Es la ideología

Aunque Carmen Lomana usara uno de los hashtag del 1 de Mayo realmente la reivindicación laboral en Twitter le daba igual. Para ella simplemente era el primer día de un mes que anticipa el verano. Su caso (aunque Lomana anunció que no votaría a Vox) me sirve para intentar explicar cómo funciona el mecanismo político de ciertos sectores socioeconómicos: la derecha y la extrema derecha no actúan para apropiarse de lo de los trabajadores, es que no los tienen en cuenta. Es una cuestión ideológica que contiene la práctica y la retención de privilegios, y es más preocupante que su entrada en una lucha de clases.

¿En serio nos lo tenemos que creer?

Pablo Montesinos, candidato fracasado del PP en Huelva, tuiteaba esta semana las intenciones del líder de su partido: “Pablo Casado, en rueda de prensa: ‘Hemos tomado nota del mensaje que nos mandan los electores. Vamos a recuperar nuestro espacio electoral de inmediato. Salimos a por todas’”. Lo hacía como otros que, más cerca, celebran el viraje al centro mientras se han mantenido en primera línea de este PP asalvajado y extremado. El que lo anuncia y los que lo celebran se olvidan, entre el miedo y el regocijo, de lo más importante: cómo nos vamos a tomar los votantes un cambio de discurso por un resultado electoral.

Otro

Pablo Iglesias ha pasado de anunciar a sus ministros en rueda de prensa en el Congreso mientras Pedro Sánchez se reunía con Felipe VI, a anunciar vía artículo de prensa y otros portavoces su intención de entrar en el gobierno. Este dislate repetido lo define Raquel Marcos con mucha más clase de lo que yo sería capaz: “Pablo Iglesias está destrozando lo que había hecho bien en campaña. Exigir entrar en el gobierno el primer día y enfadarse en lugar de ilusionar a los votantes sobre lo que pueden hacer juntos, y luego querer colocar en ministerios a gente como Echenique y Mayoral. No, por dios”.

Inventan la democracia… Y el negocio editorial

No tengo nada en contra de Marcelo Expósito porque no sé quién es: su paso por el Congreso me ha pasado completamente inadvertido pero doy por hecho, como con todos los diputados hasta que aparecen las malas noticias, que habrá desempeñado su labor correctamente. Lo que me sorprende es la tipología de los que han inventado la democracia y el negocio editorial: Expósito ha estado solo tres años en el Congreso por Podemos y ya ha publicado un libro sobre su aportación. ¿Qué podrían contar Aitor Esteban, portavoz y negociador? ¿U Oskar Matute, con su amplia trayectoria en partidos y parlamentos?

Necesitamos más seriedad

Si un anuncio sobre la República Catalana se desmonta con un simple enlace, ¿qué suma o resta ese anuncio? ¿Por qué alguien se ha apresurado (quiero pensarlo así) a comunicar que Carles Puigdemont ya ha usado los sellos oficiales de este nuevo Estado si lo que ha hecho es contratar un servicio del sistema de Correos belga que permite poner en un sello el dibujo que tú quieras? ¿Me parece una buena idea que como gesto simbólico el President remita sus cartas con este detalle? Por supuesto. ¿Me parece mala idea regalar una mentira que se comprueba en dos clics? Por supuesto.

La tragedia vendrá en junio

En el PP están viviendo un drama: fueron los únicos que no vieron la que se les venía encima. No es menos cierto que casi nadie acertó (o se atrevió) a vaticinar un desastre de semejantes proporciones. Pero si el problema hoy para Pablo Casado es terrible, con una pérdida de diputados y senadores histórica, pero también de asistentes, y el pesimismo se ha instalado en Génova 13, la tragedia todavía está por venir: el último domingo de mayo hay elecciones municipales, autonómicas y europeas, y las previsiones son terroríficas. Entonces, sí, a partir de junio la descomposición del PP será imparable, gracias a Pablo Casado.

FAES ya ha hablado

La culpa de lo que sucede y va a suceder en el PP la tiene José María Aznar, que ha manejado a Pablo Casado como un títere sin poner la cara para que se la partan. De hecho, este PP era más aznarista que el del propio Aznar, y por eso la ciudadanía le ha dado la espalda de un modo tan claro. En otro episodio de osadía y caradurismo ilustrado, FAES ayer lanzó su propia lectura de los resultados electorales, echando la culpa a la “canibalización” de PP, Ciudadanos y Vox, y a la ignorancia de los votantes de derechas que han hecho lo que ellos han querido y no lo que quería José María Aznar, está claro.

Lo que diga Ciudadanos no le importa a nadie

La idea me la trasladó una compañera ayer por la mañana: nadie toma en serio lo que diga Ciudadanos, tanto es así que, después de que Albert Rivera negara y hasta despreciara un pacto con el PSOE, ahora todos suman sus escaños y hablan de gobernabilidad porque, realmente, nadie se cree las palabras del líder naranja nunca. Esta realidad, que podría parecer negativa, también tiene algo de positivo: Rivera nunca se ata las manos con lo que dice porque todos damos por hecho que se desdirá si es necesario con el mismo aplomo. Pero a la larga, un político que solo actúa en función de sus necesidades no es de fiar.

Comenzad

Durante la jornada electoral, Vox lanzó un tuit con este mensaje: “¡Qué comience la batalla!” (falta de ortografía incluida, sí), junto a los iconos de la bandera de España y unas espadas, y la imagen de algo parecido a un guerrero medieval que se enfrentaba a fuerzas de izquierda, independentistas y algunos medios de comunicación. Pues bien, la batalla ya puede comenzar: los 24 diputados de Vox nos demostrarán ahora de qué son capaces con una aritmética parlamentaria que juega en su contra, ya que sus diputados no suman a ningún bloque y sus propuestas pueden quedarse solo en ocurrencias de arrojados.

Las elecciones en las que arrasó el PNV

¿Quién ha dicho esto: “Si el PSOE no obedece a aquellos militantes que ayer le decían: ‘Con Rivera, no’, nos tendrá enfrente. Si habla de plurinacionalidad, de acabar con los recortes sociales y de respetar la agenda vasca, podremos dialogar, negociar y acordar”? Ha sido Jon Inarritu y lo han tuiteado en la cuenta de Bildu, pero si me dicen que son declaraciones de Ortuzar que están así en su Facebook, me encaja incluso mejor. La victoria del PNV ha sido tan definitiva en Euskadi que su discurso, copiado sin pudor (ni ideas) por Bildu le ha servido para duplicar electos. Pero yo tendría mucho cuidado de no infantilizar a la ciudadanía.

Calamaro, el tonto útil de la derecha

Por supuesto que cuando vuelva a oír una canción de Andrés Calamaro no será lo mismo que antes de saber que el cantante argentino se decanta por Vox según se desliza en un texto de su puño y letra. Para votar a la extrema derecha hay que ser mala persona o un ignorante supino. No hay más opciones, que elija Calamaro lo que es. Mientras se lo piensa o recula es evidente que ya es el tonto útil de la derecha, que lo abandera como pocas veces ha hecho con un músico pop. En eso se afanan los Cristian Campos y otros colaboracionistas sacándole la cara porque los fachas de apretar las filas y los correajes saben mucho.

Esteban, el hombre de moda

Tener al candidato mejor valorado es una de las mejores palancas políticas: puede impulsarte del segundo al primer puesto o posibilitarte una mayoría holgada. Y el hombre de moda en la política vasca, española y, si me apuran, catalana, y para bien (Cayetena Álvarez de Toledo o Santiago Abascal son los políticos que más de moda están… Para mal), es Aitor Esteban. Así que el PNV parte con ventaja. ¿Habrán sabido aprovecharla? Lo sabremos mañana. Hasta entonces, el vídeo con los mejores momentos del portavoz nacionalista sigue acumulando “likes” y comentarios positivos. La ola se surfea. Y punto.

Menos pedir aplausos y más conceder entrevistas

Al mismo nivel que un político que miente, como Casado y Rivera, podemos poner a los que nos aburren con su buenismo y sus poses. Y Pablo Iglesias aburre: ha sobado su voz y sus expresiones a un ritmo vertiginoso, y sus guiños, como dar un mitin agarrando una ikurriña en Euskadi son más que pesadas. Que haya pedido en otro acto un aplauso para los periodistas que le siguen en campaña, “muchas veces con condiciones laborales precarias”, cuando la arrancó criticando preventivamente a todo el oficio y ha negado más entrevistas que ha concedido, solo supone otro tuit para la galería.

Marca nos ha ganado a todos

Respecto a las entrevistas de políticos, uno de los mejores tuits de la recta final de la campaña lo escribió ayer Lucía Méndez Prada: “El único diario de tirada nacional –en papel o digital– que ha entrevistado a los candidatos de los cinco partidos políticos principales es el Marca. Felicidades al periódico deportivo. Un dato para reflexionar sobre política y periodismo”. En efecto, solo el deportivo los ha alineado a todos y nos ha marcado un golazo, con entrevistas y portadas que rozaban el larguero político y entraban en el área de lo bizarro. Esta foto finish de lo que es hoy la política española merece una medalla de oro.

Reflexionemos

Finalmente, Sergio Vázquez ha lanzado también en Twitter una reflexión muy acertada sobre la cantidad de tonterías que escribimos los periodistas: “5 pronósticos recientes de la política Española que NO se han cumplido: (1) el PSOE se pasokizará. (2) La corrupción no desgastará al PP. (3) La división penalizará a la izquierda. (4) El eje ya no volverá a ser izquierda-derecha. (5) No habrá sitio para un partido de ultraderecha”. Todo ha salido al revés y ahora estamos a solo unas horas de votar y esperar a que España, aunque irremediable, sea menos facha de lo que algunos auguran. Si Vox triunfa, irse empezará a ser una necesidad.

Increíble es que lo hicierais tan mal

Vi el tuit de Juanma del Olmo casi cuando lo lanzó, y desde el principio pensé que no cabía más victimismo en Podemos: WhatsApp no les ha cerrado la cuenta para perjudicarles ni por presiones de una mano negra, sino porque han hecho las cosas rematadamente mal en la parte técnica pero también en la estratégica. Estoy seguro de que pensaban que solo en Podemos estaban manejando WhatsApp así porque solo se les había ocurrido a ellos, que el resto de partidos no contaban con esos cerebros privilegiados y académicos. Al final, taza y media de humildad que, por torpes, no lograrán convertir en victimismo.

El fracaso del PP que está por venir

Después de radicalizar ideológicamente su partido, de generar resentidos capaces de todo como Ángel Garrido, de llenar las listas de oportunistas con los que el o la siguiente tendrá que cargar, de arrinconar, tensar, avergonzar y maltratar la imagen de marca del PP (cuyo diseño también ha retocado), lo peor está por venir en la sede de la calle Génova: sin posibilidad de formar gobierno, un mal resultado en Congreso y Senado puede generar un problema gravísimo, con muchos diputados y senadores, pero también asistentes, reclamando una cuota de poder y, lo más importante, un sueldo perdido por una pésima gestión.

Una que estará contenta

Pase lo que pase (salvo desastre inesperado hasta por los más agoreros), la que no tendrá queja cuando arranque la próxima legislatura será Cayetana Álvarez de Toledo, número 1 del PP por Barcelona para el Congreso y cuya última ocurrencia, agárrense, fue firmar ejemplares de la Constitución Española en el último Sant Jordi. ¿Por qué? Solo ella lo sabe, pero podría ser porque es una arrojada que no tiene miedo al ridículo. Poco se puede esperar de quien es capaz de poner en duda el consenso más básico sobre la violencia machista, pero la capacidad para superarse de la elegida por Casado parece inacabable.

Cómo timar a Vox

Vox ha generado una legión de seguidores en redes sociales que han aprendido sobre la marcha a manejarse y a los que Vox ha empoderado. Con Trump como guía, la navegación se ha convertido en agresiva y les han machacado con una sola idea: aprovechar todas las oportunidades. Con esta base no podía faltar el pillo de turno que, con el ruido que generan las bitcoin, ha querido aprovecharse, dejando un manual de cómo colaborar con Vox por medio de estas monedas digitales y, además, ganarse una propinilla. César Calderón avisa que atufa a timo y no le falta razón. Quien empodera, como siempre, será el responsable.

Pero, ¿qué dices, Rosa?

Con la política española desmadrada a uno ya no le sorprende ni que Cayetana Álvarez de Toledo firme ejemplares de la Constitución Española en Sant Jordi. Pero siempre hay alguna que consigue hacer algo inesperado: Rosa Díez. Sobre la salida de Ángel Garrido del PP para acabar en Ciudadanos, la de UPyD tuiteó esto: “Ir en la lista de un partido y pasarse a otro es puro transfuguismo. No habría corruptos si no existieran corruptores, no habría tránsfugas si no hubiera partidos que promovieran y premiaran esa práctica corrupta. La vieja política se tiñe de color naranja”. Sí, ella habla de transfuguismo y vieja política.

La política va de esto

Durante el debate del martes, el definitivamente vergonzoso, Albert Rivera fue apelado directamente en este tuit: “Sr. Rivera: soy el hijo de Maribel Tellaetxe, mujer que sufrió sin descanso las 19 semanas que usted bloqueó la ley de la eutanasia. Qué poca vergüenza para mentir sin pestañear. Le falta empatía, honestidad y humanidad para representar a un solo ciudadano”. La política va de esto, de resolver problemas, problemas de verdad, y no de hacer demagogia ni congelar una legislación porque tu partido no tiene una opinión clara. Rivera nos pidió escuchar el silencio. Como político, simplemente, él debería escuchar.

Pesado, no, insoportable

No me gusta traer a la columna la opinión de “tuitstars” porque, por lo general, solo quieren sumar diciendo lo que es popular, pero me tengo que rendir a lo que escribió Pablo MM después del debate: “Madre mía; Albert Rivera es insoportable. Qué tipo más pesado. Y los catalanes llevan 10 años extra aguantándole. Mis condolencias”. Yo creo que Albert Rivera ha pasado la franja de pesado para entrar de lleno en el terreno de lo insoportable: la manera que tiene de interrumpir no solo en los debates, también en el Congreso, y de provocar, como un macarra (sí, esa es la palabra) embutido en un traje, le delatan.

En el ranking de tonterías

Si el debate de La1 no fue bueno, el de Atresmedia rozó la telebasura. Peor moderado y peor realizado que el primero, los políticos fueron más al cuerpo a cuerpo (salvo Iglesias, que jugó a ser un chico con jersey pese a tener un chalet con piscina) y todo se resintió. Para mí, uno de los momentos que mejor ejemplifican cómo fue todo es ese en el que Vicente Vallés dijo: “En esta cadena ya saben que somos muy de libros”, y los candidatos no supieron salir del jardín cultural (con Rivera, estelar, asegurando que la cultura española es la que se hace en español). El autorretrato de la política y de Atresmedia fue para colgarlo (en la pared, claro).

Cazadores de mentiras

En esta columna suelo hablar de Maldito Bulo, la web que se dedica a verificar rumores. Lo hacen muy bien y por eso volveré a hablarles de ellos, pero creo que asociarse con un medio privado (en este caso es Eldiario.es, pero eso es lo de menos) para los debates, ha sido un error. También lo ha sido la colección de imitadores que otros medios han puesto en marcha, evidenciando que la verificación tiene sesgo (algunas explicaciones de parte han sido clamorosas) y que el periodismo es un oficio experto en tirarse piedras. Hoy lo más fácil es preguntarse: ¿por qué no lo han hecho hasta ahora?

El que no estaba

Ante este panorama, no son pocos los que aseguran que han ganado el debate los de fuera. Por lo menos, no lo han perdido, ya que no ha destacado ni Sánchez, ni Casado, ni Rivera, ni Iglesias, y eso deja espacio a quienes lo han visto desde fuera. Más allá de lo incómodo que resulta ver a Otegi haciéndose el cachondo, en España muchos señalan a Abascal como el beneficiado de dos shows prescindibles. Un Abascal al que, vaya, le ha salido otro extremista de derechas en el partido. “Qué mala suerte”, ironizan en Twitter ante la noticia de que el candidato a alcalde por Vox en Badajoz ya se presentó con un partido “neonazi”.