Ni muchas, ni pocos: demasiados y demasiadas

“Algo más de un tercio de la juventud de Euskadi (37%) estaba interesada en las elecciones municipales y a Juntas Generales del 28 de mayo”, titulan en la web Gazte Aukera. O lo que es lo mismo: el 63% de la juventud vasca (de 18 a 29 años) estaba poco o nada interesada en las pasadas elecciones municipales y forales. Me llama la atención poderosamente ese 25%, una cuarta parte, que pasa por completo de la institución más cercana en la que se decide su presente y su futuro. La tradicional desafección de la juventud puede explicar algo, pero la horquilla y los resultados son.

“Sobrar”

Para lo que ha quedado el que fuera líder supremo, el que volvió aclamado de su baja por paternidad: “Sobrar, el nuevo movimiento encargado de apartar de la política activa ‘a todos aquellos que anteponen sus ambiciones personales, sus filias y sus fobias, al proyecto de aglutinar las distintas sensibilidades de la izquierda ante el avance de la ultraderecha’, ha anunciado hoy la incorporación a sus listas de Pablo Iglesias”. Evidentemente, se trata de un chiste de El Mundo Today, de esos que son buenos porque encierran una verdad dolorosa, la de que Iglesias se ha convertido en un jarrón chino con podcast.

Van a dejarles sin chistes

En El Mundo Today han estado muy atinados con su chiste sobre Pablo Iglesias, pero van a tener que estrujarse el cerebro para despedir a Begoña Villacís después de que la futura ex vicealcaldesa de Madrid regalase este titular a Europa Press: “Villacís señala que a una mesa alta con dos taburetes en una terraza de hostelería se le conoce como ‘Modelo Villacís’”. Alfredo Pascual tuiteaba la noticia con un: “Es un El Mundo Today clarísimo”. Porque lo es, porque parece un chiste, porque deja claro con crueldad en qué mundo vive Villacís y qué tipo de personas se juntaban en Ciudadanos hasta que se acabaron los asientos.

No, no tiene ni idea

Lo escribí hace unos días: Macarena Olona ha demostrado que no tiene ni idea de cómo funciona la política ni de cómo funciona un partido. Juega a su favor, de alguna manera, que su única experiencia haya sido en Vox, con ultraderechistas. Con eso queda dicho mucho, pero no justifica en absoluto la ignorancia de la ex diputada y ex candidata a la presidencia de la Junta de Andalucía. Ahora tiene que recoger en tiempo récord los avales de las circunscripciones a las que quería presentarse. Misión imposible, claro. “Salimos con partido o grilletes”, ha asegurado. Porque la política va de desearlo muy fuerte, por lo que parece.

¡Por supuesto!

Íñigo Martínez se va del Athletic, primero, porque esta junta directiva no le ha hecho ninguna oferta en firme. Eso publican mis compañeros con fuentes e información, y también con su nombre, apellido y cara para que se la partan y yo, por supuesto, les creo. Y se va, segundo, porque el FC Barcelona puede hacerle una oferta aunque esté en la ruina porque todos los actores de esta liga han decidido que no pasa nada, que las exigencias económicas no son aplicables a los culés, que si necesitan que alguien apruebe planes de viabilidad quiméricos y ventas de algo que existirá, o no, se las van a aprobar. Por supuesto.

Prefieren las guadañas

Aitor Esteban leyó el lunes pasado en clave interna la convocatoria de elecciones apresurada, más que adelantada, de Pedro Sánchez: las y los pesos pesados del PSOE que habían perdido gobiernos podrían ir (en algunos casos, regresar) a Congreso y Senado. Mejor eso que tenerles en fila afilando a la guadaña en la puerta Ferraz (esto es mío, no del diputado). Pues parece que algunas y algunos han elegido la guadaña: según El Confidencial, la mayoría renuncian (por lo menos, de momento) a integrarse en esas listas (sí, se lo habían ofrecido). Lo que indica que Esteban sigue conociendo muy bien la cohorte y que en el PSOE anticipan otra derrota.

¡No tiene ni idea!

Macarena Olona no tiene ni idea de política. Lo ha demostrado sobradamente desde el atril del Congreso, nada menos, y lo ha vuelto a hacer registrando un partido para las próximas elecciones generales. Después de ver cómo lo hizo en Andalucía es fácil pensar que ella cree que la campaña es posar para las fotos, sin pensar en quién prepara esas fotos, quién las saca y quién paga al fotógrafo. Igual lo que busca es que alguien le haga una oferta para regresar: tal vez Vox, tal vez el PP. Creo que Macarena Olona no se ha enterado de que Ciudadanos ha cerrado por deceso ni del número de votos que necesita para ser diputada.

¿Debe Podemos disolverse?

Javier Pérez Royo es muy, muy duro en su columna en El Diario: “Tras lo ocurrido el 28-M, Unidas Podemos no tiene otra opción que disolverse. Los resultados electorales ponen de manifiesto un rechazo de tal magnitud que no admite rectificación posible”. Ha hecho cálculos y concluye: “Ha pasado a ser un partido extraparlamentario”. Esto es lo que, en mi opinión, más ha pesado en la decisión de Pedro Sánchez junto a la evidencia de que Yolanda Díaz tenía mucho “hipe” y mucho “flow”, pero poco lerele: no ha sumado nada. Y ahora, ¿qué? ¿Podemos se disolverá en Sumar? ¿El PSOE pescará el voto útil de izquierdas?

Una izquierda con gafas

En Euskadi, es innegable, Bildu ha sabido reunir a la izquierda. Y parte con muy buenas cartas para el 23-J: Oskar Matute o Mertxe Aizupura tienen presencia en Madrid y audiencia en sus circunscripciones. No solo les conocen, también les valoran. A eso hay que sumar que la sociedad vasca siempre ha premiado largamente a la izquierda abertzale cuando ha hecho solo política. Pero la izquierda, en su conjunto, tiene un problema: su miopía para reconocer el fascismo, una dictadura y a un pueblo verdaderamente oprimido. Por ejemplo: “Cuba intenta atraer inversiones y turistas de Rusia en medio de su peor crisis en décadas”, leemos en EPE.

¿Nos extinguimos? Por supuesto

Hace unos meses leí y traje a esta columna la reflexión de Umair Haque sobre cómo la expresión “cambio climático” es solo un eufemismo para evitar que hablemos de nuestra extinción. La semana pasada vimos cómo Nature publicaba una investigación en la que sus autoras y autores demostraban que, según varios indicadores, ya es inviable nuestra presencia en la tierra. A eso hay que sumar la amenaza de la inteligencia artificial sobre la que alertan sus propios creadores. Pero yo no necesito más demostraciones: vamos a consumir recursos solo por ocio. Si lo pensamos fríamente, no hay nada que nos defina mejor y peor a la vez.

No es un visionario, es un explotador

El modelo de negocio de Elon Musk (que le ha llevado a ser la persona más rica del mundo) consiste en explotar. Supongo que para el hijo de quien también explotaba una mina de esmeraldas en Zambia es algo habitual, pero él, además, ha innovado y la ha convertido en multidireccional: además de despedir a las y los empleados de Tesla que pretendían montar un sindicato, pretende sangrar también a usuarias y usuarios. Cobrarnos por la seguridad en Twitter es su última ocurrencia. Ángel Jiménez concluye que “es para ahorrar costes de los mensajes SMS de doble autenticación pero es tan absurdo e irresponsable…”.

Postureo

Llevo años siguiendo a Ricardo Marquina en Twitter. Lo hacía mucho antes de que Rusia invadiera Ucrania, interesado en lo que contaba del país en el que vive y trabaja. Y en todo este tiempo no le había notado en esa red social tan cabreado. Cabreado, sí, pero acertado como suele ser: “Los que se atreven a decir ‘no a la guerra’ en Rusia se enfrentan a 10 años de prisión, eso es ser valiente, lo de esta cuadrilla de niños ricos es simple y llanamente postureo”. Así se refería a la jornada que ha organizado Podemos para hablar de Ucrania sin una persona ucraniana que cuente lo que ha vivido.

Tendremos que mirar fuera

Es curioso, pero la presión de la oposición en la CAV y la moda en casi todos los medios de sacudir al PNV, está haciendo que nos resulten más fiables fuentes de fuera que muchas de dentro de nuestros territorios históricos. Y no son pocas las que, en Twitter, por atizar a quienes gestionan mal la Sanidad en España, muestran estadísticas en las que la vasca es la comunidad en la que las listas de espera son más cortas, la que menos deriva a la privada y que más invierte por persona. En el gráfico interactivo que el profesor Juan Luis Jiménez tuitea ve cómo Euskadi se mantiene en lo más alto del último ítem desde 2019.

¿Y a mí, qué?

La entrevista de Jordi Évole a Macarena Olona no me ha suscitado ningún interés. No necesito que la ex de Vox me confirme cómo es el partido al que pertenecía. Lo que me gustaría es saber cómo ejerce ella la judicatura desde su ideología y cuántos hay como ella en su sector. Pero curiosamente, la evidencia ha sido recogida por muchos digitales. Tampoco me sorprende, como no lo hace que Olona ahora se pasee como una despechada después de aceptar ser la cabeza de lista por una Andalucía con la que no tenía nada que ver, hacer una campaña horrorosa y le saliese mal su apuesta de volver a Madrid.

El penalti de Ibai a Casillas

La liga de futbito que ha organizado Gerard Piqué me parece una chorrada. Y el papel de Ibai Llanos, que ejerce de “amigo” oficial del exfutbolista cuando es evidente el interés económico común de ambos, me parece un engañabobos. Pero sigo pensando que Ibai, como es conocido, es el vasco con mayor sentido del espectáculo. Dentro de la pantomima futbolística surgió la idea de que el bilbaíno tirase un penalti a Iker Casillas, y solo él podía generar tanta expectación: ¡hasta Mourinho le mandó un vídeo desde Roma diciendo que el portero era malo y por eso, en su día, le sentó en el banquillo! Por cierto, Ibai metió ese penalti a Casillas.

En sus manos estamos

El poder judicial se ha metido en un laberinto del que no es nada fácil salir. Se asomaron a él con algunas decisiones incomprensibles durante la pandemia, corrigiendo a quien debía salvaguardar la salud pública. Pero han echado la puerta abajo demostrando que el peligro público, a veces, lo forman quienes toman dictan sentencias: el empeño de algunos jueces de hacer la lectura más favorable a los condenados por violencia de género les ha descubierto. Lo de Macarena Olona enseñando su nómina, de 7.850,94 €, les presenta como una casta demasiado pegada a uno de los extremos y, sobre todo, muy alejada de la ciudadanía.

Contra la ultraderecha

La ultraderecha es como un troll o como una mala bestia: no se le puede alimentar. Aunque esté en la judicatura. Aunque esté en las fuerzas del orden. Aunque esté integrada en las clases altas. Porque si lo hacemos podemos acabar mal. A estos hechos recientes me remito: “La ultraderecha irrumpe en el Congreso de Brasil al grito de ‘fuera Lula’. La intervención tiene lugar pocas horas después de que Bolsonaro asegurara en Estados Unidos que el Gobierno del nuevo presidente será breve” (El Periódico de España). Ni esto, ni Trump, ni la versión española y casposa de todo lo anterior merecen otra cosa que nuestro pie en pared.

Lo mismo que contra Putin

La ultraderecha ha sido una de las herramientas de Putin para desestabilizar a Occidente en su largo plan para resurgir el imperialismo ruso, invasión militar sobre Ucrania y por el morro, incluida. Quien no quiera ver esto tiene un problema de ceguera voluntaria. Un problema solo suyo, no de quienes vemos que el autócrata ruso se empeña en dejar muestras evidentes de que su ideología está mucho más cerca de la de Orban que de la de Olaf Scholz: en la BBC anuncian “la nueva ofensiva del presidente ruso contra la comunidad LGBT”, con una nueva ley que solo añade más dificultades a la igualdad y la tolerancia.

No es lo que cuesta, es lo que da

Polònia, el famoso programa satírico de TV3, tiene una producción muy cuidada. Y además de ser de los que sube la media de audiencia de la cadena, genera una repercusión y una imagen de marca que también reporta beneficios. Así que los 3,38 millones que cuesta, según Vozpópuli, pueden ser una buena inversión. O no. Lo cierto es que no tengo instrumentos para medirlo. Lo que sí tengo claro es que es muy mala estrategia esta de la derecha de señalar costes, presupuestos y producciones, como si todas fueran un dispendio, como si el buen gasto no fuera posible y como si detrás de cada partida no hubiese decenas de trabajadores.

La puta tele

Veo tele en abierto, lineal, la de toda la vida, por supuesto, como casi todo el mundo: encuentro buena información y necesario entretenimiento. También hay telebasura pero puedo cambiar de canal o apagarla solo apretando un botón. ¿Qué tiene de malo? Nada. Tampoco lo tienen las plataformas ni el pay per view. Salvo que lo esquilmen todo. Y eso es justo lo que sucede en las cabezas pensantes de Federación y Liga: el Mundial y la Copa han demostrado que el fútbol en abierto hace afición. Y Rubiales y Tebas se empeñan en cerrarlo a precios locos y horarios indignantes, especialmente para la hostelería familiar.

Siempre fue una mala idea

Primero fue pagar con dinero de verdad por sobres virtuales con los que las empresas desarrolladoras de los simuladores o los managers de fútbol obtenían otro ingreso. Después, la entrada de los archivos NFT (que permiten trazar la propiedad del propio archivo) y la publicidad de las empresas que gestionan criptomonedas (el FC Barcelona acaba de firmar con una para su manga). Y ahora, directamente, en El Diario hablan del “criptopelotazo con cromos de fútbol. Invertir en cartas de jugadores, apostar a que tengan un buen rendimiento futuro y especular con ellas cuando su valor suba. Trading con imágenes de deportistas”.

Tenemos que dejarla al margen

No hay ni habrá medidas suficientes para parar la contaminación. No es posible evitar a los dictadores como principales proveedores de materias primas. No podemos permitirnos ni un ultrarrico más. Más fácil que cambiar el modelo de negocio es empezar a cambiar nuestro modelo de gasto energético. Y no soy ningún idealista: realmente creo que es más viable que nos planteemos cuántos aparatos eléctricos o vehículos necesitamos o si podemos dejar de aspirar a recorrer el mundo en avión, a desentendernos de la OPEP, que “admite que las emisiones de CO2 seguirán aumentando hasta 2030” (EPE) sin hacer ese cambio.

Realpolitik de lo más cercano

No esperaba menos: Bernat Dedéu se queda a gusto en su columna en El Nacional cuando describe la incorporación de Mireia Boya a la Generalitat, después de que Junts haya abandonado el Govern. La de la CUP ha aceptado, según el columnista, reforzar el nuevo Pujolismo, al frente del que estaría situado ahora Junqueras, y que consiste en que “todo libertario catalán acaba cediendo sus pretensiones de emancipación por una suma razonable de dinero”. Dedéu cuenta que, visto eso, su propio padre le pide que “haga el favor de llamar a mis amigos pijos de Barcelona para que me den un trabajo mucho más seguro”.

Pobre…

Pobre Macarena Olona, no sabe la torta que se va a pegar. No soy muy bueno haciendo vaticinios y nunca he ganado una pelotilla sobre el número de parlamentarios o diputados que va a sacar algún partido, pero esto lo veo claro: Macarena Olona no tiene ni idea de cómo funciona un partido político. De hecho, ha demostrado varias veces que tiene poca idea de cómo funciona la política. Para ella, el ejercicio de representación de la ciudadanía consiste en posar para la foto (la campaña, por supuesto, se la hacen) y salir al atril a provocar. Con eso llegas lejos en un partido de ultraderecha, pero por su cuenta el camino va ser muy corto.

La diferencia

Cuando alguien lo escribe tan bien como Daniel Castro, ¿qué puedo aportar yo? De momento, copio y pego su tuit: “Me parece que sacar los restos de Queipo de Llano de la Basílica de la Macarena es justicia. Venganza sería tirarlos a cualquier cuneta random y tener a la familia ochenta años buscándolos”. Su mensaje, además, es perfectamente complementario a todos esos que dicen que hay que dejar a los muertos en paz. Por justicia y por reparación, hay que remover cunetas y criptas de honor. Dejarlo todo como está solo beneficia, evidentemente, a quienes heredaron lo robado durante el golpe de Estado. A ver si así se entiende de una vez.