Diario16, aquella publicación tan relevante en los ochenta y noventa, tiene una vida digital en la segunda década del siglo XXI nada despreciable, con textos como el que hemos encontrado sobre la actividad de Aznar como lobista, que ejercerá con más libertad cuanto más lejos esté del PP o FAES. Un cruzado del neoliberalismo y un “conseguidor” en toda regla, pero no para el PP: Trump es uno de sus clientes, pero también lo es Abengoa, por la que medió con su “amigo” Gadafi.
¿Tiene recorrido Sánchez?
Yo creo que no, que su trayectoria como líder del PSOE está en una vía muerta, por no hacer demasiada sangre. Él parece un líder errante, un “cadáver político”, como solemos decir, y sus fieles cada vez le son menos, con deserciones como la de Luena y actitudes como la de Patxi López, que se deja querer por quien quiera hacerlo. Lo que más me sorprende es que Sánchez, que fue secretario general del PSOE, está mostrando que no conoce su partido, que siempre apuesta a caballo ganador.
Una fábrica de amor
El mayor enemigo de Podemos es el propio Podemos. El partido caerá bajo el mismo dedo señalador que no señala nada fuera de Podemos que no exista dentro de Podemos. La “fábrica de amor” a la que se refiere Irene Montero, jefa de gabinete de Pablo Iglesias (¿pero estas cosas, estos cargos, no eran los de la casta?), resulta cada día menos creíble. Y es incompatible, desde la base, con la agresividad que necesita el asalto a los cielos. Por fin, la incoherencia pasa su factura.
Vera Rubin también nos ha dejado
Su nombre es mucho menos conocido que el de Carrie Fisher o George Michael, pero en la misma semana que la cultura “pop” se ponía de luto, también lo hacía la astronomía. No voy a “posturear”: no conocía a Rubin ni su influencia, y solo tras su fallecimiento he leído y les escribo sobre su trabajo, tan merecedor del Nobel como el de otros (no es genérico, es masculino). Otra tarea pendiente para 2017: dar visibilidad en vida a quien lo merece.
Larga vida al “Boxing Day”
Las jornadas de la Premier en plena Navidad tienen un encanto especial, es innegable. El fútbol inglés, incluso cuando la liga española o la italiana parecían por encima en calidad, competitividad y atención, siempre ha tenido cierto magnetismo, sabor propio, tradiciones arraigadas en campos blandos porque se mojan. En Twitter, la cuenta @EstoEsPremier nos traslada rápidamente a ese fútbol que huele a pescado con patatas y hierba bajo la lluvia, también en Navidad.