Sí se puede

La Bundesliga tendrá que sobrevivir sin un adelanto de mil millones de euros. Lo han decidido las y los fans, según Palco 23. O lo que es lo mismo: es posible decir “no” a los cantos de sirena de los fondos de inversión y es posible escuchar a las y los aficionados a este deporte, que somos quienes pagamos la fiesta. Los clubes estaban de acuerdo pero la corriente entre las aficiones ha sido tan intensa que han tenido que rechazar la oferta del fondo CVC británico que acechaba, y por lo tanto seguirán gestionando el total del reparto televisivo. Porque ese dinero, en la alemana como en la liga española, no cae del cielo: compran ingresos futuros.

No es rentable

El fútbol actual no es rentable, y el modelo de negocio se basa solo en que el dinero, como el balón, no deje de moverse y rodar. En el momento en el que alguien pisa la bola y se detiene el juego, también el de los despachos, los Excel y las presentaciones financieras, queda claro que el dinero podrá correr mucho, pero no es suficiente: “La UEFA anticipa una desaceleración en la compraventa de clubes tras el ‘boom’ de los holdings”, adelantan en 2 Playbook. ¿Y por qué habrá cada vez menos inversores en la propiedad de los clubes? Pues por el mismo motivo por el que están en fondos que compran derechos sobre emisiones futuras.

Seguimos hinchando el globo

En los clubes de fútbol hay personas encargadas de hinchar los balones y la mayoría se ocupan de seguir hinchando el globo que permita al dinero correr de lado a lado para que se les quede algo entre las uñas: un chaval de 16 años puede estar ganando 20.000 € en la cantera de un club de la élite. Si forman parte del top 3 de su categoría, podemos llegar a hablar de 50.000 anuales a partir de los 14 años. Chicos, niños, adolescentes en el mejor de los casos, que puede que no lleguen a profesionales. El reportaje en El Independiente sobre “Niños futbolistas y padres que viven de ellos”, del que están sacadas las cifras, merece una búsqueda en Google.

¿Y si no es solo Negreira?

Reconozco que el tema me tiene enganchado: cómo en el FC Barcelona han pagado más de siete millones de euros al vicepresidente del comité de árbitros para obtener, según las investigaciones, beneficios arbitrales mientras contaban con el mejor jugador y el mejor entrenador del mundo, dice tanto del club y de un modo de hacer las cosas… Pero ojo a esto que ha adelantado Alejandro Entrambasaguas en El Debate: “La Guardia Civil concluye que la cúpula arbitral protegió a Negreira mientras influía para beneficiar al Barça”. En cualquier caso, no hace falta que el caso se agrave más para que haya castigo ante lo grave que es ya todo.

Y no solo en el fútbol

El fútbol sigue reinando: un deporte y un espectáculo globales, mundiales, sin rival posible. Dan igual las pérdidas o los intentos de otros deportes: “Un grupo de milmillonarios se ha propuesto romper con las limitaciones y patrocinar los Enhanced Games, unos Juegos Olímpicos alternativos en los que se permita el uso de sustancias dopantes con el objetivo de convertir a los atletas en auténticos superhéroes con ayuda de la ciencia, y no solo por su esfuerzo” (Xataka). Sus promotores se justifican así: “Las pruebas de drogas en los Juegos Olímpicos tienen que ver con la equidad, no con la seguridad por la salud”.

¿Quién genera la riqueza?

Me parece muy buena noticia esta que leo en Estrategia Empresarial: “Bizkaia destina 28,5 millones de euros en ayudas a empresas y personas emprendedoras, un 5,5% más que el año pasado”. Tenemos que proteger a quien genera la riqueza y el empleo. Es inviable, absolutamente inviable, que todo el mundo quiera ser asalariada y asalariado o funcionaria y funcionario. ¿Quién monta las empresas? ¿Nadie? ¿Nos ponemos todas y todos en manos de grandes corporaciones que tributarán donde les resulte más rentable porque nadie quiere poner un negocio? O damos valor y ayudas a quien emprende o nos vamos por el desagüe.

Ella controla

 “Yolanda Díaz diseña Sumar como una confederación de partidos aunque se asegura el control de la dirección”, titulan en EPE, y dan por cerrado, por lo tanto, el intento de la nueva lideresa de la izquierda de crear un partido político que aglutine a todas las marcas que se presentaron a las generales bajo el paraguas de Sumar. Reconozco y valoro su intento porque es lo más realista que podía hacer después de reventar Podemos desde el gobierno español. Y creo que la resistencia de quienes ven cómo se diluye el espacio a la izquierda del PSOE, en realidad, favorece que todo se licue. Eso, sí, pase lo que pase, ella lo va a controlar.

Que paguen

Si es cierto que “la industria del petróleo descubrió en 1954 que se estaba cargando la atmósfera y el clima” (Motorpasión) y “llevan 70 años intentando quitarle importancia”, es evidente que tenemos claro a quién podemos reclamar compensaciones que podemos invertir directamente al cambio de modelo productivo que afecta, directamente, a la emergencia climática que vivimos hoy. De hecho, “fue la propia industria de los combustibles fósiles la que financió algunas de las investigaciones sobre el clima más importantes del mundo ya en 1954”, así que “no se puede utilizar aquello de ‘no se podía saber’ porque sí, se sabía”.

¿Podemos permitírnoslo?

La emergencia climática no es una exageración o un mantra que algunos repetimos porque tenemos “ecoansiedad” (atención a la chorrada), es una realidad que hemos padecido con temperaturas agradables en enero y que sufriremos durante la canícula. ¿Nuestra respuesta como sociedad interconectada? Esta, según France24: “El turismo en el mundo podría crecer un 2% en 2024 y Latinoamérica se posiciona como destino”. ¿Podemos permitírnoslo? Esa es la pregunta que más veces me hago últimamente cuando leo noticias económicas. Y lo que más me preocupa es que sigamos actuando como si nada.

Un modelo insostenible

Si partimos de la idea de que nuestra civilización corre hacia su colapso, el colapso, precisamente, del modelo futbolístico actual evidentemente es una minucia. Pero también es inevitable: “Los clubes de la Serie A pierden 441 millones en 2022-2023 pese a ingresar 3.500 millones” (Palco 23). Y la liga española, que nadie se engañe, está más cerca de la italiana que de la inglesa, que es el modelo que todas las competiciones quieren seguir… y sobre el que también hay muchos engaños o autoengaños. Otra cifra sobre el Calcio: “Desde la temporada 2018-2019, acumulan pérdidas por 3.400 millones de euros”.

Hablemos de superfútbol

Es domingo, día de fútbol tradicionalmente, aunque la televisión haya pervertido esa costumbre, y nuestros equipos de primera división masculinos y femeninos van razonablemente bien (solo las chicas del Eibar necesitan apretar un poco más para salir definitivamente del pozo), así que podemos hablar de fútbol y hasta de superfútbol, ese que nos va a ofrecer la superliga hasta en tres categorías, para que quienes somos de equipos “pobres” no nos quejemos. Pues bien, según Iusport, “el Nápoles no se suma al proyecto”. Aurelio De Laurentiis asegura que lo tiene claro: “Las ligas domésticas tiene prioridad”.

¿Una superliga o un superchantaje?

Por supuesto, si te crees capaz de crear una superliga y, después, de “demandar a la UEFA por daños y perjuicios y reclamar 3.600 millones” (Palco 23), es que tienes una consideración de ti mismo de superhéroe. Hasta aquí estamos todas y todos de acuerdo, ¿no? Y, oye, me parece muy bien que Real Madrid y Barça, o Florentino Pérez y Joan Laporta, que son quienes sostienen el proyecto, se crean los putos amos de la barraca. Lo malo es lo que tienen que pensar, a la vez, del resto: que les sobramos, que no somos tan buenos y que el dinero que nos cae no nos lo merecemos. No es una superliga, ni un superchantaje, es un superabuso.

Una superdistancia

El chantaje les funciona, y es cierto que Pérez y Laporta ponen la cara y los demás ponen las manos haciendo cuenquito para recoger las monedas de oro: “La UEFA incrementa los pagos por rendimiento en el reparto de 3.782 millones a los clubes” (2 Playbook). ¿Cómo se reparte ese dinero? “La confederación reserva un 74% para los equipos Champions”. Así de claro y cristalino. Y si no eres de un equipo de Champions, alégrate de recibir las migajas. Luego, los cuatro equipos de Champions de cada liga seguirán reforzándose a lo grande y metiendo distancia con el resto. ¿Es justo? No, es una mierda. Luego que no se quejen si les pitamos.

20 años de Facebook

Ayer celebrábamos los 20 años que cumplía Flickr, pero no podemos cerrar la semana sin recordar que el 4 de febrero Mark Zuckerberg lanzaba su página web: The Facebook, y lo cambió todo. Hoy, su uso es residual pero la empresa ha sabido adaptarse y hacerse con Instagram y WhatsApp. Pero lo importante, más incluso que la milmillonada infame que ha generado a sus accionistas, es cómo cambió Internet: formar parte de una red social digital “a cambio de nuestros datos”, como recuerdan en Hipertextual, aunque sea de un puñado de grupos de WhatsApp, es algo que hoy llevamos con absoluta normalidad.

Zorionak, Basquetronomy!

Siempre he pensado que valoramos poco a la gente que hace cosas, simplemente, bonitas. Y con el paso del tiempo estoy más seguro de que no somos justas y justos con esas personas que se empeñan en que nuestro entorno sea más agradable. Así que, precisamente para hacer justicia, voy a dedicar unas líneas a la “Denda” que han abierto en Osaka los de Basquetronomy, que ya llevaban tiempo trabajando en Japón. Una tienda que lleva a aquel país una selección de lo que somos capaces de hacer en Euskadi. Claro que nada se lleva solo y que hay personas que están haciendo ese esfuerzo en un proyecto envidiablemente bonito.

Como si no costara

Esta semana tenemos Copa en San Mamés. El rival, un viejo conocido: el FC Barcelona que nos ha ganado las últimas finales junto a la Real Sociedad. El equipo que ya no cuenta con Messi ni con Negreira pero que se sobrepone: “Se prepara para fichar”, anuncian en Sport, como si pudieran hacerlo. Para lograrlo va a volver a vender Barça Studios, después de que no ejecutaran la anterior compra. Eso supone que retienen el activo que les sirve para crear otra palanca con él. No es la primera vez que les funciona la mecánica de anunciar una venta para poder gastar y luego asegurar que les dejaron tirados. La culpa es de quien lo permite.

Algo sí va a costarles

Mientras que en la liga y copa en la que juegan nuestros equipos el FC Barcelona puede seguir activando palancas después de justificar las mismas ventas dos veces, “la Premier League acusa a Everton FC y Nottingham Forest FC de irregularidades financieras” (Palco 23). Como recuerdan en el mismo digital: al Everton ya le descontaron puntos en noviembre por algo similar, y en Italia le pasó a la todopoderosa Juventus de Turín. Mientras tanto, el FC Barcelona se rearmará todas las veces que necesite, birlando jugadores a equipos que sí cumplen con las limitaciones y los cuadrantes.

A Dubái, sí

En esta misma columna había aplaudido la valentía de Toni Kroos, que había repudiado públicamente la liga saudí de fútbol, su lavado de imagen con dinero, y el modelo de compra de jugadores que iban a rebajar su capacidad competitiva a cambio de muchos millones. Kroos me reconciliaba con los jugadores que se han hecho ricos en Europa pero se mantienen fieles a sus principios, hasta que he leído en EPE que, a su regreso de Arabia, en sus redes sociales “ha publicado un vídeo promocionando Dubái, ciudad de Emiratos Árabes Unidos que a su vez patrocina al Real Madrid”. Inserte emoticono de decepción.

¿Necesitamos una regulación?

La noticia de la “regulación del uso de teléfonos móviles en centros educativos” por parte del Gobierno Vasco ha hecho que, como aita, me pregunte si no estamos dejando en manos de las instituciones y los centros algo que nos corresponde. Porque todas y todos tenemos teléfonos móviles y pagamos el Internet con el que nos conectamos y se conectan las y los más jóvenes de la casa. Es decir: no podemos alegar desconocimiento o falta de recursos esta vez. Pero, ¿son los centros los que tienen que regular su uso y es el gobierno el que tiene que dedicar nuestros recursos a cumplir con los objetivos? En plata: ¿preferimos pagar a tomar decisiones?

¡Claro que lo son!

En Microsiervos también lo notan: “De un tiempo a esta parte los resultados de Google han empeorado”. Y ahora que han afirmado sus sospechas, como siempre, lo publican: “Las universidades de Leipzig, Bauhaus y ScaDS.AI han dado a conocer un trabajo que viene a confirmar esto: la calidad de Google ha empeorado notablemente. Para obtener los datos controlaron 7.392 consultas durante un año, no solo en Google sino también en Bing y DuckDuckGo”. Los motivos: el uso y abuso por parte del marketing y las empresas de engaños y spam, que comparten técnicas que funcionan, por lo menos, en Google.

1.000 millones

De la Superliga no me importa ya el futuro ni cómo afecte a las competiciones europeas, hasta el momento, las más prestigiosas del mundo. Me preocupa el presente, me preocupa cómo es posible esto que leo en Palco 23: “Barça y Madrid acceden a un bonus de 1.000 millones tras la sentencia de la Superliga”, a modo de “bonus de fidelidad”. ¿De dónde sale ese dinero, en última instancia? ¿Van a poder usarlo ya para poder fichar y sanear cuentas, en el caso del FC Barcelona? Si es tan fácil generar y repartir todo ese dinero solo por “estar”, ¿por qué cruje tanto el modelo de negocio actual y parece inviable a corto plazo?

Y ahora, ¿qué?

Leo esto en Linkedin y me quedo con cara de pasmo, lo reconozco, porque me parece tan plausible, tan de cajón que pueda usarse así de mal una ley, que no sé si lo sabían en el ministerio que la impulsó o ni siquiera cayeron en la cuenta: “Se siguen firmando muchos contratos los lunes para despedir el viernes”. “Esto supone que la reforma laboral de 2021, que ha conseguido desplomar el uso del contrato temporal ha provocado un efecto indeseado: la reducción de la duración de los contratos fijos ordinarios”. “El fijo discontinuo se está utilizando con la misma intermitencia que el antiguo contrato temporal”.

No me parece bien

Esta noticia en InfoLibre no me escandaliza: “La Iglesia mantiene ocultos los ingresos por la entrada a sus templos”. Pero sí lo hizo, como católico, que se empezase a cobrar por visitar iglesias. Entiendo la necesidad de la institución de generar ingresos, pero creo que no están bien asesorados en cuestiones de marketing: cobrar por entrar a templos es una pésima idea que va en contra de todo lo cristiano. ¿Visitas guiadas de pago? ¿Más y mejor merchandsing? ¿Explotación comercial de ciertas imágenes? ¿Fomentar el rodaje de películas, series o spots? Pero la iglesia optó por la solución más fácil: el peaje.

Las enfermedades silenciosas

Parecen estos malos días para hablar del modelo de negocio de la iglesia y, sin duda, lo son para tener hipertensión o ansiedad. En The Objective, para variar, han publicado una pieza razonable para recordar la importancia de mantener hábitos sanos y rigor con los excesos si eres de esas personas que necesitan controlar su tensión. Pero tampoco son buenos días para la ansiedad, con listas de tareas interminables y obligaciones que nos vamos imponiendo para ver a mucha gente, llevar a las y los pequeños a todas las partes, y que parezca que lo estamos pasando bien cuando la realidad es que no.

Lo que comen quienes cocinan

Reconozco que me gustan metahistorias (por eso me va la ciencia ficción) las intrahistorias, así que he disfrutado la pieza en Hule y Mantel sobre qué comen quienes cocinan: Martín Berasategui, almejas a la marinera que prepara él porque a su ama y a su tía les gustaba. El televisivo Pepe Rodríguez, capón o pularda rellena que también cocina él mismo. La también televisiva Begoña Rodrigo, canelones que prepara su madre. “Una sopa de aquellas de llorar” es la que elabora también la madre de Oriol Castro (tres estrellas Michelín). Sopa castellana, en el caso de Javi Estévez, y lubina a la sal, en el de la asturiana Esther Manzano.