Solidarity-washing

Tenemos que hablar también del “solidarity-washing”. Es necesario porque ayer Josean Izarra describía en El Mundo que Ibon Meñika, cabeza visible de Gernika-Palestina y generoso dador de lecciones, fue condenado, entre otras cosas, por servir de recaudador a ETA. A ver, si te dedicas a financiar a una banda fascista, antifascista no puedes ser. Eso es de primero de ética. Y solidario me temo que tampoco eres si utilizas el dolor que generan 65.000 personas asesinadas por el gobierno y ejército israelíes para pegarte una jabonada por ti y por todos tus amigos. Como dice Javi Vizcaíno: allá a quien se la cuelen.

Que quede claro

Que no deje que la izquierda abertzale me cuele un boicot a las instituciones vascas en nombre de Palestina, no significa, evidentemente (es evidente, sí, pero a los tontos hay que aclarárselo), que me parezca bien la presencia de un equipo ciclista patrocinado con dinero israelí y con el nombre del estado cuyo gobierno ejecuta hasta a 65.000 personas en Gaza y ampara terrorismo en Cisjordania. “Sionista, defensor de la masacre en Gaza y respaldado por Netanyahu: así es Sylvan Adams, el dueño del equipo israelí boicoteado en La Vuelta”. Así lo definen en LaSexta y así lo señalamos.

“Tourist, go home!”

De esta noticia: “El exjefe de ETA, ‘Mikel Antza’, pide posponer su declaración judicial por el asesinato de Gregorio Ordóñez porque está de vacaciones en Mallorca” (Infobae), lo que me has me llamado la atención es la colaboración de Mikel Albisu Iriarte en la gentrificación de la isla. Por lo menos, irá a un hotel, ¿no? ¿O se ha pillado un Airbnb? Acabáramos. ¿Se sentirá aludido por las pintadas de “tourists, go home!”? ¿Tendrá sensibilidad para eso? ¿Tiene sensibilidad para temas sociales quien es llamado ante el juez “por su presunta participación en la planificación del atentado que costó la vida a Gregorio Ordóñez”?

No somos idiotas

Nos toman por idiotas quienes intentan blanquear su fascismo señalando el de otros, nos toman por idiotas quienes denuncian a los turistas cuando no están de vacaciones y nos toma por idiotas Miguel Tellado cada vez que habla (y lo hace todos los días). Hace bien Raquel Marcos en dejar claro en Bluesky lo que vemos todas y todos: “El PP se arroga la representación de los pueblos y la España vacía y los territorios, pero en realidad se hace lo que dice Madrid y los presidentes son directores de sucursal”. Algo muy mal estamos haciendo muchos cuando con un portavoz como Tellado el PP aspira a ganar las elecciones y gobernar.

OK, rey

En el Instagram de la Casa Real han recogido el momento en el que Felipe VI “ha recibido a una representación del periódico digital OK Diario, que este año celebra su décimo aniversario”. Un planazo, como se puede apreciar en la cara del rey. Eduardo Inda, a su lado, estaba más entregado, como leyendo una oda que había escrito con esmero para compartir con un jefe de estado al que nadie elige pero que sí elige junto a quién se sienta. Y no, mira, no vale eso de que la Casa Real está abierta a todo el mundo porque no lo está, y legitimar a un medio conocido por difundir desinformación es una elección. Se es o no se es.

¿Dónde están?

Pocos tuits habrá como este de Bildu, de una entrevista a Arnaldo Otegi en Radio Popular, que dejen tan claro el viraje de la izquierda abertzale. El líder sin caducidad se pregunta: “¿Dónde están los foralistas navarros?”, ante la transferencia de Tráfico fallida que pactó su grupo en el Congreso. ¿Y dónde estaba la izquierda abertzale, que acaba de darse cuenta de cómo funcionan las negociaciones y las transferencias? Sentencia Otegi: “La judicatura en española está en modo golpe de estado contra el gobierno de Sánchez”. Para velar por España ya está su agrupación, que quede claro. ¡Ay, cómo pesa el plato de lentejas!

No pasa nada. O sí

Hablando de la izquierda española desde el PSOE a la pared, podemos percibir que su obsesión por el gobierno español está haciéndoles perder la perspectiva territorial. El PSOE es hoy un partido instrumental para que Sánchez siga en Moncloa. Y Sumar, una marca para las elecciones generales. A los hechos me remito: “Yolanda Díaz rescatará a Marta Lois tras el naufragio de las gallegas” (EPE). Candidatas que van y vienen a Madrid, designadas a dedo y reubicadas al dedillo, no resultan convincentes ni atractivas. ¿Quién se queda en Galiza para luchar porque Sumar sea una fuerza parlamentaria, como Democracia Ourensana, por ejemplo? ¿Qué perciben las y los votantes?

Mientras tanto…

Mientras hablamos de las elecciones gallegas, de cómo el PP ha tenido un resultado extraordinario y los partidos de izquierda españoles se disuelven como azucarillos en el café de los partidos que les apoyan, el gobierno español, ese tan progre, el de Sánchez que pide líderes fuertes y el de Díaz que recoloca a sus apuestas, “ya piensa en que trabajemos más allá de los 70 años mientras cobramos pensión de jubilación. Una más baja, claro” (El Blog Salmón). ¿Es acaso esto progresista? ¿Quién se va a beneficiar de esta idea en mayor medida, taponando la escalada de personas más jóvenes a altos cargos empresariales?

Se llama Yulia Navalnaya

Xavier Colás, corresponsal de El Mundo en Rusia y Ucrania, lo tuitea así de bien: “Se llama Yulia Navalnaya. Se une a X tres días después de que matasen a su marido, Alexey Navalny. Anuncia que quiere continuar su labor”. La labor del opositor que ha fallecido en una durísima cárcel rusa le llevó, precisamente, a esa cárcel, y presumiblemente, a ser envenenado y atacado en varias ocasiones. Yulia ha aceptado tener encima una espada de Damocles en forma de arma oficial de las fuerzas del orden del Kremlin, y lo ha hecho porque alguien tiene que hacerlo: alguien tiene que dar esperanza de futuro al pueblo ruso.

TikTok avanza

Me parece que la pieza de Business Insider sobre el futuro de TikTok es demasiado pesimista: en el digital creen que “cabrear a los usuarios obligándoles a ver anuncios podría ser su perdición” aunque reconocen que “la red social ha ganado anteriores batallas gastándose miles de millones de euros y poniendo en práctica movimientos empresariales inteligentes”. En resumen: la incorporación de Biden a TikTok (pese a haber señalado repetidamente los posibles perjuicios de la red) coincide con campañas comerciales intensas que hacen que se quejen sus usuarias y usuarios. Es decir: lo de siempre, otra vez.