La gran vergüenza mundial

El asesinato de Murtaja Qureiris, programado por Arabia Saudí por el método de la crucifixión por participar en manifestaciones siendo un niño (los delitos que se le imputan los cometió con 10 y 13 años) debe caer en nuestras conciencias. En las de todos. En las de las potencias mundiales y, en general, todos los gobiernos, por no intentar parar esta pena capital cruel porque el país que la ejecutará es Arabia Saudí. Y en la de la ciudadanía del planeta por no levantarnos ante una injusticia tan flagrante. No se trata de una cuestión “interna”, se trata de Derechos Humanos, dictaduras y, por supuesto, mucho petróleo.

¡Qué oportunidad perdida!

La selección española de fútbol, la absoluta, perdió el miércoles su partido contra Alemania durante el mundial de Francia. Ayer, las portadas de la prensa deportiva española abrían con el fichaje de Jovic, y la catalana, con el futuro de Griezmann (que ya me parece el jugador más pesado del mundo). ¿Por la derrota? No, porque son chicas. Con el resultado de “La Roja” solo encontrábamos llamadas en portada, generalmente ridículas y excepcionalmente un poco más grandes. ¡Qué oportunidad estamos perdiendo como periodistas (me incluyo, sí) de demostrar que nos tomamos en serio la Igualdad!

Con hacerlo una vez…

No entiendo la estrategia catalana: con una declaración de independencia que se toman más en serio los que acusan a los presos políticos que los que la hicieron, en los compases finales de un juicio precedido por una prisión preventiva y unas decisiones parlamentarias injustas, los que tienen que poner mesura imponen más enfrentamiento. Estamos hablando de políticos y líderes sociales acusados de delitos que conllevan penas muy graves, estamos hablando de familias destrozadas porque algunos quieren golpistas vía sentencia y otros, abrir un ciclo de venganzas que les lleve… ¿A dónde? Necesitamos agua, no gasolina.

Ciudadanos compite… Con Vox

Vox ha irrumpido como un terremoto en la política española, pero solo en la de derechas. Ha descolocado a PP y Ciudadanos, que ya no saben ni quiénes son cuando la diestra extrema les pone un espejo delante. Tan despistados andan que quienes abrazan ideologías cavernícolas hacen lo que quieren con ellos en Andalucía y les bailan en Madrid, hasta el punto de que Ciudadanos, en vez de competir con el PP por ver quién es más útil en política, acaba compitiendo con Vox por ver quién propone la mayor tontería: Villacís quiere turnarse con Almeida en la alcaldía de Madrid. Y olé.

Más pruebas

En 2018 avisé a un responsable de campañas de que en 2019 iba a gastarse más dinero que nunca en Internet con menos certezas que nunca, ante el asentamiento de los medios digitales y la situación de zozobra de Facebook, Twitter e Instagram. Por si fuera poco, los cambios en Google remataron el desastre. Hoy podemos observar que ni la segmentación ni las grandes inversiones ofrecieron nada a los partidos: Ramón Salaverría tuiteba esta semana el dato de que Podemos fue el partido del continente que más gastó en Facebook para las elecciones Europeas… Y obtuvo 6 escaños.

Twitter nos empeora

No me hagan caso, pero hagánselo a Farhad Manjoo, un periodista del New York Times que suele escribir sobre tecnología y sociedad, y que recomienda a sus compañeros que dejen de utilizar Twitter. No del todo, pero sí que solo lo usen para difundir contenido periodístico e interactuar con sus lectores. “La red social favorita de los medios sumerge cada vez más a los periodistas en el melodrama tribal. (…) Todos los elementos de la interfaz de Twitter fomentan una mentalidad que se opone a la indagación periodística: favorece la forma por encima del contenido y los argumentos baratos por encima del debate razonado”.

Y Facebook no cae

Por medio de Twitter, precisamente, José Manuel Rodríguez aporta una serie de datos con los que Facebook demuestra que, pese a la corriente de opinión que se ha instalado, su gran red social no cae. Es más, ha seguido creciendo. Y no en países en vías de desarrollo: mejora sus números en Europa y EE.UU., y sus ingresos por publicidad han vuelto a aumentar. ¿Por qué? Este periodista especializado en tecnología cree que, simplemente, pese a las malas noticias los usuarios no hemos encontrado un sustituto, y porque no parece que nos afecten tanto las informaciones negativas sobre la red.

Pero los “nuevos medios”, sí

El cierre de Buzz Feed en España, como medio que es, supone una mala noticia. Pero también es una señal en el horizonte que dibujaban algunos gurus: los nuevos medios, basados en una comunicación más desenfadada, mucha imagen y poca actualidad sobre los grandes temas tradicionales (local, política o deporte) no han acabado de encontrar su sitio ni su modelo de negocio. Solo ha hecho falta un bache en Facebook para desarmarlos. Son los medios tradicionales los que siguen refugiando a quienes quieren información y dejan el entretenimiento para la ficción.

Necesitamos credibilidad

Con todo lo que acabo de explicarles, es evidente que Internet es un terreno embarrado para la comunicación: en Twitter los periodistas nos gustamos demasiado mientras nos dejamos arrastrar por modos que perjudican al periodismo, lo de Facebook no sabemos cómo tomarlo y los medios que señalaban el camino se quedan a la mitad del mismo. Solo tenemos alguna cosa clara: que los bulos nos perjudican. Pero algunos gestores, sabiéndolo, no hacen lo que deben retirando la información de sus webs después de rectificar: prefieren el tráfico a la propia integridad de la comunicación.

Y encima, nos copiamos

Si la corriente general es negativa y nadar contra ella o mantenerse simplemente a flote es difícil, a veces nos encontramos con casos particulares de surferos aprobetxategis sobre olas de conveniencia. Si se confirma todo lo que estamos conociendo de Pedro Letai, abogado de la SGAE para más señas, podríamos estar ante uno de los mayores jetas que hemos visto en Internet: además de fusilar tuits a modo de aforismos propios contemporáneos, incluso ha copiado textos de Jabois y Ray Loriga en su anterior novela. A Pedro Letai no se le puede acusar de tener mal gusto, pero sí de alguna otra cosa.

Así, sí

Un diez a Ibai Gómez y a Hache Group por el vídeo que han utilizado para anunciar por medio de las redes sociales digitales el cambio de equipo del bilbaino y dar las gracias al Alavés, su afición y la ciudad de Gasteiz. Si me lo permiten, el vídeo es lo de menos (pero tienen que verlo): lo más importante es la intención del futbolista de explicar su marcha, agradecer su estancia y demostrar que regresa al Athletic porque quiere. De dinero los futbolistas de Primera, por lo general, no van mal, y productoras con buen gusto hay muchas, de lo que vamos más justos en el fútbol es de valores como los de Ibai.

Así, no

Guy Verhofstadt ha patinado con su tuit en el que, en perfecto castellano, da la enhorabuena a los andaluces por el pacto de gobierno que han alcanzado PP, Ciudadanos y Vox (aunque en su tuit asegure que no). Doy por hecho que el presidente de ALDE, un tipo inteligente, sabe perfectamente que no dice la verdad, sino lo que le conviene: Ciudadanos es un partido al que necesita en su grupo para seguir siendo la tercera fuerza en el Parlamento Europeo, la bisagra. Igual que necesita aclarar la mala prensa que acarrea un pacto con la extrema derecha a cinco meses de las elecciones europeas.

No nos la cuelan

Creo que nadie lo ha puesto más claro que Xabier Lapitz: “Si C pacta con P, y P pacta con V: C pacta con P y con V. Propiedad asociativa”. Donde “C” es Ciudadanos, “P” es el PP, y “V” es Vox. Para que no quepa dudas coloca hasta las fotos de Abascal, Rivera y Casado. Así que ya puede apresurarse Verhofstadt a excusarse sin que nadie se lo pida (seguramente se lo hayan pedido desde Ciudadanos), y ya puede empeñarse Rivera en esquivar las fotos con la extrema derecha, que no tienen escapatoria. Por lo menos en el PP han ido de frente y han mostrado la imagen y el texto del pacto a tres.

Internet no tiene la culpa

Daniel T. Willingham es un académico experto en procesos cognitivos que, hace tiempo, publicó un artículo en el New York Times que ha vuelto a la vida gracias a Twitter esta semana: “Cómo lograr que tu mente lea”. En el texto, Willingham explicaba que Internet no es el culpable de que leamos cada vez peor. El profesor simplemente cree que en el proceso de aprendizaje no dedicamos el tiempo necesario a una tarea básica como entender lo que leemos, y por eso cuando somos mayores nos cuesta comprenderlo aunque, funcionalmente, seamos capaces de recitar palabras con cierto sentido.

Menos exquisiteces, por favor

Empiezo con fútbol y termino con fútbol porque en Bilbao y Bizkaia, en general, este tema seguirá entrando y saliendo de las conversaciones, por lo menos, hasta que el Athletic se estabilice en lo deportivo y en lo institucional (como es lógico después de un cambio). Y lo hago para reclamar que nos dejemos de exquisiteces. Eso reclamaba Borja Barba en su tuit después del desastre copero: “‘¿Esos que se van de qué equipo son?’. Pues, mira, son del Athletic. Pero están hasta la polla, hace frío y mañana tienen que madrugar. Y están cansados de darlo todo a cambio de cada vez menos”.

Sí, puede que haya cierto revanchismo

Twitter me facilita mucho encontrar temas para esta columna, pero sin Facebook nunca hubiera existido. Del mismo modo, sin Facebook, entendido como el principio de las redes sociales digitales y de una Identidad Digital más compleja, no estaría dedicándome a lo que hago. Así que es imposible para mí sentir ganas de revancha hacia Facebook, como sí hará una parte importante de la prensa. Ícaro Moyano lo ha sintetizado muy bien (en Twitter): “Es la guerra. Facebook lleva años siendo hostil con los medios y ahogándoles. Ahora los medios se van a cobrar la pieza.

La tele (pública) según la (extrema) derecha

Parece un titular de la web satírica “El Mundo Today” pero no lo es. Santiago Abascal respondió a Federico Jiménez Losantos que “se pueden dejar el programa de toros y el de Juan Imedio” en Canal Sur en el caso de que no sea posible su cierre. Ahora, díganme qué modelo prefieren: ¿el normalizado que genera tejido empresarial audiovisual pese a la discusión política, periodistas y a pie de calle (inevitable) sobre sus contenidos, o uno “nuevo” (del cambio, ya saben) que toma a la ciudadanía por tonta, directamente? Seguro que entre uno y otro está la virtud, pero no en el punto medio.

Nos equivocamos igual

A veces yo también menciono a Enrique Dans como máximo exponente de una época, esa en la que leíamos blogs en los que algunos (como Dans) consideraban que gracias a Internet íbamos a ser más libres, más listos y, si me apuran, hasta más guapos. Mr. Insustancial tuiteaba hace poco algo parecido: “De aquellos análisis de Enrique Dans sobre cómo los medios digitales iban a superar en calidad y ética a los medios tradicionales lo que más me fascinaba es que se desmontaban con una sola pregunta: ¿por qué? La respuesta eran cosas peregrinas como ‘estarán hechos por gente’”.

La resaca del 21-D

Además de las imágenes que servirán a unos para decir que en Catalunya se vive en un estado prebélico y a otros para decir que en Catalunya se está viviendo una revolución, y de la hostia que se comió el provocador con cámara Cake Minuesa, la resaca del Consejo de Ministros en Catalunya debería de incluir un dolor de cabeza para los de Sociedad Civil Catalana, que andan midiéndose las hojas de la navaja en público: la asociación contraria al independentismo ha sido descabezada y parece que desde dentro han dejado correr rumores de malgasto de dinero, justo cuando Vox tiene más fuerza que nunca.

La partida es muy larga

He sido el tipo raro en mi sector: soy de los pocos que tiene un trabajo estrechamente ligado a la tecnología y no ha invertido en criptomonedas. Todavía somos menos los que seguimos viendo un modelo de estafa piramidal de base tecnológica, esa excusa que sirve para eludir impuestos a muchas empresas con modelos de negocio basados en aplicaciones y posesiones de terceros. Pero no escribo esto para sacar pecho y decir que tenía razón. De hecho, espero no tenerla y que todos mis amigos recuperen sus inversiones en bitcoins y similares después de un 2018 desastroso.

Policías cabreados

No pueden pretender que no pensemos que un miembro de las fuerzas de seguridad del Estado cabreado no actúa igual que uno que está relajado, en paz consigo mismo y sus superiores, descansado y concentrado en su trabajo. Igual que yo no escribo igual cuando las noticias me indignan o, como esta, me preocupan: se quejan los sindicatos de la Policía Nacional que los agentes de las unidades de intervención desplazadas a Catalunya para la Diada viven hacinados y en malas condiciones, peores incluso que las de aquel “Piolín” que dieron la vuelta a España.

La luz sigue subiendo

Es uno de los mayores atracos a mano armada (con un contador eléctrico que, por cierto, emite una luz que consume y pago también yo para alegría de mi distribuidor) que conocemos: lo de las empresas que nos cobran la luz al precio que les da la gana debería ser de juzgado de guardia, pero por desgracia es de jolgorio para accionistas y altos cargos. Agárrense: este verano la luz ha subido porque ha hecho poco viento. Un factor así de sencillo hace que les paguemos más y les demos más beneficios en la mayor operación de robo al consumidor que hemos presenciado.

Caza de brujas en la Casa Blanca

A estas alturas ya sabrán que hay una garganta profunda en la Casa Blanca que canta bajo el anonimato las penurias que pasan en los despachos más importantes de EE.UU. con un presidente como Trump. Lo siguiente solo podía ser lo que estamos viendo desde lejos: una caza de brujas que, por supuesto, ha abierto también la puerta a la chanza (como el chiste en el que el republicano estaría investigando a un niño que corta el césped por si es el autor de la filtración). No sé si darán con el soplón, pero sí me temo que este u otro escribirán más capítulos, y que los disfrutaremos.

Piqué, el modelo a no seguir

Llevo tiempo diciendo que la burbuja de Piqué la hinchamos entre todos, también yo. Y al final el futbolista ha resultado ser un tipo de lo menos honesto con sus volubles ideas políticas y sus reprobables conductas cívicas: no solo era un peligro para el resto de conductores y por eso le retiraron el carné, es que sin él decidió volver a conducir… hasta que lo pillaron. Ahora, Piqué, el guay, el que invierte en videojuegos y por eso nos tiene que molar, va a los entrenamientos en patinete eléctrico… Pero el tamaño del motor equivale a una moto eléctrica que sigue conduciendo sin carné.

Las cosas, por su nombre

Pablo Hasel, el tipo que cree que por rapear con especial mal gusto lidera no sé qué revolución, va por ahí recolectando mesías que sufren la injusticia, como los que ocuparon varias casas en un pueblo deshabitado y empezaron a reconstruirlas… pasando por alto que se trataba de hacer obras sin licencia en un parque natural. Ahora están siendo juzgados y, claro, Hasel les defiende. Pero la ocupación por el morro y, por el mismo morro, decidir qué está bien y está mal es igual de negativa en “okupas” como en empresarios que untan a funcionarios y políticos.