Por qué no me lo creo

Durante el fin de semana he leído análisis y recomendaciones de todo tipo sobre el plan “España 2050”. Y pese a la insistencia de muchos sigo sin creérmelo ni por las formas ni por el momento: las elecciones en Madrid han cerrado las aspiraciones de Sánchez de adelantar las Generales y librarse de Podemos, y tengo la sensación de que este “España 2050” es solo el evento de confirmación de la nueva intención de alargar este tiempo. Pero el foro no ayuda a convencerme de lo contrario: para resultar creíble, un plan así se presenta en el Congreso, como Ibarretxe presentaba los suyos en el Parlamento.

No puede ser de otra manera

No hay nada reprochable en que Ione Belarra elija al equipo de personas que formaba parte del núcleo duro de Pablo Iglesias para su proyecto continuista. De hecho, si fuese de otra manera estaríamos hablando de un “continuismo” un tanto extraño: Irene Montero, Pablo Echenique, Rafa Mayoral, Julio Rodríguez, Jaume Asens, Pilar Garrido, Juanma del Olmo… Son nombres sobradamente conocidos y estrechamente relacionados con la segunda fase del partido, esa que siguió a la fundacional y a la criba interna de Iglesias. Una fase, además, en la que los resultados electorales por lo general han ido a peor.

Cara de Inés Arrimadas

El adiós del líder pero con un continuismo atado y bien atado se ha dado en Podemos como se dio en Ciudadanos, del que hace unos días leí un tuit extraordinario: “Aquí la única conclusión es que Ciudadanos era un partido de flipados”. Todos y cada uno de los que formaron parte de los naranjas lo han empeñado en demostrarlo. Lo malo para la democracia española es que a Ione Belarra se le está poniendo cara de Inés Arrimadas, y solo Yolanda Díaz puede prolongar la vida de un partido personalista porque así lo moldeó su líder con el plácet de quienes se salvaban de las purgas. A los flipados de izquierdas les veremos desfilar.

Corona de micrófonos

Javier Durán puso el pie de foto perfecto a la imagen de Santiago Abascal en Ceuta rodeado de medios de comunicación: “No son micrófonos, son altavoces”. Son los mismos medios que invitan (pagando, por supuesto) a sus tertulias a periodistas como Eduardo Inda, director de un medio de comunicación que todos reconocemos como difusor de fake-news. Vale, lo acepto: los periodistas hemos dejado de tomarnos en serio y nos hemos perdido el respeto, empezamos olvidándonos de titular y hemos terminado olvidando qué es un nazi y cómo tratarle. Pero, luego, nada de lecciones, lamentos ni golpes en el pecho.

Nada mejor que un buen yate

Quien esté pensando en alquilar una autocaravana para las próximas vacaciones de verano tiene que saber que es un pobre de espíritu y de todo lo demás: lo que realmente mola, donde se nota de verdad que hay tela, lo que hace que un bañador, una camiseta y unas chanclas no parezcan el uniforme del camping sino el vestido de la libertad es un yate. Pero uno bueno, uno cojonudo. Y nada de alquilarlo: en propiedad, para que la ensalada de pasta te sepa aún más rica. “Todos los negocios están en crisis. Excepto el de los superyates: se están vendiendo más que nunca”, leemos en Magnet. Hay tantos pedidos que el sector no da abasto.

Work hard, play hard

Mohamed VI ha demostrado que puede hacer lo que le dé la gana y que carece de la humanidad más básica lanzando, como si fueran piedras, a inmigrantes contra España en Ceuta. Con el ataque de Marruecos con seres humanos consumado, “Felipe VI llama al presidente de Ceuta para ‘interesarse’ por la situación”, según El Plural. Anotamos otro gran servicio del rey español a sus súbditos: una llamada de interés a un monarca que, según nos vendieron durante el juancarlismo, podía ser como un primo para él y Felipe VI, un primo para el dictador marroquí. Vaya selfie que se están sacando todos.

A Ceuta, pero no a hacer la mili

El jefe del estado español se ha limitado a hacer una llamada cuando lo peor ha pasado, y el del gobierno, ha difundido un vídeo a los medios de él viendo la costa ceutí desde un helicóptero. Quien no se ha perdido el evento, como si se tratase de un millonario que se acerca a ver una aurora boreal, es Santiago Abascal, que no fue a Ceuta ni a ningún sitio a hacer la mili, pero sí va a hacerse la foto: declaraciones a los medios (entrevista a Ana Rosa Quintana, incluida) y encuentro con simpatizantes, así ocupó la mañana de ayer quien los días previos ha señalado a menores y tuitea con el hashtag “stop invasión”.

Qué momento

La debilidad de España ha quedado a la vista: Mohamed VI puede ridiculizar el sistema de fronteras, amenazar y chantajear cuando quiera. Y el gobierno español queda desnudo no solo ante la oposición y la ciudadanía: Europa mira muy atentamente su frontera del sur y toma nota de cómo actúan unos y otros (y mide la fortaleza de la democracia en función de cómo se comporta la oposición). Por si todo esto fuera poco, el gobierno español, por medio del controvertido Iván Redondo, da a conocer esta semana su plan “España 2050”, que ya ha sido barrido por una crisis diplomática y humanitaria en unos pocos kilómetros.

El Bizum

La expresión del Bizum no es mía, sino de un tuitero que traigo recurrentemente a la columna, Niporwifi, y la noticia, de El Independiente: “El Gobierno da 30 millones a Marruecos para controlar la inmigración en plena crisis en Ceuta”. Un pago que debe compensar el esfuerzo logístico pero parece que también compensa la decisión de traer a España a Brahim Ghali, del Frente Polisario, que ha sido ingresado en Logroño con coronavirus y una identidad falsa. Ese ingreso habría sido el detonante o la excusa, que uno nunca sabe cuando se trata de dictaduras, para el uso por parte de Marruecos de personas contra España.

Y con los inmigrantes llegaron los bulos

La correlación no suele fallar: con el incremento de personas inmigrantes (los pobres, claro, que los ricos son “viajeros que se instalan”) surge también un incremento de los bulos. En Maldito Bulo han desmentido ya casi una veintena: no ha ardido ningún colegio, ningún coche, ninguna iglesia, ni ningún supermercado en Ceuta, no ha sido apuñalada ninguna mujer ni ningún inmigrante a manos de otro, ningún inmigrante ha violado a nadie, ni ha habido robos a punta de navaja, ni ocupaciones de viviendas por la fuerza, y sí, lo que sí ha habido es la creación de una cuenta para difundir bulos que en la web han detectado rápidamente.

Y salió Bea Fanjul

Por si la campaña del PP no había sido suficientemente disparatada, en la recta final decidieron poner detrás de un atril a Bea Fanjul, cuyo discurso está ya en la historia de las campañas desastrosas: llamar “malo conocido” a la candidata y pedir que a Ángel Carromero que no la matase, cuando el jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso está condenado a cuatro años de prisión en Cuba por homicidio involuntario, es una bestialidad. Una bestialidad y el resultado de elegir a representantes (Fanjul es diputada por Bizkaia y presidenta de Nuevas Generaciones) cuyo único discurso consiste en ser joven, alocada y de derechas.

¿Lo bueno por conocer?

Si Isabel Díaz Ayuso es lo “malo conocido”, según Bea Fanjul, ¿quién es lo “bueno por conocer”? Mónica García, la candidata de Más Madrid, partía en desventaja por alcanzar menos notoriedad que la del PP, Iglesias, Gabilondo o Monasterio. Pero ha acabado por hacerse un hueco como alternativa a Díaz Ayuso. Alternativa en todos los aspectos: profesional de la medicina, madre, progresista y centrada, frente a las salidas incomprensibles de la actual presidenta. Más Madrid puede ser hoy la primera opción de la izquierda madrileña, y Errejón puede coger aire y liderar una nueva izquierda española.

La campaña del postureo

Pablo Iglesias se equivocó de ola y, claro, se ha caído de la tabla antes de ponerse de pie sobre ella: cambió su vicepresidencia por ser cabeza de lista de su partido en Madrid, mostrando lo desnortado que estaba, y su campaña se ha basado en competir por ser el más belicoso con Isabel Díaz Ayuso y el tándem Monasterio-Abascal. Lo más probable es que su partido sea hoy la quinta fuerza, la última en el Parlamento, y que su radicalidad haya asegurado el gobierno de derechas. El frentismo de su campaña solo ha sido comparable al postureo: las fotos que lo endiosaban lo alejaban de la realidad. Así ha sido su política siempre.

Despedirse citando a Hegel

Diaz Ayuso sabía que pillaba a casi todos desprevenidos cuando convocó las elecciones: solo Podemos supo recomponerse con un autogolpe. Pero el PSOE no supo o no quiso montar una alternativa a Ángel Gabilondo. Así que el veterano político ha sido el cabeza de cartel a su pesar, o eso transmitía. Su despedida de la campaña en Twitter, citando a Hegel, (“Nada se ha hecho sin una gran pasión”) es solo el último ejemplo de lo extraño que ha sido todo en el PSOE. Un PSOE del que solo espero que no se deje convencer por el PP de que estas elecciones autonómicas tienen que ver con el gobierno de Pedro Sánchez.

España

Tengo la sensación de que todos, empezando por mí, hemos escrito demasiado sobre la extrema derecha española. Es evidente que lo son y quien no lo vea es más tonto de lo que cree o es un colaboracionista. ¿Qué campaña han hecho Monasterio y su jefe de la misma, Abascal? La que esperábamos: señalar a emigrantes, hablar de falsas libertades, beneficiarse de cuentas falsas en redes sociales para colocar mentiras y sacar la bandera a cada paso. No hace falta decir nada: ellos solos se definen. Tampoco hace falta mencionar a Edmundo Val ni a Ciudadanos que, como UPYD, se disuelven en la insignificancia. Que voten de una vez.

Lo confirma él

Estaba dispuesto a creer que Santiago Abascal seguía un manual de trumpismo para dummies, que unos días antes de la jornada electoral empezaba a arrojar dudas torpemente sobre el proceso y que, para provocar el caos, se le había ocurrido sugerir que quien ha votado por correo podía personarse en el colegio electoral para ejercer su voto presencialmente y anular el enviado previamente. Pero me equivoqué: el propio Abascal envió un tuit en el que aclaraba que desconocía lo más básico del proceso… Pese a llevar toda la vida viviendo de la política y ser el jefe de campaña de Vox en Madrid.

Ignorantes, pero muy organizados

Esta semana en Twitter hemos visto varios ejemplos de cómo “alguien” utiliza cuentas falsas en Twitter para colocar exactamente el mismo mensaje. Entre los mensajes que replicaban, uno precisamente era de un supuesto trabajador de Correos y votante del PSOE que alertaba de las irregularidades que advertía en el voto por correo. Un mensaje que coincide con la intención de Vox de arrojar todas las dudas que pueda sobre el proceso electoral… El mismo que Abascal ha reconocido desconocer. Así funciona esto ahora: desinformación por un tubo e ignorantes a paladas. La esencia de la extrema derecha.

Y arropados

Durante las crisis sanitaria y económica hemos perdido, por momentos, ese respeto excesivo a los jueces. Luis Ángel Garrido ya es uno de los conocidos en Euskadi por su decisión de mantener abiertos los bares, que debemos tener siempre en cuenta para explicar los números de la pandemia en la CAV. Sobre las elecciones madrileñas deberemos recordar el juzgado de instrucción número 53 de Madrid que ha considerado que el cartel de Vox que señalaba a un menor no acompañado no constituye delito de odio. “Ahora ya sabéis con quién no vamos a poder contar para la contención del nazismo”, comentaba en Twitter Pedro Vallín.

También, acompañados

Abascal es un responsable de campaña que no sabe cómo funciona el voto por correo, al que beneficia un grupo numeroso de falsos tuiteros y algunos jueces con sus decisiones. Menos mal que tienen esa ayuda externa porque la cabeza de lista de Vox, Rocío Monasterio, llega muy desgastada al final, como una caricatura de sí misma que se ha desdibujado durante los momentos en los que necesitaba marcar el trazo. Algunos tuits suenan como sentencias: “Monasterio diciendo que no se cree lo de las cartas con balas mientras un primo de su marido ha enviado una navaja a una ministra. Si es que te tienes que reír…”.

¿Qué hay enfrente?

A ver quién se salva cuando la historia haga un análisis sobre quién estuvo al lado y quién estuvo frente a la extrema derecha en este resurgir. Xavier Colás tuiteaba: “Antifascista es una persona que lucha frente al fascismo. No una persona que llama fascista a todo el que tiene en frente”, y acertaba. Muchos cantan el Bella Ciao pero pocos son dignos de hacerlo porque la mayoría de esos antifascistas de ocasión tiene en su debe el apoyo o la justificación de algún tipo de fascismo. Algunos son conscientes de su cinismo, otros son incapaces de distinguir un fascista aunque lo tengan delante soltándoles un mitin.

La banalización también ayuda

Sin los colaboracionistas el fascismo no sería nada, ni cuando lo vimos por primera vez, mostrándonos la crueldad sin límites del ser humano, ni ahora, que estamos empeñados en demostrar nuestra estupidez infinita como especie. Y ese colaboracionismo solo es útil gracias a quienes permiten ese blanqueo. Al respecto, Naiara Pinedo recuperaba en esta semana Twitter la cita: “‘No puedo aceptar la banalización de la intolerancia y el odio’. Jacques Chirac en 2002 negándose a debatir con Jean-Marie Le Pen”. No suelo creer que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero en cuestión de políticos presentes tengo más dudas.

¿Quién es el loco?

Raúl Díaz también ha afinado muy bien con su tuit: “‘La persona que mandó una navaja a Reyes Maroto es un hombre con problemas de salud mental’. Está bien que lo aclaren, porque igual los que mandaron balas a Iglesias, Grande-Marlaska y María Gámez no tienen ni un problemilla mental y son gente así, sanota”. Más allá de la vinculación familiar con Espinosa de los Monteros, el autor del envío de la navaja está evidentemente espoleado por el empoderamiento de la extrema derecha en España, como hemos advertido, gracias a los colaboracionistas y a quienes no toman en serio la amenaza fascista.

“Admiraba a Abascal”

En InfoLibre están haciendo muy bien las cosas, así que lo mejor que puedo hacer yo es copiar y pegar su información: “El joven que pateó a un guardia civil tras un mitin de Vox no era un ‘ultraizquierdista’ sino un seguidor de Abascal. El adolescente acudió el miércoles pasado al mitin de Navalcarnero (Madrid) porque ‘admiraba’ a Abascal, asegura su padre. ‘A Vox le viene muy bien hacerle la foto a mi hijo diciendo que es uno de la ultraizquierda y que son esos los que han reventado el mitin’, denuncia. Utilizaron el altercado y la patada del joven a un agente de paisano para cargar contra la izquierda y animar a sus simpatizantes a ‘defenderse’”.

“Huevazos”

La cuenta en Twitter de Vox en Araba tuiteaba que uno de sus afiliados había recibido “huevazos” en su balcón por tener una bandera de España con un crespón negro en “homenaje a los caídos este último año”. Igor Goikolea, entre otros, han mostrado la falsedad del tuit con la imagen que adjunta Vox, que está sacada del anuncio de Amazon de banderas españolas con crespones negros. Y la del balcón, sin la bandera pegada con Photoshop (o Paint), aparece en Google. Es decir, hemos podido ver que a “huevazos” pocos ganan a los de la extrema derecha, que parece que sí “lloriquean”, como dice Abascal de otros.

Justo, un Rayo-Albacete

No sé si es habitual que Absacal y Monasterio vayan a ver los partidos del Rayo ni si el club suele facilitar la entrada a su estadio a políticos, en general. Lo que sí sé es que no es nada casual que la candidata de Vox en Madrid y el responsable de su campaña (la de los MENA, la de la banalización de las amenazas, la de las capeas, la de ir a provocar a algunos barrios) fueran a ver este partido: el último partido un Rayo-Albacete con público, el de 2019, fue suspendido después de que la afición rayista cantara aquello de “Zozulya, puto nazi” al jugador ucraniano que se había mostrado próximo a la extrema derecha.