Al fascismo, leña

En este tema tengo dudas. Sí tengo claro que a la extrema derecha solo hay una manera de tratarla: mal. El rechazo a quien defiende sus ideas tiene que ser activo, no vale pasar de largo. Por otro lado, soy plenamente consciente de que Vox, Ciudadanos y PP vinieron a Euskadi a provocar, a buscar pelea (y la encontraron), a generar vídeos para las televisiones y las redes sociales, a mostrarse como héroes cuando, como bien dice un tuitero, no pasan de “macarras”, y buscabocas (esto lo añado yo). Lo mejor que podíamos hacer para frenarles, esta vez, era ser activos… En inteligencia. Lo nunca han sido los del pasamontañas y la gasolina.

Antifascistas de postal

Muchos de los que se manifestaron contra Vox o quisieron dejar claro a los de Ciudadanos que en Errenteria no pintaban nada no son antifascistas. Porque al fascismo se le combate siempre, y quien estuvo callado ante el fascismo de ETA (que asesinaba a quien pensaba diferente) ahora se puede manifestar contra quien le dé la gana, pero no puede ir de antifascista por la vida, porque no lo es. Además, en este caso, como destaca Pello Salaburu en Twitter, es un error porque le han hecho la campaña a los ultras a los que, sin duda, siempre, hay que combatir. ¿O estos antifascistas de postal también estaban de campaña?

Ultras de verdad

Muchos que van de antifascistas en Euskadi lo son a medias, porque contra otros no se enfrentaron. Pero los que sí son ultras de verdad son los que vinieron este fin de semana: palizas a manifestantes, como denuncia Pedro Vallín en Twitter, comparando los violentos hechos de Oviedo protagonizados por la extrema derecha española la semana pasada con los de los nazis alemanes; neonazis con condenas por haber salido “de caza” y haber dejado hasta con minusvalías a sus víctimas, como leemos en La Marea; negacionistas del holocausto con espacio en medios igualmente ultras para su paranioas. Esto va en serio.

Abascal salió “corriendo”

Rafa Hernando nunca ha sido un tipo comedido. De hecho, si de algo ha pecado es de lo contrario. Esta semana, para variar, le ha tocado a la cuña de su madera ser el blanco de su trazo grueso: “A ver @Santi_ABASCAL ya está bien de atacar a los del PP y pretender regalar lecciones de valentía porque la realidad es que mientras cientos de concejales y cargos del PP permanecieron en el Pais Vasco y no se rindieron nunca, tú saliste corriendo. No te fue fácil pero respeta” (sic). Pero la pelea de gallos entre un Hernando que tiene que defender su parcela y Abascal no ha dado más de sí: el de Vox no entra al trapo ante nada.

Todo puede darse la vuelta

Solo puedo dar la razón a Iñaki Ortiz ante el notable éxito de Podemos del fin de semana: “Hoy Pablo Iglesias y Alberto Garzón han llenado el Astelena en Eibar, pero como han ido a pedir el voto y no a tocar los cojones para salir en las noticias, han pasado más desapercibidos”. Lo que dice es tan cierto como que cada día hay partidos vascos que llenan plazas en paz sin la repercusión mediática de Vox, Ciudadanos, PP… O Podemos. Por otro lado, la relación con los medios de Iglesias, últimamente, se basa precisamente en esa notoriedad por medio de enfrentamientos, así que, lecciones de humildad, pocas.

El problema es España

En El Blog Salmón están publicando una serie de posts que no dejan en buen lugar las políticas económicas que proponen o implementan los partidos españoles. Frente a un déficit agigantado y un sistema de la Seguridad Social que nadie quiere reformar pero sigue siendo un sumidero de dinero, en esta bitácora destacan la capacidad de maniobra de otras entidades “locales”. “El verdadero problema reside en la Administración Central. Tras las elecciones, el Parlamento deberá dar respuesta, en especial, al problema de un Sistema de la Seguridad Social que ya no da más de sí y requiere urgentemente una reforma”, concluyen.

Y creen que la solución es la bandera

Personalmente, entiendo el nacionalismo como la ideología que centra tu atención en sacar en adelante tu nación y que genera un escenario que resulta atractivo para que cada vez más gente quiera sumarse al proyecto. No entiendo el nacionalismo como la excusa para justificar cualquier malversación, por error o por avaricia, y para envolverte en la bandera cuando vayan mal dadas. Casado, de momento, no ha dicho nada sobre qué hacer con una Seguridad Social que se hunde y nos hunde (tampoco Sánchez, por cierto), pero sí ha anunciado una ley que considerará delito participar en una pitada cuando suene el himno español.

El regreso a la casa común

En un PP más aznarista que con Aznar, personajes como Esperanza Aguirre podrían sentirse especialmente cómodos, sobre todo después de la época de pragmatismo y galleguismo de Rajoy. Pero hay algo que les incomoda cuando todo podía ser una balsa ideológica: la presencia de Vox, que les hace sentir, como a la propia Aguirre, que no están todos, que faltan los que están presos de su propia nostalgia hacia antiguos regímenes que otros partidos aplacan mejor. Ese es el PP de hoy, teledirigido por Aznar pero sin el alcance suficiente para llegar al Este, a ese lado derecho, al que han regresado algunos, como a las cavernas.

Me espían

Mi móvil me escucha y graba, sabe dónde voy y hace capturas de pantalla cuando navego, pero no tengo ni idea de dónde manda esos archivos que dan tanta información sobre mí. Mi ordenador personal también me espía y se lo cuenta a alguien. No sé a quién. Incluso mi furgoneta envía los datos que manda a mi aplicación a la de otra gente que no conozco. Así que, como entenderán, no quiero un cacharro de esos a los que das órdenes cuando estás en casa para que activen la domótica. En realidad, no sé si todo lo que acabo de escribirles es cierto, pero yo me comporto como si lo fuera.

¡Oh, sorpresa!

Me hago viejo o, como dicen esos que se hacen viejos pero quieren aparentar que no, me hago “putoviejo”. Echo de menos el cine que cuenta historias, echo de menos conocer a los grupos de música que están de moda, echo de menos los teléfonos que solo servían para hablar y echo de menos las gasolineras (y sus precios). También echo de menos los CD, las portadas, los libretos y hasta la mala leche de ver cómo algunos grupos y productoras no los cuidaban. Ahora tengo otro motivo para extrañar los soportes físicos: la música en streaming ya contamina más con el gasto energético que genera que el plástico de los CD.

Prometen lo imposible

Aunque el PP esté dedicando todos sus esfuerzos en empatar su partido con la extrema derecha, en el bipartidismo esas tablas parece que están aseguradas… Como lo han estado siempre: en El Blog Salmón denuncian que “un análisis por encima de las propuestas económicas del PSOE y del PP conocidas hasta el momento denotan inconsistencias y elevados niveles de riesgo de meter a España en problemas de solvencia a medio plazo”. ¿Cómo? Básicamente, PSOE y PP se limitan a combinar mensajes, pero no a hacer sumas: bajar impuestos, aumentar el gasto (o la deuda) y rebajar el déficit es imposible.

El PP, sin rumbo

Empiezo a creer que el problema del PP no es que haya virado hacia la extrema derecha, sino que se ha quedado sin equipaje ideológico y, directamente, a la nueva dirección, que bebe de la más casposa, la de Aznar, le da igual todo. Prueba de ello es que con cuatro ideas machaconas se montan un programa, como se desprende de la lectura que han hecho en El Boletín del que acompaña a Casado en su campaña: la famosa rebaja fiscal, especialmente ventajosa para quienes más tienen, y Venezuela ocupan parte del espacio que, sin embargo, no dedican a la corrupción ni la memoria histórica.

Cómo se financia Ciudadanos

El tema del pago por ocupar buenos espacios en las listas de Ciudadanos ha vuelto a aparecer. Hace ya un tiempo lo pudimos leer en La Marea, pero la publicación de algunos hechos concretos en El Mundo, en pleno arranque de la campaña, ha prendido otro incendio en el bosque de la inconsistencia en el que andan perdidos Albert Rivera y los suyos: En San Sebastián de los Reyes y en Fuenlabrada pagaron 18.000 y 11.000 euros por estar en lo alto de las listas, en Alcobendas el cabeza de lista habría pagado 2.500 euros por el puesto, y en Arroyomolinos, ir quinto costaba 1.200 y, sexto bajaba hasta los 600.

En Vox, todo vale

Los que van sin sonrojarse por el mundo, porque no pega con su ideología, son los de Vox: Iván Espinosa de los Monteros, el líder económico de los de Abascal, no solo habría creado una sociedad para construir su vivienda, lo que ya supone pagar impuestos de un modo ventajoso, también intentó eludir el pago de una parte de la obra. Cuando la constructora lo denunció disolvió la sociedad para dar esquinazo a la deuda, pero entonces denunciaron a la persona que estaba detrás de la sociedad… Y la encontraron: Espinosa de los Monteros fue condenado a pagar la deuda y los intereses, según El Plural. Ese es el gurú económico de Vox.

Nos llevan años de adelanto

“En Inglaterra, el fútbol juega un papel muy importante en nuestra cultura, por eso vamos a trabajar para mantener la salud y sostenibilidad de nuestra liga”, de ese modo han zanjado los clubes de la Premier el debate sobre la superliga que nos ha tenido entretenidos (y un poco preocupados) estas semanas. Lejos de dejarse llevar por elucubraciones económicas irreales, los clubes de la isla han sido coherentes con otras decisiones previas (limitar el cambio de horarios o pactar el precio de las entradas) y han decidido no enfadar a los hinchas. Ellos sí saben que sin aficionados de las ciudades y de los barrios no hay fútbol.

Primero, Sánchez

Pedro Sánchez se ha equivocado rechazando ir al debate de La1 en el que estarán representados los principales partidos con representación en el Congreso y el Senado españoles. Pero no le importa: prefiere acudir a uno con Santiago Abascal porque así la audiencia podrá verle domando a tres derechas se devoran. Pedro Sánchez juega sus cartas electorales, pero también deja un mensaje claro: la televisión pública española no le importa, de hecho, para él, es un instrumento más para sus objetivos. Cuando le interese, irá. Cuando no, no. ¿Servicio público? Mejor el privado y sus beneficios.

Los vascos, para la foto

Seguimos hablando del utilitarismo e instrumentalización, en este caso, de la derecha y la extrema derecha españolas: los representantes de esta horquilla ideológica coincidirán este fin de semana en Euskadi para desplegar su argumentario pensando… En España, claro. Las encuestas sitúan claramente fuera del escenario electoral a Ciudadanos y Vox, y el PP puede lograr entre uno y ningún representante en la CAV para el Congreso. Entonces, ¿a qué vienen si en campaña no se derrocha ningún esfuerzo? A sacarse la foto, porque sus actos están pensados para España. A ellos sí que les mueve solo España.

Pero, ¿cuál es su programa?

Albert Rivera va de liberal pero, a la hora de verdad, ya sabemos que es, a la vez, taurino y antitaurino, del Barça y del Real Madrid (lo dice él, ojo). Casado es un rancio en un cuerpo de un treintañero. ¿Y Abascal? Ultra, sí, pero, ¿qué planes tiene para su Españaza? Pues casi da tanto miedo en lo económico como en lo ideológico: su plan pasa por bajar el despido, por privatizar las pensiones, por que la administración deje de contratar y por bajar los impuestos de modo general (lo que siempre beneficia a los más ricos). Un país en el que las desigualdades vayan a más, en el que, en resumen, nos pisen con sus botas militares.

Comunicar importa

No discuto el logro de Katie Bouman, al contrario: aunque soy incapaz de entender la dimensión del logro y cómo se ha gestado, solo puedo ponerlo en valor partiendo de que el conocimiento, en sí mismo, siempre es positivo. Pero voy más allá: la científica que ha capitaneado al equipo que nos ha mostrado por primera vez un agujero negro ha podido revolucionar otro sector, el de la comunicación científica. Porque que la conozcamos, que la hayamos visto contarlo y emocionarse es, también, un hito. Un hito que muestra lo que importa y lo que aporta una buena comunicación.

Nunca lo valoraremos suficiente

El nombre de Katie Bouman puede que se convierta en recurrente por lo que nos ha enseñado. Por desgracia, hay miles de nombres que se nos escapan cada día y que hacen algo parecido: mostrarnos el universo como es. En este caso, como es de cabrón. Los ganadores del World Press Photo, esos héroes anónimos que ponen en peligro sus vidas, que sacrifican su tiempo con sus familias por perseguir una foto, nos muestran este año un planeta lleno de injusticias, del que las personas quieren huir y son maltratadas por ello. Nunca valoraremos justamente su papel de testigos y transmisores de lo que somos.

Telebasura política

Acercar a política a la ciudadanía, que los representantes hablen de lo que hablan los votantes y, a poder ser, de un modo que todos les entendamos, es una cosa, y hacer telebasura es otra. Risto Mejide optó por lo segundo en el primer debate televisivo de la campaña o, mejor dicho, el último de la precampaña. Mejide sabrá mucho de tele, de publicidad, y de la vida, pero el formato, el planteamiento y la ejecución del debate tenía poco de política y demasiado de telebasura. Es legítimo, es legal, pero huele mal. A partir de hoy los profesionales podemos demostrar que somos capaces de hacerlo diferente y mejor.

A Rivera todo le da igual

Ciudadanos se ha quedado sin discurso: por la derecha les gana el PP. Por el centro, el PSOE (que no dice mucho a favor del PSOE, precisamente). Y a liberal y español, los ultras de Vox. Además, tienen que defenderse de las denuncias y sospechas sobre su funcionamiento interno. Y por si todo esto fuera poco, Albert Rivera ha decidido posicionarse en mitad de ningún sitio, y lleva dos días sembrado: primero, afirmando que en Ciudadanos no son taurinos ni son antitaurinos. Y después, asegurando en el Marca que, aunque es del Barça, se alegra cuando gana el Real Madrid. Rivera es lo que toque.

Otro ultraderechista en Vox

Otra noticia para la colección de fachas, por Antonio Maestre en La Marea: “Juan Carlos Segura Just, número 1 de Vox por Barcelona al Senado, fue condenado en 1984 a un año de cárcel por desórdenes públicos cuando formaba parte del Frente Nacional de la Juventud (FNJ), un grupo de extrema derecha, escisión de Fuerza Nueva (…) Se les incautaron una llave de pugilato, una porra de madera, un spray de gas y un brazalete con la cruz gamada. Un día después, la Policía detuvo a varios miembros más, entre los que se encontraba el actual candidato de Vox al Senado Juan Carlos Segura Just. En los registros domiciliarios fueron encontradas una pistola de calibre 9 mm largo, tres pistolas calibre 9 mm corto, una pistola calibre 6,35 mm, además de porras, barras e incluso látigos”.

Y Pablo Casado va y dice…

A Pablo Casado se le está poniendo quedando la sonrisa congelada. Ya está bastante claro que las derechas no suman, así que al PSOE solo le falta conseguir socios fuertes para formar gobierno y dejar que los muchos enemigos que el del PP se ha ganado en tiempo récord se lo merienden. Entre sus últimas perlas encontramos esta que han destacado en El Confidencial: “El votante de Vox no tiene ningún motivo para no volver al Partido Popular”, asegura un Casado que ha convertido al PP en un partido aznarista, extremado, rancio (más de lo que ya era, incluso) y casposo, el único capaz de competir con el Vox de los nazis.

Assange, ¿héroe o todo lo contario?

Yo lo tengo claro: Julian Assange no es ningún héroe, ni Wikileaks es ese medio blanco y puro que hace el periodismo que los demás no nos atrevemos a hacer. Si me apuran, el líder y su marca son todo lo contrario. Y ni siquiera entro en la acusación de abuso sexual, solo me quedo con su labor como filtradores de información y, sobre todo, para cambiar el prisma hacia posiciones que no creo que convengan a nadie salvo a quienes quieren desestabilizar. No se trata de agitar al establishment, que eso siempre viene bien, sino de la seguridad de todos comprometida por quien nunca ha contado honestamente sus intereses.