El modelo festivo que mejora

Conocí tarde la Aste Nagusia y cada año que pasa me gusta más. Llevo 20 años disfrutando de las txosnas, los conciertos, los bares, los restaurantes y, en las últimas ediciones, el txikipark, las barracas, los gigantes y los cabezudos porque creo, sinceramente, que cada año la Aste Nagusia es mejor gracias a un modelo festivo que combina lo del ayuntamiento con lo de las comparsas y lo de las empresas privadas (desde el teatro a la hostelería), y que evoluciona: “Asistencia flojísima en la plaza de toros de Bilbao a pesar de intensa publicidad” (Bilbao Hiria), que han pagado los promotores, al contrario de lo que dicen los bulos interesados de algunos.

No otros modelos

Consumo y disfruto en las txosnas: voy a las que hacen convivir sus reivindicaciones con la fiesta y evito las que ponen por encima lo primero. Pero yo soy un viejo: las txosnas las llenamos hoy quienes ya leíamos hace 20 años los mismos mensajes. “Mucha policía, poca diversión” siguen cantando algunos mientras los robos y los hurtos se han disparado en los últimos años en esa zona, precisamente, y los agentes son señalados sin rubor. No sé si la película que cuenta Ane Lindane en Twitter es cierta, pero sí sé que cada vez cuesta más defender a unos cuerpos policiales que se han perdido el respeto a sí mismos.

Cosas de fascistas

Hay dos modos de hacer política en una txosna: reivindicando lo tuyo o haciéndole la campaña a Sortu (directamente) con sus filias y fobias históricas. Yo prefiero el primer modelo, que en estos 20 años me ha hecho sonreír sin complejos ante alguna pegatina o decoración. Casi todo es compatible si recuerdas que la Aste Nagusia de Bilbao se trata de una fiesta de todas y todos, no solo tuya o para tus mierdas: el cartel para anunciar unos conciertos con Santiago Abascal recibiendo un tiro en la nuca (la primera vez que lo vi pensé que era un tomatazo, lo reconozco) es tan fascista como lo que pretende denunciar.

Lo de siempre

El modelo festivo de Bilbao, que es capaz de reunir lo público, vía ayuntamiento; lo ciudadano, vía comparsas pero también el jolgorio espontáneo de quien sale a la calle; y lo privado, vía hoteles, restaurantes o teatros, me parece extraordinario y a preservar. Un modelo, ya lo he escrito, que evoluciona, no solo en lo ético y lo estético: la Aste Nagusia se celebra hoy en muchos más espacios que antes y para mucha más gente. Lo que menos ha avanzado, también lo he señalado, es precisamente lo que aporta Bilboko Konpartsak. Y seguirá así, me temo, mientras asociaciones como COVITE puedan denunciar año tras año lo mismo.

Hablemos de los precios

En Aste Nagusia hay mucho que ver, tanto que lo que menos miramos es el bolsillo: salimos, bebemos, comemos, vamos a las barracas, al teatro… Sabiendo que, en algunos casos, estamos pagando de más. De más pero muy democráticamente: pagamos tanto como las y los turistas y, además, pagamos como turistas (todas y todos lo somos, que no me venga nadie con ese rollo del “viajero”) cuando salimos de Bilbao: “Los hoteles cobran precios récord en julio: un 5 estrellas cuesta un 84% más que en 2019”, leo en El Independiente y pienso si será culpa de Putin o de Airbnb. Mejor lo pienso mañana que todavía queda un día de Aste Nagusia.

El camino de Rosa Díez

El camino de Rosa Díez es muy significativo: del PSE a UPyD, y de UPyD a Vox. No como representante (aunque estoy seguro de que algún voto sumaría al partido ultraderechista) pero sí como simpatizante, por lo menos. La candidata de las y los de Abascal al Congreso por Bizkaia tuiteaba una foto de la visita de la exconsejera del gobierno vasco a la carpita que pusieron en Bilbao. Nerea Alzola y Díez posaban, sonrientes, delante de la bandera española y bajo la lona verde que les daba cierto aire extraterrestre. A estas alturas quien justifica, apoya y vota a Vox lo hace al fascismo trasnochado. No cabe un debate al respecto.

Totalmente de acuerdo

Si por algo se ha caracterizado el primer gobierno español de coalición es por unos horarios imposibles para la conciliación de cualquiera que tenga algo que ver con la política: mientras imponía fichajes y el control de las horas extra, los partidos sufrían colapsos laborales y emocionales. Ahora, en campaña, se han pasado de vueltas, como bien señala Alberto Elías: “No seré yo el mejor estratega, pero diría que queda un poco raruno que salga Yolanda Díaz fardando de dormir dos horas al día cuando uno de los principales caballos de batalla de Más País/Sumar siempre ha sido el tema de la conciliación y reducir jornadas laborales”.

“Tan difícil como llegar a la independencia”

La pieza en El Nacional sobre un encuentro de Artur Mas en “un desayuno de los juntaires con representantes de pequeñas y medianas empresas catalanas” me ha resultado muy interesante. Todo lo que dice el President resulta razonable, tanto como su objetivo independentista. Según avanzaba en las líneas me preguntaba una y otra vez: ¿en qué momento se desviaron del camino? ¿Cómo ha podido acabar todo tan mal para el espacio político que lideró el camino independentista catalán, que se presenta dividido una vez más y regala el liderazgo del nacionalismo a una ERC que solo se ha limitado a esperar?

El debate a tres

Escribo esta columna antes de que se haya producido el debate a tres, y supongo que lo veré, aunque sea como fondo de otra actividad (seguramente, trabajar, que estamos en campaña). No me genera mucho interés más allá de la puesta en escena de RTVE y de cada interviniente: cómo hablan, a quién se dirigen (especialmente, en ausencia del PP) y cómo gestiona cada uno su pequeño drama. Yo me espero algo así: Sánchez intentará resarcirse del desastre de la semana pasada pero sabe que la imagen de presidente la tiene el ausente, Abascal exhibirá sus limitaciones y Díaz querrá desmarcarse, ser una alternativa a todos, sin convencer a casi nadie.

Esto no vale nada

Durante la emisión del debate alguien jugará en Twitter a hacer “fact-check”, es decir, a detectar mentiras y desenmascararlas. Un ejercicio que siempre he considerado un virtuosismo innecesario: las crónicas del día después suelen ser complementarias y ayudan a hacerse una idea. Además, están mejor escritas. Precisamente uno que sabe mucho de televisión, Borja Terán, tuiteó como si nada una de esas frases que hacen que te detengas: “Estáis en Twitter peleando por desenmascarar mentiras, pero la conclusión es que la verdad ya no vale nada”. Su tuit vale muy poco, precisamente, porque contiene una grandísima verdad.

Los ridículos

Hace un par de temporadas, un tuitero que se tenía a sí mismo por muy gracioso envió unos mariachis a Ibaigane. Cuando fue a renovar su Gazte Abonoa, la junta de Aitor Elizegi no le permitió hacerlo, y me pareció bien. Con un concepto de sí mismos parecido, los sindicatos de la Ertzaintza enviaron el lunes mariachis a Sabin Etxea para gozo de quienes siempre han rechazado a la policía vasca por policía o por vasca. En esta ocasión, lo que obtuvieron los ridículos (que es quien envía mariachis creyéndose muy divertido) fue la mano tendida de Andoni Ortuzar, que estuvo a la altura desde la que sacó la foto con la que ilustra su post.

Tienen que salir de su burbuja

Las reacciones en Facebook y Twitter de varios agentes, la mayoría con nombres falsos o desde el anonimato, directamente, lo que muestran es una gran distancia entre la realidad y su mundo. Creo que el departamento de Interior tiene que seguir negociando, confío en el trabajo de mediación de EAJ-PNV y sé perfectamente que no todos los y las ertzainas son iguales, como se empeñan en explicarnos desde los sindicatos mientras ellos no distinguen entre quién cumple con su deber y quién se busca una baja. Pero las y los agentes tienen que salir a la calle sin uniforme, saber en qué país viven, qué es posible, legal y legítimo, y qué, no.

O llegarán estos

Mucho ha hablado Bildu de cómo Vox quiere ilegalizarles y al PNV, no. Como si fuera una carrera y, sobre todo, como si Ortega Smith no hubiera dicho a Aitor Esteban que ilegalizará su partido jeltzale. Pero de lo que dijo Abascal en Catalunya me parece más importante su señalamiento a los Mossos d’Esquadra. Que nadie dude, especialmente en la Ertzaintza, que quienes quieren vaciarla de atribuciones disfrutaron de los mariachis y disfrutan del señalamiento a políticos y periodistas vascos. Y España va hacia ahí, hacia un gobierno del PP que tendrá que contentar a Vox. ¿Quién defenderá a la Ertzaintza ante sus pretensiones?

Un debate interesante

“Que te vote Txapote” me parece un lema horroroso, para empezar, porque devuelve al escenario a un personaje que ejemplifica lo peor que le ha pasado a la sociedad vasca: ETA. Pero también me parece que abre un debate interesante: además del mal gusto declarado de quien lo pronuncia, está la cuestión ética. ¿Puede usarlo y alentarlo una derecha española que ha sufrido directamente a ETA? ¿Pueden vetarlo las víctimas? ¿Pueden usarlo las víctimas? ¿Son las víctimas de hoy las mismas que las de hace 20 años, cuando Txapote mataba? ¿Hay que preservar a aquellas o la sociedad está preparada para aceptar un nuevo tipo de víctima?

Una Ikurriña bien grande

La gran victoria de Pello Bilbao en el Tour ha servido para volver a poner en el mapa internacional a nuestro pequeño país. La afición ciclista de todo el mundo reconoce la Ikurriña, sabe que es la bandera de una nación que ama y respeta a ese deporte y que no, no es España. Lo saben en una institución tan jacobina y profesionalizada como el Tour de Francia, que eliminó el mensaje en el que le felicitaban con una bandera española formada con emoticonos y la cambió por la nuestra. Porque la nacionalidad y el país del que es uno no tienen por qué ser los mismos, y entenderlo es solo cuestión de voluntad. ¡Zorionak por todo lo logrado, Pello!

«Ha sido ETA»

La frase que hizo famosa José María Aznar como la mentira más grande en política jamás contada fue lo primero que me vino a la cabeza cuando vi la respuesta de Consuelo Ordóñez a Rafael Hernando, el portavoz que Núñez Feijóo ha recuperado para el Congreso: la víctima de ETA afeaba la réplica en Twitter que había recibido del pepero. Hernando aseguraba que Gregorio, asesinado por el terrorista Txapote, hoy también gritaría “que te vote Txapote” a Sánchez. Y aseguraba también que “Goyo” fue su amigo. La de COVITE decía no conocer a Hernando y que, visto su tuit, él no conoció a su hermano.

Peor es el que la manipula

Estoy seguro de Santiago Abascal no es tan mala persona como nos transmite con sus declaraciones: “Avisa de que los primeros votantes de Sánchez serán ‘violadores, pederastas, golpistas, Txapote y Mohamed’, en referencia al rey de Marruecos”, informan en Europa Press. Estoy seguro de que Abascal no es consciente de la gravedad de sus palabras, de lo que significa lo que pronuncia. De hecho, me preocupan poco él y sus burradas, y me preocupa mucho el que se las escribe, el que se las hace memorizar, el que le asegura que eso es lo que tiene que decir, ¿para qué? ¿Quién gana generando odio? Sí sé quién pierde.

Esto está mal

El boicot, provocado o accidental por una presión mal medida, de los trabajadores de Navantia en Cádiz a Yolanda Díaz, que estaba dando un mitin en la ciudad, está mal. Está mal, para empezar, porque lo dice la ley, que es clara sobre el derecho de la ciudadanía a ser informada durante una campaña de las intenciones de quien se presenta. Y está mal porque algunos sindicatos y, lo que es peor, los movimientos asindicales (según El Independiente, estos trabajadores de Navantia acudieron “sin estructura sindical”) se han alejado del posibilismo para acercarse a la extorsión, y han cambiado el largo plazo por el cortísimo.

¿Quién es Tamara Falcó?

Sé quién es Tamara Falcó, sé que trabaja en “El Hormiguero”, sé que es una estrella en Instagram, sé que es el clavo al que se agarran las revistas del papel couché para conectar con la siguiente generación y sé que la creación de las estrellas “del corazón” es un fenómeno arbitrario. Pero me ha sorprendido la cantidad de información que toda la prensa ha publicado de su boda. Lo que no me ha sorprendido es que, como tuitea Tortondo, “los invitados a la boda de Tamará Falcó son como la programación del Canal Historia: nazis y tiburones”. Niñas y niños pijos con empresitas y descendientes de fascistas declarados. Qué cuadro.

¡Ah, sí, el cara a cara!

Por supuesto, también sé que ayer se celebró el esperado “cara a cara” entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. No estoy tirándome el pisto, no tengo mucho interés en él porque sé que si uno y otro han hablado de Euskadi habrá sido para mencionar lo peor de nuestro país: ETA y quien justificándoles. El poco interés que tengo es puramente profesional: ver cómo dos políticos que aspiran a gobernar un país se fajan en un diálogo televisado. Por el mismo motivo, por lo genérico, la pieza en The Objective de César Calderón me ha resultado de las más interesantes de la previa: “Siete formas infalibles de perder un debate electoral”.

Nos encaja

Lo peor para Pablo Iglesias no es que Lola Sánchez Caldentey haya escrito un hilo en Twitter en el que la exeurodiputada de Podemos le acusa de machista y de haber intentado espiar a Miguel Urban. Lo peor es que nos encaja perfectamente con lo que hemos visto de Pablo Iglesias hasta ahora. En concreto, Sánchez le acusa de haber promocionado antes a dos hombres que a ella cuando le correspondía, a presionarla para que aceptara formar parte de movimientos internos, de no dejarla trabajar y de haberle pedido informes anónimos sobre la Urban, y nos podemos imaginar a Iglesias en todas esas situaciones sin dificultad.

Nada le vale

Pablo Iglesias ve cómo todo lo que ha puesto en marcha con esfuerzo (eso no se lo discuto) se lo va a llevar Yolanda Díaz con mucho menos trabajo. Y la culpa es, en gran parte, suya: todas y todos los purgados, todas y todos los rebotados, todas y todos los que quieren participar en un proyecto progresista pero perdieron la confianza y las ganas en Podemos, se suman a Díaz. E Iglesias, por supuesto, busca culpables fuera: “Pablo Iglesias, que se pegó más horas en La Sexta que Ana Pastor, Pablo Iglesias, que era tertuliano en la SER, ese mismo Pablo Iglesias, diciendo a otra que muy mal estar en La Sexta y la SER”, tuitea con tino Jorge Matías.

Seguimos

Leo en El Independiente que “la moción de censura tuvo ‘poco o ningún interés’ para el 61% de la población, según una encuesta de Sigma Dos”, y sin embargo aquí estoy, escribiendo sobre ella. Por otro lado, en Vertele han recopilado las cifras: 790.000 fueron las espectadoras y espectadores que, de media, vieron la sesión el martes de 8:00 a 15:00 (cuando hablaron Abascal, Sánchez, Tamames y Díaz). Supongo que muchas y muchos éramos periodistas que seguíamos con entusiasmo un poco enfermizo el show. Pero ni la atención excesiva del sector va a servir para mantener viva una patochada que nunca debió de darse.

Daniel, déjalo

Días después seguimos viendo noticias sobre la moción de censura y tuits provocados por las intervenciones durante las sesiones, como este del economista neocón Daniel Lacalle: “Ramón Tamames ha demostrado ser un gigante intelectual ante un gobierno lleno de propaganda y vacío de argumentos. Nunca he considerado la moción de censura una buena idea, pero escuchar a Ramón reivindicar el sentido común y la verdad ha sido un lujo”. Quien se atreve a escribir algo así está entre los gravemente intoxicados o entre los intoxicadores. Nada más explica el arrojo de un tuit tan fantasioso e intencionado.

¿Qué puede salir mal?

“Qatar ofrece una histórica cifra para compra el Manchester United: 6.000 millones de euros” (Nius). Es el precio de salida que la familia Glazer ha puesto al 69% de las acciones del club, todas las que posee. Y la oferta la ha hecho el jeque Jassim bin Hamas Al Thani, de la familia real y “presidente del Banco Islámico de Qatar, la segunda institución financiera más importante” del país. El hambre de estos países de poseerlo todo me sorprende tanto como el inmenso poder que les hemos cedido, vía dinero. Las facilidades de la Premier para trasvasar capitales de la propiedad a los equipos, por supuesto, ayuda a que lo veamos.