El 2024 que nos espera

Sí, es indiscutible: la ultraderecha vive su mejor momento de la historia y espera mantenerlo en 2024, si no mejorarlo. Y sí, es indiscutible que su ascenso y la popularización de Internet son dos hechos interrelacionados. Miquel Ramos en Público es bastante pesimista: “Cerca del 23% de los votos en las próximas elecciones europeas irían para la extrema derecha”. Pero yo lo soy más y, por desgracia, desde hace más tiempo: tengo claro que si mi hija o mi hijo participan activamente en política, enfrente tendrán a las y los fascistas, como los tuvieron mis abuelas y abuelos. Este y no otro es el mundo que estamos construyendo.

Un deseo no es una opinión

Mucho más optimista es Raúl Solís en el digital de Pablo Iglesias. Él está seguro de que 2024 será el año de “la resurrección de Podemos”. Tirando de un símil más propio de la Semana Santa que de la Navidad, otorga a Podemos superpoderes, o poderes casi divinos, y la capacidad de resurgir de sus cenizas, como el Ave Fénix, o como el que resucitó al tercer día. Un relato edulcorado que confirma, sin embargo, la necesidad de Podemos, lo famélico que está, la extrema delgadez de un enfermo al que están alargando la vida por interés personal porque sin Podemos es difícil también la supervivencia de Canal Red.

El año del cambio

2024 va a ser un año de cambios en Euskadi: pase lo que pase, cambiaremos de lehendakari. Y también doy por hecho un cambio de opinión drástico en la izquierda abertzale que, estoy seguro, después del ciclo electoral empezará su proceso para explicarnos que, ahora, sí, las líneas ferroviarias son el futuro y, además, un futuro sostenible. En Linkedin estos últimos días del año han reflexionado, precisamente, sobre cómo este transporte está considerado en Europa como la opción más viable económica y socialmente. A todas luces, Bildu es el que conduce en sentido contrario y el que tiene que girar, y empezará a hacerlo.

Habrá otra Jennifer Hermoso

No soy optimista tampoco con que el caso de Jennifer Hermoso sea el último: por desgracia, estoy seguro de que habrá otras mujeres como ella en 2024, con las que el imbécil de turno se propasará. Por suerte, ha habido una jugadora de fútbol cuya mala experiencia ha servido para que se hable de algo tan obvio como el respeto a la persona que esté frente a ti, sea chica o chico, amiga o desconocida, te atraiga o no te atraiga. Hermoso ha sido elegida como una de “las 25 mujeres más influyentes del mundo según Financial Times” (Relevo) precisamente por dejar a la vista de todo el mundo que nadie tiene derecho sobre nadie.

Ojalá más fotos como la de Borja Guerrero

Desde que la vi en la portada de Deia al día siguiente del partido fue mi foto favorita del año por lo que significa y porque, la leche, es una fotaza: me refiero a la que sacó Borja Guerrero en el pasado Athletic-Las Palmas, con Unai Gómez mirando a cámara mientras celebraba ferozmente su gol con todo el equipo detrás. Una victoria en el último minuto de una temporada que va bien. Ojalá 2024 nos traiga más fotos como esa: buena y de un momento bueno. Porque eso y no otra cosa es lo que necesitamos: prosperidad pero con alegría, y no con fatigas o la ansiedad cabalgando nuestro pecho. Necesitamos más arte y reconocimiento.

No se entera

“Rubiales envía a la FIFA un nuevo vídeo en el autobús de la Selección como prueba exculpatoria. En la grabación se puede observar a Jenni Hermoso comentando el beso con sus compañeras en actitud jocosa y entre bromas”. Este titular en República hace que me acuerde de Ignatius Farray, que dio en el centro de la diana con su reflexión de que Rubiales (y una parte de la prensa deportiva) no saben lo que está pasando realmente. Ese vídeo no evita que Hermoso sea la víctima y Rubiales, el agresor. “Pasar al contraataque” es solo otro error de un Rubiales que podía haberse ahorrado mucho de lo que estamos viendo.

Otra estrategia fallida

Del mismo modo que Luis Rubiales está agravando él solito su crisis, Alberto Núñez-Feijóo está depreciando su valor con su colección de ideas que en su cabeza parecían mejores que lo que son en realidad: ofrecer a Sánchez ser presidente por dos años es una bomberada sin pies ni cabeza. Es tan difícil explicar los porqués y los cómos que nadie lo entiende. Y su ronda de presidentes autonómicos, que va a acabar en una serie de fotos para Instagram de él con los suyos, ofrecerá un resultado tan pobre que su pretendida institucionalización acabará en probable devaluación. A veces toca rearmarse en silencio.

Al 30%

No han pasado ni diez años de aquel magnífico resultado de Pablo Iglesias en las elecciones europeas de 2014, con el que comenzó su “asalto a los cielos”, y hoy “Podemos despide al 70% de la plantilla en un ERE que afecta al doble de mujeres que de hombres” (EPE). El partido morado ha sido absorbido por un Sumar que no ha obtenido unos resultados extraordinarios, y el partido de Yolanda Díaz acabará subsumido en el gobierno español. El viaje ha estado bien pero el destino parece poco atractivo. El problema de Podemos, lo he escrito decenas de veces, fue siempre la gestión de la expectativa.

Tomarse en serio a uno mismo

Estoy convencido desde hace décadas las sociedades que se respetan a sí mismas y estan bien vertebradas son las que respetan a sus cuerpos y fuerzas de seguridad que, a su vez, están bien organizadas. Con esto claro leo que en España, “las agresiones a los agentes” ofrecen “la cifra más alta en 15 años” (Vozpópuli). Una pésima noticia de una enfermedad que se ha contagiado a Euskadi, ya lo hemos visto. Una noticia que solo es posible porque las diferentes policía, vía Jusapol y similares, en todos los niveles, se han perdido el respeto, y se lo han perdido también a los gobiernos de los que dependen y la ciudadanía que les paga.

¿Es una privatización?

No me parece que el FC Barcelona esté convirtiéndose en una SAD con la partición de su negocio audiovisual y el traslado de este a Países Bajos, desde donde cotizará en la bolsa de EE.UU., pero sí resulta evidente que este tipo de ingeniería financiera desnaturaliza al club porque las y los socios, vía Asamblea y Junta Directiva, gestionan cada vez menos. A eso hay que añadir que las arquitecturas contables para sacar capitales y valores nunca deberían de ser un modelo a seguir. Y por supuesto, lo de siempre: quien permite que esto suceda permite a algunos equipos competir en mejor posición de partida.