No debería extrañar tanto que quien es considerado el jefe de una “brigada política” conserve material que puede tener consecuencias de alto nivel (hasta para afectar al jefe del Estado), ni que amenace con filtrarlas si no cesan las investigaciones contra este equipo. Una brigada que, según Público, montó el anterior ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, y que puede estar detrás de las filtraciones sobre la relación entre Juan Carlos I y sus posibles amantes, que habríamos sufragado entre todos.
Los notarios, ¿a escena?
Al paso que vamos, acabo por responder una de las preguntas que más me inquietan desde el principio de la crisis: ¿y los notarios no han tenido nada que ver en todo esto? Piénsenlo: como fedatarios públicos no levantaron la voz mientras se hinchaba la burbuja, ni cuando los bancos incluían cláusulas sospechosas de inicio, ni cuando las entidades hacían pagar, según parece, a sus clientes lo que les correspondía a ellas. Son ya varias las voces que oímos que hablan de su responsabilidad.
Un poco de conciencia
A Twitter le debo hacer esta columna con cierta agilidad, y haber conocido, por ejemplo, a personas como Antonio Cartier, con el que no me une nada salvo el interés mutuo por lo que tuiteamos, él desde Madrid y yo desde Bilbao. Un tipo listo que, desde su humildad, invita a pensar. Por ejemplo, se pregunta: “¿Entonces en el Reino de Twitter vamos a quitar las vallas de Ceuta y Melilla?”, después de leer tantas críticas al muro de Trump de personas que no alzan la voz por los que existen en España.
¿Del primero al tercero?
Patxi López y sus fieles jugaron la carta del primer candidato oficial a la secretaría general del PSOE, y eso le ha dado visibilidad (entrevista en Abc este fin de semana, en la que pedía a Pedro Sánchez que no se presentase, incluida). Pero el pulso Sánchez-Díaz sigue siendo atractivo y López se queda atrás, lo que confirmaría que el de Coscojales-Txurdinaga-Chueca solo gana las votaciones en las que le cuenta con el OK del PP. ¡Menudo currículum socialista!
De profesión, líder de Ciudadanos
Con lo mal que lo tienen en el PSOE y en Podemos, Albert Rivera ha ganado con mucha holgura su propio congreso, y seguirá al frente de Ciudadanos unos años más. Ojo, que lleva más de diez y, cuando termine este ciclo, llevará cerca de quince. Entonces, ¿lo de la limitación de mandatos y no estar en la política de por vida, que se lo apliquen otros? Lo que queda claro es que lo que predica no lo convierte en su propio trigo, y estas incoherencias no suelen caer bien.