Mientras la prensa conservadora, en España; y Bildu y Podemos, en Euskadi, intentan colocar a EAJ-PNV en el bloque que posibilitaría a Núñez Feijóo ser presidente, Andoni Ortuzar y las y los suyos, parece que están a otras cosas, justo a las contrarias, como explicaba en Twitter Fernando H. Valls: “El PNV ha actuado de intermediario entre PSOE y Junts, confirma Aitor Esteban. Es decir, Sabin Etxea ha hecho posible que Puigdemont vuelva a jugar en el tablero político (acuerdo de la Mesa). Esa conexión es clave. El escenario es: investidura de Sánchez o segundas elecciones”.
El trazo fino
Ignatius Farray lo ha vuelto a hacer: pese a sus espectáculos intencionadamente grotescos, su trazo es fino como el de pocos. “Lo más gracioso de todo esto es que ni Rubiales ni la mayor parte de la prensa deportiva tienen todavía muy claro qué coño está pasando”, tuiteaba aflorando una gran verdad. El presidente de la RFEF y los periodistas que le justifican realmente no se han dado cuenta de la gravedad de sus actos, les parecerá que estamos hinchando un globo y seguro que creen que queremos mover la silla de Rubiales aprovechando este escándalo. Pero no: su machismo es lo grave y el motivo.
¿Qué está pasando?
¿Qué pasa por la cabeza de un octogenario para lanzar una piedra contra un helicóptero que recogía agua de su pozo de regadío para apagar el fuego que está devorando una parte de Tenerife? Según El Plural, el agresor, que dejó inutilizado el vehículo y, por lo tanto, agravó la situación, ya ha sido detenido. Pero también explican que Rosa Dávila, presidenta del Cabildo de Tenerife “atribuyó esta acción a los bulos que se habían difundido”. Quienes tienen que estar detenidos son quienes difunden esos bulos, quienes sin nada que perder utilizan cada noticia para desgastar a las y los responsables políticos de turno.
De lo local y lo global
No tengo ni idea de a quién ha votado el que se ha liado a pedradas contra un helicóptero, pero la noticia me ha hecho recordar el estudio que se ha publicado este verano: en EE.UU., “el 97% de las noticias falsas publicadas en Facebook las ven usuarios conservadores” (Público). Hay dos elementos en la noticia para mí más importantes que ese altísimo porcentaje: que se trata de lectores estadounidenses y que se trata de Facebook. Pero creo que es innegable que los bulos activan el voto, especialmente el radicalizado (de un extremo y del otro, en mi opinión). Y estas sí son tendencias globales.
Todos con los jeques
Poco a poco están colocándonos la idea de que las grandes ligas de fútbol son la inglesa, la alemana, la española, la italiana, la francesa y la árabe. Y nos están informando de los partidos y las competiciones con naturalidad, más allá de los fichajes que nos sorprenden cada vez menos: el “sportswashing” funciona. O lo que es lo mismo: la carísima campaña de imagen que están comprándose los jeques va bien porque no se habla de la dictadura o la falta de derechos civiles básicos en Emiratos Árabes, sino de los goles de sus equipos, sobre todo, a las plantillas europeas con dinero a patadas.