Correcto

Airbnb va a tener un problema y, todas nosotros y todos nosotros, una solución: en New York los apartamentos en alquiler solo podrán ofrecerse para estancias superiores a un mes, y quien quiera ofrecer alojamientos por días tendrá que hacerlo conviviendo con el alojado. Es decir: Airbnb vuelve a su origen (ofrecer una habitación vacía para sacar un dinero extra) y el mercado de la vivienda, a la cordura, aunque sea parcialmente. La medida no puede parecerme más acertada y espero que se propague como la pandemia de 2020. Ya hablaremos del exceso de precio de los hoteles cuando toque.

El beso que alivió… Al FC Barcelona

La inexcusable muestra de machismo de Luis Rubiales con Jenni Hermoso ha sido, a la vez, un impagable alivio para el FC Barcelona. ¿Quién habla ahora de sus palancas? Por suerte para Laporta y los suyos, Rubiales se mostró como el gañán que es. Por suerte para nosotros, siguen moviéndose hilos en Twitter como el de Ice Landic, que explica cómo el FC Barcelona, básicamente, ha vendido dos veces la misma “palanca”: el desarrollo de su negocio digital. La segunda, después del impago de la primera, como si no hubiera pasado. Y a todo esto asistimos atónitos mientras reguladores y prensa especializada no explican nada.

Nos toman por tontos y tontas

“En su viaje a Arabia Saudí, Neymar ha contaminado lo mismo que tú contaminarás en media vida”. Este titular en Xataka es un insulto. Bueno, el titular, no, claro: el hecho. El hecho de que el jugador haya viajado a Riad en “un señor Boeing 747 vacío y sólo para él” de la flota real saudí. “Un capricho que le ha supuesto al medioambiente 230.000 kg de emisiones de CO2 a la atmósfera, 32 veces más de lo que emite cualquier persona en todo un año (que ronda los 7.000 kg)”. Se ríen de nosotros: se compran el fútbol con nuestro dinero, con él pretenden lavar la imagen de su régimen (y lo consiguen) y contaminan más que nadie.

¿Qué podría pasar?

Yo lo tengo claro: el desprecio al calentamiento global está íntimamente relacionado con las posibilidades económicas. Quien viaja como si no costara viaja como si no tuviese un coste para la humanidad en forma de impacto medioambiental. Y en eso, lo estamos viendo, los jeques son invencibles. Pese a ello, “La Fiba nombra al qatarí Alí al Thani como nuevo presidente” y “la Liga cierra un acuerdo de patrocinio con Arabia Saudí” (Palco 23). ¿Qué puede salir mal? ¿Una NBA en Qatar? ¿Por qué no? ¿Un Real Sociedad – Athletic en Arabia Saudí? ¿Por qué no? ¿Un planeta devorado por la sequía y arrastrado por las riadas? ¿Por qué no?

Noticias sin titulares

Elon Musk sigue innovando en Twitter: ahora quiere que las noticias se compartan solo con una imagen y (suponemos) el link. Esto es, claramente, un paso atrás: de la “caja amigable” que implementó la plataforma hace unos años a una visión mucho menos fácil. De esta manera, el dueño de la red social y un montón de cosas cree que obligará a los medios de comunicación a pasar por caja. Pero si lo pensamos dos veces igual hasta nos lo pone fácil: pensar un “copy” (el texto del tuit que acompaña al link a la noticia) es un trabajo extra, en apariencia sencillo pero que ya ha provocado más de un dolor de cabeza.

La guerra sigue

La invasión rusa sobre Ucrania continúa. Ya nos hemos acostumbrado a ella y las noticias que llegan desde el Este, salvo excepción, han pasado al interior del periódico y del Teleberri, en vez de ocupar las portadas. Pero las luchas encarnizadas no han parado y el ejército ucraniano sigue haciendo frente a los mercenarios de Wagner, un batallón creado por un oligarca ruso, de esos que se han hecho multimillonarios gracias a Putin y que “quería convertir Bajmut en ‘una picadora de carne’” (El Independiente). Pero las bajas las sufren ambos bandos: cien al día en cada lado. Y todavía encontraremos a quien defienda esta masacre por el morro.

¿Y por qué no baja más la gasolina?

En El Blog Salmón explican por qué el barril de petróleo ha bajado hasta los 80 dólares: “la economía persistentemente débil de China, la crisis energética de Europa, las crecientes roturas en las cadenas de suministro y la fortaleza del dólar estadounidense están”, y recuerdan que la OPEP ha decidido reducir la producción para que el crudo no baje aún más de precio. Los oligopolios funcionan así. Pero la pregunta que yo me hago es: ¿y por qué no baja más la gasolina si baja el precio, directamente, y si es un producto que salvo intervención de los productores, seguiría depreciándose? ¿A quién tenemos que preguntar?

La política no son los medios

Aunque los medios de comunicación son muy importantes para la labor política, la política es una cosa, y los medios, otra (me acabo de marcar un Rajoy, lo sé). De la misma manera, Twitter no es política. Los púlpitos tampoco son política. Lo están descubriendo de manera dolorosa en Podemos (y no solo en Podemos): “Hartazgo en el PSOE con Podemos por su ‘insolvencia técnica’ y sus exabruptos” (El Periódico de España). Es cierto que se ese hartazgo se personaliza en Irene Montero, pero también lo es que no es una parlamentaria hábil y que sus leyes estrella están generando más enfrentamientos y perjuicio que mejoras.

Twitter solo tiene jefe

Twitter no tiene una estrategia, no tiene un horizonte, no tiene una nueva política, solo tiene un jefe que va disparando como un mono con dos pistolas. Por mucho que sea la persona que más dinero ha ganado en el mundo nada hace pensar que Musk tenga una visión para la herramienta ni que sepa lo que hace. Al contrario. No hemos visto ningún rumbo trazado pese a que, eso es indiscutible, haya agarrado con fuerza el timón, de momento, para dar un volantazo tras otro y lanzar por la borda a gente que ha hecho de Twitter lo que era. Las pelis completas que hay en la plataforma solo son la muestra más inofensiva de lo que puede llegar.

No solo es Il Calcio

La dimisión “en bloque” de la dirección de la Juventus “debido a las recientes investigaciones sobre falsedad contable” (Palco 23) no es una noticia que afecta solo al fútbol italiano, aunque allí el terremoto habrá sido de campeonato. Es imposible no recordar que Andrea Agnelli era el principal aliado de Florentino Pérez y Joan Laporta para la superliga europea. Así, su salida es un duro golpe para el plan exclusivista de Barça y Madrid. Pero nadie mejor que él demuestra el sostenimiento imposible del modelo: “El club está acusado de una supuesta inflación del precio de mercado de sus jugadores, con el objetivo de sacar un mayor beneficio”.

Se juegan la vida

En el Mundial de fútbol, como en las rondas eliminatorias de cualquier competición deportiva, recurrimos a la expresión “se juega la vida” para referirnos al equipo que puede quedarse fuera. Pero en el caso de los jugadores de la selección iraní, lo de jugarse la vida, la suya y la de sus personas más próximas, es literal: “Irán amenaza con “violencia y tortura” a las familias de sus jugadores en el Mundial de Qatar” (El Plural). ¿Cuánto tiempo más y por qué vamos a aguantar esto? ¿Por no intervenir en un estado soberano aunque se trate de una dictadura represiva brutal? Sigo sin entenderlo en este mundo globalizado que hemos construido.

Fascistas de más cerca

Twitter falla. Falla porque hace creer a sus usuarias y usuarios que tuitear esto es libertad de expresión: “Un país, una bandera, si seguís sin entenderlo volvemos a dar y repartir estopa y estáis callados otros 30 años”. Lo escriben en una cuenta anónima llena de banderas españolas como respuesta a Josean Beloqui, que expresaba, en uso de su libertad y sin amenazas, esto otro: “Los mismos que están echando las muelas por lo de la bandera española en Mallorca serían los que exigirían retirar una senyera, ikurriña, bandera navarra, de Galicia, etc., de las escuelas quejándose de que se está adoctrinando al personal. Los mismos”.

Y de más lejos

Esto que publican en El Periódico sobre Twitter es terrible: “La plataforma propiedad de Elon Musk anuncia que desde la semana pasada ya no moderará los contenidos para frenar bulos sobre el coronavirus, sus posibles remedios o el uso de vacunas”. Es decir: todas y todos sabemos que ese aviso no funciona con quien no tiene dos dedos de frente, pero es peligroso que la red social en la que más corren los bulos, más ahora, que nadie lo modera, emita el mensaje de que da igual lo que digas. Ese aviso coarta al emisor del bulo, o coartaba, claro, porque la liberación es una llamada a la locura.

Una civilización que se va por el desagüe

Supongo que los textos de historia contarán, dentro de cien años, que en 2020, con la última gran pandemia mundial, empezó el declive de una civilización a la que solo le quedaban dos opciones: acabar con los ricos del mundo o desaparecer. Confío en que alguien lea esos textos dentro de cien años porque elegimos bien y permanecimos. Porque es evidente que nos vamos por el sumidero: en China hay una fábrica de iPhones que se ha convertido casi en una cárcel: las y los operarios no pueden salir por la política de “cero covid” de la dictadura y la empresa estadounidense sigue reclamando los terminales para la campaña de Navidad.

Hay más fútbol que el del Mundial

Vuelvo al Mundial, que está siendo bueno sobre el césped y está siendo mejor fuera de él: FIFA y emirato de Qatar no dejan de ser señalados por sus excesos. Todo en orden. Pero hay más fútbol que el que estamos viendo: “LaLiga cierra noviembre con un 76% de asistencia media y Segunda se dispara hasta el 57,2%”, leemos en Palco 23. El dato bueno, en mi opinión, es el del segundo escalón, y ahora que tenemos equipos vascos importantes, más. Porque el fútbol no es solo el de las selecciones, ni Barça y Real Madrid, tampoco Athletic y Real Sociedad. El fútbol también es el de los campos más humildes y el de las ciudades sin equipos de Primera.

La reputación de un club

Si el Barça acaba fichando a Iñigo Martínez, Zarra no lo quiera, más nos vale que pague al momento y en un único plazo porque “Fitch coloca 470 millones de deuda del Barça de Laporta a las puertas del bono basura” (El Confidencial). No solo eso: “La agencia de calificación se muestra pesimista”. Y el digital recuerda que “Estos 470 millones no son toda la deuda del Barça, que supera los 1.200 millones”. Pero como para cada problema el FC Barcelona parece tener una solución mágica, esta vez, también: “Fitch advierte que dejará de evaluar la deuda del FC Barcelona ‘por motivos comerciales’”.

Un club que ha abierto el camino

Si el Barcelona ha logrado en solo un verano casi mil millones de euros para fichar, ¿por qué no van a poder ganar unos euros el resto? Era solo cuestión de tiempo esto que leemos en Palco 23: “Real Betis sigue los pasos del Barça y estudia la activación de una palanca para poder fichar. El conjunto verdiblanco estudia la venta de un porcentaje de los derechos por abonos y ticketing a un fondo de inversión durante un periodo de cinco años, con el objetivo de poder inscribir a los nuevos fichajes”. Luego, si la deuda aumenta y la calificación baja, con no auditar más para no afectar a la reputación del club es suficiente.

Jordan sigue siendo el mejor

Crecí viendo vídeos de Michael Jordan incluso sin Internet. También aquellos en los que intentaba jugar al golf. Pero lo que no me esperaba es que 30 años después aquel al que todos pasaban el balón (y él acertaba siempre) siguiera estando presente y de qué manera: aquellas Air Jordan que los más cafeteros lucían con merecimiento siguen siendo una marca rentable, tanto que “ya supera los 5.000 millones y genera el 11,5% del negocio de Nike” (2 Playbook). Ahora, con una línea femenina y acaparando las innovaciones técnicas. Incluso las estrellas actuales se suman: Luka Doncic ha lanzado sus primeras zapas, las “Jordan Luka 1”.

España necesita un Jordan (o un Laporta)

No le vendría nada mal al ministerio español de Interior encontrar entre sus filas a un Joan Laporta o un Michael Jordan que ayuden a vender “los cuarteles y solares con los que quería ingresar 14 millones y que nadie quiere” (El Independiente). “Intenta desprenderse desde hace casi una década de nueve activos inmobiliarios a pesar de que la valoración conjunta ha mermado hasta los 4,4 millones” (partía de 14,27). El “paradigma del fracaso” es un castillo en Toledo que a principios de siglo adquirieron por más de 7 millones para hacer un museo de la Guardia Civil que nunca se ejecutó, el estado ahora es ruinoso y se vende por 2 millones.

No andamos muy lejos

Nunca me han gustado ni las películas ni los artículos apocalípticos. Pero sé que el mundo que hemos construido es insostenible: nos comemos los recursos, calentamos el planeta y nos empobrecemos a un ritmo que nos lleva a un colapso, si no total, sí traumático. Las cifras que Marta Nebot ofrece en su artículo de Público, “Apocalipsis capitalista”, son para echarse a temblar o, por lo menos, pensar: “Nunca en toda la historia de la humanidad la desigualdad ha sido tan extrema: el 10% de la población mundial tiene el 76% de la riqueza. Hay 26 personas que tienen más que la mitad del mundo, más que 3.900 millones de personas”.

Una mala semana

Gabriel Rufián termina hoy una mala semana. Y como sé lo que es eso y no se las deseo a nadie, me solidarizo con él. Realmente, su exceso, con el “tarado” que dedicó a Puigdemont sin citarlo por declarar la independencia solo es fruto de su obligación (a veces, autoimpuesta) de hablar siempre y ser siempre ingenioso. Pero le ha costado caro el error: Jordi Galves en El Nacional no tiene piedad con él: “Para Rufián, como para muchos políticos, la política consiste en estas dos cosas principales, mentira y transacción”. Y le acusa de tapar y alentar “la claudicación de los partidos independentistas” y “la renuncia del gobierno de Pere Aragonès”.

Una necesidad

Esta semana también hemos visto el primer debate televisado de la campaña andaluza. Nada nuevo bajo el sol: seis discursos encadenados, uno detrás de otro, con poco margen para las confrontaciones (y todas fueron las esperadas) y para el error (y aún así Macarena Olona logró exhibirse en plenitud). Un modelo televisivo prescindible, poco atractivo y hasta innecesario, pero difícil de evitar, por lo que parece. Y lo peor es que las elecciones del 19-J pueden darnos igual, pero tras ellas viene un ciclo terrible de campañas encadenadas y, por extensión, debates repetitivos. Yo prefiero seis entrevistas ágiles, la verdad.

Ni puñetera gracia

Yolanda Díaz es vicepresidenta de España porque Pablo Iglesias la designó como su sucesora. Y pudo hacerlo porque sin pertenecer al partido morado llegó a un ministerio. No niego ni un ápice de la valía de Díaz, ni creo en los agradecimientos eternos y firmados con sangre, pero sí sigo pensando que la lealtad es un valor, y uno a preservar, precisamente. Por lo que los desaires constantes de Díaz a la actual dirección de Podemos (Belarra y Montero le tienen un “aprecio” equivalente) me incomodan, y comentarios como: “Me dicen que están nerviosos pero no sé muy bien por qué” (El Independiente), tras la presentación de su proyecto, no hablan bien de ella.

¿Semanas laborales de cuatro días?

Lo siento, pero no me lo creo: me parece que el Reino Unido está haciendo una campaña de marketing para defender su soberanía vía Brexit cuando anuncia que va a llevar a cabo el primer intento serio de abordar la semana laboral de cuatro días sin tocar el sueldo del personal. Porque hoy, y más con una situación económica crítica, mucho más de lo que pensamos, me parece absolutamente inviable. De hecho, si miramos a nuestro alrededor, lo que vemos es que los mismos, o incluso equipos reducidos, están y estamos asumiendo más carga de trabajo con unas condiciones empeoradas por la inflación.

En esto sí nos ganan

Mucho antes de que el Brexit se consumara, para perjuicio de todas y todos, el Reino Unido, especialmente Inglaterra, era el mejor en una cosa: llenar sus estadios de fútbol. Y hoy sigue siéndolo: “La Premier League cierra 2021-2022 con una asistencia media del 97,7%”, y además lo hace “con un aumento del 4% respecto a la temporada 2018-2019, la última antes del Covid-19” (Palco 23). Es decir: no es cierto que el fútbol genere menos interés o que la juventud se desapegue, es que con entradas más baratas, horarios televisivos más tradicionales y una liga más igualada (emires y oligarcas, aparte), el fútbol sigue creciendo. Sí, es así de fácil.