Más que «inquieta», «encanta»

Leo en El Independiente este titular: “García Castellón, el ‘frente judicial’ que inquieta a Arnaldo Otegi”, y me sorprendo, claro. Porque lejos de inquietarle, la última cruzada el enésimo juez que decide corregir los márgenes de libertad que permite la democracia española, a Otegi yo creo que le encanta: entre el PSOE (que paga en moqueta los votos de Bildu), el PP (que va a saco a por el PNV y no se esconde) y la justicia española (que viene a ser lo mismo que decir, “el PP”), la campaña a Pello Otxandiano va a salir barata a Bildu. Igual esta vez no tienen que superar el límite de gasto en la supercoalición.

No, la “borroka” no es el único camino, ni el mejor

Este titular concentra todo lo que está mal en la “lucha” sindical actual en Euskadi: “Dos detenidos por los daños causados a 46 ambulancias en Zorroza” (Bizkaia Gaur). Algunas y algunos han hecho suyo muy rápidamente el “borroka da bide bakarra” que todas y todos sabemos de dónde viene, y se han apropiado de la bandera de los derechos laborales, especialmente cuando la subida se paga vía impuestos. ¿Y ahora, qué? Pues ahora nos encontramos con ambulancias saboteadas y un cadáver sobre la mesa. Quien cree que es buena idea pinchar las ruedas en una urgencia y quien lo justifica que lo defiendan.

El plan “B” de Sánchez

En The Objective tienen una hipótesis: la de Sánchez será una legislatura larga, en contra de lo que pueda parecer, y lo será porque el presidente español resistirá hasta las elecciones catalanas aunque no saque ni el presupuesto. Su resistencia le llevará a presenciar desde Moncloa una victoria de Salvador Illa y un previsible descalabro de ERC (hasta ser tercera fuerza), lo que cambiaría el mapa político en Catalunya y en España para negociar en el Congreso y para salir a una nueva carrera electoral, con las victorias del PP en las gallegas y las europeas ya lejos. Si algo está probado es que Sánchez es capaz de todo.

Sí, este Illa

“Aquí no puede venir todo el mundo, no puede ser”. Esto lo ha dicho Salvador Illa a El Nacional. Una frase que te firma Santiago Abascal y cualquier negacionista del problema demográfico evidente que sufrimos en Catalunya, Euskadi y Europa. Pero si es cierto lo que leíamos en The Objective de que las encuestas le dan bien al del PSC, quien decide abrazar un discurso que, como explican en Diario Red, el medio de Pablo Iglesias, ha encantado a la extrema derecha, puede ser el próximo President. Alguno de los tuiteros fachas más influyentes ha aprovechado esas declaraciones para darse la razón. A esto juega Illa, allá él.

Lo que somos

En la noticia en El Nacional, precisamente, sobre la condena a una subcontrata de Facebook que tiene que indemnizar a uno de sus moderadores de contenido, lo más importante no es ni Facebook, ni la empresa, ni el juez (que ha hecho bien en encontrar un culpable que no sea el propio trabajador), sino quienes cargan los contenidos. ¿Qué tipo de barbaridades tiene que ver esta persona para acabar con “daños psiquiátricos” y “trastornos mentales”? Su trabajo consistía en comprobar y retirar esos contenidos potencialmente dañinos, y tuvo que ver tantos que acabo dañándose él. ¿Qué civilización de mierda somos?

Colorín, colorado

Jesús Cuadrado juega, claramente, con el aviso de Jordi Turull al gobierno de Pedro Sánchez: “Colorín, colorado”. Y en su columna en Vozpópuli reparte estopa como si no costase. Pero nadie puede golpear siempre, y si lo hace, es porque está como un boxeador sonado, peleando solo. Sí creo que tiene razón en su planteamiento inicial: “El PSOE está acabado”, y lo está porque Sánchez ha convertido el partido en una pirámide muy alta y de base muy frágil. Y será peor: cuando Sánchez vea que Feijóo va a gobernar sin remedio abandonará el barco y dejará a la tripulación a navajazo limpio. Algo que en Euskadi puede ser muy peligroso.

Y Yolanda Díaz, sin partido

Ahora que Yolanda Díaz ha visto claramente que necesita formar un partido político para tener músculo más allá de una campaña a las generales, quienes le han acompañado en el camino recelan. “Salvo Más País, el resto de los socios no quieren integrarse orgánicamente en la formación” (El Independiente). Así que la “asamblea fundacional” que había anunciado “no será más que ‘una asamblea política’ en la que la formación magenta seguirá funcionando como lo que es ahora, es decir, una marca”. Otra expectativa incumplida de un movimiento que, sin organización interna, solo necesita encadenar malos resultados para diluirse.

Ojo, que nos hundimos

Llevo varias semanas escribiéndolo: quienes más ganan tienen que cotizar más, quienes menos lo hacen tienen que incrementen sus salarios, y todas y todos debemos dedicar menos tiempo al trabajo y más a la vida. Pero Yolanda Díaz no puede hacer anuncios generosos que no paga ella (“las pymes, ahogadas por un incremento de costes laborales desconocido en 30 años”, en El Debate). Si con el partido frustrado demuestra que tiene menos idea de política de lo que parece, con sus anuncios demuestra que tiene poco conocimiento de la economía real y piensa que todas las empresas son grandes y todas y todos los trabajadores, frágiles. Y así no es.

Y la izquierda no va sobrada

La izquierda actual comete los mismos errores que sus predecesoras: con la cantidad de doctoras y doctores que hay en sus filas, no entiendo su poca capacidad de aprendizaje. Se saben la teoría de memoria pero en la práctica no tocan tierra, y lo demuestran a cada paso que no dan porque levitan. Y ahí el populismo de extrema derecha bien trabajado encuentra un terreno fértil: “La UE escorará a la derecha en las próximas elecciones. Verdes, socialistas y liberales bajarían. Derecha euroescéptica y populista subiría. La principal víctima serán las políticas medioambientales”, anuncia Nacho Torreblanca en X.

Necesitamos tomar decisiones

El caluroso enero que vivimos es una muestra más de que nos estamos cargando el planeta. Entre el calentamiento global, el crecimiento de la extrema derecha y el comportamiento de las y los ultrarricos, estoy seguro de caminamos hacia el colapso de nuestra civilización. Y por eso necesitamos tomar decisiones como la que sugieren en Xataka: “‘Pasaportes de carbono’: cada vez más voces debaten la idea de establecer un límite de viajes en avión por persona. Un documento necesario para viajar que racione la cantidad que cada persona puede contaminar de esta manera”, pero empezando por los jets privados, digo yo, ¿o no?

Abascal es el que menos importa

Leo en Público que “Abascal blinda su poder en Vox en una huida hacia adelante para capear la oposición interna. Su férreo control del aparato del partido es también un síntoma de las dificultades para dirigir una formación en declive”. Y realmente me importa poco: entiendo que Abascal quiera seguir viviendo bien, como hizo cuando Vox era una banda de frikis a la que todavía no conocía nadie, no tenía ingresos pero sí tenía sueldo y, por lo que parece, generoso. Lo importante es quién está detrás, quién pagaba, quién manda, quién permite a Abascal liderar la formación, quién maneja los hilos de la extrema derecha en España.

Un partido es el futuro

Si algo trajo lo que conocimos como “nueva política” es la falta de explicaciones: las y los representantes o los partidos no tienen que justificar cambios de opinión que en algunos casos son de 180 grados. Por ejemplo: la formación que aseguró que la fórmula de los partidos estaba demodé y que iba a lidera una transformación, puso el pasado fin de semana fecha para su constitución como partido político, de los de toda la vida. Yolanda Díaz eclipsó así el décimo aniversario de Podemos (que sí acertó creando un partido), anunciando una especie de congreso fundacional en marzo. Eso, sí, no se desdijo de sus aseveraciones previas.

Más decretos que leyes

Por supuesto, soy plenamente consciente de que Pedro Sánchez le tocó gobernar durante la pandemia, y que buena parte de esos decretos que suma son de aquella época. Pero ni eso justifica el dato que ha puesto encima de la mesa The Objective: “Sánchez es el único presidente del Gobierno que ha aprobado más decretos que leyes. El 54% de las iniciativas legislativas aprobadas desde verano de 2018 son imposiciones del Ejecutivo del PSOE”. Ni siquiera Rajoy, que fue el que convirtió el decreto ley en una herramienta de uso habitual, firmó esos números que muestran a un Sánchez muy inseguro.

Para qué sirve Europa

“Microsoft no transferirá datos personales fuera de la Unión Europea para evitar multas”. Solo este titular de Hipertextual explica mucho mejor qué hace Europa y las bondades de la Unión, que muchas crónicas farragosas. No echo la culpa a las y los cronistas, por supuesto: la información que damos de la Unión siempre es compleja y parece lejana. Pero a veces la aplicación de sus políticas nos regala titulares como el referido. Titulares que son mucho más: la garantía de que una gran tecnológica cumplirá una normativa que protege a la ciudadanía europea. Ahora, que cumplan las demás que, además, son más peligrosas.

Pero también llega tarde

Europa hace cosas bien pero las hace con cierta lentitud. Eso es indiscutible. Esto que hemos encontrado en El Independiente es, como la noticia en Hipertextual del párrafo anterior, muy elocuente y explicativo: “China lleva 20 años invirtiendo en minerales críticos y, por eso, construyen prácticamente todas las baterías del mundo”. “Lo que ha hecho Europa y también Estados Unidos es darse cuenta de la necesidad que tienen y lo han puesto en su legislación, pero no han incentivado de la misma forma a sus industrias y a los inversores, porque tienen prejuicios con respecto a la minería”.

Empezamos por el principio

De la jornada del miércoles en el Senado podemos opinar muchas cosas, y lo vamos a hacer, pero esto de Miquel Roig en X (lo que las y los viejos llamamos “Twitter”) es indiscutible: “Cosas que están mal, las haga quien las haga: gobernar por decreto como norma. Hacer decretos ómnibus al todo o nada que mezclan medidas que nada tienen que ver entre ellas. Recriminar a otros partidos que no te aprueben un decreto ómnibus que no has pactado con ellos”. Ese es el principio, solo a partir de esta base podemos reconstruir unos hechos condicionados, en todo momento, por un pecado original del gobierno español.

Junts jugó sus cartas

Junts demostró esta semana que esta legislatura en el Congreso va a jugarla. Algunos dirán que más bien se la está jugando, pero no podemos obviar que se nos escapan algunas claves catalanas que las y los de Puigdemont tienen muy en cuenta. Su acción en Madrid la resumió muy bien Jordi Turull: “El PSOE fue cediendo, cediendo, cediendo… hasta el último minuto, hicimos una valoración de lo que podíamos obtener y lo hicimos” (Vozpópuli en X). Pero el problema no lo genera quien pide, sino quien se muestra favorable al mercadeo y no ve más por una institución o una nación que su propio paso por ellas.

“Es muy difícil gobernar así”

La frase la pronuncia Yolanda Díaz y la recoge EFE. Por lo que parece, lo dice completamente en serio: “Es muy difícil gobernar así”. ¿Cómo se pensaba ella que iba a ser gobernar con un equilibrio tan difícil? ¿De verdad pensaba que todos los socios de gobierno van a ser como Bildu o ERC, dispuestos a lo que sea mientras puedan seguir llevando la etiqueta de “progresistas”? Cuando los partidos nacionalistas vasco y catalán más pragmáticos se ponen el mono de faena quienes sudan son las y los ministros. El PNV amagó pero el que impactó el gancho en el hígado fue Junts. Si les duele es que siguen vivos. Pero habrán tomado nota.

El derrotado es Podemos

Es Junts precisamente el partido que acapara los análisis en las crónicas parlamentarias, pero el que peor midió la consecuencia de sus actos fue, de largo, Podemos. Esto escribía Jorge Matías en X: “Ah, qué bien sienta hacer estas cosas cuando estás llenándote los bolsillacos todos los meses de una manera que los desempleados solo pueden llegar a soñar, eh”. Todas y todos menos Pablo Iglesias y su clac hemos visto a Podemos aferrarse a un tecnicismo para vengarse políticamente de Yolanda Díaz. Hemos visto, en definitiva, su mezquindad. Pero que nadie se haga el sorprendido ahora porque esa manera de hacer política es la de siempre.

“Yo no me hubiese dedicado a la política”

Aunque el derrotado político del miércoles fue Podemos (quienes no podrán beneficiarse de las mejoras que empaquetadas en el decreto que tumbó porque llevaba la firma de Yolanda Díaz son los máximos perdedores), el PP también se lleva lo suyo: un autorretrato más con Vox y UPN, y otro momento carroñero para la galería, esperando al cadáver. Pero una vez más, Sánchez sobrevivió en el alambre, a lo que Núñez Feijóo respondió así: “Si hubiese sabido que la política consistía en lo que he vivido en los últimos meses, días y horas, yo no me hubiese dedicado a la política”. Manu Bravo apostillaba en X: “Es que esto también va de perder”.

El interior

La elección de Pello Otxandiano me sorprendió, lo reconozco: en la operación de marketing de manual que está implementando Bildu, me encajaba más una mujer y victimizada de alguna manera. Sin embargo, un hombre y de Sortu, del ala dura, es el designado. Lo primero que pensé es que en la izquierda abertzale las filas no estaban tan prietas. Y esta pieza de Mikel Segovia en El Independiente me invita a seguir haciéndolo porque, en efecto, falta convencimiento de que el camino de americana y camiseta sea el correcto: “Organizaciones juveniles críticas con Bildu convocan a sus bases para organizarse políticamente”.

No me lo creo

Dice Eneko Andueza, que ya está pagando publicidad on-line para dar a conocer su candidatura a lehendakari, que “repetirá pactos con el PNV tras las vascas” (EPE). Responde Arnaldo Otegi (con razón) que eso está por ver. Y pienso yo que no me creo a Andueza, ni al PSE, ni al PSOE. Ya aseguró Patxi López que no iba a pactar con el PP. Ya aseveró Pedro Sánchez que no admitiría una amnistía. Es el PSOE el que devalúa el valor de su palabra, el que afirma con categoría que no va a hacer algo y ya lo está haciendo mientras lo dice. Es Andueza el que está empeñado en dejar bien claro que repetirá con el partido al que más critica.

Tres tipos de españoles

Tuitea el Responsable nacional de prensa de Vox, Juan E. Pflüger, que “durante muchos años ha habido tres tipos de vascos: (1) Los que tenían que mirar debajo del coche. (2) Los que miraban para otro lado. (3) Los que ponían las bombas”. Su propia existencia demuestra que hay tres tipos de españolas y españoles: (1) las y los fascistas, (2) quienes les han engordado y cobijado durante décadas y (3) quienes miraban para otro lado. Pero además de esos tres tipos hay muchos más, como vascas y vascos: las y los que no nos hemos escondido, hemos dado la cara y seguimos haciéndolo, frente al fascismo de todo tipo.

El justiciero

La silueta de un cowboy con una maza al cinto, en vez de un revolver, sobre fondo amarillo, ilustra el artículo que ha publicado Pablo Iglesias en Contexto. Significativo. El texto ha saltado a los medios por la línea que dedica a Roberto Sotomayor, candidato de Podemos a la alcaldía de Madrid que se ha dado de baja del partido: “Ya puedes salir todas las noches y pasarte de la raya y de las rayas”. Pero hay más: Iglesias señala con ligereza a todos los culpables que, según él, han conspirado y “han estado cerca de matar a Podemos”. Eso es lo que afirma. Lo que omite, como siempre, es quién ha acabado realmente con su partido.

Si no quieres que contemos no lo hagas

Ya mostré en esta columna mis dudas sobre que estuviera bien que el presidente del gobierno español presentase su segundo libro en horario laboral, con una retransmisión en directo por el canal de Twitter de Moncloa, con la presencia de ministras y ministros, y todo esto con el nombre de la editorial bien visible. En Vozpópuli han contado con los dedos para resolver, por lo menos, sus dudas: “Hubo cuatro ministros más en la presentación del libro de Sánchez que en el pleno de la amnistía”. Incluido, por cierto, el propio Pedro Sánchez, que decidió hacer mutis por el foro y regalar a López el protagonismo que nunca ha dejado de perseguir.