Una huelga para algunos

Hablemos claro: los cuidados, los servicios públicos y el movimiento feminista, fueron las excusas que se fueron apiñando para montar una huelga general encubierta (que pinchó). Una huelga que sostuvieron, además de los colectivos instrumentalizados, personas que tienen buenos puestos, especialmente públicos o de representación. Bildu paralizó los plenos en los que participa y los ayuntamientos en los que gobierna. Y mientras las tiendas y los pequeños despachos abrieron ayer con normalidad, entes públicos se empeñaron en mostrar un bloqueo que en la calle, esa que tanto pretenden liderar las y los convocantes, no fue real.

¿Qué estamos enseñando?

Vimos las manifestaciones. Vimos quiénes llevaban las pancartas y los altavoces. Vimos quiénes pegaban los carteles. Vimos cómo hicieron los piquetes: quince personas son suficientes para paralizar un acceso. No es porque lo permita la Ertzaintza: es porque esa modalidad de protesta la instauró la Ertzainzta a cara tapada y ahora permite su imitación. ¿Qué estamos enseñando, especialmente, a las jóvenes vascas? ¿Cuántas de las que se manifestaban sabían de qué iba la huelga más allá de “borroka da bide bakarra” y “gora borroka feminsta”? ¿Que el absentismo laboral o académico lo deciden algunos?

¿Todo vale?

Una cuenta en Twitter que ayer estuvo especialmente activa para mostrar la acción de los piquetes fue Gure Bideoak, donde parecía que la convocatoria había sido un éxito. Unas horas antes, la misma cuenta afirmaba que EAJ-PNV había manipulado un streaming para quitar los primeros segundos de una entrevista a Andoni Ortuzar. Eso, simplemente, es imposible: nadie puede editar un vídeo emitido en directo en Twitter, YouTube ni Facebook. Puedes crear otro y tuitearlo, pero los streamings, como el de las 8:36 en Twitter, siguen ahí. ¿Algunos empiezan tarde? Sí, porque el lanzamiento nunca es inmediato. ¿Todo vale en precampaña? No.

Todo depende de si pasa en la CAV

A mi edad puedo llamar a las y los chavales por lo que pone en sus camisetas (“eh, tú, Crystal Fighters”) y decidir quién quiero que me explique las cosas. También a mi edad, llevo mal que me digan lo que tengo que opinar. Sin ir más lejos: en El Independiente publicaban ayer con normalidad cómo las obras del TAV entre Asturias y Madrid se habían extendido durante 20 años y habían costado miles de millones, mientras algunos en Euskadi aprovechaban la misma noticia para exponer los mismos plazos y las mismas inversiones pero con el consabido tono crítico que parece que todo merece aquí. Qué puta (lo escribo porque tengo mi edad) pereza.

Todo depende de si pasa en Gaza

Lo que no es opinable es que lo que está haciendo Israel en Gaza es una masacre. ¿También un genocidio? Todas las señales lo confirman por grave que resulte la palabra. “Al menos 14.000 palestinos asesinados por Israel y 7.000 bajo los escombros: las cifras del genocidio israelí previas a la pausa humanitaria”, leo en Canal Red y no salgo de mi asombro (y no por la ausencia de lenguaje inclusivo). ¿Todas esas víctimas son miembros de Hamás? Ojo: no hablamos de las personas que han logrado salir, heridas con secuelas para toda la vida o refugiadas donde pueden. Solo hablamos de vidas sesgadas y es una barbaridad injustificable.

Sionismo de libro

La de hoy es la última oportunidad en varios días que tendremos para hablar de otros temas que no sean la capacidad de adaptación y supervivencia de Pedro Sánchez, así que la voy a aprovechar, y voy a abrir la columna con un tuit del periodista Fran Sevilla, que muestra en Twitter cómo Israel está barriendo del mapa la franja de Gaza: “Ante la pasividad internacional se va completando el objetivo de Israel, demoler completamente Gaza y no dejar ni un edificio intacto y ni un ser vivo”. Esto es sionismo de libro: ocupar la tierra prometida por la fuerza si es necesario y expulsar a las y los palestinos que la habitan. Y el mundo, sin reaccionar.

Por nuestro bien

Según The Washington Post, fue un “oficial militar ucraniano” el que “coordinó el ataque al oleoducto Nord Stream” (Menéame). Difundir y denunciar esto es importante para ganar legitimidad: desde el principio aquel atentado olió a chamusquina, y parece que la hipótesis de que fuera producido por quien es la víctima, y no el victimario, se abre camino. Insisto: ocultarlo, taparlo, actuar como actúa el bando ruso, en definitiva, no es el camino. Señalar lo que está mal en el bando ucraniano con claridad y seguir defendiendo al invadido, al agredido, en Ucrania, en Palestina e Israel, incluso en lo más duro, es ejercer como un antifascista.

¡Y tanto!

Leo en Público que “la última carta para frenar la crisis climática se juega en Dubái”, y pienso que no puede ser más cierto. Lo que sucede es que mi pensamiento y la pieza van por caminos separados: para hablar del cambio climático van a realizar una cumbre en una región del mundo que basa su modelo económico en el impacto negativo sobre el planeta (desde los combustibles fósiles hasta las obras mastodónticas). Pues cojonudo. Yo me la ahorraría y directamente, por videoconferencia, crearía una brigada mundial con capacidad ejecutiva para actuar sobre los países, como Dubái, que no respetan los pactos medioambientales.

¿Quién le paga las copas?

Algo parecido me pasó con el titular de El Plural que, en mi opinión, estaba puesto para inducir a pensamientos mágicos: “La noche secreta de Juan Carlos I ‘en su club favorito’ tras el cumpleaños de Leonor”. Ya lo adelanto: fue a un club londinense exclusivo donde cenó con un matrimonio amigo. Me llama la atención la noticia porque, en primera instancia, la prensa cortesana nos dijo que voló directamente a Abu Dabi. Ahora sabemos que paró en Londres y cenó. En la pieza también recogen que suele ir invitado. No lo dudo, como no dudo tampoco de que Juan Carlos I tiene una cuenta corriente bien abultada de sus comisiones.

Gracias, Marc

Me voy preparando mentalmente para lo que nos toca hoy: el debate de investidura de un kamikaze y los aspavientos de la oposición. Sobre esto último, nada lo va a retratar mejor que la foto de Marc Asensio, de una mujer mayor, con pinta de señorona, desquiciada, con la bandera española a modo de capa y gritando en el centro de Madrid, junto al comentario de Pedro Vallín: “La foto que describe la ruina moral e intelectual del conservadurismo europeo”. La verdad es que no tengo mucho más que añadir. Solo que tengo muy clara la columna de mañana: Sánchez es lo segundo peor que podía pasarnos. Un gobierno de PP y Vox, lo primero.

¿A quién vamos a pedir principios?

“El sistema gasista español, que concentra un tercio de la capacidad de regasificación de toda Europa, está erigiéndose en un gran hub continental para la llegada y reexportación de gas natural licuado (GNL), el que se transporta congelado por barco, hasta alcanzar máximos históricos”. Después de haber leído esto en Activos, me pregunto: ¿a quién vamos a pedir que tenga principios, que se alinee con el agredido en vez de con el agresor? ¿Qué mierda de mundo estamos construyendo? Y que nadie me venga con que de otra manera sería más caro porque, de hecho, ya lo es. El dinero es para las y los de siempre. Y el sufrimiento, también.

¿A Israel?

El actual gobierno de Israel ha dado motivos de sobra para no creerle una palabra, pero algunos tuits en su cuenta oficial en castellano generan preguntas: es perfectamente plausible, porque lo hemos visto, que Hamás use hospitales para cubrir instalaciones militares. Si Israel las ataca, ¿de quién es la culpa? Cuando Israel las ataca (y creo que no debería de hacerlo en ningún caso), vemos en los informativos las imágenes que ofrece Hamás (no hay corresponsales extranjeros en Gaza y sabemos que Hamás controla el flujo informativo). ¿Por qué se emiten sin explicación? Al final, ¿nos importa comernos propaganda o no tanto?

¿A la Liga?

“La Liga firma a Arabia Saudí como patrocinador y promocionará el país por 20 millones anuales”, leo en 2 Playbook y me pregunto: ¿no habían criticado Tebas y compañía el contrato que Rubiales había hecho con el mismo país para llevarse allí la Supercopa a cambio de sus buenos millones? Pero, claro, ¿qué más da en este mundo de mierda, en el que un tuit tapa a otro tuit y ya está, nada ha sucedido? ¿De verdad a nadie le importa que una dictadura, por mucho que tenga acceso a recursos naturales y gane mucho dinero con ello, se esté comprando el fútbol, el deporte y, lo que es más importante, el mundo a trozos?

¿Al Barça?

Al final, Iñigo Martínez e İlkay Gündoğan juegan con el Barça: el club pudo birlárselos a sus clubes de origen e inscribirlos gracias a su última palanca, esa que activó el año pasado pero después la venta del activo culé no se ejecutó porque faltaba dinero (pero la palanca sí permitió inscribir a Lewandowski, por ejemplo). Pues bien, este año, qué casualidad, qué sorpresa, casi me caigo de la silla al leerlo, “el fondo que prometió 40 millones al Barça admite dificultades para reunir los primeros 20” (Vozpópuli). Lo que podría permitir al club librarse de la venta y, en consecuencia, activar, por tercera vez, esa palanca. Y no pasa nada.

¿A quien nos vendió los iPads para Educación?

Critiqué al instante la compra de miniordenadores que hizo el Gobierno Vasco de Patxi López. Aquellas pantallas no solucionaban nada. Y me he mostrado siempre disconforme, siempre, con la sustitución que progresivamente se hizo de aquellos dispositivos por iPads o similares. Estoy convencido de que no aporta nada al desarrollo de las y los niños. Nada. Ahora empieza la marcha atrás: leo en Linkedin que algunas universidades privadas comercializan sus MBA aclarando que no hay pantallas en el aula y asegurando que la experiencia es positiva para profesorado y alumnado. Líbranos, espíritu de Steve Jobs, de las y los tecnófilos animosos.

La inacción no es la respuesta

La entrevista a Husni Abdel Wahed en El Independiente hay que leerla. El embajador de Palestina en España no habla como un terrorista, pero las que ofrece son lecciones de historia que debemos tener presentes antes de hablar de lo que está pasando en Israel y Gaza estas semanas. Él no duda: el origen del conflicto (que sí lo es, aunque lo niegue) está en la invasión israelí de un territorio que le fue otorgado por el morro y la culpa de EE.UU. y Europa. Todo lo que vino después hasta hoy es fruto de aquella decisión, suficientemente antigua como para ser revisada, y sus consecuencias actuales, abordadas sin excusas.

Ojo con los modelos

Celebro el regreso de Junts a la arena política. Sus votos son decisivos para habilitar a Sánchez y condicionar su acción de gobierno. Y esa es una buena noticia. Pero no podemos hacer borrón y cuenta nueva con la política catalana: algunas decisiones, algunas declaraciones y algunos “amigos” de Catalunya no han ayudado. Hoy leemos en El Nacional las recomendaciones del Sinn Féin a ERC, vía Junqueras. Me llama especialmente la atención que exhiban el suyo como un proceso modélico (con un “postconflicto” discutible) y que hagan énfasis en una autodeterminación que el pueblo irlandés del norte no ha ejercido.

El rey Midas va desnudo

Si algo hemos aprendido con Twitter, ahora llamado “X”, es que quien parecía un rey Midas que convertía en oro lo que tocaba, iba desnudo. O lo que es lo mismo: ni Elon Musk triunfa en todo lo que hace ni es ese visionario que siempre sabe lo que hace. “A un año de la llegada de Elon Musk, los números de Twitter siguen cayendo”, leemos en Hipertextual. El tráfico ha bajado un 14%, pero lo peor es la sensación de “lenta espiral descendente” que proyecta con sus despidos (ha echado al 70% de la plantilla que encontró), sus peleas con los medios y sus trampas, como dificultar el tráfico a otras páginas web.

El objetivo no es su liga

Miguel Ruiz en Panenka da unos brochazos muy interesantes sobre la nueva liga de moda, la saudí. La nacionalización de algunos de sus equipos les han permitido fichar como si no costara, pero la realidad es que los jugadores llegan a clubs con instalaciones que a veces ni siquiera son profesionales. Sugiere Ruiz que todo forma parte de una operación de marketing, que el mundial de fútbol es el objetivo de las autoridades saudíes, pero creo que no esperaremos a 2034 para ver un paso intermedio que sin embargo lo cambiará todo: la superliga mundial la catapultarán los saudíes con sus clubes nacionalizados, curiosamente.

160 años de lo más importante de lo menos importante

Me ha parecido muy enriquecedora la pieza en El Periódico de España sobre cómo se gestó el fútbol que hoy conocemos. Javier Giraldo lo resume, además, en el subtítulo: “Hasta el otoño de 1863, el fútbol y el rugby se mezclaban sin reglas concretas: la prohibición de usar las manos separó sus caminos”. Y así nacieron la Rugby Union y la Football Association, con gran éxito, una semana de octubre como la que hoy termina, hace 160 años. Lo más importante de lo menos importante cumple años ante un escenario que va a cambiar sustancialmente: la burbuja económica se pincha y Arabia Saudí planea liderar ese cambio planetario.

Hasta la convocatoria electoral

Me ha hecho gracia, lo reconozco, me ha resultado divertido leer que “mucho tiene que cambiar la actitud del Gobierno para  replantearnos la huelga del 19 de diciembre”. Lo dice Garbiñe Aranburu, coordinadora de LAB, en Radio Euskadi. Lo único que satisface a LAB, igual que a ELA, es una convocatoria electoral, para echar el resto, y un cambio de gobierno. Porque en los municipios en los que ha entrado Bildu la conflictividad laboral no se ha resuelto: se ha disuelto. Y no se ha disuelto sola, la disuelven los mismos sindicatos. Y esta es una evidencia, un hecho que ninguna propaganda, ningún megáfono ni ninguna sentada van a silenciar.

Ni se sonrojan

En ELA, LAB y Bildu no se sonrojan cuando alguien señala una acción coordinada para desestabilizar socialmente Euskadi, para tensionar a la sociedad de un país que va razonablemente bien, para recordar cada día, altavoz en mano, que “la lucha es el único camino”, y en otro escenario populista, Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida tampoco se han sonrojado cuando han salido en el segundo foro económico de OK Diario. Al contrario: decir salvajadas que compran y venden bien en el digital de Eduardo Inda les espolea. Si unos y otros, unas y otras, no se sonrojan, no voy a hacerlo yo al denunciarlo.

Las traiciones a Pablo Iglesias

Es verdaderamente llamativo que con las y los purgados por Pablo Iglesias y las y los desencantados de Podemos, haya sido posible hacer un partido más grande que el propio Podemos. Pero empiezo a pensar que no es una cuestión personal del que fuera y sigue siendo líder pero en la sombra: no se trata de que todas y todos se le revuelvan, como ahora Ada Colau. Se trata de que Pablo Iglesias logró reunir a un grupo de personas capaces de darse la patada entre ellas sin mucho miramiento en la búsqueda de un mayor beneficio individual, que no colectivo, como ha quedado registrado.

Un nuevo horror pero evitable

Las al menos 22 personas muertas en Maine, a manos de un instructor militar armado que ha abierto fuego sobre población civil, tienen que servirnos para recordar el drama no ya de las personas allegadas de las últimas víctimas, sino del que viven a diario en EE.UU., como hace Almudena Ariza: “600 tiroteos masivos de media al año. 120 personas mueren cada día por armas de fuego. Es la principal causa de muerte de niños. Hay más armas que habitantes”. Ese es el día a día de un país que ha invadido al resto culturalmente y que pretende presentarse como árbitro casero del mundo, y que nos dé igual su parcialidad.

El mundo es complejo

El populismo avanza porque resume un mundo complejo en unas pocas disyuntivas y se coloca siempre en el lado que más conviene. Es así de sencillo, eficaz e irresponsable. Pero la realidad es que el mundo es complejo y que la mayoría de temas no se resuelven en un “bien” o “mal”: “Los Verdes alemanes colocan una bandera de Israel en su sede de Berlín”, leemos en Diario Red, el diario digital de Pablo Iglesias, en el que, por supuesto, critican el “belicismo” del partido, que también defendió el envío de armamento pesado a Ucrania para defenderse de la invasión rusa. Reducirlo todo a un cambio de la bondad a la maldad también es populismo.