Apunten bien la fecha de ayer porque es el inicio de un camino sin retorno: el The National escocés titulaba en su portada que “la independencia es la única salida de este entuerto”, con una gran foto del parlamento británico, donde se debate cómo acatar el mandato ciudadano (debidamente intoxicado por algunos) de salir de Europa. El crecimiento de los populismos y la extrema derecha en los estados, con una afección muchísimo menor en algunas de sus regiones (como Escocia o Euskadi) pueden impulsar los procesos independentistas no ya por sentimentalismo, sino por practicidad.
Estado policial
Cuando la izquierda abertzale y los progres de postal usaban estas consignas de “estado policial”, los primeros obviaban quién lo generaba y a los segundos no les importaba para seguir postureando (entonces, directamente, les llamábamos mentirosos). Si alguien quiere ver un estado policial de verdad porque no se trata de una respuesta a una amenaza real puede mirar a Catalunya hoy: la detención de personas que no estaban cometiendo un delito, existiendo figuras judiciales que permiten una investigación sin pasar por calabozos, constituye una amenaza para todos.
Esa izquierda
Nunca me gustó Martu Garrote, una especie de predecesora de Beatriz Talegón: mujer, socialista, muy activa en Twitter, atrevida más allá de lo razonable, y desencantada. En el caso de Garrote, se ha acercado ahora a la plataforma de izquierdas no nacionalista que lidera Gorka Maneiro (como si él no fuera un nacionalista y fuese de izquierdas). Pero pese a todos estos regates mentales que han acabado desorientando a la ex socialista, le tengo que dar la razón en uno de sus últimos tuits: “Preferiría que los votantes progresistas llenaran las urnas y no las plazas. Lo sé, soy rara”.
Y esta otra
El movimiento de Iñigo Errejón, de sumar su candidatura a la de Manuela Carmena pasando de la cabecera de Podemos podría tener una lectura serena: Podemos no quiso que su marca fuera usada en las anteriores elecciones municipales porque sabía que iban a colocar a personas que un partido tan vertical no podía controlar. Así que repetir ese centrifugado de la marca no sería tan extraño… salvo porque hablamos de Madrid, donde Errejón fue exiliado por el Iglesias más utilitarista, y Carmena ha librado y ganado su propia batalla contra el aparato morado.
¿No hay otra manera?
La crónica de Manuel Jabois sobre lo que está sucediendo en Totalán (la mejor que he leído) es desgarradora pero solo para el lector. Las crónicas constantes que estamos viendo en otros medios, especialmente en algunas televisiones y digitales, son desgarradoras pero para quienes sufren esta inmensa angustia. El episodio más incomprensible de este serial negro y amarillo es el de la aparición de Juan José Cortés, padre de la niña asesinada Mari Luz. Según Cortés (y los medios que le enchufan el micro), su presencia es un alivio para los padres de Julen. Según el sentido común, este circo mediático carece de sentido.