Un debate serio

He tardado semanas en pronunciarme sobre el anuncio de Gotzone Sagardui sobre los cambios que pueden venir en Osakidetza. He esperado a ver cómo evolucionaban sus propios argumentos y los de quienes siempre están al acecho de la presa que parece herida. Y ahora que parece que ya están las cartas sobre la mesa, me pronuncio: lo que espero de la política vasca es altura y madurez, que no nos hurte nadie, empezando por la oposición, que une manos derechas con manos izquierdas contra el Gobierno, un debate serio y necesario, señalando a quien está limitando oportunidades y no a quien le puede bailar la silla.

Es nuestra. Y la tienen ellos

El “pa’lantismo” es uno de los males de nuestros días: estamos agotados, no tenemos muchas ganas de pensar y si la oportunidad se nos presenta clara, decimos “pa’lante”, y vamos tirando. Lo malo es que a quienes pagamos para que nos representen en los asuntos que importan hacen lo mismo. No hay reflexión, hay debates que se generan aprovechando cualquier oportunidad e intentan resolverse en el primer disparo a puerta. No hay una mirada al pasado. Pero la necesitamos: España tiene que devolver al Gobierno Vasco su sede en París, cualquiera que conozca la historia (y para eso está SAF, para guardarla) lo sabe.

No, no somos tontos

No entiendo a quien piensa que la ciudadanía es tonta, que se le puede manipular con medias verdades sobre Osakidetza y retorciendo declaraciones, que se le puede omitir la historia de los hechos o engañar para que mire hacia otro lado. No entiendo que un medio serio, un indocumentado con un spray en la mano o los políticos que acuden a las manifestaciones anti OTAN quieran hacernos creer que “la cumbre de Madrid devuelve al mundo a la Guerra Fría: Rusia ya es enemigo oficial de la OTAN” (InfoLibre). Rusia ya nos ha declarado la guerra, y Putin es la persona que más ha hecho por la OTAN en este siglo. Es tan evidente que resulta ridículo.

¿Y si el cambio es otro?

Desde que la invasión rusa sobre Ucrania disparó los precios de todo, incluso de lo que no está afectado por esa invasión, hemos leído, escuchado y visto muchas medidas para paliar la falta de suministros y el alza de la inflación. Pero sigo echando de menos un debate serio sobre nuestro modo de consumo: coger menos el coche, vivir más en el barrio, cargar menos el móvil, perder menos tiempo (y electricidad) en TikToks de mierda… Leer un libro en un parque o playa a la que puedas ir andando no consume nada de energía (a menos que hayas pedido la novela por el puto Amazon) y puede producir felicidad.

Papeles para nadie

La masacre en la valla de Melilla ha abierto aún más dos debates que algunos también intentan evitar: ¿cuál es la totalidad del acuerdo al que han llegado el gobierno español y la dictadura marroquí? Que los formantes lo expliquen de modo transparente e integral. O que no lo hagan, pero que se atengan a las consecuencias. Y el segundo: ¿cuándo va a reconocer y explicar Europa que necesitamos a las personas migrantes, que esa gente que huye de unos horrores que no queremos ni imaginarnos son las que van a construir el futuro de todos y todas? La solución no es negar o esconder debates, es abordarlos con honestidad.

El Rey en Oriente

Mientras el resto de la humanidad cuenta dos años de pandemia encerrados en un piso o unas rutinas agotadoras, Juan Carlos I celebra hoy “su segundo cumpleaños en Abu Dhabi entre rumores de un próximo regreso” (República.com). El emérito lleva, por lo tanto, dos noches mágicas siendo el Rey en Oriente y la piedra en el zapato del sistema español, ese que enunciaba que “el rey reina pero no gobierna” como si fuera un acierto. De aquellos polvos, el lodo en el que se encuentra el líder de los juancarlistas, que ya solo son quienes se llevaban algo entre las uñas, que sopla 84 velas entre lujos injustificables.

Por más años de liderazgo

No hay mayor prueba de lo que es el madridcentrismo que la cantidad de tuits que hacían referencia a cómo la comunidad de Díaz Ayuso está a la cola de inversión en Sanidad por habitante… Y obviaban que la CAV, es decir, Osakidetza, se sitúa a la cabeza, y Nafarroa (donde también hay consejeros del PSE y EAJ-PNV, por cierto), en el tercer puesto. Realmente, me importa poco que quienes tienen que sufrir que sus conciudadanos votaran mayoritariamente al PP y de un modo nada desdeñable a Vox, pasen de nosotros. Lo que me parece realmente relevante es que ese liderazgo se mantenga como hasta ahora.

Sí, la cultura importa

En la ciudad de Madrid podemos encontrar también al portavoz nacional del PP. En concreto, en el despacho de la alcaldía. José Luis Martínez-Almeida esta semana ha despreciado la obra y la persona de Almudena Grandes, admitiendo que el reconocimiento de la ciudad a la escritora es solo un cambalache político en el que él gana unos presupuestos municipales. Mr. Insustancial describe en un tuit lo que ha sucedido: “La verdad es que debería de importar una mierda lo que Martínez-Almeida piense sobre Almudena Grandes. Lo suyo es accidental y transitorio. Lo de Almudena Grandes es para siempre”.

Ojalá lo echen

El primer fin de semana del año nos ha dejado dos derbis futbolísticos en los que, lo peor, sin duda, ha sido la entrada de Chimy Ávila sobre Nico Williams que podía haber acabado en una seria lesión del jugador del Athletic si no tuviera 19 años y una agilidad maravillosa. Lo del argentino no tiene nombre. O sí pero no quiero escribirlo. Pero lo que seguro tiene es delito, y más en un jugador que ha pasado por procesos de recuperación durísimos por lesiones como la que buscó. Y me da igual lo que diga y las veces que mencione su fe en Dios: todos lo vimos. Ávila no tiene sitio en el fútbol, y menos en un equipo como Osasuna.

Menos tonterías y más tiempo

Pato Cansino ironiza en Twitter sobre el vídeo de un usuario de TikTok que, para conseguir un zumo natural de naranja, propone agujerear una cazuela, instalar una rotaflex en su exterior conectada a una amoladora en el interior, y darle caña hasta triturar la fruta antes de colar. “Ah pos sí, mucho más útil que un exprimidor”, comenta la tuitera o tuitero. Pero esta idea terrible no es una excepción: la mayoría de soluciones de bricolaje o recetas que vemos son una pérdida de tiempo, datos y electricidad. No necesitamos esas chorradas y dejándolas de consumir solo ganaremos tiempo, tranquilidad y hasta ahorraremos dinero.

Cansado, sí, pero de quienes se quejan

Tiene toda la razón Quique Peinado: “La ola esta nos ha cogido a todos y todas muy hasta los cojones y anda que no se nota”. Personalmente, a mí me ha cogido cansado de oír y leer a quienes saben qué hay que hacer y qué, no. A quienes se creen que los presidentes autonómicos, rodeados de expertos, saben menos que ellos, que leen hilos en Twitter. A quienes reclaman más inversión en Salud y no son conscientes de lo que cuesta una PCR en el sistema público (y en la CAV se hacen 15.000 al día). A quienes creen que sus ratos en Twitter desde el sofá son equiparables a las jornadas de las y los responsables políticos y sus equipos.

¿Hay que esperar al colapso?

Quienes se ríen de las recomendaciones sanitarias (el documento del Gobierno Vasco es bastante lógico y comedido, dadas las terribles circunstancias) y se quejan de las medidas que se proponen (hoy no habrá nada radical porque Pedro Sánchez deja las malas noticias siempre a los presidentes autonómicos), ¿a qué esperan, al colapso? Todas las medidas de protección, todas, son eficaces en mayor o menor grado, por eso las recomiendan los expertos y los presidentes las piden. Y el objetivo de todas ellas es el mismo: evitar el colapso sanitario. Un colapso que no se evita con más dinero sino con más precaución.

Pedís más zendales

La única presidenta que ha respondido a la demanda más reclamada en Twitter y, seguramente, en WhatsApp, es Isabel Díaz Ayuso: la gente podía seguir haciendo lo que le diera la gana mientras ella construía un hospital específico en medio de la nada. Luego hablamos de la primera línea de defensa de la sanidad pública madrileña. Pero esto es lo que piden muchas y muchos exhibiendo un comportamiento infantil: una inversión específica para atender las consecuencias de la pandemia sin pensar ni tuitear que lo más eficaz y lógico es no contagiarse de un virus que mata y muta.

Madrid es Madrid

En 2021 la plantilla de Osakidetza cuenta con 4.000 profesionales más que en 2019, antes de la pandemia. Y en lo que llevamos de sexta ola, el departamento vasco de Salud ha contratado a mil personas más para, entre otras cosas, ampliar el número de rastreadores. Estos son datos de Osakidetza, no de un tuitero que hoy es sindicalista y enfermero y, hace quince días, vulcanólogo y experto en evacuaciones. Lo que pasa en Euskadi es esto. Lo que pasa en comunidades como Madrid es otra cosa, pero repetir y generalizar lo del desmantelamiento de la Sanidad como un mantra da retuits y alivia conciencias.

O me toma por tonto o…

Quien tuitea algo así o no se entera o quiere que los demás no nos enteremos: “Aceptar la mayor restricción en derechos civiles en 100 años de historia”. A Franco y a Abascal les gusta esto. “Aceptar el mayor recorte en servicio sanitarios”. 15.000 PCR al día, 4.000 sanitarios más. “Aceptar que el mercado tiene que seguir en el centro y no los cuidados”. Las vacunas se han desarrollado con inyecciones de dinero público. “Aceptar el pasaporte y criminalizar a las personas no vacunas: es una burrada”. No, es necesario señalarles y, si tenemos oportunidad, reírnos de las y los negacionistas de la vacuna, la mascarilla y el Pasaporte Covid.

El hito de nuestra vida

Antes de que conociéramos la existencia del coronavirus escribí en varias ocasiones que la presencia de antivacunas o negacionistas se explicaba porque a nuestra generación le quedaba demasiado lejos una guerra mundial o una pandemia. Ya hemos tenido lo segundo, espero que no tengamos que esperar a lo primero para que se nos quite la tontería. La vacunación real que empieza hoy es el hito de nuestra vida: la humanidad ha desarrollado un antídoto en menos de un año, lo hemos vivido y hemos sobrevivido. A partir de ahora, al gilipollas conspiranóico podremos llamarle por su nombre.

No, no es gracias a Sánchez

He defendido a todos los gobiernos que han mostrado un poco de responsabilidad durante esta pandemia. A las personas que han estado al frente de las instituciones les ha tocado gestionar el reto más complicado de su vida política… Y de la de cualquiera. Y lejos de tener ayuda, enfrente han tenido a oposición parlamentaria, periodistas, sindicatos y hasta judicatura encendiendo a la sociedad porque lo que define a un carroñero es que nunca deja pasar una oportunidad de engordar. Pero nada de esto justifica que la diputada socialista Pilar Cancela atribuya en Twitter a Pedro Sánchez la difusión de la vacuna.

La vacuna no es noticia para Otegi

Arnaldo Otegi es el único político en todo el mundo que sabía lo que había que hacer para frenar las crisis sanitaria y económica planetaria. La seguridad con la que siempre ha hablado levanta suspicacias en extraños y hasta propios que saben de qué va la gestión. Y ha hablado mucho, muchísimo… Hasta que ha llegado la vacuna. Parece que la definición del ministro Illa de que ese primer pinchazo era “el principio del fin” le ha afectado, como si a él también se le acabara el filón del virus. Y ahora, ¿qué? Pues ahora vuelven los retos de Bildu con crudeza: sus enormes contradicciones y sus atávicos problemas internos.

El “milagro” madrileño

El “milagro” de Madrid consistía en mantener abierta la hostelería, no hacer PCR y que Isabel Díaz Ayuso distrajese la atención a lo político constantemente. Nada define mejor lo que estaba pasando y ahora, por fin, se visibiliza, que este párrafo en La Vanguardia: “La reducción de los contagios fue innegable, como también que el número de muertos en esta segunda ola casi duplica a los fallecidos en Catalunya”. Como explican en la web del periódico: Ayuso exigía al gobierno español PCR en Barajas mientras ella usaba test de antígenos en las farmacias para dar las cifras. Y ahora la pandemia se come lo político y lo sanitario.

El antideportista

No me gusta Neymar. Ni como futbolista ni como deportista. Si sobre el césped el regate tiene que ser el medio y no el fin, en la cabeza del deportista la competición y el cuidado de sí mismo tienen que ser la prioridad. Pero Neymar no cumple con nada de esto y si es uno de los mejor pagados en el fútbol mundial es porque es el epítome de la industria que se ha creado en torno a un deporte muy tonto para jugadores muy listos, como lo definió Jorge Valdano. La última noticia del futbolista brasileño es la indignación que ha generado en su propio país “por una fiesta navideña para 500 invitados” (El Confidencial).

La factura sanitaria en Euskadi

En esta crisis sanitaria y económica derivada me he puesto a favor de todos los gobiernos que han demostrado un poco de responsabilidad. No me escondo. Lo fácil es colocarse en la pancarta y reclamar, lo jodido es tomar decisiones y priorizar. Y lo meritorio, que la pandemia te haya pillado fuete: “En comparación con el resto de España los vascos gozan de una sanidad pública con mayor capacidad de inversión por habitante”. En El Independiente, desgranan la inversión vasca en su sanidad pública, encabezada por el personal (y que irá a más con nuevas OPE) y condicionada por la pirámide poblacional y la alta esperanza de vida.

Hablemos de Educación

Después de comprobar que no se trata de una cuenta paródica he seguido dudando porque los planteamientos de Convivencia Cívica Catalana son tan extremos que rozan lo cómico. Por ejemplo, este tuit que ha llamado la atención de varios periodistas vascos durante la semana: “Si a un niño pequeño ya le cuesta aprender matemáticas, imagínate si se las explican en euskera”. Ahí queda eso porque, pese al ridículo evidente, no lo han borrado. ¿Y si en un colegio alemán expliquen las matemáticas en alemán? ¿Y si en uno inglés lo hacen en la lengua de Donald Trump? Para eso les da el razonamiento.

Corolario

El tuit de Roberto García es un resumen estupendo de un escandalazo que en cualquier país con un poco de respeto por sí mismo haría temblar el modelo de la jefatura de Estado: “Alucino con qué normalidad nos informan de que el rey viejo quiere regularizar dinero negro, oigan”. En efecto, con total normalidad nos han contado las intenciones de Juan Carlos I con el dinero de origen desconocido que le han encontrado y el uso que hacían de él sus hijas y nietos. Como si lo grave no fuera que nos engaña a la cara, intentando regularizar solo lo que han podido demostrar que ha gastado, y sin entrar en el fondo del asunto.

Dejan las obras terminadas

La presidencia de los Trump va a pasar a la historia como la peor de las bien documentadas. Sin duda. Porque si los fondos eran execrables, con su proximidad a la extrema derecha, las formas no eran mejores: no solo las declaraciones del presidente o cómo la familia tomó la Casa Blanca, también los detalles menores como el nuevo pabellón para tenis que acaban de terminar en el complejo residencial oficial. La propia Melania Trump ha tuiteado anunciando la finalización de las obras. Un exceso como tantos otros, consecuencia de lo que sucede cuando eliges a dirigentes alejados de la realidad de su ciudadanía.

Bien, pero, ¿suficiente?

Está bien que un partido se pare por un ataque racista, y más cuando viene de parte del equipo arbitral. ¿Qué justicia emana de quien señala a una persona por el color de su piel? Yo solo espero que esta determinación y esta exigencia que ha exhibido acertadamente el Istanbul Basaksehir sea extensiva a la liga y al país al que pertenecen, Turquía. Insisto: la calidad democrática de un país no condiciona la contundencia en la lucha contra el racismo. Al contrario: esa batalla hay que plantearla en todo momento y lugar. Y lo mismo va por el PSG, que acertadamente secundó el plante… Pero sabe lo que hay entre su hinchada.