuando la fiesta la pagan empresas privadas o el estado no suelen tener mucha duda y mandan pagar, pero a juezas y jueces que nadie les diga nada. Por eso me ha sorprendido ver algo tan coherente: “La inconstitucionalidad de los estados de alarma no sirve para fundamentar las reclamaciones, que las restricciones eran necesarias y existía el deber jurídico de soportarlas” (EPE). Así que las y los hosteleros han perdido los juicios, pagado las costas (4.000 € de media) y desanimado a otros denunciantes.

Los mismos jueces

Esto me parece precioso, no por bonito, sino por valioso: “¿Por qué Sánchez no quiere que los jueces los elijan los jueces? Porque quiere elegirlos él”, dice José Luis Martínez-Almeida mientras piensa que todas y todos menos los del PP somos gilipollas. ¿Y por qué el PP quiere que los jueces elijan a los jueces? Porque sabe que son mayoritariamente conservadores, carcas, afines a una ideología que al PP, incluido el PP más radicalizado, le gusta y le conviene. Lo más significativo de que cuando no les vemos se ríen de nosotras y nosotros es que además el PP presente su idea como algo democrático cuando es ideológico.

¿Qué pintamos allí?

El espectáculo de hablar entre jeques que han hecho su fortuna y construido su poder sobre la explotación de combustibles fósiles sobre el calentamiento del planeta solo podía salir de una manera: mal. Las declaraciones negacionistas del anfitrión, el sultan al Jaber, resultan hasta previsibles: “No existe ninguna ciencia, ni ningún escenario, que diga que la eliminación progresiva de los combustibles fósiles es lo que permitirá alcanzar los 1,5°C”. Dijo durante un debate on-line que cazó The Guardian y recoge El Independiente, entre otros. ¿Qué esperábamos qué dijera? ¿Qué pintamos allí? ¿Qué vamos a hacer?

Españolazas y españolazos

Cuando ha tocado poder Podemos ha demostrado que es un partido españolazo, jacobino y partidario de una fuerte recentralización del Estado. Resulta curioso que Bildu esté captando a votantes que han apostado con alegría por esta política. Una política que no ocultan: Gorka Mostajo señalaba en Twitter cómo Pilar Garrido compraba un marco significativo. La líder de Podemos (por lo menos hasta que Sumar les absorba) “celebraba” el día del euskera con este lema: “De la obligatoriedad al derecho universal”. Como bien le recordaba Mostajo: los idiomas español y francés han sido los únicos obligados e impuestos en Euskadi.

Ya te decimos lo que fue una vergüenza

Leo en EPE que “Aznar ve una ‘vergüenza’ la cita ‘clandestina’ en Suiza con mediador: ‘No se puede arrastrar más a un país por el fango’”. Resulta llamativo que sea precisamente el expresidente español el que vea en esa reunión algo sonrojante. Él, que coprotagonizó aquella foto en Las Azores con George W. Bush y Tony Blair, en la que los tres decidieron iniciar una guerra con la excusa de unas armas de destrucción masiva que nunca aparecieron. Él, que protagonizó aquella otra foto junto al presidente estadounidense, con los pies sobre la mesa y fumándose un puro como cobro por amparar la guerra. Él sí que debería de avergonzarse.

Que devuelva algo está bien

Dice Isabel Díaz Ayuso, la que mejor sigue la estela de Aznar en el PP desde que Aznar se fue, que “Madrid aporta casi el 70% de todo con lo que se sufragan los servicios públicos de España entera”. Si esa cifra fuera cierta, que no lo es, no me parecería mal. Al contrario, me seguiría pareciendo escasa si tenemos en cuenta lo que Madrid arrambla del resto de España, Euskadi y Catalunya: las empresas que cambian su sede, o parten su negocio para trasladar al Madrid ultraliberal una sección de él (y su consiguiente pago o no-pago de impuestos) y el talento que devora empobreciendo lo que ella misma llama “la periferia”.

Solo ganan en las encuestas

Si España hoy votase, PP y Vox sacarían mayoría absoluta, como en casi todas las encuestas que hemos visto y leído antes del 23-J y después. La derecha ultraliberal y la extrema derecha solo ganan (y casi siempre lo hacen) en las encuestas. ¿Creemos en la demoscopia? Yo sí lo hago y, de hecho, no he dejado de hacerlo pese a controversias y errores allí y aquí. Aunque es verdad que me fijo más que antes, y “2.000 entrevistas on-line”, que es como han hecho la encuesta (de 40dB para El País), según República, me resultan muy escasas. Lo que sí refleja el sondeo es que España sigue polarizada antes de las elecciones vascas, gallegas y Europeas.

Agur, Hematocrito

Miguel López no era conocido, pero a Hematocrito en Twitter le conocíamos casi todas y todos, por lo menos, sobre todo las y los usuarios más veteranos en esta red social. Aunque parezca imposible, hubo un momento en el que nos conocíamos todas y todos en eso que Elon Musk ha convertido en ‘X’. Hematocrito, Miguel López, formaba parte de aquel Internet que no era tan agresivo (aunque sí había “cancamusa” y mala leche), y se nos ha ido de repente. Los obituarios que le hacen tuiteras, tuiteros, blogeras y blogeros veteranos (en Microsiervos o Xataka) son el retrato de un tiempo y de una persona que hacía de Internet un lugar mejor.

El nivel

Isabel Díaz Ayuso marca el paso, claramente, a Alberto Núñez Feijóo y, al mismo tiempo, marca el nivel más bajo de la política española hoy. Para señalarlo y denunciarlo, por suerte, contamos con reflexiones como la del guionista portugalujo que vive en Madrid, Raúl Díaz (otro que hace de Internet un lugar mejor): “Tuve que explicar a mis hijos que no se puede llamar ‘hijo de puta’ y su presidenta de comunidad se lo dice al presidente del gobierno, lo niega porque era algo de fruta, jiji, lo reconoce, no se disculpa, dice que ‘es lo menos’, su partido hace tazas y luego se hace la ofendida”.

Sujétale el cubata

De José Luis Martínez-Almeida lo que más me preocupa no son sus formas, sino su seguidismo: para arrimarse al árbol que mejor sombra da se va mimetizando con lo que toca. Fue portavoz nacional de Casado y pese a los cambios en el PP no quiere perder su sitio, para eso se sube al tren de la ponzoña política en el que Díaz Ayuso echa carbón en la locomotora. El seguidista, el imitador de modelos nada recomendables, ha mostrado en el pleno de la capital de España “una foto de Hamás y asegura que son ‘los nuevos mejores amigos’ de Pedro Sánchez” (El Diario en Twitter). Así hace él política municipal. Bueno, política, en general.

Europa sigue siendo Europa

Sigo siendo optimista sobre Europa aunque la Unión esté resultando decepcionante incluso en año electoral. Pero sigo pensando que es necesaria, como la Champions League, para darnos patadas sin destruirnos: “Grecia ha esperado más de 13 años para devolver el ‘golpe’ (…) Dos miembros de Gobierno de Alemania recomendaron a Grecia vender algunas de sus islas para reducir deuda. Panagiotis Lafazanis ha sido el encargado (…) aportando la misma solución a la crisis presupuestaria en Alemania: ‘Una solución sería vender activos públicos como islas para recaudar rápidamente grandes sumas de dinero’” (El Economista).

¡Claro que es un agravio!

Celebro que la ciudadanía de Asturias pueda usar la alta velocidad ferroviaria para ir a Madrid. Pero me parece un agravio con Euskadi. Nuestro pequeño país además conecta las vías con las de Europa (sin entrar en cuestiones socioeconómicas evidentes). Así que estoy convencido de que después del ciclo electoral (que cerramos con vascas y europeas) la izquierda abertzale dará un giro de 180 grados hacia lo evidente: el beneficio climático y económico de la alta velocidad ferroviaria. Y de que empujará por fin para que este titular sea posible también aquí: “70.000 billetes vendidos y una ‘grandísima oportunidad’” (Activos).

Un nacimiento… Y un divorcio

Hemos asistido esta semana a un nacimiento, o a un renacimiento, el de Sánchez, y a un divorcio: Sumar y Podemos se separan. Lo adelantó Pablo Iglesias. No sabemos si también lo decidió, pero lo dio por hecho: quedarse fuera del consejo de ministros y ministras les deja fuera, a su juicio, también de la responsabilidad de gobierno. “Podemos tiene ahora un recorrido mucho más libre y con una fuerza propia tan determinante como la del PNV, Junts, Bildu ERC”, recogen en Vozpópuli. Pero creo que Iglesias mide mal: “Podemos tiene que hacerse valer, la presencia en las europeas es imprescindible”. Esto es un suicidio político.

Lo que queda de Podemos

Antes de eso, hizo bien Podemos en hacer público en el medio que lidera Pablo Iglesias (que igual lidera demasiadas cosas) la alta participación y el alto aval que su afiliación dio al gobierno de Pedro Sánchez. También muestran la comparativa en la que apabullan a IU: 5.300 personas participaron en la consulta que dio luz verde a Yolanda Díaz y 55.000 lo hicieron en la que se la encendió a Ione Belarra. Pero en solo diez segundos en Google he comprobado que fueron 190.000 las que formaron parte en aquel plebiscito en el que Iglesias e Irene Montero preguntaban a su gente sobre la idoneidad de que se compraran un chalet.

“Te han tangao”

Pablo Iglesias y Ione Belarra han sido ninguneados por Yolanda Díaz y Alberto Garzón. Esto es una evidencia. Pero también lo es que Isabel Díaz Ayuso ha marcado esta semana el nivel de la política del PP con su “hijo de puta” a Sánchez, su intervención posterior en la Asamblea de Madrid y con este tuit que dedica precisamente a Pablo Iglesias: “Se han quedado calentitos de ministros y tu equipo y tú, fuera. A tu costa. Vamos, que vayas asumiendo que te han tangao”. Lo repito: “Te han tangao”. Así, con revanchismo, con vulgarismos y con un móvil. No le hace falta más a Díaz Ayuso para marcar el paso a un Alberto Núñez Feijóo.

No es su responsabilidad

Con este ambiente en Madrid, aplaudo a las y los compañeros periodistas que se levantaron cuando Vito Quiles tomó la palabra en la sala de prensa del Congreso, pero creo que no les toca a ellas y ellos esa responsabilidad. ¿Van a dejar de hacer su trabajo porque este manipulador quiera colocar sus mierdas? La responsabilidad es de la presidencia de la cámara, que da las acreditaciones. ¿Con qué criterio? ¿Vale con tener el título de periodismo o un canal en YouTube? Porque no se trata de la libertad de prensa, sino de la libertad de expresión: o cualquiera puede entrar a esa sala o solo las y los periodistas de verdad.

Le echaron de la Fox

Sigo con trumpistas: esta semana hemos visto a Tucker Carlson (tan facha y manipulador que le echaron de la Fox) junto a Santiago Abascal en las manifestaciones de Madrid, esas que comparten representantes, afiliación y simpatizantes de PP y Vox con cabezas rapadas. Y con Tucker Carlson. ¿Qué hacía este desinformador en Madrid? Supongo que lo único que sabe hacer, y supongo también que algunos secuaces de Abascal habrán disfrutado de un seminario privado para mejorar la difusión de mensajes ultras con los que llaman a las algaradas que bendicen desde Alberto Núñez Feijóo hasta Javier de Andrés.

Sí al TAV, sí a otros proyectos

Voy a aprovechar el sábado para dejar claro que esta de The Objective es una buena noticia: “Sánchez da un acelerón millonario al AVE vasco tras el pacto con el PNV y años de promesas”. Que el TAV llegue a Euskadi por fin, y conecte nuestras capitales con Madrid y París (y allí, con Europa) es una buena noticia. Igual que fue y es bueno el metro de Bilbao y lo será el de Donostia. Igual que fue y es bueno el Guggenheim y lo será el Guggenheim en Urdaibai, que servirá para regenerar terreno contaminado en un humedal y atraer turismo de calidad a una zona no industrial. Y todos sabemos quiénes (y cómo) estuvieron y están en contra.

Le han fastidiado una buena huelga

A Joseba Permach (de tipo duro en los 90 a tuitero graciosete en 2023) seguro que no le parece bien el TAV como no le parece bien que Alemania rescate con 7.500 millones a Siemens Energy y Gamesa. “Si tienen beneficios hay que ‘aliviarles’ fiscalmente. Si tienen pérdidas hay que ‘rescatarles’”, denuncia como si le fuera algo en ello. ¿Le va? Si Gamesa supera esta ola gracias al dinero público alemán, ¿qué pierde la izquierda abertzale? ¿A quién le va bien que se mantenga el empleo y una crisis fatídica se convierta en otra manejable? ¿A quién le va mal que esto suceda? ¿Y por qué? Y la última: ¿no es precisamente progresista intervenir?

Tiempo de prestidigitación

El tuit de Permach, como la ocultación manifiesta del acuerdo entre PSOE y Bildu para que Pedro Sánchez recibiese sus votos, evidencia que vivimos en un tiempo de prestidigitadoras y prestidigitadores que mueven una mano para que no veamos que con la otra intentan colocarnos un truco político. Lo hicieron Mertxe Aizpurua y Núñez Feijóo en el debate de investidura, intentando tapar al elefante que tienen en sus habitaciones. Al segundo le advirtió Aitor Esteban: “Algún día contaré lo que el PP nos llegó a ofrecer hace un par de meses”. Y eso es justo lo que necesitamos, que quienes ocultan algo lo hagan con temblor en las rodillas.

Política tabernaria

A la que no le tiembla ni la voz es a Isabel Díaz Ayuso, que colgó en Twitter los casi tres minutos de su intervención en la que, entre risas de los suyos, jugaba a reconocer que llamó “hijo de puta” a Pedro Sánchez en el Congreso. Lo que a cualquiera sonrojaría a ella espolea: con tono y relato tabernario, con total menosprecio a la asamblea de la comunidad de Madrid, con esa pose punky que rebaja la calidad de la democracia española, empobreció la política, que es de lo que vive y a lo que se debe. José Luis Martínez-Almeida, seguidista, añadió en Twitter un escueto “me too” con el que despreciaba todo lo que el lema y la lucha significaban.

Los modelos de estos agresores

Dedico mis últimas líneas sobre el debate de investidura al relato de estos hechos que hizo Niporwifi en Twitter: “Mientras estaba desayunando cerca del Congreso el diputado del PSOE Herminio Sancho ha sido increpado por un grupo de personas y le han lanzado un huevo en el bar. La policía le ha tenido que escoltar para salir de allí”. Esto es gravísimo e injustificable, como lo fue el “hijo de puta” de Díaz Ayuso, el peloteo de Martínez-Almeida o que Javier de Andrés avalara las algaradas callejeras promovidas por su partido y Vox. Y estos hechos tienen responsables aunque miren a otro lado.