Una vida arruinada

No sé cuántos años pasará en la cárcel Josu “Ternera” Urrutikoetxea a partir de ahora. Solo sé que, hasta hoy, su vida se ha basado en destrozar la de otros, en huir y esconderse, y en contar días entre rejas. ¿Le ha merecido la pena? ¿A cambio de qué, de unas pintadas con su apodo, de unas declaraciones del mismo Arnaldo Otegi que ha terminado copiando el discurso y las campañas de EAJ-PNV? El final de Ternera, como elemento distorsionador de una campaña electoral e icono de una derrota sin honor, dolerá a muchos que nos deben explicaciones y flagelo (sí, flagelo), pero es un epílogo irremediable.

Pero, ¿qué dices?

Cristian Campos ha logrado hacer un hueco en el periodismo de parte que se sitúa entre la derecha y la pared: sus columnas en El Español y sus colaboraciones con Federico Jiménez Losantos vienen siempre caldeadas por unos cuantos tuis de “neocon” histriónico que llegan a sus casi 40.000 seguidores. Esta semana, cómo no, criticaba los fichajes en el trabajo (como buen neoliberal) argumentando que no son pocos los que pierden horas laborales a base de pausas. Sí, existen y todos les vemos hacerlo. Pero sabemos que son la excepción: la norma es el regalo de horas a la empresa, y hay que cambiarla.

Y, ¿qué hacéis?

En esta carrera por ver quién es más liberal de derechas que libran algunos (políticos y opinadores en su mayoría), la gasolina la ponen otros que se autoproclaman de izquierdas: el escrache a Begoña Villacís, embarazada de ocho meses, en la pradera de San Isidro, no es justificable por mucho que la de Ciudadanos ejemplifique, precisamente, ese liberalismo troglodita. La fotógrafa Lupe de la Vallina tuiteaba al respecto: “¿Podéis no escrachear a la gente como si fuéramos una tribu de hooligans borrachos en vez de una democracia donde podemos votar, publicar y esas cosas aburridas de gente adulta? Gracias”.

Díaz Ayuso, icono del PP de Casado

Aunque Pablo Casado intente salvar el desastre de su partido por todos los medios, incluido el de cambiar a Aznar por Rajoy como padre político, lo va a tener difícil precisamente porque él mismo ha puesto en marcha la maquinaria que va mascando la tragedia lentamente: Isabel Díaz Ayuso está empeñada en demostrar su torpeza en Madrid, como ya hiciera Cayetana Álvarez de Toledo en Barcelona, y en el PP, claro, están desesperados. El viraje que quiere dar Casado, por lo tanto, es imposible con el equipo y las candidaturas que él mismo diseñó. La noche de los cuchillos jamoneros está por venir.

El norte

En esta misma columna he criticado el documental que Piqué produjo para que Griezmann diera calabazas al FC Barcelona (el nivel de “impresentable” del capitán blaugrana llegó a cotas insuperables), he alabado el vídeo con el que Ibai Gómez agradeció al Alavés su confianza y anunció que volvía a casa fichando por el Athletic y, si se confirma, criticaré nuevamente a Griezmann por el documental que parece que estaría grabando para anunciar su salida del Atlético. No es que me importe más el quién que el cómo, es que algunos futbolistas se gustan demasiado y no entienden que ellos pasarán y los aficionados seguiremos.

Tuitea una jueza

Llevo varios días sorprendido ante el debate doble que Manuela Carmena aborda estupendamente en dos tuits (aunque esté en contra, en general, de que los políticos se comuniquen así): la también jueza considera, primero, que la sentencia de La Manada “está profundamente equivocada” después de leerla “cuidadosamente”, y concluye que “Las sentencias judiciales pueden y deben ser criticadas y los jueces no pueden estar aislados de la sociedad”. Ahí vamos.

Se justifica un juez

Sin dar la cara, no como Carmena, un “juez indignado e inconformista” lanza un hilo con 14 tuits que se convierte en un catálogo de argumentos para justificar que los jueces no puedan ser criticados: “Si una sociedad igualitaria del siglo XXI cree que tener relaciones sexuales con alguien sin su consentimiento, sea como sea, es violencia y debe castigarse más, pidámoslo al legislador. Que deje de distinguir, y entonces los jueces no nos veremos obligados a tener que diferenciar”.

Tenemos derecho

Básicamente, estoy de acuerdo con Iñaki García Arrizabalaga: tenemos todo el derecho a criticar a un juez y a un tribunal. De hecho, leyendo varias justificaciones como la precedente, me daba la sensación de que había una consigna: los jueces con Twitter tenían que apuntar “al legislador”, esto es, a los políticos, pimpampún habitual, y hablar de una sentencia argumentada. Jabois recordaba que de las 370 páginas, 240 las ocupa el voto particular, especialmente indignante.

¿Lo tiene el ministro?

Lo confieso: estoy confuso. Un título falsificado no es motivo de dimisión pero sí acaban siéndolo unas cremas robadas. Una corrupción inextirpable en el PP no es motivo de relevo (“M. Rajoy” sigue siendo presidente del partido y del gobierno) pero sí puede serlo que el ministro Catalá opine sobre el juez discrepante en el caso de La Manada que ha indignado a todos. ¿Tiene que dimitir? Ya no lo sé. Pero sí creo que Rivera tiene que retractarse por señalar a ciudadanos con nombres y apellidos.

Cuando todo tiene que ser ETA

Acierta de pleno Begoña Beristain cuando comenta: “Pretender equiparar la violencia hacia las mujeres y el terrorismo de ETA es una mediocridad”, respecto al tuit de Rosa Díez en el que, en efecto, critica el éxito de la recogida de firmas contra los jueces de La Manada, éxito que no lograron contra Josu “Ternera”. La fundadora de UPyD incluso afirma que “la sociedad española” le da “mucha vergüenza”. La que produciría sonrojo es ella si alguien se la tomase en serio.

El mejor tuit de todos los tiempos

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Estamos en campaña, ¿todo vale? Me temo que no. ¿Lo importante es que hablen de uno? Esa pregunta no sé responderla. ¿Hay algún método para hacer un tuit “perfecto”? Sí, sin duda, y lo ha hecho Mariano Rajoy. Ojo, que cuando me refiero a “perfecto” me refiero a que funcione y sea divertido e “hipnótico”. El ridículo selfie (palo incluido) de Rajoy a la salida del mitin de Don Benito lo tiene todo: foto, retuits, magnetismo y risas aseguradas.

Objetivo: llamar la atención

En esta campaña hay dos vascos intentando llamar la atención desesperadamente para que el partido político (cada uno el suyo) en el que se integran no se vayan por el sumidero. Por un lado, Santiago Abascal, de Vox, “promete para Madrid la supresión o bajada de todos los impuestos” (‘Libertad Dgigtal’), y por el otro, Gorka Maneiro, de lo que queda de UPyD, sacude en Twitter el viejo manto de ETA y se pone a buscar a Josu Ternera.

Pues Carmena tiene razón

Si de algo no me fío en política es de los “mirlos blancos” y los salvapatrias por autodesignación divina. Los últimos que hemos conocido, como Pablo Iglesias o Albert Rivera, ya sabemos de dónde salen y, sobre todo, dónde quieren ir. Y algo parecido sospecho de Manuela Carmena, impoluta y de izquierdas candidata a Madrid, antagonista perfecta de Esperanza Aguirre. Sin embargo, coincido con ella en que los partidarios del 15-M han elegido mala fecha para manifestarse (‘Te Interesa’): en la jornada de reflexión no toca.

Peligroso mensaje… para todos

El mensaje que Bankia y los sindicatos lanzan, y el que envía también el medio, ‘Vozpópuli’, parece peligroso… para todas las partes, pero es el que es: “Bankia se asegura la paz social después de unos tensos ejercicios en los que se ha reducido un 30% su plantilla. Así se han comprometido por escrito los seis sindicatos con representación. A cambio, estas seis centrales percibirán un total de 650.000 euros de la entidad para financiar sus gastos (viajes, reuniones…). Esta cifra es algo superior a la que venían recibiendo”.

Europa, la amiga de las dictaduras

Lo que peor llevo de ser Europeo, sin duda, es la doble moral de sus dirigentes (jefes de estados y gobiernos, o de la propia Unión) respecto a las dictaduras en el resto del mundo. China, los emiratos productores de petróleo, países africanos con minas valiosas… y ahora, Cuba. A rebufo de EE.UU., Hollande ya abre la puerta a acariciar el lomo de quienes llevan puños de hierro. El titular que leemos en ‘Público’ resulta nauseabundo: “Hollande describe a Fidel Castro como ‘un hombre que hizo historia’”.