No tengo más que añadir al caso de Miren Larrion que lo que ella ya ha dicho. Elucubrar no es emitir opinión, y el proceso personal y judicial que tendrá que pasar la de Bildu, si lo hay, le atañe a ella que, como política, ya está fuera. Precisamente por eso, porque creo que dejarla al margen de la batalla es necesario, no me parece justo que la utilicen quienes siempre han sido expertos en instrumentalizar el dolor y el daño, aunque sean sus compañeros. Larrion en su nota aclaratoria sobre sus propios actos define, por lo menos, dos posibles delitos, por lo que no puede ser puesta como ejemplo de ética o moral ni de práctica política.
La ley que sí aplican
En Bildu ya han demostrado que son expertos en usar una doble vara de medir a lo criticable en lo ajeno y en lo propio. Una persona mucho más sabia que yo me lo explicó hace tiempo: si algo no soportan en la izquierda abertzale es que les pongas delante de un espejo. Hoy, el espejo es este tuit de Julen Bollain sustituyendo “Ciudadanos” por “Bildu”: “No parece muy democrático crear una autoridad independiente al gobierno -democráticamente elegido – para gestionar los fondos públicos. Sería algo así como privatizar la democracia porque a Ciudadanos no le interesa que el gobierno se encargue de las cosas del gobierno”.
Otra de la justicia española
Oviedo volverá a lucir su callejero más rancio: “La Justicia exige devolver los nombres de las 17 calles con denominaciones del franquismo y comenzar los trámites para reponer las placas antes del próximo 5 de marzo”, leemos en la web La Nueva España. La noticia sigue: “El magistrado consideró que el grupo de expertos constituido el pasado mandato carecía ‘de objetividad y pluralismo’”, no como el juez de turno, que está claro que es una persona objetiva y con un pensamiento capaz de entender la pluralidad, como demuestra este mismo 23-F, que es cuando está fechada la noticia.
El detergente monárquico
No tengo ningún recuerdo de golpe de Estado: no había cumplido ni un año aquel 23-F. Pero sí sé porque salta a la vista que aquella transición y la democracia que parió formaron una España fallida en la que la extrema derecha ha eclosionado con fuerza (y con líderes de barro) 40 años después, con muertos en las cunetas, con todas las promesas políticas incumplidas y una justicia, ejército y parte de la policía clara e intolerablemente nostálgicas. A esta colección solo le faltaba el intento de blanqueo que regalaron en el Congreso a Felipe VI y Juan Carlos I para “celebrar” el 40 aniversario de un golpe, como todo, fallido.
En su justa medida
He hecho el experimento de ver en diferentes cadenas de televisión las noticias sobre las manifestaciones pacíficas y las manifestaciones violentas de estos días, y he acabado muy desesperanzado: el escándalo, la búsqueda de la fogata y la pedrada, el amarillismo, en definitiva, era la norma en los informativos españoles. La imagen de Emilio Morenatti en la que se ve a un montón de fotógrafos capturando el momento del lanzamiento de una piedra es bastante ilustrativa. Al mismo tiempo, creo que en otros espacios se están regalando excusas a los vándalos que están ahí (y por eso van las cámaras) y son injustificables.