Me alegro de haber llegado por mar a La Valeta (Valletta), pues así he podido contemplar su impresionante fachada marítima, que encierra un conjunto monumental declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1980.
Nada más salir del barco nos encontramos con la muralla, así que hay que salvar un importante desnivel para llegar al centro histórico. Pronto descubrimos que un ascensor nos lleva a los Barrakka Gardens, desde donde se tiene una impresionante vista del puerto. Nuestro primer destino está a unos pocos pasos. Se trata de la Castille Place, rodeada de monumentales edificios y esculturas.
Estamos ante el Albergue de Castilla (Auberge de Castille), construido en la década de 1740 en estilo barroco y considerado probablemente el mejor edificio de Malta. En la actualidad alberga la oficina del primer ministro. El origen de su nombre se remonta a 1574, cuando en este lugar, el más alto de la ciudad, se encontraba el castillo que ocupaban los caballeros de Castilla, León y Portugal, unos de los más poderosos de la orden de San Juan, que se encargaban de vigilar la fortificación de la ciudad.
El recorrido monumental se limita a un par de calles bastante largas, en las que podemos contemplar numerosas iglesias y edificios construidos a partir del siglo XVI, durante la época de los Caballeros Hospitalarios. Los hay barrocos, renacentistas y neoclásicos. Puestos a seleccionar uno, me quedo con la Casa Rocca Piccola, que nos muestra cómo vivieron las familias nobles de la isla de Malta en el pasado. Aunque estamos en marzo hace calor, así que nos detenemos en una terraza para refrescarnos un poco.
En el centro de la ciudad se encuentra el Palacio del Gran Maestre, actual sede del Parlamento. Cuenta también con un museo que destaca por su colección de armas, provenientes de las diferentes nacionalidades de los caballeros de la Orden de Malta. Aquí se realiza el cambio de guardia. Estamos viendo que en esta ciudad todo es muy “british”. Prueba de ello son las cabinas de teléfonos y los buzones.
Nos habría gustado visitar el Museo Nacional de Arqueología para ver la escultura que muestra una mujer durmiendo, de unos 3000 años de antigüedad, pero está cerrado al público por la celebración de un evento, así que entramos a la Concatedral de San Juan, construida por los Caballeros de Malta en la segunda mitad del siglo XVI. Pese a que hay que pagar la entrada, su interior está abarrotado. Destacan sus numerosas y recargadas capillas.
Tras seguir callejeando un buen rato y un tanto empachados de edificios históricos, concluimos nuestro recorrido donde los habíamos comenzado, en Valletta Waterfront, una zona de este puerto natural, considerado uno de los más bellos del mundo, que ha sido restaurada contando con varias tiendas, bares y restaurantes. Es un buen momento tomar algo en una de sus terrazas.
Ha llegado la hora de partir. Desde nuestro barco contemplamos la curiosa forma de abandonar el puerto, pasando entre dos faros.
INFO: La forma más rápida de llegar a Malta desde Bilbao es con la compañía Volotea, que tiene un vuelo los miércoles de menos de tres horas de duración. Ese mismo día se puede llegar también con Vueling, pero hay que cambiar de avión en Barcelona.