“No tenéis ni idea de la que se os viene encima”, es la amenaza de la Ertzaintza sobre su conflicto laboral que recogían en el Twitter de EITB. Una amenaza que está fuera de todo lugar y que, lo pretendan o no, es contra la sociedad. Contra la sociedad a la que se deben, que sabe lo importante que es la Ertzaintza, que por eso la financia y que se sorprende con las formas y los fondos actuales de las y los agentes. ¿Apelaciones al diálogo? Hago todas mías siempre que estén hechas con el debido respeto. Porque no todas lo están y ese es uno de los problemas: la Ertzaintza se ha perdido el respeto perdiéndoselo a quienes nos representan.
Que los detengan
Xabier Lapitz es el más beligerante, seguramente, porque es el periodista más atacado por perfiles anónimos y agresivos en Twitter desde el entorno de la Ertzaintza. Dejémoslo ahí aunque algunos se reconozcan como agentes. Esos ataques tampoco son entendibles y son un problema, nuevamente, del cuerpo. Y si es un problema del cuerpo lo es de la institución, de abajo a arriba y de arriba a abajo. Los ataques a políticos y periodistas desde el anonimato y desde la pancarta son injustificables y quienes tengan mando en plaza deben impedirlos. El diálogo empieza con el reconocimiento del otro, no con su cosificación.
Cómo empezó todo
Tal día como ayer hace 80 años Joseba Rezola salía de la cárcel. Él fue con Agirre lo que hoy es Erkoreka. Sin Rezola o sin Kandido Saseta, sin Erkoreka y sus predecesores, la Ertzaintza hoy no existiría. Personas comprometidas con su país y con otras personas: nunca he dudado ni dudaré de la capacidad de una o un ertzaina para ayudar porque siempre que lo he necesitado les he encontrado. Me emocioné cuando después del asesinato de Miguel Ángel Blanco, durante el acoso a las Herriko Tabernas, la gente, harta de ETA, pedía a los agentes que se quitasen los verduguillos. Son y somos aquellos, no me cansaré de recordarlo.
Algo hemos hecho mal
Todas las policías son parte de la sociedad, y la violencia que estamos observando en diferentes cuerpos tiene que ver con el mundo loco en el que vivimos. Algo tenemos que cambiar porque algo hacemos mal. Sin embargo, creo que en la profesión va que las y los agentes se controlen: el conflicto de la Ertzaintza, la actuación de la policía municipal de Bilbao contra vendedores ambulantes (que los de siempre han usado para señalar a Aburto) y el agente que obligó a una activista en Murcia a no actuar con las tetas al aire son fruto de las mismas raíces. Si hay que arrancar algunos árboles, hagámoslo cuanto antes.
Un independiente
Juan Alberto Belloch va de “juez y político independiente” ahora que está promocionando sus memorias, en forma de libro. Claro que sí. Pero de su entrevista, cómo no, lo más jugoso no es su autopercepción, sino lo que deja ver de sí mismo sobre cuestiones terroríficas como el GAL. Nadie desea ese modelo policial justiciero, al contrario. Pero, salvando las distancias, tampoco nadie quiere el que nos hemos encontrado ahora que los cuerpos llaman la atención sobre sí mismos y se muestran como son. Igual que tenemos memoria para el GAL y para la reacción ciudadana a favor de la Ertzaintza, la tendremos para lo que estamos viendo y viviendo.