Hace seis meses

No puedo añadir ni quitar nada a este tuit de Miguel Ángel Garrosa: “Hace 6 meses Bernardina y Begoña eran las primeras vacunadas en Euskadi. 180 días después ya se inmuniza a personas de 35 años. Un saludo a agoreros, antivacunas y ‘criticatodismos’”. Solo puedo insistir en su mensaje y recordar cómo hemos avanzado pese a las críticas constantes y lo que parecían deseos de que todo fuese mal en la CAV. Pues no: Euskadi ha vacunado como muchos otros países, exactamente, como esos que lo han hecho bien. Y la falta de noticias sobre el proceso salvo que “marcha” es, de hecho, la mejor noticia.

Otegi sigue buscando el norte

Después de ejercer la lucha para alcanzar la independencia vasca y pasar una travesía en la que vencer al PNV era el único objetivo de un rearme político que incluye la absorción de partidos a cambio de escaños para sus líderes, Otegi decide ahora abrazar la vía catalana. No hay nada en Euskadi que le resulte interesante salvo la violencia y la oposición, pero busca un modelo en el que la unión de los principales partidos y el rechazo a las armas, precisamente, han sido los elementos más relevantes. La izquierda abertzale demuestra que sigue perdida en sus propias contradicciones y que su brújula sigue sin funcionar.

Un camino claro

Una víctima de aquella injustificable equivocación que consistió en ejercer y defender la violencia con fines políticos, Gorka Landaburu, tiene más claro su camino, sus principios y su fin: “Batacazo y frenazo a la extrema derecha francesa, que no consigue ganar en ninguna región. El cordón sanitario y la alianza de las demás fuerzas políticas clave de esta derrota. ¡Que cunda el ejemplo!”. No solo a la extrema derecha: el fascismo, en todas sus expresiones, debería de sentir el mismo aislamiento y preocuparse por el cordón sanitario aunque se haya disfrazado de nuevo conglomerado que descubre ahora Catalunya.

Y otro, muy oscuro

La columna de Antonio Burgos en el Abc sobre cómo, en su opinión, las mascarillas han ayudado a las mujeres feas a esconderse estos meses en los que la medida era obligatoria, ha sido largamente criticada, sobre todo en Twitter. Podría ser solo una muestra más de cómo hoy las polémicas nos ayudan a vender periódicos o conseguir clics, pero el pasado fin de semana el diario de Vocento también publicaba, a toda página, un anuncio del gobierno húngaro en el que podíamos leer las propuestas de Viktor Orban (que firmaba el documento) a Europa. No pude evitar imaginarme el proceso de selección del diario en alguna oficina húngara, buscando el que mejor encaje con el público del Fidesz.

No son empleos

Alguno de los referidos en esta columna debería de pensar en cambiar de empleo después de ver sus recurrentes desaciertos. Dudo de que suceda pero, si lo hacen, que huyan de las falsas ofertas de empleo como la que denunciaban en Mierda Jobs: una empresa requería a un community manager con conocimientos de diseño, inglés y creatividad, de 9:00 a 14:00, de lunes a viernes, a cambio de cero euros. “No remunerado”, así finalizaba la oferta que no era de empleo, sino de esclavitud. Una candidatura al engaño pero también a la cara dura de quien la pone. Qué pena que no conozcamos el nombre de la empresa.

Vale, ¿qué puedo comprar on-line?

Como al periodista Miguel Ángel Garrosa, llamó mi atención lo acertado que estuvo un repartidor en el Teleberri del lunes que se quejaba de que la gente compraba on-line cosas que no necesitaba y que, encima, trataba como un apestado a quien se lo llevaba a casa. Llevo semanas reflexionando: ¿qué puedo comprar on-line? Y no me refiero a lo que es legal. Si no a lo que dicta la policía de la moral: veo en las redes sociales a muchos comer y beber bien con productos de primera que les llevan a casa (de empresas que necesitan que les compren) y leo críticas (con las que coincido) sobre lo egoístas que somos.

La mayoría de los empresarios son trabajadores

Sigo. Con el que coincido plenamente es con Borja Barba: “Aquí hay gente que cuando habla de ‘empresario’ se imagina a un señor orondo, encendiendo un habano con un fajo de billetes, mientras aprieta el acelerador de su Maserati Quattroporte y tiene 400 empleados explotados”. Todos los empresarios a los que conozco personalmente son trabajadores. Pero la policía de la moral esta vez también impone su visión contra una realidad fácilmente comprobable. “Los productores” no son Amancio Ortega, son gente con sus pequeñas empresas y a los que les tiemblan las piernas ante el parón.

Y los políticos, también

La policía on-line de la moral también señala y ha señalado cada error en las declaraciones de una o un político como si fuera el desencadenante de la pandemia. Por cada benevolente han aparecido mil justicieros. Pero la mayoría no aguantarían la presión, los casi dos meses trabajando sin descanso por culpa de una crisis como un tsunami, las horas sin ver a la familia, que tiene tanto miedo como todas las familias… Fernando Simón apelaba a la comprensión ante los errores humanos de personas agotadas. E Ícaro Moyano añadía lo que algunos pensamos: “Hay opciones. O lo entiendes o eres un gilipollas”.

Que lo haga

El mayor valor político de Pablo Iglesias es que cuando todos le decían: “Pues monta un partido”, lo hizo. Así que otorgaré el mismo mérito a Spiriman si al final crea el partido que ha anunciado. El médico granadino Jesús Candel, conocido por sus gritos en Internet y por cómo pide dinero para comprar equipos que ya suministran otros, ha decidido (ahora que la famosa curva desciende) saltar a la política. Me parece muy bien: que lo haga. Y que lo hagan todos esos que se han quejado tanto de la gestión de esta crisis, que supieron lo que venía y saben lo que hay que hacer. Y que comprueben lo jodida que es la política.

Lo que nos quedará

Esta crisis ha machacado sin piedad al periodismo. Tenemos nuestra parte de culpa, no me cabe duda: Ana Rosa Quintana, Pablo Motos, Javier Negre, Iker Jiménez… Han difundido basura por el clic, el espectador y su propio ego. Los ERTE han llovido sobre un suelo enfangado por la precariedad (solo es posible el buen periodismo con mucho dinero, todo lo demás es mentirnos para aguantar un día más). Y la infantería se ha dejado arrastrar por las olas del populismo, de las asociaciones que llamaban para contar sus ideas felices y por el dato sin contexto. Daniel Bernabé tiene razón: nos hemos quemado.

Rivera, presidente

Paso por alto el hecho cierto de que en Ciudadanos no sepan colocar las comas y me centro en el spot en el que demuestra lo poquísimo que les importamos los vascos: ridiculizan la opción política principal de la ciudadanía, ridiculizan nuestra forma de hablar y ridiculizan lo que hemos logrado peleando por lo que es nuestro. Porque a nadie se le tiene que olvidar que lo que reclamamos es lo que nos corresponde. Ni más ni menos. Hace bien Aitor Esteban en coger el guante en su blog como principal aludido porque Pedro Sánchez ya ha empezado a hacer sus sumas con esos Ciudadanos. Así nos quieren, y así tendrán que ser correspondidos.

Patxi López, el inmortal

Ya estaba allí, en el Congreso, mucho antes de ser lehendakari. Después, en el Parlamento, cuando PSOE y PP intentaron por primera vez desplazar a Ibarretxe. Ahora, continúa. Incluso después de ser el presidente del Congreso más breve y de ser el submarino del sanchismo (aunque con su conocida habilidad estratégica acabó siéndolo del susanismo), Patxi López sigue ahí: en las listas al Congreso y, la próxima legislatura, en la cámara baja. Porque puede pasar lo que sea en el PSOE moderno, que López se mantendrá a flote. Suerte o instinto de supervivencia, no hay PSOE sin López… Ni lo que representa.

El PP tampoco cambia

En Euskadi, Patxi López simboliza el pacto con el diablo después de haberlo negado, y el desastre de aquella legislatura que, a los resultados posteriores de los partidos que pactaron me remito, nadie quiere repetir. Más allá del marketing y las necesidades políticas, la verdad es que poco han cambiado PSE y PP, con Mendia y Alonso al frente. Sobre el partido de Casado, Antonio Cartier lanzaba un certero dardo en Twitter: “Estamos descubriendo que el PP es machista, usa a las víctimas de ETA en campaña electoral y que se aferra a la bandera como excusa de todo. Podría ser 1996 pero no, amigos, es 2019”.

Vox es violencia

Varios de sus miembros han sido condenados por palizas cuando eran neonazis declarados, Ortega Smith ha apelado varias veces a su condición de Boina Verde y experto en artes marciales, Santiago Abascal va armado por la calle sin motivo que justifique la renovación de su licencia de armas, y allá donde va Vox deja un reguero de enfrentamientos. Ya no solo en Euskadi (aunque los medios españoles se lo compraron sin mirar ni la etiqueta), también en Oviedo la semana pasada y, como recoge Miguel Ángel Garrosa en Twitter, en Tenerife, donde la Policía parece que sigue sacando la porra por el armado y el militar.

Por eso somos del Athletic

Esta semana los medios que quieren demostrar quién manda en Bizkaia ya han desplegado su último movimiento para traer a Llorente al Athletic. ¡Qué verano nos espera si Elizegi no detiene rápidamente esta invasión a su propia capacidad de decisión (que al final, es de lo que va esta campaña a favor del riojano, no de fútbol)! Pero no, no solo importan los goles: el Athletic está construido sobre valores. Tenemos que recordárnoslo cada día con tuits como el de la Adurizpedia: “El Athletic lleva 2.523 partidos consecutivos jugando con al menos un canterano, todos los disputados en los últimos 55 años”. Más de 30 años más que el Ajax.