Pero el problema es que Ucrania pide armas

Me ha indignado leer en algunos medios progres, de esos en los que los políticos (en masculino) nos enseñan a hacer nuestro trabajo a las y los periodistas, que Ucrania es “belicista” porque pide a Europa y EE.UU. más armas para defenderse de la invasión rusa. En esos medios progres, esos políticos y periodistas progres, no son capaces de ver lo que Putin hace: invadir militarmente un país apoyándose en una dictadura, Corea del Norte, y devolver el favor con animales del zoo de Moscú y un millón de barriles de petróleo que permitirán a Kim Jong-un seguir fabricando armas y machacar a su pueblo. Pero el belicismo es el de los otros.

Tenemos que formatearnos

Mientras la izquierda que puedo leer obvia la realidad, la derecha del mundo obvia la humanidad: “Estados Unidos veta por cuarta vez una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pide un alto el fuego en Gaza” (Público). Esto es sencillamente intolerable. Y no lo hace Trump, sino Biden. Porque con Trump todo va a ser peor (por desgracia veremos cómo podrá ser peor en Gaza o Líbano, porque yo no puedo imaginármelo). De hecho, estoy seguro de que si la administración Biden hubiera sido más valiente igual Harris estaría en la Casa Blanca. Pero qué sabré yo. Solo sé lo que siento.

El pensamiento crítico

He encontrado en Yorokobu un texto muy interesante sobre el pensamiento crítico: “Pensamiento crítico no es protestar. No es llevar la contraria. Ni es hablar más alto que el de enfrente”, escribe Enrique Tellechea, que sugiere cosas muy interesantes: “Creer es fácil”, “saber es más trabajoso. Requiere interés verdadero y no dejarse llevar por los sesgos”. Como buena reflexión, hace una buena pregunta: “¿Cuantas veces has dicho: ‘No tengo una opinión formada sobre esto’?”, pero me quedo con esta frase: “El espíritu crítico empieza por cuestionarse a uno mismo, no al prójimo”. Mejor dicho, imposible.

Somos gilipollas

No lo he hecho, no lo haría nunca, pero me incluyo, sí, porque soy de los que va al campo cada quince días, porque hincho la burbuja futbolística y porque formo parte de esta sociedad enferma: “Obligan a un niño de cinco años a quitarse la camiseta de su equipo para entrar a Montilivi” (20 Minutos). Solo espero que quien ha forzado a ese niño a quitarse su camiseta ahora mismo lo esté pasando mal, con una vergüenza y una culpa que tarde en superar. Aunque me temo que no va a ser así, que quien no tiene corazón, ni moral, ni ética, ni nada, no va a verse afectado por un señalamiento que debería ser más expreso.

Triangulando

“Aldama se sintió traicionado por Rubiales en plena negociación de la Supercopa: ascendió al Andorra de Piqué y no al Zamora”. Esto es precioso, joder. Da para chiste: ¿cuál es el colmo de la España de los favores pagados? Que el Andorra de Piqué subiese inmerecidamente antes que el Zamora de Aldama. Porque hablamos, de base, de una decisión que se ha revelado como arbitraria por parte del presidente de la RFEF, y que viendo cómo funcionan todos los mencionados en el elocuente titular en El Periódico de España, esa arbitrariedad seguro que se apellidaba Subasta. Por supuesto, el que consiguió la reunión fue un tal Koldo.

Ninguna violencia

Cada 25-N toca recordar la gravísima situación de todas las mujeres, porque todas pueden sufrir violencia machista. Y especialmente, la de las que la han sufrido. Este año, además, ante el crecimiento del machismo en EE.UU. y el mundo, vía Trump, toca ser conscientes del peligro y señalar a quien lo banaliza. Pero podemos ir también a casos muy concretos: creo que tiene que ver con el machismo y sin duda es violencia la amenaza de muerte a Ione Belarra en Internet. Ninguna violencia tiene cabida en nuestra sociedad, insisto, y ninguna tiene tampoco justificación. Ninguna.

¿Es mejor que Elon Musk?

En X siguen los de siempre, los guerreros, los del ruido. Y en Bluesky puedes encontrar a los puros de corazón, tan puros que no sabes si aquello es aburrido o directamente cursi. Y entre una y otra, seguimos y lo hacemos sin saber cuál es mejor. Sí somos conscientes de que Elon Musk es el dueño de X, que hace lo que le da la gana y lo que todo esto supone, pero, ¿quién está detrás de Bluesky? Según El Diario, un fondo de criptomonedas y otros inversores que siguen dando oxígeno (dinero) a una red social sin modelo de negocio. Y esta gente, precisamente, no suele tenerse a sí misma por una ONG.

De éxito en éxito

No me sorprendió la defensa cerrada que Denis Itxaso hace de la ley española de vivienda. Independientemente del cargo que ostente, no ha dejado de actuar como el delegado del gobierno de Sánchez en Euskadi. Pero la realidad, por mucho que le echen Stevia los que la aprobaron con fines electorales (que no sociales), es tozuda: “Lo peor del problema del precio de la vivienda en España está en las previsiones de 2025. Seguirá subiendo” (El Blog Salmón). ¿Por qué? Porque más que otra ley lo que se necesita es inversión: “La oferta de vivienda disponible no crece al mismo ritmo e incrementa su déficit”.

“La fiebre por India”

En este mundo capitalista de mierda que hemos montado, la voracidad de los crecimientos constantes y sostenidos ha encontrado otra manzana que morder: “Decathlon se suma a la fiebre por India y se asocia con Myntra” (Palco 23). Después de que China como mercados se haya estabilizado, los inversores se fijan en otra potencia poblacional. ¿Y después? ¿O lo que venga después no importa porque para cuando el mercado indio haya sido agotado nos habremos cargado ya el planeta? De momento, como otras marcas, el gigante francés del deporte empieza por el noreste del aún más gigante país.

Correcto. Pero insuficiente

Solo hay un modo de que el turismo sea “sostenible”, como persiguen en Florencia, y es haciendo que practicarlo sea mucho más caro de lo que es. Esto que hace el municipio italiano está bien, pero es solo una pequeña tirita: “En su lucha contra el turismo masivo, Florencia ha vetado dos de sus símbolos: las cajas para llaves y altavoces” (Magnet), de los que usan las y los guías durante las visitas. ¿Es suficiente? No, y menos cuando hay jueces que hacen prevalecer los derechos de los dueños de los apartamentos turísticos. Lo único útil para moderar el turismo será renunciar a él y dejar a las y los ricos que vacacionen.

No podemos dejar de hablar esto

“El ejército israelí no da tregua en sus ataques, que se han extendido por toda la región, en zonas de Siria, Líbano, Cisjordania y la Franja de Gaza, dejando más de 160 muertos en las últimas 24 horas” (El Confidencial). Da igual lo que pase, no podemos dejar de hablar de Israel: 160 personas muertas en menos de un día es una marca que solo el gobierno ultra de Netanyahu es capaz de igualar o superar. ¿Cuántos ataques y niñas y niños muertos más vamos a aguantar? ¿Qué tienen que hacer las y los nuevos comisarios europeos más importante que detener esta masacre que solo va a traer más dolor en el futuro?

“Feijóo fracasa”

No voy a ser de esos que aseguran que lo veía venir, porque es verdad que tantos medios en España asegurando que el PP era capaz de impedir el nombramiento de Teresa Ribera me hicieron dudar. Lo cierto es que es muy extraño que este tipo de riñas locales se eleven al parlamento europeo, y esto no sucede porque a nadie le gusta. Por eso me costaba creer el veto. Al final, no ha sucedido: “Feijóo fracasa en sus maniobras para sacar a Ribera de la Comisión Europea” (Público). Y ese fracaso, con el globo que se ha hinchado, será más sonado. Pero lo peor es lo que no cuentan: lo mal visto que está quedando Feijóo en Europa.

Es el sistema

Tengo la sensación de que a Carlos Mazón no le queda otro remedio que seguir generando estos titulares: “Mazón entrega 34 millones para reparar depuradoras tras la DANA a empresas ligadas con la corrupción del PP” (El Diario). Pero no creo que nadie le obligue a engordar la corrupción del PP (a menos que se demuestre), más bien tengo la impresión de que el sistema le deja sin opciones: fue de tal magnitud lo que hizo el PP en la Comunitat Valenciana que hoy cualquier empresa a la que llamen desde la Generalitat puede generar ese titular. Y con estas evidencias todavía tendremos que oír al PP vasco acusar a otros partidos.

Y el que dimite es Costa

Es muy significativo que, con todo lo que ha pasado y está pasando en Valencia después de la DANA, el único que ha dimitido es Alfred Costa: “Dimite el director de À Punt después de que Mazón ofreciera su puesto en plena DANA” (El Pural). Aunque los rumores apunten a otra cita, cuando no a otras circunstancias, yo me atengo a lo que sé: Carlos Mazón estuvo comiendo durante mucho tiempo con la periodista Maribel Vilaplana, según su propia versión, para convencerle de que fuera la nueva directora del ente público. Si esto es cierto o una excusa, a Costa le ha dado igual, y la verdad es que ha hecho bien.

Para que la fiesta no se acabe

“El ‘empresario de criptos’ sentencia a Alvise y dice que le dio 100.000 euros ‘no porque fuera trabajador del Lidl’”. El titular de El Independiente es cristalino y deja a Alvise Pérez muy mal, aunque realmente eso dé igual. La gente decente que no votó al agitador se dará cuenta de lo que supone lo que Álvaro Romillo ha contado al juez, y de que aquel “se acabó la fiesta” era, más bien, que empezaba una fiesta privada. Ahora el eurodiputado “exige el inmediato archivo o elevación al Supremo para poder declarar y terminar con todo esto”. Alvise sabía que el acta de eurodiputado era su salvoconducto y actuó en consecuencia.

«El modelo de Bildu»

Bildu ha copiado todas las formas a ERC. Por eso me extrañaba que Xavier Godàs, uno de los candidatos a presidir el partido republicano, dijese en Público que el modelo a seguir, para él, es el que preside Arnaldo Otegi. Pero hay más en la entrevista: “Sortu realiza un gran acto de generosidad”. ¿Cuándo hemos dejado que este discurso esté normalizado? ¿Qué acto de generosidad hace Sortu, dejar que otros partidos le blanqueen a cambio de sueldos y estatus? ¿Qué acto de generosidad hace Sortu cuando mantiene en su dirección a exjefes de ETA? Yo creo que podemos dar por terminado el plazo de gracia para su integración en la sociedad.

Su libro

La actualidad nos ha obligado a retrasar la conversación sobre el del último libro de Irene Montero, “Algo habremos hecho”. Luis Miguel Fuentes en El Independiente hizo una crónica afilada de su presentación: “Allí estaba lo que queda de Podemos, tras las purgas y los desplantes”, “las primeras filas, las de los cargos e invitados, parecían la sala de espera de un sanatorio, entre descalabrados y desahuciados”, “ya sólo están los de toda la vida, en eso han quedado la nueva política”. Y del libro, ¿qué? Pues esto: “Unas memorias de adolescente, de quien ya lo ha hecho todo en la vida antes de entender nada”.

¿Cómo hablaremos a la juventud?

Hoy en ERC, en Bildu, en Podemos, tienen claro cómo hablar a la juventud: como si fueran los tres reyes magos capaces de resolver sus problemas solo con que se lo pidan en la carta (es decir, que metan su papeleta en la urna). Pero en el futuro la juventud va a ser muy diferente: “El cambio demográfico concentrará la riqueza entre los más jóvenes” (Xataka). Es impopular decirlo ahora (ahora que es un filón para los partidos de izquierda y la juventud es muy sensible), pero el problema de la vivienda caducará porque tenemos menos hijas e hijos y seguimos priorizando la propiedad de la vivienda.

Somos razonables

Cuando leí este titular en Bizkaia Gaur me alegré: “9 de cada 10 vascos opina que ‘el sector turístico es motor de desarrollo económico y empleo’”. Es un buen ejemplo de que somos una sociedad razonable que conoce la importancia de las cosas, lo que supone que vengan turistas y que es capaz de empatizar con quien se acerca a nuestro país porque también nosotras y nosotros salimos. Vistos los datos que aportan en el digital, estoy seguro, además, de que también conocemos como sociedad los riesgos de la saturación y de que seremos exigentes ante ella. Pero todo ese rollo del “go home” es pura estridencia. Está claro.

No las uses

“Pese las campañas que impulsan la creación de claves más seguras, la mayoría de los usuarios opta por ‘123456’ o ‘Password’”. Parece una broma pero no lo es: en Hipertextual han recogido un estudio con datos de 44 países durante seis años, y las cinco contraseñas más usadas en todo el mundo son: “123456”, “123456789”, “12345678”, “password” y “qwerty123”. En el top ten también aparecen: “111111” y “secret”, que es para mondarse. En el caso de España sumamos esa palabra: “España”. La conclusión es clara: “Si usas una de estas contraseñas, cámbiala” porque el tiempo para descifrarla es de “menos de un segundo”.

Liberales en lo humanitario

Fueron los de Ciudadanos los que pusieron sobre el tapete político lo de “lo liberal” en España (en Madrid, Esperanza Aguirre había sido la punta de lanza de esta nueva movida). El PP lo cogió al vuelo y para cuando se merendó las naranjas ya manejaba el concepto, pero siempre en el mismo sentido: adelgazar el estado, recortar los impuestos y los presupuestos. Hasta que una riada irrumpe en tu vida y deja claro lo que supone ser liberal: “Además de liquidar la UME valenciana, Mazón redujo en 13 millones el presupuesto para Emergencias” (El Plural). Con menos dinero se hacen menos cosas, es así de sencillo.

No solo es el PP

No sé si es una característica de los partidos españoles, pero el PSOE también es profundamente incoherente: “Interior aceptó en agosto la inscripción legal del grupo nazi que alienta protestas contra Sánchez por las inundaciones” (Público). Esto es como lo de quejarse de que Vito Quiles esté en la sala de prensa del Congreso, como hace Patxi López, cuando le ha dado la acreditación la presidenta de la cámara baja, Francina Armengol. Quien toma decisiones tiene que ser consecuente con ellas: si quieres confrontar contra la extrema derecha tendrás que convivir con ella. Yo no podría, pero esa ha sido su elección, no deben quejarse.

Vaya, una “falsa denuncia”

No he hecho ni un chiste sobre lo de Errejón porque no tiene gracia. Tampoco me he alegrado, otros sí lo han hecho. Al contrario: noticias como las que está generando erosionan la confianza de la ciudadanía en la democracia y eso solo es bueno para el populismo. Pero por supuesto, he observado su caso porque resulta extraordinariamente paradigmático. Ahora nos encontramos con que el exdiputado asegura que la de Elisa Mouliaá fue una “falsa denuncia”, cuando los partidos para los que ha trabajado han asegurado (y yo también lo creo) que el porcentaje de denuncias falsas en los casos de abuso sexual es bajísimo.

¿Qué puede salir mal?

No nos confundamos: nadie que haya votado a Trump está tirándose de los pelos o rasgándose las vestiduras con nombramientos como el de Robert F. Kennedy Jr., la oveja negra de la familia, según algunas crónicas. El próximo responsable de la Sanidad en EE.UU. es antivacunas y ha difundido mierdas magufas en entrevistas serias. Pero lo peor no es esto, que una vez más valoramos con nuestro prisma europeo: en EE.UU. no existe la seguridad social como la conocemos y, con un sistema de protección tan frágil, un indocumentado como Kennedy puede provocar una catástrofe. Lo jodido es que lo han elegido para que lo haga.

Son el enemigo

¿Qué tienen en común Trump, Kennedy Jr. y Elon Musk, por ejemplo? Que son millonarios. Si no lo fueran, solo serían tres idiotas, pero como tienen mucho dinero han alcanzado el poder y, además, son peligrosos. No solo lo digo yo, también lo sugiere Ted Chiang en El Periódico: “Los multimillonarios son un peligro para la sociedad”. Por eso estoy convencido de que debemos acabar con los ultrarricos, pero no como sociedad, sino como civilización: una fiscalidad del 100% a partir de los 100 millones me parece hasta generoso. Pero el acuerdo debe de ser global y, por supuesto, forzado por la mayoría, no por ellos.