¿Tambores de elecciones?

Pablo Casado ha usado la convención del PP para proyectar la imagen de que está preparado para la contienda electoral sea cuando sea. Vox ha reaccionado para seguir siendo el refugio de la extrema derecha y que el PP no aproveche el tiempo que le queda hasta las elecciones para comerle terreno. Podemos va adelantando que su futuro pasa por Yolanda Díaz y una plataforma transversal. Y el PSOE, de momento, sigue haciendo anuncios desde el Gobierno. Ante este escenario no faltan quienes ya oyen tambores de elecciones, pero si algo sabe hacer Sánchez es poner ollas al fuego y quitarlas a su conveniencia.

Gibraltar vuelve a hacerlo

No es una noticia que sea fácil encontrar en los medios españoles, muy preocupados en otras ocasiones en la actualidad del Peñón, pero sí es la noticia que nos importa a quienes creemos que el de autodeterminación de los pueblos es un derecho que debería ser universalmente recogido: “Gibraltar vuelve a pedir ante la ONU la autodeterminación”. Las autoridades de la región han “recordado a la presidenta de la Comisión que es ‘su deber garantizar que alcancemos el pleno autogobierno y la descolonización, a fin de que podamos ocupar el lugar que nos corresponde en la familia de naciones’” (Noticias Gibraltar).

Cárdenas, totally freak

Javier Cárdenas ha culminado su transformación en uno de los frikis a los que humillaba cuando empezaba a hacerse famoso en televisión. Ahora, después de sostenerse milagrosamente (y con bastante éxito, para mi sorpresa) como periodista o conductor de programas, ha acabado haciendo podcast para OK Diario a modo de show mañanero. En ellos, bien mimetizado con su entorno, proyecta alarmismo ante la inmigración o la ocupación de viviendas, entre otros fenómenos bien cebados por la derecha y la extrema derecha españolas. Todo esto, con traje y pañuelo en el bolsillo, como buen frikazo.

Las tecnologías, cuando estén asentadas

Vivo pegado a Internet y veo cada día anuncios contundentes sobre lo que muere y lo que vivirá a partir de hoy. Estoy curado de espanto pero no me he vuelto pesimista sino lento. He aprendido que es mejor adoptar las tecnologías cuando están asentadas, por precio y para evitarme disgustos como los que se están llevando quienes compraron un coche eléctrico para ahorrar en combustible: llenar las baterías ha subido “de 190 a 447 euros” según 20 Minutos. Por supuesto, quienes echamos gasolina nos llevamos la mano a la cartera y al corazón cada vez que repostamos. Pero de las subidas no se está librando nadie.

El fútbol sabrá autorregularse

No estoy de acuerdo con la tesis de Luis Carlos Sánchez en The Conversation: no creo que la compra del Newcastle por Arabia Saudí ponga en peligro al fútbol europeo, como no lo han hecho las otras inversiones de jeques y emiratos. ¿Hay una nueva élite europea basada en los millones que son capaces de transferir desde esos fondos de dictaduras a los clubes? Sí. ¿Ha afectado al fútbol en general o solo a los que estaban acostumbrados a ganar antes? Estoy bastante convencido de que esas fortunas se retirarán, de que pincharemos la burbuja y de que todo esto será absorbido por el milagro llamado fútbol, como todo lo anterior.

Todo lo malo, en un pantallazo

La denuncia de María Blanco en Twitter, con un sencillo pantallazo, es de esas que te remueven por dentro. Por desgracia, me temo que poco más va a mover salvo la empatía de quienes no han sido fagocitados por el “todo pasa, nada importa” al que nos induce Internet. La futbolista de Osasuna, Karolina Sarasúa ha recopilado los indignantes improperios que ha recibido del público mientras jugaba. Desde “te voy a violar” a “súbete la camiseta para enseñarme las tetas”. ¿Quién va a ver fútbol para decir eso? ¿Qué tipo de tara mental tiene quien lo suelta desde una grada? Esa gente sobra en nuestros campos pero también en nuestra sociedad.

Va a ir a peor

Sigo compartiendo malas noticias, como esta en La Información: “Así será la escalada de los precios de la energía hasta marzo. La combinación de factores geopolíticos y económicos anticipa un escenario en el que la energía seguirá batiendo récords. La demanda asiática ha demostrado que la oferta mundial es insuficiente”. Y ahora, ¿qué? ¿Vamos a seguir tolerando que las eléctricas nos chuleen? ¿Vamos a seguir arrugándonos ante quienes van de ecologistas pero no ayudan en nada a generar energía en nuestro entorno? ¿Vamos a seguir omitiendo nuestro derroche energético diario a cambio de un ocio de mierda?

Juancarlismo

La mejor definición de lo que es el Juancarlismo la hemos encontrado, casi sin querer, en el subtítulo de una noticia en El Confidencial: “El archivo de las tres diligencias en torno a Juan Carlos I otorga un estatus de impunidad a todos los directivos, testaferros, abogados, gestores y banqueros que le ayudaron a ocultar una fortuna millonaria en el extranjero”. Pues ya estaría. Por cierto, un recordatorio para el futuro: “Los empresarios que no pagaron comisiones a Juan Carlos I fueron unos pardillos”, porque no podrán beneficiarse de esta lotería de monarquía y fiscalía que, rimas ridículas, aparte, parece que siempre toca.

El partido es la herramienta

Sigo pensando que hemos sobreestimado las capacidades de las y los líderes de Podemos. Ahora, “Iglesias y Belarra bendicen la nueva plataforma que prepara Yolanda Díaz pese a que diluirá Podemos” (El Plural). Lo hacen en un acto en el que, según otros digitales, el exsecretario general eclipsó a la anterior. Y todo para intentar, una vez más, el sorpasso a un PSOE que cada vez les queda más lejos en las encuestas. Yo no veo muy clara la jugada y sí veo el riesgo. Pero lo que queda en evidencia es que no han entendido lo más básico de la política: si tú no crees en tu partido como herramienta transformadora nadie lo hará.

Ayuso avisa: tic, toc

En una entrevista a Abc (que recoge El Independiente), Isabel Díaz Ayuso ha querido dejar claro que no va a estar más de ocho años al frente del gobierno de la Comunidad de Madrid. Pues ya lleva dos después de que en 2019 lograra ser investida pese a que el PSOE ganó las elecciones y de llevarse el gato al agua de un modo asombroso tras el adelanto electoral de este mismo año. Ayuso ha marcado sin dudas un horizonte temporal y ha dado un plazo al PP para que se vaya preparando para su gran salto, porque en ambición y maquiavelismo, a Ayuso y Miguel Ángel Rodríguez pocos les ganan incluso en el PP.

No se disparan: nos disparan

La factura de la luz no se ha disparado: nos han disparado con ella. Nos intentan calmar con que en el resto del mundo pasa lo mismo pero sabemos que el impacto directo en nuestras carteras es el mayor porcentualmente. Vemos a los líderes de las eléctricas chulearnos en sus discursos públicos y pretenden que nadie haga nada para que los chantajes no vayan a peor. Pero la realidad, como describen en Magnet, es que “la subida de la luz ya se sale de escala”, y que es insostenible este incremento: “Un 26% en un día, un 52% en una semana y un 570% en un año”. Insostenible, pero de verdad. Y aún no ha llegado el invierno.

Y nos mean encima

La electricidad disparada y la falta global de suministros van a generar una subida de precios y una inflación muy peligrosas. Pero todo esto sucede en un contexto todavía menos favorable: los salarios “son un 1,1% inferiores a los de hace 20 años” (Vozpópuli). Pero, ¿quién puede vivir de esta manera? Y sobre todo, ¿quién se lleva los beneficios? Porque si todo está más caro pero cobremos lo mismo si no menos, ¿dónde va la tela? No soy ningún cándido: la concentración de la riqueza resulta insultante pero, sobre todo, resulta aberrante y, como tal, hay que reaccionar ante ello. Para eso están nuestros representantes.

¿Este es el modelo?

Estoy a favor de las pensiones públicas. Precisamente por eso tenemos que afrontar el sostenimiento del modelo que se lleva “8 de cada 10 euros del nuevo gasto social del presupuesto de 2022” (El Confidencial). Claro que nuestras y nuestros pensionistas tienen derecho a cobrar su mensualidad igual que ellos sufragaron las de sus predecesores, pero es evidente no solo que es insostenible (y de eso solo tiene culpa quien ha gestionado la caja), también que marca una diferencia muy clara: hoy las y los pensionistas pueden tener una situación mucho mejor que muchas personas trabajadoras, y por lo menos tienen que ser conscientes.

Complicado… Pero rentable

El PP tiene todo el derecho del mundo a maximizar el posible beneficio que le reporte el cambio de sede. Y de hecho hasta me parece bien que hayan contratado a una consultora para hacerlo, ya que la operación va a ser observada (aquí estoy yo, hablando de ello con una buena dosis de morbo): 60 millones de euros es lo que pretenden sacar del edifico (que tendrán que reinvertir en otro, aunque sea en alquiler). Lo que llama la atención en la pieza de El Independiente sobre el tema es la serie de contradicciones al respecto dentro del PP. En plena escalada, parece que la idea de Casado sobre la mudanza ya no es tan buena.

Por favor

Es lunes, mañana es festivo y llevo toda la columna hablando de cifras, pero no quiero dilatar más mi petición, que es la misma que la de Laura Alzola, ahora que parece que volvemos a la presencialidad y a una rutina laboral que se parece a la prepandémica: “Que no vuelvan los dos besos a las mujeres en el ámbito profesional, por favor”. Me parece muy acertado eliminar esa condescendencia… Pero necesitamos un nuevo formalismo: apuesto por dar la mano cuando se pueda. Aunque el confinamiento no nos hizo mejores y las restricciones nos hayan cabreado, quiero seguir sacando algo en positivo de todo este horror.

Es cuestión de beneficios

El espíritu del tuit de Nerea Arostegi es lo que importa: “El titular será que El Prenda ha pedido perdón pero la realidad es que ha pedido una reducción de condena. Que no se olvide”. Aunque parece que si su petición de perdón es tenida en cuenta, José Ángel Prenda no vería reducida su condena pero sí podría acceder a beneficios penitenciarios. Vamos, que su arrepentimiento, como bien sugiere la periodista vasca, es una cuestión de beneficios contantes y sonantes, lo que deja ver, junto al hecho de que haya dejado al resto de “la manada” en la obligación de admitir también el delito, el tipo de persona que es.

Esto, también

El Prenda se habrá esforzado en hacer una carta manuscrita y en parecer arrepentido, pero lo suyo tiene más pinta de negocio que de otra cosa. Igual que lo de las eléctricas: no es nada personal, de hecho, los consejos de administración y las y los accionistas no piensan en las personas. Solo es cuestión de números (tenemos que hablar también de quienes pagan facturones pero esperan dividendos): “Las eléctricas ganan 4.000 millones en bolsa a la espera de que Ribera les devuelva los beneficios caídos del cielo” (El Independiente). Todo a la buchaca de quienes, además, se ponen chulos en actos públicos.

¡Pues claro!

El enésimo giro a la derecha del PP para ocupar el espacio de Vox ha encontrado respuesta en la extrema derecha de la manera más obvia: “Vox reta al PP a probar su acercamiento derogando en Andalucía y Madrid leyes de igualdad y memoria democrática” (InfoLibre). El movimiento se demuestra andando y el fascismo, derogando, prohibiendo o censurando. Es así de sencillo: Casado tiene que demostrar que no va de farol porque los extremistas son más de obras (sencillas) que de palabras (populistas). También puede demostrar que le preocupa el centro y que el votante fachilla no es el suyo, pero esa sería otra historia.

Otro que abandona

Luis Gordillo ha abandonado Ciudadanos para integrarse en el PP. Su movimiento es bastante lógico, sobre todo, viendo los precedentes: “Girauta borró 39.000 tuits contra el PP antes de participar en la convención” (El Plural). Ahí es nada. 39.000 mensajes escritos con el odio que rezuma el ex de Ciudadanos borrados de un plumazo. 39.000 tuits que seguro que formaban un archivo precioso, un pedazo de memoria política, el reflejo de una época en la que una banda de arribistas disfrazados de liberales progres pero más a la derecha incluso que el PP (Ciudadanos cebó a Vox, no lo olvidemos) creyeron que iban a comerse el mundo.

Giuliani se marca un “Infanta Cristina”

¿Qué es preferible, parecer tonto o parecer un delincuente? La Infanta Cristina lo tuvo claro: ella quiso parecer obnubilada por el amor a su marido que, vaya, va a acabar siendo el único de la familia real condenado por llevárselo calentito. Con el paso del tiempo me he dado cuenta de que en la cárcel acaban los más cortos de luces, y Rudolph Giuliani no es de esos: ha preferido reconocer bajo juramento durante un juicio que todo lo que supo del fraude electoral que denunció junto a Donald Trump lo supo por las redes sociales, y que salga el sol por Antequera. Vamos, que él solo fue otra víctima de aquella desinformación.

No olvidaremos lo que pasa con la luz

Nunca olvidaremos cómo vivimos la pandemia, pero tendremos que esforzarnos en recordar también lo que pasó después: una escalada en los precios de la electricidad difícilmente justificable mientras asistimos a vaciados de embalses, chantajes de las eléctricas, tonos elevados de sus máximos representantes y exhibiciones de poder como el fichaje de políticos de los partidos que forman el gobierno de coalición para demostrar que quienes toman las decisiones hacen lo que quieren, cuando quieren y con quien quieren. Lo que sucede es simplemente inaceptable y deberíamos de actuar en consecuencia.

No olvidaremos, José Luis

El community manager, quien tiene que dar luz verde a lo que tuitean y quien lo firma, el alcalde de Madrid y portavoz del PP, José Luis Martínez-Almeida (lleve o no su cuenta personalmente, tome o no la decisión sobre lo que se publica en su nombre) son responsables de la respuesta indignante por grave a Más Madrid desde su cuenta oficial. Una institución y la primera línea de un partido político no pueden asegurar que no va a cumplir una ley, la de Vivienda y, además, regodearse en mantener desprotegida a una parte de la sociedad. Con ese desprecio, el PP también demuestra que hace política para los suyos.

Tampoco lo tuyo, Toni

Aunque sea obvio y parezca irrelevante después de exponer el mayor atraco permitido y la chanza ante la posibilidad de aplicar medidas que protejan a parte de la sociedad, tampoco podemos olvidar que hay quien considera que el dinero público está para pagar los arribismos electorales de personajes como Toni Cantó, convertido en director de la Oficina del Español de la Comunidad de Madrid. Sin que conozcamos qué trabajo desempeña le hemos visto demostrar una ignorancia manifiesta defendiendo la conquista violenta de América por parte de los españoles e intentando reescribir la historia sin sonrojarse.

No olvidamos pero da igual

¿De qué nos sirve acordarnos de los atracos y la prepotencia de las eléctricas? ¿Para qué nos vale que recordemos al alcalde de Madrid y portavoz nacional del PP regodearse desprotegiendo a parte de la sociedad a la que representa? ¿Qué nos aporta recordar el atrevimiento de Toni Cantó y quien le contrata? ¿Por qué hago el esfuerzo de acordarme de escándalos anteriores si ya sabemos que en el siguiente sucederá lo que tuitea David: “Yo ya he vivido la lista Falciani, los papeles de Panamá y los de Pandora. Lo que no he vivido es consecuencias”? Solo sé que mejor sería para todos ellos que lo olvidásemos.

No podemos dejar de tenerlo presente

Lo he escrito en varias columnas durante estos once años, la última vez, hace solo unos días: WhatsApp, Instagram, Facebook, Twitter, YouTube, etc., no son herramientas perversas, lo que hacen es amplificar lo peor de nosotras y nosotros. Marcelino Madrigal, a cuenta de cómo Facebook supuestamente permitía contenidos de odio porque se viralizaban mejor, recordaba lo que no debemos dejar de tener presente cuando apretamos el botón que nos da acceso a una red social o, casi, a cualquier rincón de Internet: “Un algoritmo no es peligroso. Lo que es peligroso es el consejo de administración que decide aplicarlo”.