He dejado para esta segunda entrega las joyas romanas situadas en los alrededores de la ciudad de Tarragona, que también forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde el año 2000. Comienzo con el Arco de Bará (en catalán Arc de Berà), un arco de triunfo construido por los romanos hacia el año 13 aC, a poco más de 20 km al nordeste de Tarragona, en la localidad de Roda de Berà. Acostumbrado a verlo al pasar por la N-340, la antigua Vía Augusta, en medio de una especie de rotonda, al ir por autopista me costó dar con él, pues está mal señalizado.
No había oído hablar de ella hasta preparar este viaje, así que la cantera romana del Médol (Pedrera del Mèdol en catalán), me sorprendió gratamente. Se trata de una cantera de piedra calcárea de 200 metros de largo y paredes verticales de casi 12 metros, que sirvió para construir los edificios más importantes de Tarraco. Para llegar a ella hay que andar unos diez minutos por un camino que parte del área de servicio de Mèdol, en la AP-7, dirección Tarragona, de donde dista 13 km. Si no viajas por la autopista se puede llegar al mismo sitio por el acceso de empleados de la autopista. Está bien señalizado.
La Torre de los Escipiones (en catalán Torre dels Escipions), es una torre funeraria construida por los romanos a las afueras de Tarraco, a 13 km de Tarragona, en un lateral de la carretera N-340. Este monumento funerario romano del siglo I, tiene forma de torre que estaba coronada por una pirámide que no se ha conservado. Se pueden ver tres cuerpos de poco más de 9 metros de altura. En el central hay dos figuras en alto relieve que representan al dios funerario Atis.
El conjunto monumental de Centcelles (Vil•la romana de Centcelles en catalán) es único por sus mosaicos del siglo IV. Los restos más antiguos corresponden a un pequeño edificio de los siglos II-I aC, que más tarde se convirtió en una magnífica villa. El espacio más notable es la estancia circular, cerrada con una cúpula donde se encuentran los mosaicos, considerados los mosaicos de cúpula de temática cristiana más antiguos del mundo romano. Además están en buen estado de conservación. Se encuentra en la localidad de Constantí, a 10 km al norte de Tarragona. Se accede a ella por la autovía A-27, Tarragona-Lleida, hasta la salida 6. Horario: Martes a sábado de 10 a 13:30 y de 15 a 18 h y domingos por la mañana. Precios: 2,50 € (general) y 1,50 € (pensionistas). Parados: gratis.
Conocido como Puente del Diablo, el acueducto de Ferreres (Aqüeducte de les Ferreres en catalán), se trata de una arquería romana que forma parte del acueducto que suministraba agua desde el río Francolí a la ciudad de Tarraco, desde una distancia de 25 km. El acueducto fue construido en el siglo I aC por Augusto y se utilizó hasta bien entrado el siglo XVIII. La arquería del acueducto mide 217 metros de largo y 27 metros de altura máxima. Tiene dos niveles, con arcos superpuestos y 40 centímetros de desnivel desde la parte norte a la parte sur, lo cual facilitaba el discurrir del agua. Se accede desde un parking existente en el km 3 de la doble vía N-240, nada más pasar bajo la autopista AP-7. Hay que caminar unos diez minutos por un amplio parque.
Me ha encantado tu articulo y me han entrado unas ganas tremendas de visitar Tarragona y sus alrededores.