He tenido ocasión de navegar por los fiordos noruegos, el Mediterráneo, el Caribe, el mar Arábigo y el golfo Pérsico, por regla general con muy buen tiempo, así que, tanto durante la puesta de sol como en el amanecer, he pasado muchas horas en las cubiertas de los diferentes barcos disfrutando de un espectáculo único, como el que inicia esta entrada, cuando estábamos a punto de llegar al pequeño pueblo de pescadores de Katakolon o Katákolo, en Grecia, punto de partida para visitar las ruinas de Olympia, que durante más de mil años albergó los juegos panhelénicos más importantes.
Como llegamos en un crucero y con la crisis el tren que enlaza Katakolon con Olympia no funciona con regularidad, contratamos una excursión para cubrir los 57 km que separan el puerto del recinto arqueológico. Somos cientos de personas los que llegamos a la vez pero, como no nos gustan las multitudes, dado que toda la gente lo primero que quiere ver son las ruinas de la histórica ciudad, nosotros nos dirigimos al interesante Museo Arqueológico, pudiéndolo recorrer casi solos.
Particularmente me parece que el museo es más interesante que el propio sitio arqueológico. Tras contemplar gran cantidad de figuritas y utensilios que se exponen en vitrinas, nos detenemos en las grandes esculturas, de las que os he seleccionado tres, Hermes con el niño Dioniso, obra de Praxíteles, esculpida en mármol de Paros hacia el 343 aC, Adriano, estatua de mármol del 160 dC y Zeus raptando a Ganímedes, terracota policromada de los años 480-470 aC.
Hemos dejado para el final lo más interesante, la sala central, dedicada a algunas de las más grandes obras del arte griego, los frontones con 42 estatuas y metopas del Templo de Zeus de Olympia. Sus relieves son muy realistas, y representan a dioses y hombres participando en un juego. El frontón oriental data de los años 470 a 456 aC, tiene una longitud de 26,39 metros y muestra los instantes previos a la mítica carrera de carros entre Pélope y Enómao. El frontón occidental, de la misma época, muestra los preparativos para la lucha entre Pelops y Oenomaos.
Nos dirigimos ahora al sitio arqueológico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1989. Nada más entrar nos detenemos en el lugar que más nos ha gustado, el Philippeion, edificio jónico circular iniciado por Filipo II de Macedonia en el siglo IV aC y terminado por su hijo Alejandro.
Nos detenemos ahora en el Templo de Hera o Heraeion, dórico, que data del año 600 aC. Cuentan que en su altar se realizaba una ceremonia de los juegos precursores de los Juegos Olímpicos, motivo por el que es el punto de partida de la antorcha olímpica. A un paso tenemos el Estadio Olímpico, una pista situada en una explanada rectangular de arena de casi 193 metros de longitud. Data del siglo V aC y no tenía gradas para público. Su capacidad era de unas 45.000 personas, pero sólo los nobles y personas influyentes tenían acceso. Como estamos en primavera, todo el césped que lo rodea está lleno de flores.
Con unas dimensiones de más de 64 x 27 metros el Templo de Zeus es el mayor de todo el Peloponeso. Fue construido en el siglo V aC por el arquitecto Libón de Élide, en honor de Zeus Olímpico. Es de estilo dórico, con 6 columnas en la fachada y 13 a los lados. Un terremoto lo derrumbó en el siglo VI dC, pero en el Museo Arqueológico podemos ver casi intacta la decoración escultórica de sus metopas y frontones, en mármol.
INFO: La entrada para el museo y el sitio arqueológico cuesta 12 €. En varios puertos griegos existe una agencia que cobra muchísimo menos que las excursiones de los cruceros. Se trata de Katakolon Express (www.katakolon-express.com/lang/es). Con ella, el traslado de Katakolon a Olympia cuesta 20 €. La visita dura cuatro horas y el autobús tiene wifi. Merece la pena.
Comparto lo interesante del Museo, aunque en las ruinas,con la cantidad de florecillas que había, recuerdo que disfruté haciendo montones de fotos desde todos los ángulos….GRACIAS por compartir.
Excelente reportaje y preciosas fotos.