Sí, nos estamos atontando

Cada vez tengo más claro que, por culpa de la tecnología, ya somos como los gordos en los asientos reclinables de la película de Wall-e: obesos mentales. Por suerte, de vez en cuando viene alguien y me refuerza ese pensamiento: Alberto Olmos cuenta en El Confidencial cómo en la película “El Gran Hackeo” ridiculizan la imagen del integrado digital al que Cambridge Analytica le ha robado los datos y le ha obligado a votar a Trump. Personas con alto nivel de gasto en tecnología (alguna absolutamente innecesaria) que culpan al manipulador mientras sigue cediendo información que, al final, no es tan importante.

Apple dice que ya no nos escucha

Y donde pone Apple podemos poner Microsoft, Google, Samsung, Facebook, Huawei, Amazon o cualquiera de esas marcas que suenan a superempresa tecnológica. Por si acaso, yo siempre actúo como si todas ellas me estuvieran espiando: con total naturalidad porque mi día a día no tiene nada especial. El caso es que la empresa de la manzana mordida ha emitido un comunicado anunciando que ya no van a escuchar las conversaciones que los usuarios tenían con Siri (el asistente de voz) y que grababan para controlar la calidad de ese producto. Ya. Seguro que era por eso y seguro no van a hacerlo más…

Esto es lo grave

Quien tenga la tecnología suficiente (empresas, pero también estados y, por supuesto, mafias) nos escucha y puede trazar cualquier camino que hayamos hecho por medio del GPS de nuestro móvil, la tarjeta de crédito o viendo nuestro Instagram. Así que no entiendo que nadie pueda prevenir las matanzas. Al contrario: por culpa de la tecnología (chats y tutoriales para utilizar un arma) estamos en un mundo cada vez más peligroso, radicalizado, informado para causar el máximo dolor posible y empoderado: 175 asesinatos en ocho años a manos de la extrema derecha, según The Guardian, no son ninguna broma.

Y esto, lo chusco

Les hablo ahora de una noticia en El Plural que se ha movido mucho esta semana y que me he resistido a traer a la columna porque parece que se basa en una única filtración interesada de una serie de hechos chuscos: la presidencia de la Junta de Andalucía ha corrido con muchos más gastos de desayunos, comidas y cenas desde el cambio de gobierno, que con Susana Díaz al frente. Son muchos más los asesores que ahora gastan de la cocina propia de San Telmo que, además, ha cesado el contrato con Mercadona y lo tiene ahora con el proveedor de Master Chef. ¿Es grave? No. Pero indica una forma de actuar “cortijesca”.

Navarra, un territorio vasco del sur

Navarra es uno de los territorios al sur de los Pirineos que componen Euskadi. Esta evidencia, negada por muchos y enterrada en la historia por quienes pueden, como toda realidad, es tozuda. La presencia del euskera, de la cultura propia e incluso de personajes vinculados al PNV, por mucho que le fastidie a Marhuenda y sus seguidores, son innegables: esta misma semana un hilo en Twitter recuperaba la figura de Fortunato Aguirre, profesor, miembro del NBB, alcalde de Lizarra, uno de los fundadores de Osasuna (además de la ikastola de su pueblo) y fusilado en el 36 por los golpistas y fascistas.

El partido es más largo de lo que parece

Bildu y sobre todo Podemos se están colgando ahora una medalla en Bilbao porque han logrado que el concierto de C. Tangana “se caiga” de la Aste Nagusia, y han puesto el nivel de tolerancia muy, muy bajo, tanto que, a poco que se descuiden, se lo van a encontrar de frente. No defiendo al rapero, como no defiendo a Valtonyc, el Nega o similares: todos son exponentes del mal gusto a los que, sin embargo, no se puede censurar por el mismo motivo por el que también está mal que el Ayuntamiento de Madrid censure a grupos “progresistas”. Se pongan como se pongan: es el mismo rasero sostenido por diferentes manos.

Estos sí que saben de censura

Los que saben de censura y de prohibir conciertos porque la letra no les gusta son los que se manifiestan recordando el franquismo. Seré muy corto, pero no puedo entender que cuarenta años después, quienes eran niños en aquella época quieran recuperarla. ¿Qué les mueve? ¿Qué añoran? Puedo imaginar la respuesta. Hasta 20 actos similares de apología del franquismo se han realizado en España este 2019. Actos que no vemos tanto en los medios como los recibimientos a presos de ETA, ese otro tipo de evento en el que el homenajeado es también un fascista con asesinatos a sus espaldas.

Encarecer no es cambiar un modelo de consumo

Sí estoy de acuerdo en que consumimos muchos procesados innecesariamente y que esa elaboración conlleva una serie de consumos poco sostenibles a largo plazo. No es que esté de acuerdo, es que es una evidencia que llevamos décadas conociendo. En lo que no puedo estar de acuerdo es en encarecer alimentos básicos como la carne, vía impuestos añadidos, para sufragar ese coste, como propone Alemania. La consecuencia puede ser justo la contraria: filetes para los ricos y para los pobres… Procesados ultracongelados con más azúcar que proteína. Bien por al anuncio… Cuidado con la medida.

Cuando haces cosas sin pensar

Cuando eres adolescente y haces cosas sin pensar, movido por una moda y un grupo de amigos con los que chateas, acabas robando cerdos en granjas porcinas sin tener en cuenta las medidas sanitarias suficientes para ti mismo ni lo que puedes contaminar en esa misma planta. No estoy hablando de vándalos por diversión, hablo de vándalos convencidos de que están liberando a seres vivos, según ellos, maltratados por la industria alimentaria. Evidentemente, un pollo, un cerdo y una vaca de una granja van a morir para que comamos, y estos niñatos merecen una buena multa por la tontería.

¿Dónde está el modelo de negocio?

Ya me sé la teoría: Uber, como tantas otras grandes empresas de base tecnológica e ingeniería financiera, se tiran años perdiendo una milmillonada y sobreviviendo gracias a las rondas de inversión hasta que, por fin, entran en zona de ganancias. Pero sigo sin entender que en la práctica esto tenga sentido: solo más de 5.000 millones de pérdidas en el primer semestre de este año que se acumulan a las de todos los demás años desde su nacimiento porque Uber nunca ha sido rentable. Ellos pintan el futuro en verde, pero la competencia crece y los precios tienen que bajar. ¿Dónde está el modelo?

No, no «estamos abocados»

Es evidente que Pedro Sánchez nos está intentando vender una moto. Está en su derecho, es más: está en su obligación si, como parece, su estrategia pasa por volver a convocar elecciones para negociar con Podemos y el resto de partidos con más fuerza. Pero no es cierto que estemos abocados a unas nuevas elecciones, como ya ha empezado a difundir el presidente en funciones: hay tiempo, partidos y voluntad de sobra para que, más o menos, quienes le hicieron presidente con una moción de censura lo hagan también en una rutina política mucho más sencilla, como es una investidura.

La culpa no es solo suya

Pese a lo complicada que parece la situación, Pedro Sánchez tiene la sartén por el mango: o le permiten gobernar o todos los partidos vuelven a una campaña electoral con peores previsiones que el PSOE. No es menos cierto que también hay que tener en cuenta, en esta época de muchos tuits y poca memoria, lo que apunta Jordi Sevilla: “O sea, que en 2016 toda la responsabilidad de la investidura de Rajoy estaba en la oposición socialista a la que se presionó hasta la ruptura. Pero hoy toda la responsabilidad es del candidato socialista sin que nadie más parezca tener responsabilidad alguna”.

¡Qué vergüenza!

Como ven,en Twitter también podemos encontrar buenas reflexiones, no todo es mensaje redondo para que siga rodando el balón. Jesús Cintora va al grano sobre la polémica decisión del Ayuntamiento de Madrid de archivar el caso del grupo de WhatsApp de agentes municipales con estos mensajes: “‘Hitler es Dios’, ‘los comunistas tenéis los días contados’, ‘hay que comenzar cacerías de guarros’, ‘Carmena merece muerte agónica’… Esta conducta de policías en un chat ‘no resulta reprochable’ y el nuevo Ayuntamiento de Madrid archiva el expediente”. Esto es lo que hay. Y no es una frase hecha.

“Indignante” se queda corto

Ane Irazabal también tuiteaba con acierto sobre un tema de actualidad y que a algunos nos genera máxima indignación: “121 personas llevan una semana a bordo de la embarcación Open Arms sin un puerto seguro donde desembarcar. Estamos empezando a normalizar que un país cierre sus puertos y los demás no reaccionen. ¿Estamos locos?”. Como buena periodista que es empezaba por lo importante: se trata de 121 personas. Ni “migrantes”, ni “refugiados”, ni “sin papeles”. Son como usted o como yo, pero con mucha peor suerte y un sufrimiento a sus espaldas que no podemos ni imaginar.

¿Qué hace Trump? Detener a más inmigrantes

Llevo mucho tiempo recomendándoles que si van a leer un digital elijan República.com. Mientras el resto (junto a las ediciones on-line de los periódicos de toda la vida) se quedaban con las protestas contra Trump, en este medio nos informaban de la redada contra los inmigrantes que había iniciado ayer mismo: 680 personas han sido detenidas en sus puestos de trabajo (grandes procesadoras de alimentos, porque esas casi 700 personas fueron apresadas en solo siete plantas), personas con hijos a su cargo y que ya habían iniciado una vida en EE.UU., ahora serán deportadas.

Su ideología es esta

Prefiero un partido con ideología que uno que presuma de no tenerla porque, al final, su ideología será su interés. Me refiero a casos como el de Marcos de Quinto, flamante diputado de Ciudadanos por su condición de ser uno de los ejecutivos mejor pagados de España. El exvicepresidente de Coca-Cola ha mostrado en Twitter las botellas que la bodega portuguesa Quinta do Vale Meão le ha regalado: “Una de cada una de las últimas añadas de mi vino favorito”, explica De Quinto. Recibir generosos regalos puede condicionar a un político, exhibirlo, ya, es de medalla al demérito.

Buena duda

Antonio Cartier comentaba en Twitter las declaraciones de Díaz Ayuso: “La semana que vienen conocerán el proyecto que contará con la oposición de Vox pero con su apoyo”, de este modo: “No sé si son gilipollas o se piensan que lo somos nosotros”, y como suele ser habitual en él, daba en el clavo. Por desgracia, me temo que su tuit se puede anteponer también al de Marcos de Quinto que les he mostrado en el anterior párrafo o a muchos otros que no dejamos de ver hasta con incredulidad. El nivel de esta política a golpe de tuit es paupérrimo, y dudas como la de Cartier son más que razonables.

¿Caerá Esperanza Aguirre?

Esperanza Aguirre tiene mucha facilidad para evitar el sonrojo, bien sea asegurando que no tiene nada que ver con políticos que ella eligió y han acabado pasando ante el juez, bien sea huyendo de la policía después de tirar una moto de un agente con su propio coche. Y hasta ahora no le ha ido nada mal… Salvo cuando Carmena fue elegida alcaldesa en vez de ella. Pero parece que esta vez su estrella se apaga: “El magistrado Eloy Velasco aseguró tener evidencias de que el Gobierno autonómico de Esperanza Aguirre había ordenado pagar ‘en sobres’ gastos electorales del PP de Madrid”, leemos en Vozpópuli.

Me sorprende que Sánchez se arriesgue tanto

Sigo pensando que no habrá unas nuevas elecciones generales porque me cuesta creer que Pedro Sánchez sea capaz de correr ese riesgo para él, para su partido y para todos. Los que aseguran que Catalunya no puede funcionar con governs de transición desde que Mas adelantó elecciones en 2012, tendrán que explicarnos ahora cómo lo logra España con peligros inminentes como el que apunta Fernando González Urbaneja: “El runrún de la recesión es real, creciente, se siente el ruido de la manada de bisontes acercándose pero también que el tono general oficial es el de la ciudad alegre y confiada”.

Así es Internet

No puedo negar que el Señor Caronte ha acertado de pleno con su tuit: “Lo bonito de Internet es que antes eras el tonto del barrio y lo sabían 200 o 300 personas, y ahora lo sabe el mundo entero”. Eso es Internet, y podemos poner ejemplos tan conocidos como Trump, otros más cercanos como Marcos de Quinto o Isabel Díaz Ayuso, y decenas de nombres desconocidos que no tienen rubor en mostrarse en Twitter, Instagram, Facebook, sus blogs o los comentarios en los periódicos, como el tonto del pueblo. Un tonto del pueblo, eso sí, con ínfulas y empoderado por quien necesita a otros tontos.

Igual podemos ahorrárnoslo…

Es cierto, no me gusta la monarquía como concepto y menos la española, impuesta por Franco y a la que se le ha dejado hacer en exceso. Así que también es cierto que tengo una predisposición negativa a sus posados y declaraciones. No es menos cierto que ninguna aparición o discurso de Felipe VI, Juan Carlos I ni otros componentes de esa familia me ha llevado a pensar que debería de darles otra oportunidad. Y con todas estas certezas, después de ver al Rey de España decir que es mejor un gobierno que otras elecciones, solo cabe una pregunta en mi cabeza: para lo que aporta, ¿no podríamos ahorrárnoslo?

Nos hemos pasado con lo políticamente correcto

El éxito de personajes como Trump, Salvini, Orban o, más recientemente, Boris Johnson, y de opciones tan contraproducentes como el Brexit, tengo claro a qué atribuírselo: nos hemos pasado con lo políticamente correcto, y con tanta precaución como la que tenemos ahora no parece que nos haya ido mejor que cuando éramos más brutos, así que el “rompe y rasga” como alternativa no parece empeorar lo que ya tenemos… Y gana. ¿Cómo se combate a este populismo e histrionismo? Hablando claro y directo pero manteniendo un compromiso firme con la igualdad y los principios morales. Esa es la verdadera alternativa.

Superarlos no parece difícil

No nos volvamos locos: realmente si hablamos tan claro como ellos y desmenuzamos los problemas importantes para explicar sus partes con claridad, es fácil batir a los Trump, Johnson, Salvini, Orban u Otegi (añadan si lo desean su equivalente español favorito). Fíjense en la soberana tontería que ha tuiteado Luis del Pino, de Esradio: “Cuando una supuesta teoría científica (la estafa del calentamiento global) necesita crear niños-estrella tipo Greta Thunberg para ‘explicarse’ por vía sentimental es porque, en realidad, no es una teoría científica. Lo del calentamiento global es solo política. Peor: una secta”.

¡Cómo no vamos a controlar Internet!

También por ser políticamente correctos hemos dejado que los que abogan por “la neutralidad de la red” hagan su campaña. Y un mojón, oigan. Internet tiene que estar controlado, y férreamente, además. Porque en Internet es donde se captan a yihadistas y donde se difunden las ideas supremacistas que han llevado a las recientes matanzas en EE.UU. y a las anteriores. Para evitarlo, el creador 8chan, el foro que más usan los activistas de extrema derecha de allí y de aquí, Fredrick Brennan, ha reclamado el cierre del mismo. Es decir, que haya alguien con capacidad para cerrar el grifo a los violentos.

Dejad de acosar a vuestro vecino de número

Me vengo arriba y ya les señalo, sin pelos en la lengua, la enésima tontería de las redes sociales: ponerte en contacto en WhastApp con tu “vecino o vecina de número”. Es decir: a quien tiene el mismo número que tú pero sumando o restando uno al dígito final. El “reto” (por no llamarlo chorrada, directamente) consiste en mandar ese mensaje, intentar iniciar una conversación, pegar un pantallazo y comentarlo en Twitter (supongo que también otras redes). ¿De tanto tiempo libre disponen algunos en verano que no tienen otra cosa que hacer? Internet nos está atontando, lo tengo clarísimo.