Ya son objetivos militares

El viernes celebrábamos el día mundial de la libertad de prensa, y la UNESCO decidió anunciar que su premio World Press Freedom era para las y los periodistas que cubren el martilleo de Israel sobre Gaza. Muchas de ellas, muchos de ellos, han dejado la vida contando lo que sucede, conmoviéndonos ante la desolación, ante el modo en el que el Netanyahu y su gobierno ultra ha arrasado el territorio palestino. Hoy la prensa es un objetivo militar, como las y los cooperantes, para que no haya testigos de los excesos, de los asesinatos, de los abusos, de lo innecesaria, injusta y terrible que es la guerra.

El problema es Airbnb

Ángel Jiménez ha recopilado en X once ofertas de Airbnb diferentes: desde la casa de Up colgada de una grúa a acompañar a un cantante de reguetón en su autobús durante la gira. Todas ellas me parecen estupendas porque si Airbnb se dedica a eso, a ofrecer experiencias en espacios únicos, no tengo nada que decir. Pero lo cierto es que la acción habitual de esta empresa dispara y descontrola el turismo (si contamos el número de habitaciones en hoteles podemos controlar el flujo) y empobrece la oferta de vivienda habitual. Si sabemos que Airbnb es parte de los problemas y de ninguna solución, ¿a qué esperamos?

Sin problemas de vivienda

Quienes no tendrán ningún problema para encontrar vivienda serán las y los herederos del dictador Franco: “Venden por más de 70 millones de euros siete pisos de lujo: ‘Se las han quitado de las manos’” (Vozpópuli). Se trata del “edifico de Hermanos Bécquer” que “fue una de las joyas inmobiliarias que heredaron de Carmen Franco, después del pazo de Meirás. En esta propiedad es donde vivió Carmen Franco, la hija de Franco hasta su muerte y anteriormente su madre, Carmen Polo, viuda de Franco, cuando salió de El Pardo”. Si no se expropió el inmueble, ¿podrían expropiarse los beneficios? ¿Por qué no?

La burbuja se pincha…

El hito es mucho más importante de lo que parece: la competición que mejor reparte los millones que genera la televisión y que permite con más alegría transferencias de las fortunas de los propietarios de los clubes a los gastos corrientes de los equipos, accede a una limitación salarial. Lo hace la Premier después de comprobar que los millones árabes no son suficientes para asegurar el atractivo de sus ligas. Y con esto y poco más podremos pinchar la burbuja del fútbol, que nunca ha generado tanto dinero como gasta y cuyo modelo de negocio consiste en que nunca se detengan las transferencias.

…Porque solo puede pincharse

Enlazo dos noticias en el mismo medio, 2 Playbook, de modo absolutamente excepcional, porque es la mejor manera de seguir explicando el fenómeno: ¿cómo no va a pincharse la burbuja del fútbol si hasta los equipos campeones tienen problemas para balancear sus cuentas? “El Inter gana en el ‘calcio’ pero se tambalea en el banco: 570 millones perdidos desde la Covid”. La propiedad, “el grupo chino Suning”, “ultima la firma de un nuevo préstamo para no perder el control tras ocho años al mando”. Y eso que los equipos campeones se llevan la parte del león en el reparto de millones.

Vota pensando en quién justifica esto

La masacre de Israel sobre Gaza, igual que la invasión sobre Rusia, nos pilla lejos. Eso no significa que no podamos empatizar, que no podamos estremecernos ante su sufrimiento, que no nos cueste mirar la foto de Mohammed Jad Salem, que ha ganado el World Press Photo por su perfección técnica y su capacidad para describir lo que está viviendo el pueblo palestino. Gaza o Ucrania nos pillan lejos, pero hay quien es capaz de posicionarse con claridad meridiana con Israel y con Rusia. Y a esos que apoyan, justifican o, simplemente, por no condenar sus actos dan rodeos y buscan excusas, también se presentan hoy a las elecciones.

Quienes se ríen de las agresiones también votan

Por culpa de la campaña, esta noticia en El Diario, que es grave, ha pasado desapercibida: “La eurodiputada socialista Iratxe García denuncia pintadas cerca de su casa y que le rajaron las ruedas del coche”. Su denuncia fue posterior al ataque que recibió el exalcalde socialista de Ponferrada, Olegario Ramón. La MEP explicaba en X “que hace meses le rajaron todas las ruedas del coche cuando lo tenía aparcado delante de su domicilio, y que la pasada noche los contenedores han aparecido con mensajes como ‘puta’, ‘golfa’, ‘asco’ y ‘decepción’”. Esto es injustificable, ejerza quien ejerza la violencia. Y hacer mofa de ello también lo es.

Sí, es a todas y todos

Este titular en EPE también ha sido eclipsado por la campaña: “El PSOE se impacienta con la división a su izquierda: ‘Tienen que reflexionar, nos va mal a todos’”. Podemos y Sumar se presentan hoy a las elecciones con el mismo objetivo: ser el partido que quede por encima y, a poder ser, que logre uno o dos parlamentarios y que el otro no los saque. Un objetivo mucho más centrado en mejorar su propia vida y la de su partido, que en mejorar la vida de las y los ciudadanos. Y eso quien vota lo sabe, por eso van a obtener los resultados que vamos a ver esta noche. Podrán justificarlo como quieran, pero su baja política ha quedado a la vista.

¿Quién controla al controlador?

Esto de Rafael Rubio tiene que ver con las elecciones, pero no con las nuestras y, sobre todo, es especialmente interesante: “La comisión electoral india está ordenando a X eliminar contenido de partidos y candidatos de la oposición. X manifiesta públicamente su desacuerdo y baja el contenido. ¿Puede X controlar al controlador?  ¿Y si no es así quién lo controla?”. A ver, la respuesta es muy sencilla: la justicia. Es decir: por medio de una sentencia firme y justificada será posible cerrar el grifo comunicativo, pero esta nunca puede ser una decisión política. Así que, aunque estoy de acuerdo con el fondo, que X actúe por su cuenta me inquieta.

Por desgracia, sí es posible

Si por algo me ha gustado siempre X es porque hay personas que de manera desinteresada te muestran enfoques estupendos, ponen palabras a lo que barruntas, te alegran el ratito con alguna idea sagaz o, simplemente, dejan caer frases extraordinarias casi sin querer: “Yo estoy tranquilo porque ninguna inteligencia artificial podrá sustituir nunca la estupidez humana”, tuiteaba el guionista portugalujo Raúl Díaz. Y aunque estuve tentado en darle la razón, me acordé de otro tuit que había leído la misma mañana: preguntada por el inicio de la guerra civil española, la inteligencia artificial culpaba al gobierno legítimo de enrocarse.

Es mentira

No entiendo las campañas basadas en mentiras, pero menos entiendo aún que funcionen: lo hizo Patxi López cuando dijo que no pactaría con el PP. Lo hizo Bildu asegurando que el PNV sí lo haría en el Congreso para investir a Núñez Feijóo, y ahora lo hace el citado (que en vez de investido, fue embestido por Aitor Esteban en Madrid) para asegurar que “Bildu, PNV y PSOE pretenden replicar en Euskadi los problemas del procés en Cataluña”. Una mentira que puede funcionar en España, pero me sorprendería que tuviese aceptación en Euskadi. Aunque vuelvo al principio: sí la tuvieron las de López y Otegi.

Sobrevivirse a sí mismas

Con suerte, Podemos o Sumar arañarán algún escaño alavés, donde se necesita un menor porcentaje de voto para obtenerlo, y de donde han llegado siempre los partidos minoritarios, casi folclóricos, al Parlamento: UA, UPyD, Vox… Y ahora uno de los dos partidos enfrentados por ocupar el espacio de la izquierda española. En Público tiran casi de lírica, pero la realidad es más prosaica: Podemos en Euskadi solo ha sabido ir a rebufo de Pablo Iglesias y, con el líder caído, ha entregado su capital político a Bildu. Y Sumar ni lo ha peleado. Una derrota total que deja ver una incapacidad política que siempre estuvo ahí.

Y ahora, ¿qué?

Àngels Barceló hace las preguntas correctas: “¿Quién restituye el daño personal y profesional hecho a Mónica Oltra? ¿Qué hubiera pasado en las elecciones sin esa imputación? ¿Le van a pedir perdón todos aquellos que sin pruebas la acusaron de un delito que no cometió?”. La “nueva política” no era la de Podemos y Ciudadanos, sino la de Vox y la judicialización de la democracia. Un juego al que no juegan todos los partidos: lo hacen el PP y Vox en España, y Bildu, en Euskadi. Esos son los que sacan el dedo acusador y luego se guardan la mano en el bolsillo cuando, agotados todos los recursos, las denuncias quedan en nada.

¿Y si todo es verdad?

Si una jueza o un juez acredita que todo lo que estamos leyendo sobre Luis Rubiales es cierto, estaríamos ante un terremoto político y también sistémico en España. Porque sobre Luis Rubiales están sugiriendo que, supuestamente, ha robado a manos llenas: “Lo único que quiere es dar palos, de 200.000 para arriba”. Esta y otras cosas las dice quien fue su “mano derecha”, según EPE, Tomás González Cueto: “Rubiales quería cobrar el 20 por ciento de 200.000 euros al año, durante 7 años”. Otra: “Uno me pide ayuda para financiación de 100 millones… Y lo primero que dice es que quiere un kilo para él”.

Estaban allí

La miseria de algunas y algunos es infinita: después de que Israel asesinara a una colaboradora y varios colaboradores de la organización humanitaria del chef José Andrés, varias tuiteras y tuiteros han recordado que el cocinero había afirmado con anterioridad que el país de Netanyahu tenía derecho a defenderse. Lo que dijo José Andrés es cierto, pero ese derecho a la defensa no ampara la masacre que están viviendo en Gaza. Eso lo sé yo y lo sabe cualquiera, como lo sabía el asturiano, por eso su ONG estaba en Palestina repartiendo comida, y por eso las víctimas fueron objetivo de Israel. Solo una o un miserable no se da cuenta de eso.

Ni un minuto más

Lo que está haciendo el estado de Israel en Palestina no podemos permitirlo ni un minuto más. El vídeo de Reuters en el que se ve a soldados jugando con la lencería que las mujeres de la franja de Gaza han abandonado en sus casas, bombardeadas, masacradas a balazos y misilazos, mientras ven a sus hijas e hijos morir bajo los escombros, en los hospitales y de hambre, de puta hambre, es vomitivo. El grado de deshumanización del enemigo que ha logrado Israel es fruto de décadas de permisividad, no del gobierno actual de extrema derecha con un presidente huyendo hacia delante de sus causas pendientes.

Detector de degradación moral

La justificación de la invasión israelí sobre Gaza, exactamente igual que la justificación de la invasión rusa sobre Ucrania, es un detector infalible de degradación moral. El argumento de Milei, de que el gobierno de Benjamín Netanyahu actúa en legítima defensa después del ataque de Hamás es una mierda de argumento. Pero esta frase es ya incalificable: “Israel no está cometiendo ni un solo exceso” (CNN). Lo cierto es que sí es calificable, pero no quedaría bonito dejarlo por escrito. Me voy a limitar a reflejarlo porque nada de lo que pueda decir yo va a dejar en peor sitio a Javier Milei que sus propias palabras indecentes.

También funciona en España

Por supuesto, el detector de degradación moral también funciona en España, y como siempre, el máximo en la escala lo marca Aznar. Es más, yo creo que “Aznar” podría una categoría propia de España en la escala de degradación moral: de “nada” a “Aznar”, ¿cuánto de miserable puedes llegar a ser? El del PP se río, insisto: se río, mientras ironizaba sobre el número de víctimas palestinas, y aseguró que “Israel tiene que terminar esta operación. Y la tiene que terminar bien” (Público). No hace falta que explique, dados todos sus antecedentes, empezando por las mentiras sobre las armas en Irak, qué es para él ese “bien”.

Hasta Trump les mejora

¿Cómo de miserable tienes que ser para Donald Trump parezca razonable a tu lado? El expresidente y candidato ha tirado de pragmatismo, y junto a Mieli o Aznar, no parece una rata: “Trump llama a Israel a terminar con la guerra en Gaza: ‘Están perdiendo un montón de apoyo internacional’” (Latinus). Pese a que sus países han elegido a Aznar, Trump y Milei, soy optimista: la humanidad es más razonable que ellos, sabe lo que sucede en Gaza y en Ucrania, y quiere pararlo. Por qué no tenemos mecanismos que lo logren eficazmente es lo que nos tiene que preocupar y, sobre todo, ocupar en las próximas décadas.

“Anatomía de un genocidio”

El título de este párrafo es el de un informe de la ONU, en concreto, el que ha elaborado durante meses la relatora de la organización para los Territorios Palestinos, Francesca Albanese. Una persona que conoce el terreno, que tiene acceso a la información y que no ha dudado en calificar lo que hace el estado de Israel en Gaza como “genocidio”. En 2024 y ante nuestros ojos. Y tenemos que seguir aguantando a gilipollas que lo justifican, y a eurodiputados y eurodiputadas del centro de Europa a los que la culpa histórica atenaza, y que hacen que nuestra Unión actúe, aunque sea por inacción, en contra de todos sus valores.

Lo que somos

A 22 de diciembre, según el ejército ucraniano, más de 350.000 soldados rusos han sido “baja”. Muchos de ellos habrán muerto y otros han sido heridos y han quedado incapacitados para seguir en la guerra. 351.350 personas, para ser exactos. No creo que las bajas ucranianas sean muchas menos. Los 45.000 vehículos de combate destruidos solo en el bando ruso dan otra medida de lo que suponen los combates. ¿Y qué hace el mundo? ¿Qué hace Rusia? ¿Cómo presionamos al Kremlin para que salga del país que ha invadido? Ya nos hemos olvidado del bloqueo, las sanciones y hasta de las amenazas nucleares de Putin.

¿No podemos evitarlo?

Sigue la invasión de Rusia sobre Ucrania y sigue el ataque de Israel sobre la franja de Gaza hasta que no quede ni un edificio ni una persona en pie. Con estas aberraciones contra la vida humana encima de la mesa, la comunidad internacional liderada por EE.UU. decide presionar a los hutíes, que amenazan el tráfico mundial de mercancías para que las y los palestinos de Gaza reciban medicamentos, comida y agua. ¿De verdad no tenemos remedio y tenemos que resignarnos a que esto suceda: “El Ejército de Israel reconoce que los tres rehenes a los que mató por error iban sin camiseta y con una bandera blanca” (El Diario)?

Una mierda de Navidad

¿Cómo van a pasar la Navidad las familias del presunto asesino de 15 personas y las de sus víctimas? ¿Cómo las van a pasar las familias de las decenas de personas heridas, nueve de ellas de gravedad? ¿Cómo las vamos a pasar nosotros, olvidando esa tragedia que ha sucedido en nuestro continente? ¿De verdad tenemos salvación si como civilización hemos aprendido a limitar nuestra empatía, nuestra capacidad de padecer con otros seres humanos a los que la tragedia ha arrebatado la vida y la felicidad de un modo tan arbitrario? ¿Qué mundo hemos construido que permite comprar y manejar armas sin el control debido?

Ojalá tengan que revenderlos

Me cuesta pensar que pueda vivir en un mundo en el que alguien se gasta 52.000 dólares “en un reloj con forma de taxi neoyorquino de los años 50” (The Objective). Lo ha creado Tiffany, que repite fórmula (por lo que podemos deducir que ha tenido éxito) después de comercializar un modelo anterior “inspirado en los coches de carreras de los años 50” por 215.000 euros la unidad (porque tenía diamantes). Me parece un exceso inexplicable que no se justifica con que haya quien pueda pagarlo. Es que lo injustificable es que alguien pueda hacerlo porque ya no sabe en qué gastar su dinero. Como sociedad no podemos permitirnos eso.

50 millones

 “PlayStation 5 supera los 50 millones de unidades vendidas tres años después de su lanzamiento”. Y eso, con problemas de stock, porque como adelantan en República: “Este año es la primera temporada navideña en la que hay un suministro completo de PS5 desde su lanzamiento”. A estas hay que sumar las consolas que vende Nintendo, que arrasa el mercado con su Switch, y lo que vende Xbox, la tercera en discordia. Jon Cortazar me explicó una vez que la industria del videojuego mueve más que la del cine y la música, juntas. Seguro que Olentzero reparte algún millar de consolas hoy: enhorabuena a quienes las reciban.