La ilógica española

Ya hablaremos del resultado de las elecciones municipales, forales y europeas. Hoy hay que deglutirlas y observar las triangulaciones de los pactos en ayuntamientos, juntas generales, parlamentos autonómicos… Y Congreso español. La situación de esta cámara es especialmente relevante porque en la recta final de la campaña la Mesa decidió suspender a los presos políticos catalanes (que no “políticos presos”, esos son los del PP por corrupción, que quede claro) como diputados. El PSOE no quiso salir movido en la foto de la España vengativa tradicional. Y ahora, ¿cómo piensa gobernar Sánchez?

Facebook sigue intentándolo

Llevo meses advirtiendo de que, después de diez años, la última ha sido la campaña en la que más dinero habremos malgastado en marketing on-line. Con Twitter estancado y neutralizado, Instagram creciendo pero sin modelo publicitario pulido y Facebook en decadencia, solo nos quedaba Google… Que ha decidido ponérselo muy, muy difícil a los partidos. Pese a todo, la gran red social se ha llevado la parte del león de la inversión mientras aspira a renacer de sus cenizas por medio de la transparencia. El fin de semana de las elecciones supimos que ha liquidado 2.190 millones de perfiles falsos solo en 2019.

Demasiados datos

Gracias al “big data” podemos almacenar un montón de datos sobre nuestro comportamiento cada vez que usamos cualquier cosa conectada. Gracias a esos datos podemos encontrar patrones. Gracias a esos patrones podemos hacer predicciones. Gracias a esas predicciones podemos ganar y hacer ganar dinero. La fórmula es inapelable y, realmente, llevamos años usándola. Pero sigo teniendo todas las reservas del mundo ante quienes me aseguran que algoritmos matemáticos y robots predicen mejor que expertos en comportamiento. Menos “machine learning” sin aprendizaje real, por favor.

Y pocos principios

Es el dato sin interpretación, precisamente, lo que ha empujado a Julia Slonska, una “influencer” polaca de 17 años que ha destrozado una estatua de 200 años de antigüedad solo por ganar más seguidores. De momento, lo que ha perdido es una buena parte de su reputación on-line (su salvajada quedará asociada a su nombre, vía Google, durante muchos años) y algún contrato comercial. Ella sublimaba el dato (el número de seguidores) y los demás, simplemente, tenemos cierto respeto por lo que hicieron quienes nos precedieron. A estas alturas del año me atrevo a decirlo: el reino de los influencers se derrumba.

Otro visionario

No estoy en contra del progreso cuando digo que si Amazon, Glovo, Uber, Airbnb o Tesla se hunden me alegraré. Digan lo que digan, estas empresas no nos han traído nada bueno. De hecho, las marcas comparten los valores de precariedad, evasión de impuestos y modelos de éxito poco recomendables pero instalados ya en todos los “wannabe” Jeff Bezos o Elons Musk. Por cierto, este último ha anunciado que su empresa, la que puso un coche a dar vueltas por el espacio, tiene solo 10 meses de liquidez. Tesla depende ahora de otra ronda de inversores millonarios. Todo en orden. En su orden. En nuestro nuevo orden.

Europa importa

Hoy elegimos a quien nos pone luces, nos pavimenta y gestiona nuestros residuos. Hoy elegimos cosas muy importantes. Pero todo ello viene marcado, aunque no lo parezca, desde hace un par de años por Bruselas. Cuando uno va de visita al Parlamento te lo advierten rápidamente: si sigues su actualidad podrás anticipar la legislatura local de cada estado miembro. Así que hago mío el post en El Blog Salmón sobre lo importante que es votar hoy en las Elecciones Europeas, y hacerlo pensando en cada uno de nosotros y no en la foto de reparto de escaños de los grandes partidos españoles esta noche.

Madrid y las afueras

Pese a lo muy pegadas a nuestro día a día que están las elecciones que hoy celebramos en Euskadi (insisto, empezando por las europeas), esta noche sufriremos en las televisiones de ámbito español una atención exagerada a las elecciones en Madrid. Es una de las perversiones del sistema de medios en España: Madrid carece de prensa local porque los medios “nacionales” ejercen además como regionales allí. Así que la batalla de Madrid, especialmente relevante por el peso de Vox y “las izquierdas”, no lo negaré, va a dar guerra informativa a quien elija medios españoles para informarse de su pueblo y territorio.

La segunda vuelta de Vox

Los 24 escaños que ha logrado Vox en el Congreso de los Diputados, sin duda, es un resultadazo. Parece hasta un milagro si uno dedica más de dos minutos a escuchar los argumentos de sus principales líderes. Pero España es así a veces. Hoy, sin embargo, Vox parece que no es tan importante porque, como le pasó a Podemos aunque quiso evitarlo proponiendo otras marcas, en las municipales han saltado a la luz casos de ultraderechistas o candidatas como María Salud Anguita Verón, número uno a la alcaldía de Jaén y acusada en 2009 por haber sustraído productos de un supermercado sin abonarlos.

Y la doble moral de Podemos

Creo sinceramente que Iñigo Errejón ha explicado mejor que nadie lo que ha pasado con Amancio Ortega: uno puede dejar la propina que quiera después de pagar la cuenta. ¿Aporta en impuestos directos y directos un gran capital a la hacienda española? Seguro. ¿Habrá usado arquitectura financiera para pagar menos impuestos? Entra dentro de lo posible. ¿Es bueno que gracias a sus donaciones haya nuevos equipos médicos contra el cáncer? Sin duda. Y llegamos a la última pregunta: ¿gobiernos apoyados por Podemos han aceptado esas donaciones a las que se oponen? Según La Información, sí.

Guardiola, siempre en mi equipo

Ojalá después de haberlo ganado todo a Guardiola le apetezca enfrentarse a retos como el que supone el Athletic. Mientras llega ese momento y pese a tener a la prensa española en su contra porque es nacionalista catalán (¿quién es el que señala y maltrata al que piensa diferente?), sigue dándonos lecciones de fútbol y de vida. Fonsi Loaiza, oportunista como pocos, esta vez acertaba tuiteando la respuesta del se Santpedor: preguntado por cómo se sentía siendo el suyo el primer equipo que ganaba todos los títulos de Inglaterra en un año, Guardiola respondió que ya lo había logrado antes un equipo femenino.

Segunda vuelta electoral

Ya no se juegan nada en Madrid y solo lo hacen en parte en Barcelona, así que a los de Podemos las elecciones municipales y forales le dan igual. A ellos lo que les preocupa es el Congreso (ni candidatos ni votantes hacen mucho caso a la elección directa en el Senado) y, sobre todo Moncloa. Pisar moqueta, el coche oficial, llevar un maletín de cuero con el nombre de un ministerio… Ya saben. Lo de ocuparse de la farola y la alcantarilla es para otros, para los de la vieja política. Por eso plantean esta campaña como una segunda vuelta de las Generales: para coger fuerza y forzar su acceso al Gobierno.

Una campaña virtual

Facebook y Google han sido un agujero negro de energía para los partidos políticos este mes: los cambios de las reglas de juego sobre la marcha han sido una tortura para los equipos de marketing digital de las campañas que, en nombre de la transparencia, han tenido que hacer piruetas. Transparencia que nos permite medir cuánto ha gastado cada partido: Podemos, medio millón de euros entre las dos campañas. ¿Para qué? Ellos sabrán, pero sus resultados no han sido llamativos en las Generales, precisamente. Hablemos claro: la hipersegmentación solo funciona combinada con mensajes políticamente incorrectos.

El PP, a la desesperada

Aunque mañana elijamos a quién va a organizar la recogida de nuestras basuras o por dónde se empieza a renovar el alumbrado público, en estas elecciones el PP se la juega al más alto nivel político: Pablo Casado podría estar hoy a solo un par de días de presentar su dimisión si pierde ciudades importantes y varias autonomías, que es el resultado que cabría esperar viendo que su giro político no ha tenido incidencia y ahora, además de un partido de derechas, parece un partido deshecho. Tan mal les va que el candidato a la alcaldía de Madrid promete la primera multa gratis si llevas dos años sin recibir ninguna.

Progres, pero no a la pública

Me gustan especialmente este tipo de noticias que rompen los mitos: en El Nacional leíamos esta semana, la última de la campaña, que los votantes de la CUP son los que más recurren a centros privados y concertados para llevar a sus hijos, y también un segmento que tira de medicina privada más que otros. Por desgracia, la mayoría de noticias buscan reforzar apriorismos, pero la sociología real desenmascara a más de uno y una: Podemos y Bildu son los partidos que eligen muchos funcionarios (también los de altos niveles) y los pobres, no se engañen, en España votan al PP.

Todos ricos

Saben por qué la Premier League es la mejor liga del mundo. Por una cuestión muy sencilla: hacen un reparto de beneficios por ingresos televisivos muy horizontal. Tanto es así que entre el Liverpool, que es el que más ha recibido (152 millones de libras) y el Huddersfield, que es el que menos (96 millones) no hay ni 60 millones de diferencia. Eso les permite que, de salida, puedan reforzarse o retener a sus estrellas en igualdad de condiciones. Luego habrá diferencias entre lo obtenido por patrocinios o lo que logren los millonarios de turno con ingeniería financiera, pero nos ganan por goleada.

Un mitin para nadie

Albert Rivera ha inventado una nueva categoría de mitin, el mitin para nadie. En Ugao, ayer, había más gente sobre el escenario, todos los de Ciudadanos de fuera del municipio e incluidos los gorilas, que escuchando el mitin si no contamos a los muchísimos periodistas que cubrieron la última provocación de Rivera y los suyos, que tienen todo el derecho a hacer un mitin donde quieran. Pero lo de ayer no fue un mitin. La política de la foto en Instagram, el tuit y el vídeo en Facebook sustituye preocupantemente a la de las ideas porque algunos la hacen suya sin vergüenza y sin que les importe la democracia que debemos preservar.

Un nazi es otra cosa

Un nazi es otra cosa, es alguien que cree que matar por millones al que es diferente solo por serlo estuvo bien, es alguien que cree que hay seres humanos de primera y de segunda, y que practica cada día esa diferencia con violencia estructural y directa, es alguien que está fuera de su tiempo y fuera de cualquier espacio, que sobra. Odiar a un nazi, por lo tanto, no es como odiar a un semejante, e incitar esa repugnancia a quien defiende la ideología que más daño ha hecho a la humanidad no debería de ser delito, como sugiere la fiscalía del Estado y recoge La Vanguardia, sino una obligación. Así que la fiscalía puede irse a la mierda.

Un silencio es divino

Txema Ramírez de la Piscina escribió en su libro sobre asesores de comunicación que “un ‘eeeh’ es humano pero un silencio es divino”. En general, creo que callarte cuando no sabes qué decir no está suficientemente valorado. Así no perderíamos el tiempo escuchando gilipolleces. Pero lo de perseverar en el cagarro que acabas de soltar (y ninguno estamos libres de decir una tontería) ya es otra categoría: Isa Serra ha lanzado un tuit con su propia intervención en la que quiere revertir la desigualdad en la Sanidad Pública que nos segrega, según ella, hasta por ser hombres y mujeres.

Poco a poco

Lo de los influencers lleva tiempo pareciéndose más a una moda que a un cambio real. Una moda que, en esta época de intensidad virtual, en realidad solo lleva unos pocos años funcionando pero ya da síntomas de agotamiento. Ícaro Moyano ha compartido en Twitter un estudio sobre marketing en moda que incluye “dos conclusiones valiosas: la fuerza de los influencers se desploma y la importancia de las marcas con valores y misión se dispara”. A veces cuesta pero el sentido común suele acabar por imponerse. Por si acaso, lo que nunca, nunca falla es preservar tu marca contra las modas y quienes viven de ellas.

“Futbolistas descubren lo que es ir a trabajar”

Si Petite Brunette lo ha dicho mucho mejor de lo que yo sería capaz la cito y termino antes. Esta tuitera se refería a las declaraciones de Gareth Bale en las que se quejaba de que en le imponen horarios y le dicen dónde tiene que estar y qué tiene que hacer (supongo que cosas tan locas como jugar, entrenar, descansar o posar para un spot). Por ese sufrimiento parece que cobra unos 15 millones de euros anuales (algunos patrocinios y primas de su selección, aparte). Terrible. Horroroso. Inhumano. Para que se hagan una idea, en la entrevista posa jugando al golf una mañana cualquiera. Algunos se ganan la antipatía con esfuerzo.

Por donde han venido

Me gusta ver turistas en Euskadi, me alegra ver a profesionales descubrir la ciudad después de un congreso, me enorgullece saber que han venido de instituciones lejanas o cercanas a conocer cómo hemos salido de la violencia y las sucesivas crisis económicas. Pero no soporto ni soporté que vengan a utilizarnos, a decirnos lo que nos pasa y qué tenemos que hacer, y a exhibirnos como aborígenes incivilizados. Así que, por mí, hoy Albert Rivera puede irse por donde ha venido y, a poder ser, con la mayor indiferencia de las y los Ugaotarras, pero seguro que hay alguno que hace justo lo que Rivera espera y desea.

Vox y los derechos de los otros

Ocupar el que tradicionalmente ha sido tu sitio en el Congreso es un derecho adquirido, y cobrar por usar una foto que has sacado, un derecho laboral, que es bastante más grave. Vox ha empezado la legislatura sentándose donde le correspondería al PSOE por cortesía parlamentaria, y Santiago Abascal, utilizando una foto de Dani Gago (fotógrafo de Podemos en el Congreso, para más retranca) sin pagarla que se sepa ni atribuirla (eso es más palpable). Un comienzo prometedor para ver lo que les importan los demás y que viene a confirmar eso de que a veces los ogros parecen ogros.

Algunos no se dejan tomar por tontos

El periodista madrileño Ícaro Moyano tiraba de sarcasmo para dejar claro que a él tampoco le gusta que otros le tomen por tonto: “Ya veréis el disgusto que se lleva Borja cuando se entere de quién gobierna en Andalucía”. Se refiere a Borja Sémper y al titular que el candidato a alcalde de Donostia dejaba en Eldiario.es: “Vox es un partido diametralmente opuesto a lo que representa el PP”. En efecto, el PP de Sémper es el mismo que alcanzó un acuerdo con Vox para gobernar en Andalucía, y el jefe de Sémper, Pablo Casado, hace solo unas semanas cerraba la campaña del PP ofreciendo ministerios a Vox.

El periodismo que iba a cambiar el periodismo

Miren, todos hacemos lo que podemos en este oficio: los medios luchan por seguir en antena o en las imprentas otro año, y los periodistas peleamos por mantener nuestros puestos de trabajo para seguir pagando hipotecas, cuentas en el Eroski y, de vez en cuando, unas cervezas. Y si hay que hablarles de Twitter otro día lo haremos. Pero, ¡líbrenme de directores como Pedro J. Ramírez que se pasaron meses asegurando que sus medios iban a revolucionar el periodismo y hoy informan de que hay Apps que convierten nuestros rostros en caras de perros y gatos! Que no pasa nada… Si no lo has dicho todo antes.

Así es

Josu Eguren tuiteaba hace un par de días con su habitual mala uva que “si una serie, libro o película no aguantan un spoiler es que son una puta mierda. Y ahí está ‘Psicosis’ como prueba eterna de esa afirmación”, y solo pude rendirme a la evidencia. Nunca he visto un capítulo de Juego de Tronos y ahora que conozco el final y, sobre todo, que todo se basaba en la expectativa de una sarracina maniquea en la que ganaran los buenos (así escrito promete poco), dudo de que empiece a hacerlo. Invertiré mi tiempo en cosas igual de mainstream pero disfrutando del camino, que es lo que siempre me ha gustado.