Si José Antonio Zarzalejos se dispone a explicar en un extenso artículo el desastre al que han llevado a Catalunya los nacionalistas, violencia incluida, lo mejor que puedo hacer es no leerlo. De hecho, creo que es la primera vez que traigo a esta columna un contenido que no he “disfrutado” yo antes. Pero es que no me hace falta: cuando la misma maquinaria que en Euskadi sirvió para mezclar a los violentos con los que siempre estuvimos en contra del fascismo, para deslegitimar una reivindicación justa, se pone ahora en funcionamiento contra Catalunya, sabemos mejor que nadie lo que hay.
La primera mentira
Mi mayor desacuerdo con el artículo que Jordi Nieva-Fenoll ha escrito en El Periódico tiene que ver con el párrafo anterior: la gran mentira en Catalunya no es el falso proceso de independencia que iniciaron sus líderes. Las grandes mentiras están por venir, como acabamos de comprobar. Pero sí es la primera mentira: el Catedrático en Derecho procesal acierta cuando explica que se está juzgando una postverdad, que no hay bases, y que algunos de los políticos son plenamente consciente de que llevan dos años en prisión preventiva cuando se cuidaron de no hacer una independencia efectiva.
¿Y qué va a pasar con la toma del Valle?
Una de las principales consecuencias de que Franco no esté ya en un espacio de adoración es lo que pasará con el Valle de los Caídos. De hecho, el próximo 20-N estaba preparada una toma del santuario al diabólico, un tanto friki, bastante divertida y no por todo ello falta de motivación, razones y justicia. La momia de Franco en su pirámide no debería de ser más que un guiñapo para nuestra generación y las siguientes. Si ha tenido presencia y memoria es porque la han mantenido quienes no han combatido la herencia de un dictador como merece (al contrario, la han disfrutado). Y en su “debe” estará por muchos años.
Hacerle un Podemos a Pablo Iglesias
Pablo Iglesias quiso hacer un Podemos al PSOE: desmembrarlo, recoger sus pedazos, rearmarse con ellos y pasarle por encima. Como no le salió, le hizo un Podemos a IU. Ese sí le salió bien y hasta dio para unas fotos con botellines de cerveza con Alberto Garzón. Después, hizo un Podemos a sus propios aliados, a los que laminó internamente. Lo que nunca pensó Iglesias es que Errejón acabaría haciéndole un Podemos a él y de un modo tan claro. Pero le está pasando: el que fuera su número dos está confluyendo con las confluencias de Podemos mejor que los morados. Las horas de todos ellos están contadas.
Los parlamentos mandan, Felipe
Sí, creo que la figura del rey de España sobra. Pero Felipe VI está demostrando que, además, entorpece: enquistó el problema catalán y ha usurpado al Congreso su capacidad de decisión para hacer presidente a Sánchez incluso a su pesar. Sí, son los parlamentos los que tienen que mandar. Y en el Reino Unido, con su inmensa colección de defectos, lo tienen claro: la trama de Boris Johnson e Isabel II para bloquear al Parlamento británico hasta consumar el Brexit es ilegal. Es la cámara de representación la única que puede tomar las decisiones en un sistema democrático. También las importantes. Todo lo demás es otra cosa.