Cero sorpresas

“El ascensor social no funciona en España: los niños del 1% más rico serán los millonarios del futuro” (Cadena SER), y aunque Catalunya es la comunidad donde mejor funciona el cambio de escalas (Andalucía, y especialmente, Cádiz, donde peor), y Euskadi puede estar también entre las mejores del ranking (esto no lo mencionan en la web), es evidente que estaremos en manos de las y los descendientes de quien también estamos hoy. Llevo años convencido, cada día un poco más, incluso, de que el verdadero problema de nuestra civilización y, por extensión, nuestro planeta, son los más ricos. Y está claro que va a seguir siéndolo.

El típico Ferrari postpandemia

No pocos pensaron que con lo que habían ahorrado durante la pandemia iban a darse un capricho y comprarse un Ferrari. “La cifra de negocio de Ferrari se situó en 2.477 millones de euros entre enero y junio de este año, una progresión del 21% en la comparativa interanual, mientras que las matriculaciones mundiales se incrementaron un 23%, hasta alcanzar las 6.706 unidades” (Merca2). Por si la náusea no ha dado paso al vómito aún: “Ferrari continúa una fase de fuerte crecimiento, con resultados trimestrales récord en términos de ingresos. También la entrada de pedidos alcanzó un nuevo nivel récord en el trimestre”.

También pueden volar

Los más ricos pueden molestarnos con la seguridad de que sus hijos seguirán en la cúspide, conduciendo un Ferrari o aparcando el avioncito donde les salga de la chequera: “El uso de jets privados se ha disparado en los últimos meses creando el caos en el tráfico aéreo y un debate por sus emisiones”. En Magnet son muy gráficos: “Los ricos han decidido sacarse las castañas del fuego por su cuenta. Y los jets privados son una buena alternativa para salir del paso”. Por supuesto, “la mayoría de jets privados acaban en Mallorca e Ibiza”. Que te afecte las huelgas de las aerolíneas y la crisis, en general, es de pobres, evidentemente.

La ilusión del “poder”

El hartazgo de quienes no somos millonarios y vivimos atados a trabajos en los que hacemos lo que deberían de estar haciendo dos personas se ha materializado en lo que llaman “la gran renuncia”. Y esta gran renuncia, al parecer, da cierto poder al trabajador: ahora la salida de una empresa puede generar un problema y de eso nos beneficiamos los curritos. Pero no me creo nada: ¿podemos aspirar a un trabajo que no tendrían que estar haciendo dos personas? ¿Existen realmente? ¿No actuamos los medios como generadores de una falsa ilusión en vez de dedicar todo nuestro esfuerzo a denunciar a quienes se lo llevan crudo siempre?

Exprópiese

Que sí, que sé que no todo es tan fácil, que la economía mundial está interconectada y Euskadi no es ajena a ella, que es imposible e inviable recuperar el control público sobre una entidad bancaria y que, aunque lo lográsemos, no podríamos poner límites a lo que nos cobran, por ejemplo, por nuestras hipotecas. Llega la inflación y llega la subida de las hipotecas. Si tiene usted una, sorpresa, es porque es un pobre. Quienes han pedido un Ferrari o vuelan en un avión privado a las Baleares seguro que no tienen hipoteca y la subida del Euribor supone una buena noticia para su bonus anual. Eso sí podemos y debemos erradicarlo. Como sea.

Otra más

En plena sequía en España, con los precios de la electricidad disparados y las eléctricas dando beneficios, tenemos que leer estos titulares: “Iberdrola, Endesa y Naturgy aceleran el vaciado de los embalses ante el tope del gas” (Merca2). ¿Por qué? “Para frenar posibles pérdidas en el estreno de la llamada excepción ibérica o tope del gas”. La sinvergüencería se mide en piscinas: “Solo en las cinco más utilizadas -Belesar (Naturgy), Mequinenza (Endesa), Alcántara (Iberdrola), Azutan (Iberdrola) y Canelles (Endesa)- se vertieron cerca de 57 hectómetros cúbicos, una cantidad que supone unas 24.000 piscinas olímpicas”.

¿Cómo se explica esto?

Esto de El Confidencial es tan claro y, a la vez, tan inexplicable, que copio y pego: “La fortuna de siete multimillonarios construida gracias al ‘rally’ de las criptomonedas ha pasado de los 145.000 millones de dólares a poco más de 30.000 millones. Entre este selecto grupo estarían Changpeng Zhao, CEO y fundador de Binance, que ha visto como su patrimonio pasaba de 95.800 a solo 10.200; o el de Samuel Bankman-Fried, fundador y CEO de FTX, un ‘exchange’ de criptos, o el de Brian Armstrong, CEO de Coinbase. La fortuna del segundo ha pasado de 15.100 a 8.900 millones, la del tercero se ha desplomado de los 13.700 a los 2.100”.

Y el pequeño ahorrador, peor

David Cabo ha hecho el cálculo: “Si compraste un Bitcoin cuando viste el anuncio de Iniesta, a día de hoy has perdido un 66% de tu dinero”. Evidentemente, no se puede responsabilizar al futbolista por la publicidad engañosa, pero está bien que prescriptores e influencers vean dañada su reputación para que se piensen mejor lo de participar en estafas colectivas. Además, el propio Iniesta habrá palmado tela porque lo normal es que este tipo de plataformas, como los bancos, paguen la “colaboración” en su moneda. Así que Iniesta se lleva la mala fama y no se lleva el dinero. Un estupendo retrato.

Se da un año

Si Yolanda Díaz se da un año de plazo para rearmar a la izquierda en torno a un proyecto que ella lidere es porque cuenta con que el gobierno español va a agotar la legislatura. Básicamente, contamos todos con ello porque Sánchez va a querer vender su presidencia europea de turno casi como un logro suyo. Pero a lo que iba: la vicepresidenta segunda, designada por Pablo Iglesias, se lo va a tomar con calma. Primero, se alejará todo lo que pueda del fracaso andaluz, en fechas y en formas. Después, sabe que en Podemos e IU, con el tiempo suficiente, acaban despedazándose entre ellas y ellos.

La metapolémica

En la última peli de Disney y Pixar una pareja se da un beso. En este caso, una pareja de dos mujeres y, al parecer, este beso ha iniciado una polémica. Una sencilla búsqueda en el propia Twitter devuelve miles de resultados de personas normales que critican a quien se pueda sentir ofendido por una muestra de cariño. Es decir, una vez más, la reacción, aunque correcta, ha avivado una cuestión menor. Pero bienvenidas sean todas las buenas explicaciones que hemos encontrado para avanzar hacia la normalización del afecto público: algunos hilos sobre salvajadas de Disney que hemos visto en pantalla invitan a la reflexión acertadamente.

Otegi haciendo de Otegi

En un par de frases, Mikel Segovia en El Independiente retrata a Bildu, “el aliado presupuestario amable con Sánchez e implacable con Urkullu”. Y continúa: “La coalición de la izquierda abertzale mantiene su disposición a facilitar las cuentas a Sánchez, pese a mantener incumplido su acuerdo para derogar la reforma laboral. En Euskadi, es el único partido que no ha apoyado las cuentas de Urkullu ni una sola vez desde 2012”. No hay más: los del “Espainaren morroi” al PNV son hoy dóciles en Madrid mientras en la CAV se muestran los más beligerantes para seguir intentando romper un techo de cristal que no acaba de caer.

Y Casado haciendo de Casado

La estrategia de Casado en España es la misma que la de Otegi en la CAV (que no es igual que la que mantiene en Nafarroa, donde Bildu convive muy a gustito con el PSN): desgaste al partido en el gobierno cueste lo que cueste. Y si a veces se cae en el ridículo no pasa nada: la actualidad pandémica, volcánica o económica proveerá otra oportunidad. Me centro: Casado ha visitado esta semana La Palma y ha hecho unas declaraciones con el volcán a su espalda. ¿Qué ha dicho? Eso es lo de menos, lo importante en la estrategia contemporánea de acoso y derribo político es sacarse todas las fotos y criticar sistemáticamente.

La extrema derecha, a lo suyo

La extrema derecha europea intenta recabar apoyos entre negacionistas de la pandemia y antivacunas. La española sabe que esa jugada en su caladero es más problemática porque el porcentaje de reaccionarios a la ciencia es bastante menor. Vamos, que es una cosa de frikis. Pero Espinosa de los Monteros ha decidido que Vox no está para perder ningún voto, y si para eso tiene que jugar a la ambigüedad con su libertad para vacunarse o no, lo hará. El populismo, al final, va de eso, de ponerse a favor del viento sin que a nadie le importe cuántas veces rola. Y si toca ser antivacunas, lo serán.

PSOE y Podemos, en su línea

María Castañeda ha publicado en Merca2 un texto bastante interesante sobre “las 10 meteduras de pata del Gobierno en la crisis del recibo de la luz”. En la pieza recupera algunos momentos previos a la escalada que estamos sufriendo que no deja en buen lugar a quienes integran el consejo de ministras y ministros actuales, como el “caso omiso a la subida del gas en marzo” o “el tarifazo eléctrico, a destiempo y sin criterio”. Con el marrón ya encima, el gobierno español también ha actuado mal, aprobando una “reducción del IVA, pero solo a unos cuantos” o tomando “decisiones importantes sin contar con las eléctricas”.

Enésimo resbalón

Con lo bien que le iba a Errejón mostrando que hay nicho electoral en España para una izquierda pragmática sin deudas consigo misma, el líder de Más País ha decidido ponerse la zancadilla y tropezarse presentando un libro innecesario en un momento inadecuado, en el que “narra ‘caudillismo’ y una ‘corte’ en torno a Iglesias, que buscó ‘enterrarle’ políticamente” (República.com). Con Iglesias brillando en spots televisivos y todo Podemos agarrándose al tablón de Yolanda Díaz para mantener su flotabilidad, estas memorias parciales son un error. Bienaventurados los que saben esperar a que pase todo para contarlo con perspectiva.

Sí, suena así

Parece que la llegada de más vacunas ha calmado las reclamaciones de ciertos colectivos y sindicatos de ser vacunados cuanto antes. Ha sido la llegada de vacunas… O que se han dado cuenta de que su exigencia sonaba igual que la de Paz Padilla: “Trabajo en sitios cerrados y sin mascarilla. (…) Los profesionales del medio necesitamos las vacunas” (Zeleb). Hago a la presentadora la pregunta que he hecho varias veces a mi televisor mientras veía manifestaciones en el Teleberri: ¿a quién no se la ponemos para que ella la reciba antes? ¿A los enfermos de cáncer? ¿A los celadores de los hospitales?

Correcto

Como no es un tema que siga con interés voy recibiendo ciertos coletazos de la batalla que están librando en público los integrantes de la familia real británica. Y reconozco que este tuit del Abc me ha llegado tarde pero me ha llegado al alma: “El príncipe Harry, indignado: ‘Mi familia me retiró la seguridad y el dinero. Nos hemos mantenido de la herencia de mi madre’”. Correcto: si uno deja de pertenecer a la familia real lo lógico es que se pague su seguridad y su vida. No como en España. Y la segunda parte es para enmarcarla: Harry ni ha pensado en trabajar. Si no hay sueldo por ser un Windsor se fundirá la herencia de su madre.

Esto, también

Ya no hablamos de la política estadounidense como antes, y esa ausencia de noticias es la mejor noticia: Joe Biden está centrado en atajar la pandemia y la crisis económica derivada, y lo hace sin estridencias de momento. Y los pocos titulares que nos llegan siguen teniendo que ver con el trumpismo: “La Justicia de Estados Unidos rechaza dejar en libertad al ‘bisonte’ de QAnon. La Justicia ha tomado esta decisión a la espera del juicio, ya que considera que el individuo, que asaltó el Capitolio disfrazado con pieles y cuernos de bisonte, sigue representando un peligro”. Esta medida, aunque lejana, reconforta.

Volvamos a la economía real

Me hago viejo: lo sé porque cada vez hay más cosas que no entiendo del mundo en el que vivo. Por ejemplo, sigo sin entender la economía que hemos dejado que construyan, puramente especulativa, que se basa en las hipotéticas posibilidades de rentabilidad futura que puede tener una empresa. Para que la burbuja siga hinchada y siga habiendo rondas, noticias como esta de Housers en Merca2 siguen ocupando espacios muy reducidos en los medios: la “start-up” que te indicaba en qué propiedades inmobiliarias invertir “acumula créditos aplazados, multas del regulador o querellas”.

La vida es corta, y con pandemia, más

“El problema no son los vagos, sino los que trabajan demasiado”, asegura Eduardo Manchón en El Confidencial. Y no estoy del todo de acuerdo pero tampoco estoy del todo en desacuerdo. Los vagos aumentan la carga de trabajo de los demás, eso es innegable. Pero la carga de trabajo la disparan, sin duda, quienes siempre quieren hacer más… Y que hagas más. Reconozco que he cometido el error de ser de los segundos, de los que vivían para el trabajo, y asumo las consecuencias, todas negativas, de ese empeño. Ahora solo quiero repartir el tiempo y el trabajo, y que no sea demasiado tarde.

El daño irreparable que nos hacemos

No me gusta la moralina ni ser un Pepito Grillo, pero creo que el día de hoy es el más adecuado para que les hable del consumismo que nos va a devorar: en El Confidencial encontramos una pieza muy interesante sobre cómo los productos tecnológicos chinos que compramos en Internet, mucho más baratos y menos duraderos, son tremendamente dañinos con nuestro planeta. Pero la culpa no es de quien los fabrica ni de quien los vende, sino de quienes los demandamos: para producirlos se necesitan los mismos recursos que para un producto similar más caro y duradero y, por supuesto, nadie los repara.

El problema no es China

La dictadura china no me gusta como no me gusta ninguna dictadura. Y menos cuando es blanqueada por la izquierda y por los liberales en nombre de la revolución y el mercado. Cosas de este incomprensible siglo XXI. Pero en cuestiones de consumo el problema no son los chinos que se limitan a fabricar lo que reclamamos desde el resto del mundo: baratijas conectadas a Internet. Ellos tienen tecnología y conocimientos de sobra y lo suelen demostrar: en Shangai sustituyeron la pirotecnia por drones durante la Nochevieja y crearon un espectáculo fascinante que hacía “viejo” cualquier otro.

¿Estrenan algún videojuego hoy?

No sería raro que algún miembro de la casa estrenase hoy un videojuego traído por los Reyes Magos de Oriente. Para los que lo traen es un chollo porque pesan poco. Para los que los reciben, un acierto casi seguro. Y para el que los produce otro motivo para continuar: el sector ha facturado en todo el mundo “alrededor de 107.490 millones de euros en 2019, lo que supone un 3% más que la cifra del año anterior, siendo Fortnite el videojuego que más beneficios ha generado” (La Información). Hablamos de una industria que puede superar a la del cine o la música y que, por lo tanto, no es menor.

Pero no nos volvamos locos con la tecnología…

Vivo de contar lo que pasa en Internet o de trasladar contenidos a la gran red y me gusta (siempre lo ha hecho) la tecnología, lo que hace que me interese por ella y la conozca un poquito. Por todo lo que les he contado sé muy bien que la tecnología nos idiotiza y que muchas veces perdemos el norte y el sentido de la realidad: no tiene ninguna lógica que Renfe vaya a cancelar sus ventanillas para billetes, como no la tiene el cierre progresivo de todas las oficinas bancarias, ya que limita el acceso a millones de personas que todavía no se ven capaces de hacer gestiones on-line y que no son más tontas.

Y si lo hago yo todo, ¿por qué me cobras?

Insisto: sé lo que hay detrás de una web y en ocasiones hasta puedo calcular los costes, pero si hay algo que me fastidia es pagar la comisión por gestión en una compra on-line. Si lo hago yo todo no pueden cobrarme más por el mantenimiento de la web, la pasarela de pago y la custodia de los datos. Y punto. Así que tampoco me parece bien que esos mismos bancos que nos obligan a gestionar on-line nuestro dinero o préstamos nos inflen a comisiones pero, según Merca2, es lo que nos viene: Sabadell y Santander son los primeros que han empezado a cobrar hasta por las cuentas con domiciliaciones.