Buena persona

De todos los obituarios, mensajes y tuits que hemos leído esta semana sobre los periodistas vascos David Beriain y Roberto Fraile, este de David Jiménez fue el que más me impactó: “Hace 10 años, en Fukushima, recibí la llamada de un tipo al que no conocía. Le habían contado que me había quedado tirado y estaba en dificultades: ‘Vamos por ti’. Era David Beriain”. Rápidamente me acordé de la cita que atribuyen a Ryszard Kapuściński: “Para ser un buen periodista es fundamental ser una buena persona”. El propio Jiménez remataba su tuit: “Esta profesión tiene la mala hostia de llevarse a los mejores, como David y Roberto”.

Agrandaron la profesión

Roberto Fraile y David Beriain eran periodistas que agrandan esta profesión y, por lo tanto, nos empequeñecen a los demás: su manera de buscar los temas, las fuentes y los enfoques es la buena, es la que admiramos y envidiamos, es la que halagamos incluso sin conocerles en persona. Esta profesión es muy jodida y el momento, el peor: no hemos estado a la altura durante la pandemia, la crisis nos afecta, los compañeros faltos de ética aumentan y las dificultades (económicas, políticas, violentas) nos golpean. Lo mejor que podemos hacer, por David y Roberto, es poner en valor su trabajo, como hizo en Twitter Brais Cedeira.

No soportaban la hipocresía

No conocía a los protagonistas de esta columna pero estoy seguro de que no soportaban la hipocresía. Es imposible que tragasen con ella haciendo lo que hacían y de la manera que lo hacían. Por desgracia, muchos medios de los que glosaron y glosan sus hazañas, una vez muertos, están llenos de hipócritas que alaban el buen periodismo pero no se plantean pagarlo, que hablan de reporterismo pero no cogen las llamadas de los reporteros, que ofrecen precios inaceptables a los periodistas desplazados a las zonas calientes y les da igual que haya foto. Esta profesión languidece, y lo hace porque nadie da de comer.

También a nivel de usuario

De hipocresía vamos bien servidos como periodistas, gestores o lectores: ¿cuántos de los que aplaudían las críticas a esos medios que publican semblanzas de David Beriain y Roberto Fraile y pagan mal a sus periodistas están suscritos a la versión digital de un solo periódico por lo menos? ¿Cuántos se quejan de la publicidad que aparece cuando leen una noticia? ¿Cuántos hacen trampas para leer sin “molestos” muros o pop-ups? Solo un día antes de la triste noticia, en Genbeta hablaban de la eficacia de los bloquedores de anuncios. ¿Acaso ellos no tienen módulos de publicidad? ¿Acaso no es mejor formar en que para leer o ver hay que pagar?

Una propina en Twitter como modelo de negocio

La crisis del periodismo es inabarcable y la necesidad de más periodistas como Roberto Fraile y David Beriain, valientes a todos los niveles, aguda. A cambio, ¿qué tenemos? Tenemos a Twitter (una red tomada por periodistas y políticos) impulsando un modelo de negocio basado en propinas o suscripciones a muy bajo precio. ¿Este es el futuro? Ahí está Twitch, lleno de comunicadores desde sus casas. Ahí ha estado todo este tiempo YouTube, lleno de “creadores” que no habían visto en su vida nada fuera del propio YouTube. Y aquí estamos los periodistas: señalados hasta por nosotros mismos a cambio de seguir un mes más.

Qué puto morro

Nunca suelo hablar de las noticias en las webs de otros periódicos porque aprendí hace ya muchos años y de la peor manera lo mal que sabe la carne de perro. Pero lo hago hoy porque en Abc han sabido retratar a Javier Maroto en una entrevista: un vendepeines que no se arruga, capaz de justificar de la manera más acrobática su presencia en Sotosalbos, un pueblo de Segovia de 130 habitantes, según la página web del ayuntamiento, en el que se empadronó para ser Senador después de no haber logrado ser diputado por Araba. Es Maroto quien exhibe su rostro de adamantium reforzado, no quien lo describe. Allá él.

Correcto

Más allá de la retórica, el gobierno de Podemos tiene que demostrar que el cielo se asalta a golpe de políticas, de medidas concretas. Por ejemplo, la desaparición de los números de tarificación especial para que la ciudadanía contacte con las empresas. “El ministerio de Consumo prohibirá los 902”, leemos en Vozpópuli, y lo celebramos. “En su lugar, los consumidores dispondrán de un número geográfico de tarifa básica para sus relaciones con las empresas”. De este modo se pone freno a uno de esos atracos legales, permitidos por los gobiernos y las mayorías parlamentarias en el Congreso.

Y sin elecciones

En Cantabria confinan Santoña y en Baleares prohíben las reuniones de más de 5 personas y salir por la noche. En septiembre, claro. Y eso que no han tenido elecciones, que es lo que muchos siguen argumentando no sé muy bien de qué manera. Yo creo que no lo saben ni ellos pero como otro tiene que tener la culpa, sacan el tema electoral. La cosa es que en España el coronavirus avanza desbocado… Ahora que el número de PCR aumenta y se toman también medidas que generan cierta alarma. Solo vascos y catalanes lo han hecho durante el verano, recibiendo todo tipo de palos políticos (también desde dentro).

¿Un millón en un día? ¿En serio?

Bella Thorne podría haber ganado un millón de dólares en su primer día en la plataforma OnlyFans y hasta dos en su primera semana, según Genbeta. La actriz y cantante habría batido de esta manera el récord de ingresos pidiendo a sus seguidores 20 dólares al mes. En eso consiste la nueva red social de moda: en pagar por ser “follower”. Ni lo critico ni me río de quien lo haga. Al contrario: es una evolución lógica. Ya habíamos oído hablar de esta red sobre todo como plataforma de contenidos pornográficos. La noticia ahora es que ha virado su modelo de negocio… A lo que parece que es su idea fundacional.

Todo bien… Pero con problemas de ansiedad

Pongo en valor, por supuesto, lo que aporta Ibai Llanos hablando a calzón quitado sobre la ansiedad entre la juventud (más exigida que nunca por culpa de la presión constante que ejerce el entorno ahora también en Internet) y recomendando acudir al médico a quien la sufre. Igual que siempre he puesto en valor la creatividad y el sentido del espectáculo del “caster”. Pero creo que es importante entrar en el fondo del asunto, cosa que Llanos no hace: su modo de vida, siempre expuesto a una cámara, compartiendo chalet que hacen lo mismo (grabar y emitirlo todo) igual tiene algo que ver con esa ansiedad.

«Cuidemos los unos a los otros»

Pedro de Alzaga demostró sagacidad cuando entresacó este tuit de la OMS que él mismo traduce al castellano: “Preparen sus hospitales, protejan a sus profesionales sanitarios y cuidemos los unos de los otros”. Esta es la receta básica para todo el mundo. Porque el del Coronavirus, como bien lo definió Iñigo Urkullu, es un problema mundial sobre el que actuamos a escala local. El cierre de los colegios desde el viernes y que hoy no podamos salir a comernos unas rabitas, no es culpa de nadie, ni mucho menos de las instituciones. Más bien, al contrario. Y esta, aunque básica, parece hoy una opinión impopular.

Y librémonos de los más tontos

No es el coronavirus el que tiene que librarnos de los más tontos, sino nosotros. Tenemos que dejar de prestar atención a quien usa un peligro potencial para los más débiles para sus propias obsesiones, ya sean electorales o políticas. Javier Fontan se quejaba en Twitter de que la radio gallega anunciara en gallego la suspensión de las clases. Un mensaje perfectamente entendible. Otra usuaria gallega le ofrecía, no obstante, una traducción: “Dice que lamas todos los pomos que puedas”. Una traducción un pelín libre pero sin duda necesaria. Pero dejar de hacer caso a personas como Fontan depende solo de nosotros.

A ver si queda claro…

Otros que ya no van a poder esconder las orejas de burro son los que llevan años defendiendo modelos sanitarios similares al estadounidense, con la medicina privada como la dominante, seguros obligatorios… Y una indefensión absoluta ante el coronavirus. Si en Europa, con una sanidad pública asentada, vamos a pasarlo mal, peor van a pasarlo en EE.UU., donde hasta cobran por hacerse la prueba y el mayor problema es que nadie sabe cuántos infectados hay. Aquello sí que va a ser una catástrofe, por mucho que cancelen los vuelos desde Europa y Trump ceda su sueldo de tres meses.

Historias del coronavirus

Los domingos suelo proponer algún post en blog o algún reportaje en alguna web de información para leer con tranquilidad, sobre todo si llueve. Porque en Internet, entre todo lo malo, que es mucho, hay algunas cosas buenas. Hoy, cómo no, rescato un post de esta semana en Xataka sobre el coronavirus: cómo ha afrontado Corea del Sur la crisis sanitaria. El relato es apasionante porque en el país asiático han seguido los casos uno a uno, y tienen detectado cómo eclosionó con el paciente número 31 y su asistencia a un evento religioso. Claro que su éxito se basa en una sociedad disciplinada.

Tenemos Internet

Esta pandemia sin Internet ni WhatsApp habría sido más fácil de controlar (imagínense a la ciudadanía dependiendo solo de los mensajes de la radio y la televisión, y no de cualquier malintencionado que aproveche el miedo de la gente), pero también menos divertida (me mandaron un chiste de Sergio Ramos y los partidos a puerta cerrada que me hace reír cada vez que lo recuerdo). Y esta cuarentena forzosa va a ser más llevadera gracias a Internet, sin duda. No solo gracias a la tele conectada, también a las 22 webs como las que recomiendan en Genbeta para pasar el rato. Algunas son fascinantes.

Contra la extrema derecha: verdad

En la parte que me toca, no voy a pasar ni una a los gobiernos que se apoyan en fascistas. Ni a los de aquí ni a los de allí. Precisamente porque mi intención es combatirlos, como nos enseñaron quienes nos antecedieron en esta batalla, también seré contundente contra quienes optan por la peor decisión para debilitar a la extrema derecha: quien se ha hecho pasar por profesora andaluza y ha asegurado en Twitter (ese gran colector) que le imponen dar más religión y menos lengua española, siendo falso, como explican en Maldito Bulo, solo debilita la causa contra el fascismo. Ante ellos: la verdad.

¡Que no se tiren!

Ya sé que la culpa es mía por seguir un enlace a un sensacionalista británico, pero no pude reprimirme: en el Daily Star denuncian que los usuarios españoles de Twitter están ridiculizando a los británicos que fallecen por practicar “balconing”… Como si tirarse de una terraza a una piscina fuera algo obligatorio o un accidente. Nunca me ha gustado el humor negro, así que siempre he pasado esos chistes rápidamente en mi “timeline”, pero la pieza del amarillista es de esas de guardar para explicar qué hacen estos medios: ni una cifra de muertos y muchos párrafos tendenciosos y despectivos.

No valoramos nuestro tiempo

Antes de ser aita trabajaba demasiadas horas y no me importaba porque hago lo que me gusta. Tengo esa suerte… Y la tentación permanente de hacerlo en exceso. Ahora intento equilibrar todo lo que puedo mi tiempo con los míos y el que le dedico a un trabajo que hago encantado. Con esta experiencia creo que, en general, trabajamos demasiado y no siempre por necesidad: en Genbeta han publicado un interesante texto sobre esa cultura mal adoptada del trabajo sin apenas descanso, basada precisamente en la suerte de estar haciendo algo intenso. Una cultura que es un error.

Y encima…

Los conocidos como “millenials” (nacidos entre 1980 y 1994) son la generación que más sola se siente, según un estudio que recogen en Magnet: “El 22% de los adultos de entre 23 y 38 años asegura no tener ningún amigo, el 30% reconoce no tener mejores amigos y el 25% ni siquiera posee un círculo de ‘conocidos’”. En el mismo digital dan una explicación sociológica (en la treintena uno se centra más en su nueva familia y en crecer laboralmente) pero también recuerdan que no es el único indicio: esta generación en otros estudios se ha mostrado como la más estresada y la más frágil.

Así que “postureamos”

Termino con esta interesante reflexión de Delia Rodríguez porque estoy seguro de que muchos tristes millenials, animados baby boomers o enigmáticos integrantes de la Generación Z la han hecho de alguna manera cuando han subido una foto a Instagram: “Es curioso. El ‘postureo de los demás’ siempre nos parece más frívolo o innecesario que el nuestro”. Yo, desde luego, me he sentido un poco ridículo subiendo algunas fotos (sobre todo de “postureo” estival) muy parecidas a otras que consideraba intrascendentes cuando las subían amigos o conocidos. Sí, todos postureamos con banalidades, ¿y qué?

Ahora, hacia arriba

Las elecciones del Athletic las ha ganado el que ha hecho campaña, con sus aciertos y sus desaciertos, pero campaña. Alberto Uribe-Echevarría y su equipo lo tenía todo a favor para vencer, pero no supo o no quiso hacerlo. De su tiempo y su ilusión ha gastado, y un poco del tiempo y la ilusión de otros. Con Aitor Elizegi pocos contaban pero ahí está, entre otras sorpresas electorales contemporáneas. En Ibaigane, al final, el despacho de Urrutia lo ocupará ahora quien, en vez de impedimentos, ha puesto ilusión, ganas y medios, y eso, sencillamente, es lo justo.

Va a ser interesante

Los 85 votos de diferencia que Elizegi ha sacado a Uribe Echevarría han podido estar en la acción en las redes sociales, en el último acto de cada campaña, en una buena entrevista o en las papeletas que su candidatura repartía en los jardines de Ibaigane desde primera hora. Más allá de observar la gestión de Elizegi como cualquier otro aficionado, va a ser interesante observar su nueva comunicación. Nueva porque es el primer presidente del Athletic con Facebook, Instagram, Twitter y hasta un blog propios que ha utilizado todos estos años precisamente para animar al equipo.

“Blanca” Navidad

Eneko de las Heras coge al vuelo el blanqueo que PP y Ciudadanos están haciendo a Vox para desear una “blanca” Navidad en nombre de estos tres partidos. La viñeta cuenta ya con más de 11.000 retuits, y este número muestra lo que todos estamos viendo: mientras en Europa los partidos tradicionales dan la espalda a los herederos del fascismo, la derecha española suma esta facción a acuerdos del cambio, les colocan en las mesas de los parlamentos y los medios del entorno hablan de bloques de “centro-derecha”. Algo sí tienen en común: ninguno de los tres condena el franquismo.

Neoliberalismo tecnológico

La regulación de los trabajadores de Glovo la ha dictado un juzgado pero también la dictaba el sentido común. Celebro ver que, esta vez sí, estamos todos bastante de acuerdo salvo los neoliberales que para llamar la atención y con la necesidad de marcarse el rollo siguen insistiendo en que este tipo de economía por el morro tiene sentido. La sentencia en Glovo abre también una puerta a los repartidores de Amazon, a los conductores de Uber y a las personas que todas esas empresas que se basan en Apps utilizan como esclavos del siglo XXI con nuestra colaboración.

La gran trampa de Internet

El enlace que José Manuel Rodos ha compartido y comentado en Twitter es fascinante: casi la mitad del tráfico en Internet (más de un 40%) no es humano. Es decir, es contenido que, simplemente, visitan los robots. ¿Para qué? Para generar tráfico e hinchar la burbuja publicitaria de la web. Si una página tiene muchas vistas (humanas o no, solo importa la cifra), la publicidad que coloquemos en ella será más cara. Es el peligro de la “adoración” a la que sometemos al número, al dato, sin contexto. Y no soy optimista: en 2019 seguiremos sin jugar limpio con la procedencia de los clics.