Ponga un buen community manager en su vida

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No me parece mal que Pili Zabala tenga un community manager. De hecho, me parece muy bien. Pongo el ejemplo de la de Podemos porque es la última en entrar en la arena y, por simple orden de llegada, la última que cae en la tentación de tuitear en primera persona cuando son otros los que le llevan la cuenta en Twitter.

¿Pasa algo por que los políticos tengan community managers? Les aseguro que no pasa nada malo. Nuestros representantes están expuestos a que cualquiera pueda decirles lo que le venga en gana. ¿Esto tiene que ser así? En mi opinión, no. Los políticos están para trabajar por nosotros, y para hacerlo bien tiene que activar mecanismos de escucha. Y si no responden a las expectativas (para eso está la escucha), papeleta: la de otro partido. Pero no pueden dedicar un porcentaje excesivo de su tiempo a escuchar (como no pueden hacerlo solo a hablar), ni considero que tienen que hacerlo personalmente en todos los casos, ni mucho menos creo que esa escucha la puedan hacer, directamente, por medio de las redes sociales.

Twitter es una herramienta de desahogo, de vez en cuando aparece algún estudio sobre usos y costumbres en esta web que nos lo recuerda. Pero es muy duro para el político pasarse el día escuchando improperios y gilipolleces. Desanima. Lo sorprendente es que algunos precisamente buscan eso, desmoralizar. Lo que aleja al político de la herramienta y/o le impide ejercer su labor de gestión. Twitter a veces es muy duro. Por eso mi recomendación siempre es que los políticos no lo usen personalmente, que deleguen su gestión. Eso no significa que los políticos no puedan transmitir sus mensajes (como la disculpa a medias de Alfonso Alonso a la propia Zabala) ni que no deban saber qué les dicen, por qué, en qué tono y desde dónde. El gestor de la cuenta en Twitter del político o la política de turno es solo el que le libra de los anónimos pesados, escribe cuidando la ortografía y busca los hashtags.

¿Por qué sabemos que Pili Zabala tiene un community manager (y hace bien, insisto, siempre que a partir de ahora no juegue a ser ella la que tuitea)? Porque durante el debate en ETB2 desde su cuenta lanzaron un tuit con el corte de vídeo en el que Alfonso Alonso le niega insultantemente su condición de víctima.

Lo que me lleva a otra cuestión.

¿Está Pili Zabala legitimada para hablar de la mochila de Bildu? Lo dudo mucho. Ella ha explicado ya que es la candidata de Bildu porque se lo pidió su amiga Nagua Alba. Es decir, su principal mérito es ser la elegida de la jefa. O es por eso, o es porque es hermana de Joxi Zabala. O es por las dos cosas. Entonces, Zabala también tiene mochila, una que, además, le pesa personalmente más que a nadie.

Pero en Podemos consideran que esa mochila es lo que vale: el tenso silencio que sostienen Alfonso Alonso y Pili Zabala (muy bien subrayado por Xabier García Ramsden) ha sido lo que han destacado todos los del partido morado, empezando por el community manager de Zabala y terminando por Iñigo Errejón, pasando por su hermano Guillermo, el submarino en Euskadi. La utilización de las víctimas de ETA también es una costumbre muy española.

El peligro de tomarse Twitter en serio

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Desde hoy y hasta que termine la campaña este blog cambiará su formato ya que la columna que recoge se integrará en las páginas de actualidad política. El «Bogando por la red» habitual lo podréis encontrar en «Diseño a sorbos«.

Sin Twitter esta columna no sería posible, pero la calidad de la política sobre la que hablamos durante varias páginas en este periódico, seguramente, sería mejor. Twitter ha cambiado los discursos más que lo que ha hecho Facebook, y los ha empeorado. Los ha empobrecido, los ha rebajado hasta convertir lo accesorio en lo relevante, y lo relevante en lo aburrido por repetitivo. Ojo, no negaré que en eso Twitter tiene poca culpa: la política es aburrida porque los argumentos se retuercen para poder repetirlos. En ese pecado tienen los partidos su principal penitencia. Twitter solo es la herramienta flageladora más diabólica. Y no diré que algunos no se la merecen.

En España llevamos nueve meses con el gobierno en funciones y Pablo Iglesias, el día de la segunda votación de la investidura teatralizada de Rajoy, se dedicaba a mandar montajes a Íñigo Errejón en el que éste salía con una camisa de La Falange. Qué risa, ¿eh? Pero así es como se alcanzan los casi dos millones de seguidores que tiene el de Podemos. Con trazos del programa electoral, enlaces a reflexiones complejas sobre economía, y fotos con señores encorbatados, no. Con tuits de diseño, como el de Arnaldo Otegi cuando se confirmó su inhabilitación, sí.

Los nuevos políticos no serían nada sin Twitter. Ni Twitter ni los nuevos políticos serían nada sin la televisión. En todo tipo de programas (deportivos, del corazón, y por supuesto de supuesto debate político) empezamos a ver al experto que nos traslada lo que se está diciendo en Twitter. Alguien que nos cuenta, lo primero, que la emisión “es trending topic”, y quién es el contertulio que más caña está recibiendo, ante lo que el referido se suele reír. La mayoría de los televidentes no tienen ni idea de qué es Twitter ni de quién opina en Twitter, pero se creen la solvencia con la que les habla ese señor o esa señora con una tablet en la mano.

Pero en Twitter opina el tonto del pueblo al que nadie quiere escuchar y, por fin, tiene un sitio en el que contar lo que él piensa. Twitter está lleno de ideas estúpidas, de lugares comunes, de frases más o menos redondas copiadas y pegadas miles de veces, de usuarios que cofunden tener un lugar en el que decir algo que tener algo que decir.

¿Conversación? ¿Acceso directo? Ni Pablo Iglesias ni Iñigo Urkullu leen las respuestas que reciben, que serán insultos en su gran mayoría, como todas las celebridades que se acercan a Twitter. Valga esta realidad como ejemplo de que Twitter no ha favorecido el diálogo con el político ni con la estrella del rock.

Los que iban a ponerse a trabajar el 2 de septiembre

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Ya me parecía criticable que Pablo Iglesias anunciara, con su santa cara, que esperaría al 2 de septiembre para empezar a trabajar, cuando fallara la investidura de Rajoy, para buscar una alternativa con Sánchez. Que el 2 de septiembre se dedicara a hacer fotomontajes en Twitter y chistes con Errejón me parece, simplemente, una vergüenza. Pero es que estamos ya a martes, y seguimos sin conocer avances. Mientras tanto, algunos sí oyen el: “Tic, tac, tic, tac”, que popularizó Iglesias, y no pueden esperar más.

Rajoy vuelve al tiempo muerto

Otro que tiene tiempo para desperdiciar es Mariano Rajoy. De momento, en Vozpópuli leemos que se volverá a reunir con su único socio, Rivera, pero dentro de un tiempo: cuando pase la efervescencia por la investidura fallida y la designación de Soria como candidato para dirigir el Banco Mundial. Insisto: la urgencia, por ejemplo, para el millón de parados que no cobran la prestación, es real. Un país parado un año, ¡un año! Sin presupuestos, sin acciones contra situaciones de necesidad, sin medidas…

Twitter como solución… equivocada

Los militantes socialistas que piden por Twitter un comité federal no creo que sean militantes socialistas de verdad. Supongo que un afiliado con cierta vinculación a su partido sabrá cómo activar mecanismos internos que no erosionen la causa en la que milita. O eso, o el PSOE tiene más problemas y más graves de lo que parece desde fuera. Porque esta petición, relevante por sus consecuencias (forzar el apoyo a Rajoy para la investidura), si se pide en público es para lograr el objetivo haciendo sangre.

Lo que no podemos permitir

En esta ocasión tenemos que denunciar el uso de Twitter para un propósito condenable, como lo son las amenazas de muerte que recibe Carla Antonelli, diputada del PSOE en la Asamblea de Madrid, por su activismo en defensa de la causa LGTB. Ella misma hace visible este acoso, en el que los cobardes anónimos hablan directamente de acabar con su vida, en la red social. No podemos permitir que Twitter sea un sitio donde la violencia y el acoso se presenten con tanta facilidad.

La España del PP

La España del PP es la España de las reformas pagadas en B y los sobresueldos en eso, en un sobre. La de “El Bigotes” y el “yonqui” del dinero que se pasa a denunciante disfrazado de iluminado. La de los trajes de Camps. La de los recortes, las legislaturas estiradas artificialmente, la repetición de elecciones y la espera eterna porque el presidente no tiene prisa. La de las colocaciones y recolocaciones como la de Soria, que también representa la España de los papeles de Panamá.

«Todo es mentira salvo alguna cosa»

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Así despachaba Mariano Rajoy las acusaciones de Luis Bárcenas, que aseguraba que había repartido dinero en sobres en la sede del PP. Después, Rajoy volvió a ganar las elecciones. Dos veces. El tuit de Iñigo Errejón (que mantiene) se despacha del mismo modo: casi todo es mentira, como denuncia “Mi otro yo” en Twitter (más de 51.700 seguidores). La cifra y el objeto del dinero no son las que afirma Errejón, pero la foto sí es de la embajada española en París. Confirmarlo todo nos ha costado dos minutos en Google.

“Burkini” se escribe… demasiado

La cuenta en Twitter de Fundeu (más de 226.000 seguidores) es una herramienta estupenda para quienes vivimos de juntar letras en castellano. Estos días se han fijado en el neologismo “burkini” por todo lo que estamos hablando, sobre todo en Twitter, de esta prenda. La posición de una parte de la izquierda, que defiende el derecho de las mujeres a usarlo (como si la imposición cultural de ir tapadas fuera una opción) frente a la supuesta obligación de lucir bikinis, nos está sorprendiendo a muchos. Y no para bien.

Hazte mileurista en negro

Si alquilas tu casa regularmente sin declarar, das de cenar en la misma sin pasar inspecciones, vendes como un loco todo lo que encuentres, y haces de taxista pirata… puedes llegar a mileurista, todo en negro, gracias a la “economía colaborativa”. Un bonito eufemismo para tapar cómo algunos hacen mucho, mucho dinero pisando los derechos laborales de los demás en el sagrado nombre de las “start-up”. Por cierto, aún no sé si Clara Olmo en TICbeat critica con ironía o alaba con desconocimiento semejante tejemaneje.

Una puta burbuja

En el párrafo anterior me refería a empresas como Uber, que promueve el uso de coches particulares para sustituir a los taxistas. Por supuesto, en Uber no hay licencias, ni seguros, ni impuestos por el trayecto. Solo un intercambio de servicio y dinero contante y sonante, del que la empresa se lleva un porcentaje a una cuenta corriente que puede estar en cualquier paraíso fiscal del mundo. Aun así, ha perdido 1.200 millones de dólares en el primer semestre de 2016, mientras los inversores siguen poniendo pasta a la espera de que remonte. Si esto no es una burbuja…

¿Froilán heredará el “bribón”?

Mientras escribía el titular me entraba la duda: ¿el yate “Bribón” no era el que la familia real había devuelto al grupo de empresarios que había decidido regalárselo a Juan Carlos I? Entonces, efectivamente, Froilán tendrá que buscarse su propio grupo de empresarios generosos. Mientras tanto, como cualquier chaval de 18 años, hace lo que puede con las chicas (o los chicos si le apetece), y en las revistas del corazón ya le han asignado una novia… Que en Vanitatis niega serlo. Pero esta chica no sabe el honor que tiene: es la primera de muchas, muchas, que veremos en el papel couché.

Llegan los paracaidistas

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Iñigo Errejón anunciaba en Twitter su visita a Bilbao. “Bilbo”, dice él, que se ha integrado rápidamente. El número ¿tres? (a estas alturas, uno no sabe ya si está detrás de Echenique y Garzón en el heteropatriarcado que se han montado los de Unidos Podemos) viene a disfrutar de la Aste Nagusia y a “pensar” la campaña, que los vascos sabemos poner kalimotxos, pero para pensar tienen que venir de Madrid. La imagen, en cualquier caso, es impagable: rodeado por sus diputados y con Lander Martínez estirándose para salir en la foto.

Echenqiue esta vez tiene razón

A estas alturas, solo los más fans siguen sin darse cuenta de que el discurso de Pablo Echenique se acaba en dos chistes. Pero es verdad que, a veces, los coloca muy bien. La crítica desde la caverna que hacen al de Podemos, por haber cantado la jota guarra “Chúpame la minga, Dominga”, es de chiste, sobre todo, por de quién viene. Echenique ironiza con que su delito es cantarla mal. El verdadero problema en España son los delitos del que denuncia, el PP.

Machacar como programa

No hablo del PP, aunque podría, sino del gobierno venezolano de Maduro, que ha sublimado el martillo pilón como estrategia política única. La ministra venezolana de Exteriores (“del Poder Popular”, dice ella) celebraba el aniversario del nacimiento de Julio Cortázar con una cita suya en Twitter: “Es inconcedible una revolución que no desemboque en alegría”. Pues podrían aplicárselo, porque si la bolivariana alguna vez fue una revolución, desde luego, no ha desembocado en alegría. Pero sí en enriquecimiento de los Chávez, Maduro…

Josean del Moral lo cuenta así

Y no tengo mucho más que añadir, salvo una felicitación a los responsables de las marcas: “Un informe de la Bolsa de Londres incluye a 8 empresas de las comunidades vasca y navarra entre las 1.000 que mayor proyección tienen en Europa. Se trata de Idom (ingeniería), Erhardt (logística), Ibaizabal (editorial), Campezo (construcción), Delteco (distribución de máquina herramienta), SAM (papelera), Planasa (agricultura) y Tenerías Omega (componentes de automoción)”.

Andrew Keen y Luis Arroyo tienen razón

No he leído al primero, pero sí al segundo, que siempre se ha mostrado crítico, además, con Internet y la aportación real de la herramienta. Arroyo cita a Keen en su columna semanal de InfoLibre para denunciar acertadamente que, en nombre de lo abierto y lo colaborativo, solo se están enriqueciendo unos pocos que pisotean derechos laborales y fiscalidad. El resumen no puede ser más concreto, veraz y doloroso. Y si no se extiende es porque hay intereses en seguir manteniendo a una élite “digital” desvergonzada.