Votáis mal

FAES fue la primera que lo dijo: la falta de inteligencia del votante de derechas (ellos lo sugirieron, yo solo lo traslado) ha provocado la debacle del PP y el éxito moderado de Ciudadanos y Vox. Eduardo Inda afirmaba algo parecido antes de reclamar la unificación del voto también de la extrema derecha en torno al PP. Y ahora es Alejandro Sánchez Moreno el que escribe esto en Twitter: “Felicidades a esas 324000 personas que votaron a PACMA. Esos votos tirados a la basura son los que han impedido a Unidas Podemos ser tercera fuerza política”. Solo algunos votan bien. Qué suerte tienen.

Por la boca murió Casado

Sigo pensando que alguien tuvo que verlo venir también en el PP, en el equipo más próximo a Pablo Casado. Me niego a pensar que la evidente torta que iban a darse nadie la detectara en un partido que ha sido tan organizado para otras cosas (se sobreentiende). También es cierto que pocos se atrevieron a adivinar un desastre de esa magnitud. Pero es que ni el principio de prudencia le pudo a Casado o su equipo: creo que vamos a ver muchas veces el “viejo” vídeo en el que el del PP intentaba ridiculizar la encuesta del CIS. Una semana después comprobamos que José Félix Tezanos acertó y que Casado solo tenía palabrería hueca.

Sociología de casa

“¿Vosotros también habéis mirado vuestro municipio para saber cuántos de vuestros vecinos son fachas?”, preguntaba esta semana La Guiri en Twitter. Ojo, no son pocos (aunque no los suficientes para haber materializado un escaño en la CAV), pero en casi todos los municipios hay alguien con nula empatía o conocimiento pero sí capacidad y derecho a haber elegido la papeleta de Vox. Ahora, en el Congreso, podremos ver cómo son y sacar conclusiones de andar por casa… Que son las que verdaderamente cuentan para opinar antes de votar, como los experimentos sociológicos que hacemos con un café con leche.

Toca tomar decisiones

Leer a Bernat Dedéu, una voz disonante dentro del nacionalismo catalán, siempre es interesante, y en una semana como esta era uno de los deberes que tenía que hacer. Una vez más, el columnista de El Nacional ha acertado: empoderados los independentistas, especialmente ERC, toca poner el cascabel al gato de una vez. Y el gato se llama Posibilismo, por cierto. Junqueras, como diputado electo que es ahora, tendrá que mediar para que la política catalana vuelva al camino de la normalidad y abandone el de la excepcionalidad española y el de la teatralidad catalana.

El mayor timo

El agua embotellada no es un producto a erradicar, al contrario: es un elemento necesario en algunas regiones del planeta bastante extensas. Pero que nos la hayan colado en Euskadi, por ejemplo, donde el agua del grifo es inmejorable no deja de impresionarme. Y ahí, la hostelería también tiene algo que decir: el margen que deja el botellín de agua es amplio, pero la sensación de “panoli” del cliente también es cada vez más recurrente, y quien te pone la botella de agua del grifo gana mucho más. En Magnet han escrito un postazo dando caña a la operación de marketing más perversa de la historia, la del agua en plástico.

Siempre fue grave

En pleno auge de Podemos fue Pablo Iglesias el que acabó con la posibilidad de que Pedro Sánchez desplazara a Mariano Rajoy de la presidencia. Lo hizo con aquella ridícula rueda de prensa rodeado de sus ministrables mientras el socialista se reunía con Felipe VI. Y lo hizo Iglesias convencido de que en la repetición de las elecciones mejoraría. Punto. Con Podemos no han acabado “las cloacas”. ¿Les investigaron usando subterfugios como el robo de un móvil y con dinero del Estado? A todos nos parece verosímil… Porque tenemos la certidumbre de que ya ha ocurrido. Y es tan grave ahora, en precampaña, como siempre.

También esto podía haber pasado

España tiene un problema de autopercepción. Es un problema global porque es un país mejor de lo que les parece a los españoles: hasta Rajoy cayó por la corrupción en el PP. No es menos cierto que algunos jueces, guardianes de las esencias, aportan negatividad a ese “percibido”. España es un país en el que crece el fascismo en intención de voto, y a los españoles les están induciendo a odiar desde los medios y las tribunas. Por todo ello resultó tan verosímil que algunos vecinos de Madrid hubiesen arrancado cintas amarillas contra las orugas creyendo que eran elementos de apoyo a los presos políticos catalanes.

No, no son “perdidos”

Además de lo jodida que está España políticamente (eso es innegable, solo hay que ver a los líderes de sus principales partidos), la ciudadanía española está machacadísima en lo laboral. A años luz de la situación en Euskadi, le pese a quien le pese incluso admitiendo el margen de mejora que siempre existe. En este contexto de trabajadores exprimidos, resulta vergonzoso que Europa Press califique como “perdidos” los días de baja laboral. Y si es Asepeyo, la fuente, quien así los nombra, lo que tendría que haber hecho la agencia es usar el entrecomillado. Nadie debería tomarse una baja laboral a la ligera.

Empecemos a tomarlo así

Pese a que en Euskadi estemos mejor, en lo laboral, que en España, el estrés causado porque la mayoría desempeñamos tareas durante horas que deberíamos repartir con más trabajadores, es indiscutible. Por eso perdemos el tiempo, según un estudio que recogen en Magnet y que, acertadamente, rebate todos esos mensajes de lo bueno que es optimizar cada segundo sin perderlo. El descanso, también el mental con lecturas ligeras e incluso un videojuego (somos esa generación, sí), no está suficientemente valorado, y el “no procastines” o “no pierdas el tiempo” se mantienen peligrosamente de moda.

Es su hora

Hoy hay partido en San Mamés. Juegan ellas. Y veremos hasta qué punto en Bilbao y Bizkaia apoyamos lo que se han ganado a pulso, porque hoy es un partido de Liga, contra el tercero, el Levante, y hay que pagar aunque solo sean 5 euros. Todo lo bueno que consigan nuestras jugadoras sin duda se lo han peleado, también los más de 4.000 seguidores en la nueva cuenta de Instagram del primer equipo femenino del Athletic, que han estrenado esta semana. Si hoy tuviera que dar un consejo a un periodista que empieza le diría que se especializase en fútbol femenino: es el fenómeno que viene y es irreversible. Celebrémoslo.

La posverdad según Girauta

Juan Carlos Girauta nos toma por tontos, como todos los que quieren construir esa posverdad por medio de mentiras que algunos admiten para reforzar sus posiciones. En este caso, se quejó de que era “calumnia y demagogia” su pertenencia a los peones negros, esos que se manifestaban pidiendo que se diera por bueno que el 11-M lo hizo ETA. En El Diario han sacado un vídeo de él en una manifestación de ese grupo y declaraciones a favor de esta tesis aunque acataba la sentencia que decía que el atentado nada tenía que ver con ETA. Ahora, Girauta quiere borrar su pasado pero no va a poder.

¡Pero si has votado con ellos, Pablo!

Otro que quiere imponernos su posverdad es Pablo Casado, que después de tumbar junto a Ciudadanos, Bildu, PDeCat y ERC los presupuestos del gobierno español antes incluso de discutirlos, tuiteaba: “Hoy en las Cortes españolas se ha producido una moción de censura de facto contra Sánchez. A través de la movilización ciudadana hemos conseguido revertir las negociaciones que se estaban produciendo con los secesionistas. Han negociado y estaban dispuestos a seguir haciéndolo”. ¡Pero si es el PP el que ha votado con los catalanes y Bildu para tumbar a Pedro Sánchez!

¿Por qué?

Pedro Vallín ha escrito en Twitter un hilo imprescindible sobre ese voto en contra de PDeCat y ERC. Se lo resumo al máximo: solo Puigdemont (y seguramente Torra) creen que cuanto peor, mejor. Junqueras, el resto de presos y la mayoría de los políticos catalanes saben que la situación sería más favorable con Sánchez. Pero ambos partidos han acabado tumbándole por el mismo motivo: el miedo a explicar a la ciudadanía catalana que esto se ha acabado, que la independencia nunca se declaró, que tienen que negociar dentro de España y ser posibilistas, a contar la verdad.

“Hasta los c… de todos nosotros”

Otro cronista de La Vanguardia, Enric Juliana, recordaba ayer en Twitter a Estanislau Figeras, presidente de la Primera República que acabó dimitiendo y expresando: “Estoy hasta los cojones de todos nosotros”. Lo hacía previendo que hoy puede que sepamos la fecha de las próximas elecciones. Sea la que sea, con la cita del 26 de mayo confirmada, propios y extraños van a acabar hartos de la política española y de los políticos incapaces de ponerse de acuerdo, y esto va a afectar a unas elecciones que nada tienen que ver con eso, como son las municipales, forales y europeas.

Lo moderno es atacar una librería

Lo moderno no es montar una cafetería para tomar cereales con leche, ni poner en marcha una librería para editoriales y escritores alternativos, lo más moderno es atacarlo, quejarse, hablar de gentrificación mientras miras de reojo el móvil para ver si te han dado el OK para el piso que has contratado en Airbnb para Semana Santa. Lo moderno es pintar “moríos, modernos” en una librería que ya ha sido atacada (sí, “atacada”) con pintura y carteles anteriormente. Lo liberador, lo transgresor, lo que es más moderno que lo moderno es, como han leído, atemorizar a quien vende libros.

Casado también tiene pasado

El autoproclamado durante este fin de semana máximo exponente de la dignidad de España también tiene pasado. Y no es especialmente bonito. No hablo ya de la exageración en su currículum, hablo de cómo trabajó en la oficina de Aznar que medió entre Abengoa y el gobierno de Muamar el Gadafi en la época en la que la empresa logró un negocio de 950 millones de euros en Libia, según El Plural. Ese es Pablo Casado, el empleado de Aznar, el hombre al que no le importaba “mediar” con dictadores, el que vivía de las comisiones que las empresas le dejaban por meterse en el fango.

Ya hubo otras películas

Dicen los de Vox que en España no se ha glosado debidamente la figura de Blas de Lezo con una película que hable de la gloria de este militar. Ha tuiteado Abascal incluso que está dispuesto a convencer personalmente a Mel Gibson para que produzca el film histórico. Pero nadie recuerda, al parecer, la cantidad de producciones similares que se han llevado a las salas de cine de España con dinero público y poco éxito de audiencia. ¿Las han visto Abascal y Ortega-Smith? Con todo, creo que se equivoca Javier Zurro, que augura en El Español un fracaso de taquilla para Blas de Lezo, obviando el efecto borrego.

El bitcoin no vale lo que cuesta

No falta quien augura que el bitcoin está cogiendo aire y que esta moneda virtual recuperará su valor y volverá a romper su récord. Pero ya son unos cuantos meses de buenos augurios y malos resultados: “El coste de producción para minar bitcoins ya es mayor que el valor del propio bitcoin, por lo que ha llevado a una situación donde muchos productores han entrado en pérdidas. Esta situación, ha llevado a varios centros de minería de bitcoin desconectar cientos de máquinas para lograr recortar gastos” (Xataka) mientras seguimos sin saber sobre cómo se genera su valor.

Y el aguacate es ahora fuente económica

Mientras en Xataka nos explican que la tecnología no siempre se revaloriza, en Magnet nos traen una historia mucho más optimista: en Kenia y Tanzania están sustituyendo las plantaciones de café por las de aguacates y están obteniendo mayores beneficios. Beneficios que, además, afectan directa y positivamente a la población agricultora gracias a la moda sostenida del consumo de esta fruta. La parte mala es que la planta es bastante agresiva con el entorno pero, al parecer, no lo es más que la soja o el maíz. Buenas noticias, para variar, sobre algo rico… Y sano (también para variar).

Fútbol de verdad

Hoy en Bizkaia más de uno pasará el día con bastante sueño: el partido de ayer en San Mamés acabó a una hora horrorosa. Esto no pasaría si la liga española fuera como la Premier y pusiera unos buenos horarios para acudir al campo por encima de un lejano interés desde China. Pero este no es el único ejemplo de cómo la Premier escucha y cuida al aficionado que va al campo: este fin de semana hemos sabido que se mantiene el acuerdo por el que una entrada no costará más de 30 libras a un aficionado del equipo visitante en ningún campo de la mejor liga del mundo.

No, no lo hace

A Imke Wübbenhorst, la primera mujer que entrena a un equipo de fútbol masculino en Alemania, en la quinta división, un periodista le preguntó si cuando entraba al vestuario sus jugadores se tapaban. Wübbenhorst le respondió que no porque componía sus alineaciones en función “del tamaño de su pene”. De ahí a los titulares: “Elijo a mis jugadores por el tamaño de su pene” que no responden a una afirmación, sino a una ironía (y a una pregunta chunga), solo ha hecho falta dar un paso. Un paso en falso: el texto se relacionará siempre con la entrenadora que quiso decir justo lo contrario.

Sí, sí lo ha hecho

El que va a tener un problema de reputación on-line y off-line a partir de ahora es Pedro Letai, profesor de Derecho, asesor jurídico de la SGAE y autor del libro “Aforismos” en el que, por lo menos dos tuiteros, han encontrado tuits plagiados sin mencionar al autor. Por el morro. Según denuncian estos usuarios de Twitter, Letai habría copiado sus reflexiones y las habría pegado en su libro sin atribución ni vergüenza alguna. De momento, esos tuits son los usados para promocionar el libro, pero cuando conozcamos todo el contenido veremos cuántos aforismos contemporáneos son realmente de Letai o de Twitter.

Esto es muy grave

Puedo entender el resquemor de los socialistas que se están viendo obligados a abandonar la Junta. Es humano que, cuando uno ha dirigido tantos años una institución, salir de ella cueste más. La primera fue la presidenta, como corresponde, pero detrás de ella se dirige a la puerta de salida un montón de cargos de confianza. Y sé (aunque no me gusta) que hay equipos salientes que hacen la puñeta todo lo que pueden a los entrantes en el relevo. Pero no alcanzo a entender la miseria de reclamar que el puesto de designación para el que te escogieron a dedo se convierta en funcionarial. Ahora es un juez el que lo decidirá.

¿Qué inteligencia colectiva?

Les he recomendado posts en Magnet muchas veces y seguiré haciéndolo. Entre los autores de este blog, Mohorte es uno de mis favoritos, pero creo que se ha pegado una buena pasada en uno de sus últimos textos, en el que hablaba del huevo que se ha convertido en la foto de Instagram con más “likes”. ¿Por qué? Porque ha funcionado una viralización banal y dar al “me gusta” al huevo puede hacerte sentir partícipe de una gran broma. Pero de ahí a hablar de “inteligencia colectiva” y del fin de la dictadura del algoritmo hay un trecho muy difícil de recorrer… A menos que te dé todo igual.

Prefiero la de Bielsa

Entre la inteligencia colectiva que solo asoma para hacer bromas inocentes y la de Marcelo Bielsa, una persona inigualable, me quedo con la segunda. Seguramente ya sabrán que el argentino hizo una exposición de más de una hora a los periodistas deportivos en Leeds después de haber sido denunciado por espionaje. ¿Por qué? Para mostrarles su exhaustivo método de trabajo y contextualizar así esa observación al rival. Lo que ha quedado claro es que Bielsa tiene un talento obsesivo inigualable y ha conseguido neutralizar la ola de indignación (un poco impostada, además).