Si buscamos un adjetivo para definir lo que vimos el domingo contra el Atlético de Madrid, lo más suave que se nos puede ocurrir es paupérrimo, infame, horroroso, descorazonador, horrible,… y aún así creo que me quedo corta a la hora de describir el bodrio que vimos.
Como llevo desde el lunes pasado sin escribir, tampoco me puedo olvidar del partido del jueves contra el Elche en San Mamés, sobre el cual los adjetivos anteriormente citados serían sólo para el primer tiempo del partido, el cual incomprensiblemente el equipo regaló a los ilicitanos, como si el tema no fuese con ellos. El Elche parecía Brasil. Nuestros chicos ni siquiera llegaban a oler el balón y si lo conseguían se empeñaban repetidamente en regalarlo al contrario, en cuanto pasaban de la línea del centro del campo. De hecho la mitad atacante del campo es como si fuera un campo minado para nuestros jugadores. Balón que recibían, balón que desperdiciaban de las formas más inverosímiles (mal control y fuera de banda, pase horroroso al jugador que está a un metro, pase globo aerostático que va a palos o a las manos del meta contrario directamente, y otro sin fin de desastres futbolísticos). En el segundo tiempo parece que se pusieron a otra cosa. Un poco más de ganas y ya el Elche no parecía Brasil… Los nuestros se estiraron, quizá porque el Elche reculó, y fuimos capaces de empatar a dos. Ni tan mal. Pero… la pregunta es sencilla: ¿Como es posible que unos profesionales, jugando en su casa, regalen un primer tiempo de forma tan calamitosa?
Si hablamos de regalar vuelvo al Vicente Calderón, donde puestos a regalar, y sabiendo el empaque del rival que nada tiene que ver con el Elche, los chicos decidieron regalar el partido entero. Entre los tres palos no se disparó ni una sola vez. Ni una. Y a puerta, lo que es disparar, sólo recuerdo uno de Balenziaga en el primer tiempo y otro de Muniain al acabar el partido. Así francamente es difícil ganar ni amigos siquiera, bueno sí, amigos sí. Todavía estarán los del Atlético frotándose los ojos y diciendo: «¿Cómo es posible que este equipo que se arrastró ayer por el campo esté en quinta posición?»
Pues sí, amigos, ¡¡¡¡¡¡estamos los quintos!!!!!! Incomprensible pero cierto. La Liga ésta de las estrellas…, menos mal que está así, porque sino supongo que estaríamos preocupadísimos. Y mientras Valverde buscando su equipo. Quizá lo encuentre, bueno, estoy segura de que lo va a encontrar pero de momento está tardando un poco. Quizá es por la cantidad de jugadores que hay sobre todo de medio campo pero… es que no hay manera. El que más en forma está parece Iturraspe, pero al faltar en Madrid, su mejor pareja hasta ahora, Rico, no daba a basto para tapar huecos por todos lados. Beñat, comenzó bien la Liga pero se ha ido difuminando. Herrera, simplemente no está. De Marcos, en banda, como el domingo se pierde bastante. San José, lo hizo bastante mal. Pero tener tenemos mimbres y posibilidades. Todo es dar con la tecla, pero no sólo en casa. También estaría bien no hacer más el ridículo fuera. Y para acabar con esto decir que lo del Calderón entraba dentro de la lógica por como está el Atlético de bien y como estamos nosotros de mal fuera. Lo que es del todo inadmisible es en casa, regalar un tiempo de una manera tan infame, como se hizo el jueves contra el Elche. Eso no.
Y ahora a por el Levante de Caparrós. Sí, el de clasificación amigo, clasificación. A cuyo pensamiento me uno teniendo en cuenta lo bien colocados que estamos, con esos sabrosísimos 20 puntos a pesar del poco, escaso o nulo juego de muchos partidos, pero, clasificación amigo, clasificación. Así que… aunque se juegue mal… ¡a por los tres puntos!