Para tontos, nosotros. Para tontas, nosotras

Elon Musk ha admitido el resultado de la encuesta que él mismo lanzó para preguntar si debía seguir siendo el responsable de Twitter, después de un día de silencio: lo hará “cuando encuentre a alguien suficientemente tonto como para aceptar el puesto”. Que es lo mismo que no decir nada. Con esa excusa puede tirarse igualmente unos días que un montón de meses al frente de una compañía que es suya. Las tontas y los tontos somos quienes seguimos usando Twitter porque, es indiscutible, ninguna herramienta puede ahora sustituir su capacidad de conexión. Otra cosa es que la necesitemos realmente.

300 días de invasión

Putin ya no mete tanto miedo. Sí lo hace a quienes pueden ser agraciados con la lotería de sus misiles o sus drones, o con quienes han sido ya ocupadas y ocupados por las fuerzas rusas, o quienes ven la línea del frente desde sus casas y oyen silbar las balas. Esas personas llevan 300 días en guerra. Algunas, muchos más en la zona de Donbass. Una guerra que se mantiene, no lo olvidemos, por la defensa de las y los ucranianos que evitan que el resto de europeos tengamos que desfilar con rifle contra un imperialismo, el ruso, justificado por los más tontos de su clase (algunos, leídos, pero igualmente tontos).

300 días de hipocresía

Pese al anunciado y repetidísimo bloqueo a las exportaciones rusas, con las que el Kremlin financia la invasión, en España, “Rusia ha sido uno de los países desde los que más han aumentado las importaciones”, aseguran en The Objective: solo hasta octubre, las importaciones ascendían a “6.404,8 millones de euros. En todo el año 2021 importamos 6.033,6 millones, una cifra que ya era uno de los récords históricos”. En una España que “da un giro comercial y convierte a China en su primer proveedor, superando a Alemania”. Una China que “ha dado apoyo a Rusia, comprando sus excedentes de gas”.

Les da todo igual

Igual que a Elon Musk, al poder judicial español ya se la suda todo: en la cuenta en Twitter de la Asociación Profesional de la Magistratura, la “mayoritaria” en España, han señalado abiertamente al periodista Xabier Fortes, al que llaman “sanchista” y al que, aseguran en la citada cuenta en Twitter “la magistrada María Jesús del Barco mete una lección tremenda”. La también periodista Lucía Méndez asegura que esto de “jueces señalando a periodistas” “es una vergüenza”. Lo que es, también, es una consecuencia lógica del empoderamiento de la magistratura, que se ha blindado con el plácet del PP, Vox y algunos medios.

Por supuesto, en mi equipo

Cuando hemos coincidido en un campo (yo, en mi asiento en San Mamés, él, sobre el césped de La Catedral), nunca he visto a Leo Messi hacer grandes maravillas. Pero no puedo negar su talento, que la televisión ha mostrado tantas veces. Como no puedo negar que me alegré cuando levantó la Copa del Mundo. Ni puedo negar que me pareció muy bien su doble reacción durante la celebración que ha trascendido estos días: esquivó al petardo de Salt Bae, parrillero de las estrellas, y abrazó con verdaderos afecto y alegría a Antonia Farías, la cocinera de la selección. Por esto más incluso que por su fútbol: Messi, en mi equipo.

¿Qué puede salir mal?

Cuando el anterior equipo de Twitter baneó miles de cuentas no lo hizo arbitrariamente. Trump era y es un tipo peligroso, y lo son quienes acosan, insultan, suplantan identidades… Pues bien, todas ellas y todos ellos volverán a Twitter (salvo que hayan cometido delito o hayan difundido spam) porque Elon Musk, en su particular manera de entender la democracia, ha vuelto a hacer caso a la turba. A Musk no parece importarle bajar la calidad de Twitter: él quiere cantidad. El hombre que tan preocupado se mostraba por los “bots” y las cuentas falsas ahora readmite a orcos con la cabeza bien alta, como Sauron.

Todo está mal

Los fans de Elon Musk creen que está abriendo un debate al adelgazar la estructura de Twitter y lograr, al mismo tiempo, que siga funcionando. ¿A qué precio? Ya avisó el hijo del propietario de una mina de esmeraldas en Zambia (y no, esto no es casualidad) de que quienes se quedasen iban a hacer largas y extenuantes jornadas, como Esther Crawford, directiva de Twitter, que “compartió con orgullo esta foto durmiendo en su trabajo”. “La romantización de la explotación laboral es una tara más de este capitalismo de ricos caprichosos y aduladores aborregados”, tuitea Pepo Jiménez, y yo solo puedo estar de acuerdo.

Los medios, los bancos

Musk no distingue entre la turba que habita en Twitter y “el pueblo”, es un latiguero reconocido que abandera la libertad de expresión y despide a quien le cuestiona, y desde este punto de partida, acompañado de su fortuna indecente, quiere sustituir a los medios. Reconozco (desde este grupo, con todos sus defectos y virtudes) que a veces estoy tentado a rendirme y darle la razón: “El Banco Santander puede volver a hacerse fuerte en el consejo de administración de Prisa aprovechando la necesidad de financiación que tiene el grupo” (The Objective). Por supuesto, “a cambio pide una mayor participación en la gobernanza”.

A Vox le da todo igual. O casi

Vox ha conseguido, con su ataque vía Carla Toscano, que se prestó a ser la mujer más machista del Congreso ahora que Macarena Olona no está, conseguir lo contrario de lo que, aparentemente, pretendía: Irene Montero está reforzada después de las consecuencias negativas que su última ley iba acumulando. Pero eso a Vox también le da igual: ellos lo que quieren es presentarse como la oposición sin pelos en la lengua (también sin decencia), recuperar el foco, a cualquier precio, y socavar la confianza en las instituciones democráticas (de eso va la ultraderecha, justamente). Y lo han conseguido.

Los más tontos

El vídeo en el que “fanáticos de Bolsonaro claman auxilio extraterrestre con la luz de sus móviles por la victoria de Lula” (El Plural) es para verlo. Un grupo de simpatizantes del expresidente ultra de Brasil con las linternas encendidas sobre su cabeza apuntando al cielo y la otra mano tapándola y mostrándola, todo ello, en medio de una contaminación lumínica que solo es otra muestra de que la idiocia en aquella plaza estaba repartida con generosidad. Son las y los más tontos porque solo desde ese punto de partida uno puede entregarse a la extrema derecha y estar dispuesto a hacer el ridículo por ella.

Iglesias tiene tirón

Es indiscutible que Pablo Iglesias tiene tirón: en poco más de 24 horas ha conseguido 200.000 € para poner en marcha un canal de televisión. El objetivo era lograr 100.000 en 40 días y, visto el resultado, ha pulverizado la marca. Pero esto no ha acabado, ahora el nuevo objetivo son 325.000 € que, leído lo leído, no creo que tenga problemas en alcanzar. ¿Es suficiente este dinero para montar una televisión? Evidentemente, no. Hay más inversores detrás a los que estos 325.000 € les vendrán muy bien para abaratar el coste, todo sea dicho. Pero el ruido, la atención y lo de demostrar capacidad de atracción ya están logrados.

¿Quién está detrás?

A nadie le sorprende que Pablo Iglesias se haya aliado con Jaume Roures para poner en marcha su proyecto televisivo. Y menos, después de la pastosa columna que el exvicepresidente del gobierno español le regaló en Público hace solo unos días. Pero sí hay más cosas que sorprenden: según The Objective, Iglesias pretende ocupar el espacio de Gol TV. O lo que es lo mismo, Iglesias quiere tele de la de verdad. Internet está muy bien y él presumía de audiencia (contaba sus acumulados para superar a directos televisivos, como si todos menos él fuéramos idiotas), pero todo eso se le ha quedado corto.

Que no le pase lo mismo

Me hago viejo, y si siempre me han caído mal quienes dejaban claro que eran más listos de los demás, a mi ya avanzada edad me caen peor. Iglesias es de esos: no se va a cortar en dejar claro que la tele bien hecha es la suya. Nadie espera otra cosa. Pero que no suba demasiado, a ver si le va a pasar como la que se creía más lista que nadie y escaló las escaleras de Chichén Itzá (algo que está prohibido por su conservación) para grabar un vídeo bailando desde lo alto. Pues en lo bajo la zarandearon de lo lindo el resto de turistas mientras pedían que la detuvieran. Quien se empeña en salir se expone. Es así de fácil.

Para chulo, su pirulo

Antes de que empezara el Mundial escribí en esta columna que los mayores blanqueadores del régimen de Qatar no seremos los aficionados que vemos los partidos del Mundial desde casa, ni los que acudan gastándose un pastizal, sino los de los palcos. Lo escribí pensando en el sinvergüenza de Intantino y sin saber que, oh, sorpresa, Felipe VI asistiría al primer partido de España en la competición. La mayoría de jefes de estado y de gobierno de los países democráticos evitan la foto y el espanto de sentarse junto a sátrapas, pero eso a Felipe VI no le importa. Esas relaciones y esa desfachatez son parte de la herencia familiar.

No, no son grandes inversiones

Este Mundial va a ser importante en lo futbolístico porque marca el fin de una era: seguramente será el último de Leo Messi y Cristiano Ronaldo (aunque este está empeñado en decir que espera llegar al siguiente). Una era en la que clubes de toda la vida pagaban dinerales extraordinarios a sus jugadores. Ahora solo los clubes-estado, en manos de jeques, precisamente, pueden hacerlo (Mbappé, en el PSG, y Haaland, en el City) porque el negocio es ruinoso: el FC Barcelona es víctima de una plantilla inflaccionada por el argentino y “el Manchester United se dispara en bolsa tras la salida de Cristiano Ronaldo” (La Información).

El problema no es solo Sánchez

“Pedro Sánchez moviliza un Airbus y el Falcon para asistir a la Cumbre del Clima en Egipto”, titulan en Vozpópuli, señalando la contradicción del presidente español (desde hace un tiempo el digital va escorado por estribor). Pero realmente el problema no es Sánchez, o no es solo Sánchez. Más allá de que Coca-Cola patrociné el evento y genere los residuos que tiene que generar la compañía con la bebida más vendida del mundo, yo lo de que sea presencial y vayan séquitos es lo que menos entiendo después de que hasta en la oficina más humilde hayamos usado Zoom para hacer videorreuniones y hayamos sacado proyectos.

Lo que sea, menos facha

Entre un facha y un neoliberal, un neoliberal. Entre un facha y un tonto, un tonto. Lo que sea, menos un facha. Así que a Ron DeSantis lo único que le pido es que no sea facha (los lazos de Trump con la extrema derecha estadounidense están documentados, aunque intentara alejarse del supremacismo después de algunos asesinatos). Veremos qué perfil tiene el designado como alternativa “roja” al expresidente, pero en un partido republicano echado al monte no espero menos que un ultraconservador católico en lo moral, y un neoliberal extremo en lo económico. Y aún con eso sería preferible a quien ha arropado a Abascal.

Ay, las encuestas

Análisis y encuestas daban como claro vencedor al partido republicano en las “Midterm Elections”. Tanto hincharon el globo que, ahora, su victoria no lo parece. Allá ellos. En España, las encuestas y los análisis también animan a la derecha y la extrema derecha, incluso aunque pierdan fuelle: “El descenso del Partido Popular no impide que Feijóo siga al frente de las encuestas”, aseguran en The Objective. En El Nacional, donde andan un poco mejor de decencia, recuerdan que los de la gaviota por sí mismos no llegan muy lejos: “El PP ganaría las elecciones, pero ni con Vox llegaría a la mayoría absoluta”.

Ahora, las propiedades

Yo lo intento, lo juro, pero no consigo dejar de hablar de fascistas de diferente gradación. Supongo que lo que pasa es que hay muchos. Demasiados, en cualquier caso. Otra vez esta semana toca hablar de Gonzalo Queipo de Llano: después de haber sacado su cuerpo de un lugar de privilegio en una basílica de Sevilla, el siguiente paso lógico sería que sus herederos devuelvan lo robado: “Asociaciones memorísticas plantean dudas sobre la legitimidad de las propiedades de la familia del genocida; tanto de su cortijo, como del marquesado que ostenta uno de sus nietos y de la fundación que lleva su nombre”, leemos en Informalia.

El arte no tiene la culpa

Ya sé que suena hueco, innecesario, evidente, de Perogrullo, pero aún así las y los activistas contra el cambio climático siguen atacando obras de arte para llamar la atención sobre un problema en el que en cada periódico hay noticias a diario. Obras de arte que no contaminan porque no se mueven y que no llaman (salvo en algunos casos) a los turistas a visitarlas por sí solas (con la consiguiente contaminación). ¿Por qué no atacan elementos que sí contaminan, directa o indirectamente? Si esa es la pregunta que nos hacemos todos, en vez de cómo hemos llegado a este desastre climático, evidentemente, la campaña está mal planteada.

La España fachilla

Llevo suficientes años leyendo encuestas e intentando interpretar los datos como para entender que las respuestas a la que explican en The Objective vienen condicionadas por un presente muy reaccionario en España. Aún así, me sorprende que Zapatero sea el peor valorado de los expresidentes españoles y que los mejor valorados sean Suárez, González y Aznar. ¿De verdad? Es evidente que muchos españoles no quieren sacudirse la chaqueta llena de caspa de la transición, como trasunto de lo que estuvo antes. Como lo es que si Aznar te pareció mejor presidente que una lechuga estás a un paso de votar a Abascal.

Dónde no se desploma

Estos días se ha movido mucho por Twitter un gráfico en el que Madrid y Murcia aparecen como las dos comunidades en las que más empleo se destruyen. Entre las que más generan, Catalunya, Baleares y la CAV. Y en esta noticia de Público, una vez más, dirigida a las que peor lo hacen (en esta ocasión, Madrid, Murcia y Catalunya) a mí me llama la atención quienes lo hacen mejor, otra vez: la CAV y Nafarroa son dos de las comunidades en las que crece el gasto sanitario por encima de la media española siendo, además, dos de las que más inversión realizaban previamente. Esa es la noticia y no podemos dejar que pase desapercibida.

Tebas ya no es el rey

La pieza en Vozpópuli sobre cómo la Liga está cediendo cada vez más terreno a la Premier e incluso a la liga alemana es muy recomendable. Sobre todo porque uno termina de leerla con la sensación de que en cualquier otro negocio millonario la salida de su máximo responsable debería de ser inminente ante el evidente fracaso en la gestión y el propio modelo (una liga que premia al que más tiene, no al que mejor lo hace, y si has nacido pobre te jodes). Pero Tebas seguirá porque es útil en la política del propio fútbol (con aliados sorprendentes y en función del enemigo) y en la otra (en la que él mismo se ha pronunciado).

Sí, pero…

Uno de los evidentes fracasos de la Liga es que está perdiendo a una generación de jóvenes más interesados en otros entretenimientos que en el carísimo fútbol. Bajar los precios es la solución a un problema que plantean de mil maneras para no llegar a esa conclusión. Ahora, “la Liga se alía con Twitch para que los ‘streamers’ puedan retransmitir partidos desde los estadios” (2 Playbook), y no me parece mala idea. Pero insisto en que creo que no será la solución y en que las y los streamers y su audiencia están andando un camino que ya conocemos pero mucho más rápido de lo que nosotras y nosotros hicimos.

Y al otro lado, Rubiales

A Rubiales y a Tebes es más lo que les une que lo que les separa: ambos han entendido cuál es el modelo de negocio de fútbol moderno y lo ejecutan a la perfección (que mucho dinero se mueva constantemente), solo que en vez de integrarse en el reparto pretenden hacer cada uno el suyo. No esperábamos otra cosa pero la falta de sorpresa tiene que ser noticia, como hacen en República: “La Supercopa de España 2023 de fútbol volverá a jugarse en Riad”. Y en Bilbao sabemos bien de qué va el business: jeques que han comprado su derecho a ver a Real Madrid y Barcelona en sus campos mientras el resto somos figuración.