El hito de nuestra vida

Antes de que conociéramos la existencia del coronavirus escribí en varias ocasiones que la presencia de antivacunas o negacionistas se explicaba porque a nuestra generación le quedaba demasiado lejos una guerra mundial o una pandemia. Ya hemos tenido lo segundo, espero que no tengamos que esperar a lo primero para que se nos quite la tontería. La vacunación real que empieza hoy es el hito de nuestra vida: la humanidad ha desarrollado un antídoto en menos de un año, lo hemos vivido y hemos sobrevivido. A partir de ahora, al gilipollas conspiranóico podremos llamarle por su nombre.

No, no es gracias a Sánchez

He defendido a todos los gobiernos que han mostrado un poco de responsabilidad durante esta pandemia. A las personas que han estado al frente de las instituciones les ha tocado gestionar el reto más complicado de su vida política… Y de la de cualquiera. Y lejos de tener ayuda, enfrente han tenido a oposición parlamentaria, periodistas, sindicatos y hasta judicatura encendiendo a la sociedad porque lo que define a un carroñero es que nunca deja pasar una oportunidad de engordar. Pero nada de esto justifica que la diputada socialista Pilar Cancela atribuya en Twitter a Pedro Sánchez la difusión de la vacuna.

La vacuna no es noticia para Otegi

Arnaldo Otegi es el único político en todo el mundo que sabía lo que había que hacer para frenar las crisis sanitaria y económica planetaria. La seguridad con la que siempre ha hablado levanta suspicacias en extraños y hasta propios que saben de qué va la gestión. Y ha hablado mucho, muchísimo… Hasta que ha llegado la vacuna. Parece que la definición del ministro Illa de que ese primer pinchazo era “el principio del fin” le ha afectado, como si a él también se le acabara el filón del virus. Y ahora, ¿qué? Pues ahora vuelven los retos de Bildu con crudeza: sus enormes contradicciones y sus atávicos problemas internos.

El “milagro” madrileño

El “milagro” de Madrid consistía en mantener abierta la hostelería, no hacer PCR y que Isabel Díaz Ayuso distrajese la atención a lo político constantemente. Nada define mejor lo que estaba pasando y ahora, por fin, se visibiliza, que este párrafo en La Vanguardia: “La reducción de los contagios fue innegable, como también que el número de muertos en esta segunda ola casi duplica a los fallecidos en Catalunya”. Como explican en la web del periódico: Ayuso exigía al gobierno español PCR en Barajas mientras ella usaba test de antígenos en las farmacias para dar las cifras. Y ahora la pandemia se come lo político y lo sanitario.

El antideportista

No me gusta Neymar. Ni como futbolista ni como deportista. Si sobre el césped el regate tiene que ser el medio y no el fin, en la cabeza del deportista la competición y el cuidado de sí mismo tienen que ser la prioridad. Pero Neymar no cumple con nada de esto y si es uno de los mejor pagados en el fútbol mundial es porque es el epítome de la industria que se ha creado en torno a un deporte muy tonto para jugadores muy listos, como lo definió Jorge Valdano. La última noticia del futbolista brasileño es la indignación que ha generado en su propio país “por una fiesta navideña para 500 invitados” (El Confidencial).

La cruda realidad de una pandemia

Las terrazas, a rebosar; algunos camareros, con la mascarilla por debajo de la nariz; los sindicatos, intentando hacer el agosto desde marzo; la oposición a todos los gobiernos, asegurando que sabe lo que hay que hacer; nosotros, quejándonos; el personal sanitario, exhausto; y los que nos gobiernan, tomando decisiones difíciles y trabajando todos los días más de doce horas. Esta es la realidad de la pandemia, no la que queremos inventarnos. Y el titular de El Confidencial, el que más justicia hace al momento: “Europa busca blindarse ante la variante del coronavirus para evitar el colapso en Navidad”.

Que se vayan a la mierda

En esta situación a los que menos necesitamos son a los que lo veían venir, a los que llevan 10 meses asegurando que ellos ya sabían lo que había que hacer, y a los que pretenden arrimar el ascua de muertos y restricciones a su sardina (que huele mal), ya sean políticos, contertulios o periodistas que perjudican a la profesión con su lucha por que hagamos clic en su enlace con titulares escandalosos y noticias amarillas. Porque creo que detrás de las piezas sobre las alertas de los perjuicios de las vacunas que no son tal solo hay eso: el clickbait. Vamos, que el fin, como el medio, es espurio y miserable. Sin paños calientes.

Pues yo difundo esto

Malas noticias hay para regalar, y a esas hay que sumar las que los periodistas buscan para conseguir algún clic a su web. Pero yo prefiero difundir otras noticias, y no es solo por el espíritu navideño: “Illa dice que la vacuna será efectiva contra la cepa del Reino Unido” (El Nacional). Eso dejaría el nuevo descubrimiento sobre la enfermedad “solo” en que esta es más contagiosa. Lo que nos lleva a un aviso claro: el de mantener la distancia que nos permitirá mantener la salud hasta que estemos todas y todos vacunados. Así que, sí, buenas noticias pero con especial precaución, como casi todo desde el pasado mes de marzo.

Raphael es el mensaje

Si hay un cantante que ha sabido envejecer y evolucionar sus shows es Raphael, admirado por sus primeros seguidores, sus hijos y sus nietos. Un maestro del espectáculo capaz de reírse de sí mismo en el cine y de llenar un pabellón en plena pandemia. Y de esto último, ¿quién tiene la culpa? Pues de quien se lo permite en Madrid que, por supuesto, es la misma que mantiene abierta la hostelería para que los profesionales del resto de comunidades se enfaden con sus gobiernos, de la misma que basa sus números en test de antígenos en los que solo confía ella, y la misma que da las cifras de contagios con meses de retraso.

Sí, ella

En el anterior párrafo me refiero, claramente, a Isabel Díaz Ayuso, la única miembro de un gobierno que en España me ha hecho dudar de la buena fe de quien gestiona, sinceramente. Pero ahí está ella, asesorada por Miguel Ángel Rodríguez, con su mirada desconcertante y sus decisiones populistas que, ojo, le están dotando de una notoriedad nada desdeñable. ¿Qué quiero decir? Pues lo que advierten en El Independiente: “La proyección de Ayuso como referente nacional amenaza el liderazgo de Casado”. Porque Ayuso lo tiene todo para triunfar en un PP que han Voxizado, entre otros, el propio Casado.

¿Coherentes o cuñadetes?

Empezamos la semana de los cuñados: esos familiares que vienen a tu casa, incluso en tiempos de pandemia, a contarte lo que sucede como si fueran los que están bien informados. No son cuñados, necesariamente. Ni siquiera son familiares en muchos casos. Pueden ser de la cuadrilla (la familia que uno elige, o casi) o del trabajo, pero dicen cuñadeces. Dani Bordas pone en Twitter el ejemplo más claro que se me ocurre: “Meterse veinte en una casa en Nochebuena para criticar la gestión de la pandemia del Gobierno”. Eso es lo que va a suceder si, como el contagio, no lo evitamos. Hagámoslo.

También en el gobierno español

La batalla por ser el más cuñado en el gobierno español está difícil: tres secretarios generales de partidos, tres candidatos. Sánchez, Iglesias o Garzón son, cada uno en su estilo, un tipo de cuñado: el que siempre se sale con la suya y sonríe, el que te discute todo y el que cree que siempre tiene razón porque es más de izquierdas que nadie de los que se sienta a la mesa. Un consejo de ministros precioso, desde luego. Pero no todo son risas: Moncloa solo ha pasado su primer escollo, los PGE, y las tensiones internas saltan a la vista y a los nervios de sus protagonistas. Mal augurio para la alternativa al trifachito.

Cuando las cifras cuadraban en Madrid…

Más nos vale que el gobierno español logre sobrevivir, por malo que nos parezca (y nos lo parece) porque la alternativa la tenemos a simple vista en Andalucía o Madrid. Del sur sabemos poco cuando las cosas van mal, de la capital del reino lo sabemos todo porque Díaz Ayuso no tiene problemas en atraer los focos. Ahora conocemos que esta comunidad autónoma corrige sus cifras de contagios hasta con nueve meses de retraso y, por supuesto, siempre al alza. Así es más fácil que salgan las cuentas: en lo que llevamos de diciembre “cada día” (Eldiario.es) ha ido sumando hasta 1.761 contagios más a noviembre.

¿Quién quiere ser Bolsonaro?

Enfrentarse a los cuñados negacionistas tiene que ser muy fácil ya, con la vacunación a punto de empezar: se trata de elegir entre quién quieres ser, una persona que confía en la ciencia y es solidaria y por eso se vacuna, o un cavernícola como Bolsonaro que “dice que la vacuna de Pfizer podría convertir a los humanos en cocodrilos” (Vozpópuli). A estas alturas del año y la pandemia yo creo que podemos permitirnos decir eso de “chorradas, las justas” y parar los pies a Bolsonaro, a un familiar o a un conocido pesado que se ha dejado engañar o pretende engañar a los demás por su propia diversión.

Sábado y domingo cotizamos los demás

Lo peor es que, como recuerdan en Pymes y Autónomos, “no es solo algo de ‘la empresa española’ sino que lo vemos también aplicado en algunas administraciones que tienen que contratar personal temporal como educación o sanidad”. Se refieren a la práctica de contratar los lunes y despedir los viernes que la Seguridad Social quiere revertir. “Un problema endémico, que no ocurre en otros países de nuestro entorno. Y tiene que ver con la alta temporalidad que hay en el mercado laboral”. Y advierten: “Si no se arma bien la norma en lugar de contratar el lunes muchas lo acabarán por hacer otro día de la semana”.

Cómo entienden los fascistas la política

La política solo puede perseguir una cosa: el bien común. También en procesos transformadores como un nuevo país, el objetivo y el medio tiene que ser el bien común. Nada se consigue destruyendo, obviamente. Tampoco persigue el bien común ni consigue nada quien, en mitad de una pandemia, pide elecciones anticipadas. Este último es Santiago Abascal. A los del principio del párrafo todos los conocemos en Euskadi y ahora se permiten regalar lecciones sobre hacer país (por cierto, España) y cuidar a la gente a la que antes amedrentaban. Qué asco de año.

El plan de Madrid

El plan de Díaz Ayuso y la Comunidad de Madrid más que sanitario parecía político. Y lo sigue pareciendo ahora que empezamos a observar consecuencias que muchos esperábamos, por desgracia: aunque ha reculado y ha hecho más restrictivas sus medidas en Navidad, el desastre parece inminente al confirmarse como menos útiles de lo esperado los test de antígenos por los que apostaron en Madrid cuando ya despertaban muchas dudas. Pasadas estas semanas cada vez hay más voces que alertan de que la herramienta es incluso peligrosa, al no detectar muchos positivos asintomáticos que han seguido contagiando.

Si no quieres oírlo…

¿Podemos pedir a la nieta de Juan Carlos I que pregunte a su abuelo si el origen del dinero que saca de la tarjeta que le regaló es lícito? ¿Podemos reprochar algo a Victoria Federica de Marichalar? ¿Podemos reprochárselo por las veces que la prensa está aireando que se pasa por su real arco del triunfo las recomendaciones sanitarias? ¿O podemos liberarnos y pensar que la familia entera se lo ha buscado con esa sensación de impunidad que desparraman y esa acumulación de abusos? Y es más: ¿no sería Juan Carlos I el único culpable de esta situación y de que increpen a su nieta, la de la tarjeta “black”?

¿De la red o de la empresa?

Cuando oigo hablar del fin de Facebook siempre pienso en la red social, que desde hace un par de años emite evidentes signos de agotamiento pero sigue siendo indispensable para fines comerciales o políticos. La empresa, sin embargo, va viento en popa. Tanto que, en EE.UU., “la Comisión de Comercio de Estados Unidos demanda a la red social por monopolio” (El Independiente). Su posición dominante, después de comprar Instagram y WhatsApp, y hacerlas crecer, es indiscutible. Pero no es el único: Google, Apple o Amazon también se han agigantado, ¿poniendo en riesgo nuestra libertad de decisión?

Le Carré tenía razón

No se me ocurre mejor homenaje a John Le Carré que recordar, como Juan Tallón en Twitter, esta genial frase suya: “Téngame informado, pero no muy informado”. La información es necesaria, sin duda, y en esta pandemia estamos demostrándolo. Tanto como que un exceso de información deriva inevitablemente en una desinformación y, esta, en mentiras, bulos y patrañas que son aprovechadas por los populistas en la oposición (Euskadi, Alemania, Francia, España…) o en los gobiernos (EE.UU., Brasil, Hungría, Polonia…). Informar bien de lo importante es lo único que deberíamos exigir y exigirnos.

Madrid, en tres titulares

Estos tres titulares, publicados casi en días consecutivos en El Plural, son el resumen de un desenlace anunciado: “El fin del milagro de Ayuso: Madrid vuelve a los primeros puestos de incidencia del virus”. La propia Comunidad lo ha hecho público: “Madrid reconoce que el virus se ha disparado un 20% en una semana”. Pero parece que a la presidenta le da igual, ella va a seguir con su modelo: “Ayuso rechaza medidas más duras para Navidad mientras deja fuera de control el 40% de los casos”. ¿O acaso alguien creía de verdad que tomar medidas diferentes a las del resto de Europa era lo mejor?

El “tribunal sobrao”

Ya sé que hay sentencias en Euskadi, entre otros espacios, que obligan a los gobiernos a haber provisto a los servicios sanitarios y de emergencias de EPI u otras medidas de seguridad en plena pandemia, cuando, simplemente, no había acceso a ellas. Por eso hablamos de emergencia sanitaria y situación excepcional. Ahora, el Tribunal Supremo pide investigar esa gestión a nivel español porque se ve que los jueces (como los sindicatos) sí sabían dónde encontrar las soluciones. Igual que saben manejar como nadie lo de Catalunya, el gobierno en Nafarroa si no está UPN y rectifican a Estrasburgo.

ERC se aleja del 1-O

ERC está pagando un alto precio por su participación en el 1 de octubre catalán. Eso es innegable. Como lo es que, hasta que llegó la oscuridad de la justicia española, este partido intentaba quedarse fuera del charco al que empujaba a Puigdemont y su equipo. Aquello de traicionar a Catalunya por unas monedas quedará en el haber de quien lo dijo. Hoy, ERC es un partido precavido que “se desmarca del Consell per la República” (El Nacional), que elegirá a sus futuros representantes en una sesión constitutiva. La política es posibilista o no es. De igual manera que es coherente o no es política.

De ridículo en ridículo

La historia de que entra un hombre en una frutería catalana y, al pagar, se le cae el carné de Vox y el frutero responde enseñando el suyo, es en sí misma ridícula. Pero además es falsa, porque le ha pasado a tanta gente que lo ha contado en Twitter exactamente con las mismas palabras que, claramente, es un relato inventado y enviado a esos robots creados para difundir mensajes. Vamos, que la “anécdota” lo tiene todo: la fantasía típica de Vox y las trampas on-line típicas de Vox. Por cierto, el corolario del tuit es: “No hay duda, los de Abascal arrasarán en las catalanas”. Como todo, lo hará de manera virtual.

Un calendario “dirigido”

Cuando empezó la liga española de fútbol ya nos avisaron de un calendario dirigido, pero en esta España a todos se les va la mano: no ha acabado la primera vuelta de la competición y está claro que lo que hace el calendario es adulterarla. En la jornada 19 jugaban entre sí los 4 equipos que se enfrentarán en la Supercopa, pero no el Madrid con el Barcelona. Esa misma “casualidad” también se ha evitado en el sorteo del jueves con la excusa más chorra del mundo: que no hay campeón de Copa. Por eso, en vez de un sorteo puro… Separaron las bolas de Madrid y Barça. Menuda tomadura de pelo.