Si eres pobre te quedas en tierra

No me parece mal que suban los precios de los billetes de avión: contaminan mucho y el negocio del turismo global está haciendo que las grandes ciudades y las playas más famosas se parezcan entre sí tanto que no merece la pena el esfuerzo de visitarlas. Lo que ni entro a discutir es que está radicalmente mal que los gobiernos se planteen cómo dejarnos en tierra y no hagan lo mismo con las y los propietarios de los aviones privados, que contaminan muchísimo más. En Diario del Viajero reflexionan sobre ello y sobre el modelo francés, que “ya vetó el pasado mes de mayo todos los vuelos cortos que tienen una alternativa en tren”.

Los pagamos las amas y los aitas

Me ha hecho mucha gracia este titular en Xataka: “Apple ha ganado entre los jóvenes. Tanto, que usar Android es un meme para muchos”. Me ha hecho gracia porque en la mayoría de los casos, esos iPhones para las y los jóvenes los pagamos las amas y los aitas. Así que Android no es solo el teléfono barato (algunos valen igual que un iPhone, ojo), es también el teléfono de las y los viejales, y de las y los pobres o agarrados. Claro que sí, guapis. Un diez a la estrategia de marketing de Apple y un cero a nuestra propia visión crítica: el éxito se basa en la alta calidad de los vídeos que la chavalada usa, en su mayoría, para subir mierdas a TikTok.

“El crecimiento personal nos idiotiza”

Tal vez debería de haber empezado la columna con la reflexión de Carlos Javier González sobre cómo las “máximas del crecimiento personal nos desapropian de uno de los elementos más esenciales de una sociedad sana en términos de comunidad: la capacidad para sentirnos afectados por los demás”. No sé si fue por culpa de la pandemia y el confinamiento o este trauma solo sacó a la luz lo que éramos, pero nos hemos convertido en una suma de individualidades egoístas incapaces de pensar como colectivo, de reflexionar sobre cómo lo que yo haga afecta a otras personas, qué pasaría si todas y todos hiciéramos lo mismo.

Va bien, tranquilidad

Pocas cosas habrá más exclusivas e individualistas que la monarquía. Hablemos de ella: Leonor de Borbón va bien en el ejército. Y si no va bien, da igual: “Independientemente de sus calificaciones, Leonor recibirá siempre la máxima puntuación para recibir las condecoraciones de todos los ejércitos” (El Nacional). Y si la pobre no llega al mínimo en las pruebas físicas (a pesar de haber tenido un entrenador personal durante el verano), nadie le pide que las haga. Por lo demás, es igual que el resto de cadetes: duerme con otras nueve personas y tiene un armario muy pequeño. Pero tiene una sala privada para ella, no sea que se agobie.

“Sus ventajas”

Pero volvamos al concepto de “lo colectivo”, “lo colaborativo” esa idea que ha sido tan pervertida para que unos pocos obtengan beneficios particulares: “Airbnb subraya sus ventajas frente a los hoteles en una nueva campaña” (Reason Why). Ni en el titular ni en la noticia explican que esas “ventajas” son todas aparentes y a corto plazo en el caso de las y los usuarios, y plenas, por supuesto, para las y los inversores. La realidad es tozuda y nos muestra que Airbnb beneficia a propietarios de vivienda y de la herramienta, pero a medio plazo nos perjudica a todas y todos saturando ciudades y encareciendo los barrios.

La izquierda lo tiene claro

La izquierda española parece tener claro que le gusta la propuesta que el Lehendakari Urkullu ha hecho en el que es (o por lo menos, fue) su diario de referencia, El País. El PSOE dice que no es la suya pero que vale, Díaz “da la razón a Urkullu” (El Nacional) y el mismísimo Pablo Iglesias cree que “el lehendakari parte en su artículo de dos preguntas muy sensatas” (Ctxt), aunque luego el fundador de Podemos vuelve a demostrar que él siempre parte de su interpretación de la realidad. Yo, que no soy tan listo, sigo pensando qué me parece la propuesta del lehendakari en este contexto tan concreto.

Catalunya rectifica… A Bildu

El Parlament catalán recurrirá “la Ley de Vivienda al Constitucional con los votos de ERC, Junts y CUP” por “lo que consideran una invasión competencial en distintos artículos de la nueva normativa” (El Diario), y hace así una enmienda a Bildu, que se ha quedado definitivamente solo defendiendo que la norma no invade competencias. No voy a hacer leña, al contrario: recupero el argumento de Oskar Matute de que a la ciudadanía le preocupa más el acceso a la vivienda que las competencias (como si estas no blindasen el bienestar). Si ese fuese el “mood”, ¿cuánto de acertado puede estar el lehendakari con su última propuesta?

Tal cual

Si España fuera “una república federal laica y plurinacional” sería, sin duda, un país mucho más atractivo (aunque seguiría sin ser el mío). Creo que en eso estamos de acuerdo muchísimas y muchísimos. Así que no entiendo la amenaza de Isabel Díaz Ayuso: “El ‘sanchismo’ es engañar todo y a todos. Cada vez estamos más cerca de una república federal laica y plurinacional”. Como bien apunta Eme en Twitter, “imagínate que te suena mal” eso de no tener rey, que la iglesia católica pierda su extemporáneo poder y que se reconozcan los diferentes sentimientos nacionales más allá del folclore. ¿Qué tipo de persona está en contra de eso?

No es el juicio, es el hecho

Creo que las palabras de Luis de la Fuente, reconociendo su error al aplaudir a Luis Rubiales cuando este anunció que no dimitiría, podían haber sido válidas para el presidente de la RFEF en un primer momento. Ese argumento de que las críticas son correctas y esa petición de disculpas hubieran rebajado muchísimo la tensión y las consecuencias. Pero no sé si ello sigue siendo válido en boca del seleccionador español después de todo lo que pasó, lejos de aquel momento de euforia, precisamente. Lo que tengo claro es que, una vez más, no es el “juicio sumarísimo” (EPE) lo importante, sino el hecho (los aplausos, en este caso).

No me lo creo

La Europa geográfica no es la misma que la Unión Europea, ni ninguna de las dos es la misma Europa que la de la UEFA. Y como todas y todos sabemos, el segundo y el tercer concepto de Europa son mucho más flexibles que el primero porque, básicamente, su rigidez la vence el dinero. Y la UEFA puede convertirse en contorsionista si es necesario aunque hoy “cierra la puerta de la Champions League a Arabia Saudí” (Palco 23). ¿De verdad no habilitará una invitación especial para sus competiciones continentales si la Suadi Pro League amenaza con promocionar una superliga mundial? Tan fácil como eso.

¡Pero si son nuestras!

Creo que los partidos españoles solo se han dado cuenta parcialmente de que el nacionalismo vasco ha cambiado: la izquierda abertzale ha llegado, por fin, al posibilismo, pero EAJ-PNV ha dado un paso más. Ya no vale con apalabrar concesiones. Noticias como esta en El Nacional suenan a la década pasada: “El PP podría ceder 3 competencias al PNV para conseguir su apoyo en la investidura de Feijóo”. No es una cesión, es nuestro derecho. No puede formar ya parte de una negociación y, si lo hace, ni PSOE ni PP pueden dilatar la transferencia de turno para ofrecer su ejecución en la siguiente votación.

La idiocia nazionalista

Román Cendoya es de esos que se alegran de poder decir que nacieron en “San Sebastián” y no dirán nunca “Donostia”, de esos que sienten orgullo del vínculo de la ciudad tanto “con la monarquía como con el veraneo de la dictadura”, de esos que escriben “nazionalista” con “zeta” porque así los nacionalistas parecemos “nazis”, y de esos que creen que nacionalistas son siempre los otros. En resumen, es de esos que insultan con satisfacción un sentimiento que no entienden y cuyo sentido de estado es tan reducido que demuestra que los partidos nacionalistas pueden tener más sentido de estado que él y no se da ni cuenta.

“Los pagafantas”

No podemos negar que del Ebro para arriba y del Ebro par abajo, los más necesitados de poner en cajones a los demás han ganado la partida, especialmente, a EAJ-PNV: ha funcionado su empeño en meter a este partido en el cajón de la derecha, pese a las políticas sociales que ha desarrollado junto a los partidos progresistas con los que ha gobernado o ha apoyado en la CAV, Nafarroa y España (de Bildu a IU pasando por EA, PSOE, Podemos y, seguramente, en breve, Sumar). Y todavía hoy José Luis Roig sigue hablando en La Información de que los de Esteban y Ortuzar serán los “pagafantas” de la izquierda.

Se trata de gobernar

Hace muchos años, en una tertulia en la que yo estaba presente, Emilio Olabarria dijo, como si nada, una frase que sirve para explica la política española de los últimos años: “Gobernar es fácil. Gobernar bien es muy difícil”. Me acordé de su frase tras leer este titular: “Los intereses de la deuda pública española superan los 31.000 millones, más que el gasto en prestaciones por desempleo (… y subiendo)”. Gastar como si no costase, como si el dinero de todas y todos no fuese de nadie, o como si no fuera a acabarse nunca, es imposible. Y como electoras y electoras lo que debemos pedir es responsabilidad, y no soluciones mágicas.

Sigue la pista de la pobreza

Encontrar la pista del dinero parece fácil: solo es necesario que sigamos la pista de la pobreza. “Los jóvenes chinos y asiáticos ya no quieren trabajar en las manufacturas”, nos cuentan en Xataka. Así, las grandes compañías trasnacionales (esas que compran en un país, producen en otro, facturan en un tercero y venden en la mitad del planeta) buscarán nuevos nichos de pobreza. Siempre habrá personas dispuestas a trabajar como esclavas y esclavos y que, cuando mejoren, se convertirán en consumidores, como nosotras y nosotros, y la segunda generación de trabajadoras y trabajadores orientales que popularizaron el “made in China”.

Lo pone fácil

Mi intención era empezar la columna con los highlights del verano, pero Luis Rubiales me lo ha puesto fácil para sacar uno fresco: su beso a Jenni Hermoso, por el morro, literalmente, es un exceso injustificable. Y por lo tanto, quien lo justifica o ayuda a que el presidente de la RFEF lo justifique, tiene también lo suyo. Ese beso es profundamente machista y nos muestra a ese tipo de hombre que no sabe tener una relación de igual a igual con una mujer. Una tipología que existe, a la que pese al poder y dinero que maneja vamos arrinconando, pero que de vez en cuando se deja ver porque está ahí, y delante de las cámaras.

Por cierto…

No voy a pasar tampoco por alto que la FIFA haya prohibido en el mundial de Australia y Nueva Zelanda los brazaletes arcoíris para las capitanas. En el de Qatar el argumento (una mierda de argumento, claramente) era que molestaba a los jeques. En Oceanía ni siquiera hay argumento. Entonces, ¿quiénes son los homófobos? ¿Los jeques o los de la FIFA? ¿Y por qué? No me he caído de un guindo, ya sé que estamos hablando de una organización privada con sede en Suiza, y no por casualidad, con inmenso poder y dinero, pero no me creo que ninguna institución pública pueda corregir estas agresiones, que es lo que son.

No hay ningún motivo

No hay ningún motivo por el que Leonor de Borbón tenga los privilegios, según El Nacional, de los que va a disfrutar en la academia militar en la que ha ingresado por el qué dirán: dos cursos en uno, menú marcado por Zarzuela, no tendrá que presentarse a las pruebas más duras y volverá a casa todos los fines de semana, pero no en coche, que eso es de pobres, sino en helicóptero, y de dos hélices: el Superpuma. No hay ningún motivo, tampoco, para el gasto de recursos y dinero que supondrá ese transporte. Por extensión, no veo ningún motivo para conservar una institución tan privilegiada y tramposa como queda a la vista.

Eva Amaral los dio todos

Sigo: Luis Rubiales no tiene ningún motivo para besar a Jenni Hermoso, la FIFA no tiene ningún motivo para vetar los brazaletes arcoíris, la Casa Real no tiene ningún motivo para usar un helicóptero para que Leonor de Borbón haga el trayecto Zaragoza-Madrid los fines de semana, ida y vuelta, pero Eva Amaral sí demostró que hay motivos de sobra para su reivindicación al cantar sin camiseta en el Sonorama: cómo ha enervado a algunos, que se rasgan las vestiduras al ver un par de tetas, lo deja claro. La cantante reivindicó el derecho de todas y todos a reivindicar nuestras libertades y derechos antes los trogloditas.

Esperamos el argumentario

Otro tema del verano: tengo la impresión de que Bildu quiere aprovechar el asueto para que pase como si nada su soledad defendiendo una ley de vivienda española invasiva como denunciaron en su momento EAJ-PNV, Junts, PDeCat, CUP y BNG y, desde hace un par de semanas, también ERC. Pero de esta cesión a PSOE y Podemos no va a escabullirse fácilmente, porque el tema va a volver a volver y su soledad va a quedar negro sobre blanco una y otra vez. Parece que hay un consenso en que no se basta con que una norma sea buena: es que tiene que encajar en el marco en el que se va a aplicar sin invadir una norma aún mejor.

El pactazo

Lo que hicieron EH Bildu y PP en el último día de campaña no es un pacto, es un pactazo, porque el golpe sobre la mesa para mandar a la porra el tablero y las piezas, fue duro. Unos, con el “que te vote Txapote”, otros, con que PNV, PP y Vox tenían un pacto… Y al final los de Otegi y los de Núñez Feijóo se reparten todas las comisiones, todas, en el Ayuntamiento de Gasteiz: esta para ti, esta para mí, ojo, con el plácet de Podemos. Fotaza, pactazo y zascazo. Más bien, autozasca de unos y de otros. Y ahora, ¿qué? Pues el PP se ha apresurado a rectificar, pero Bildu ni se ha molestado en negar lo que toda Euskadi ha visto.

Los salvadores de Sánchez

Bildu empezó la legislatura en Congreso y Senado disolviéndose en la izquierda española. Apenas se diferenciaba su discurso del de Podemos. Pasó a abrazar al PSOE mientras daba una patada de espuela a las competencias. Y ha acabado pactando con el PP en Gasteiz con luz y taquígrafos. Su deriva hacia el “Espainaren morroi” es pasmosa. Pero no está solo en su periplo por tierras españolas: “Junts arremete contra ERC porque ‘salvando’ a Pedro Sánchez acabará ‘no salvando a Catalunya’”, leemos en El Nacional. La rendición del “independentismo”, como se autodenominaron y su camino hacia la nada es indiscutible.

En manos de las y los indecisos

No creo que estemos ya en manos de las y los indecisos, sinceramente. La victoria del bloque del PP con Vox o la repetición electoral están ya escritas, pero esa crónica la conoceremos mañana por la noche. No obstante, sobre el primer colectivo, esto es, las y los indecisos, en Economía Digital han publicado una columna interesantísima. La firma César Calderón, quien explica que quienes no tienen decidido su voto no están haciendo comparativas de los programas y los discursos, precisamente, sino que se mueven por impulsos muchísimo más mundanos y primarios y que, realmente, no tienen capacidad para volcar un resultado.

El atolladero

Una pieza en EPE de esta semana contenía dos grandes verdades: “El atolladero” en el que podemos meternos a partir del lunes, con un PP en manos de Vox, o con un bloqueo parlamentario que impida formar gobierno. Qué lince, Pedro Sánchez con su 23-J. Pero más importante me parece el subtítulo: “Darle todo el protagonismo a Vox es, ha sido y será una irresponsabilidad, lo haga el PP o lo haga el PSOE”. Y lo han hecho los dos. Primero, el PSOE jugando en corto, como siempre, intentando ningunear la oposición del PP haciendo más caso a Abascal. Y después, claramente, los de Casado y Feijóo dándoles las llaves de los gobiernos.

La reflexión de las y los profesionales

En esta misma columna ya ha aparecido un profesional de la comunicación política: César Calderón. Y cierro la misma mencionando a otro del que ya hablamos al principio de la campaña: Pedro Ruiz es el fotógrafo que fichó el equipo de Sumar cuando se deshizo el de Ciudadanos. Este artista (porque hace arte, no es un modo de hablar de barra de bar) ha cambiado de partido sin problemas. Eso en España y en Euskadi es bastante extraño porque las siglas tienden a contar con gente de confianza. No es nada malo: es así. De hecho, creo que es bueno porque les obliga a detectar o atraer talentos a sus filas.