Mayo es un mes precioso para recorrer Castilla-La Mancha, cosa que he hecho varias veces. En esta ocasión han sido 4 días, teniendo como campamento base el Parador de Manzanares, distante 582 km de Leioa, muy bien ubicado al borde de la A-4 para los desplazamientos que pensamos realizar. Como nos queda de paso, paramos a comer en Tembleque, población de la provincia de Toledo que siempre me ha gustado por su Plaza Mayor, típicamente manchega. Junto a ella se encuentran otros dos edificios de interés, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y la Casa de las Torres, construcción barroca del siglo XVIII (en la foto).
Seguimos en la provincia de Toledo cuando nos detenemos en otro lugar que me gusta y al que ahora es muy fácil de llegar por autovía, Consuegra. Si algo me encanta de esta población, es el conjunto de doce molinos que se alzan sobre el cerro Calderito. Datan del siglo XIX, aunque puede que haya anteriores. Algunos de ellos son utilizados como oficina de turismo y para la venta de productos de la zona. Los recorremos todos y contemplamos el pueblo desde las alturas, así como el cercano castillo de la Muela.
Una vez instalados en el Parador, acudimos a ver el atardecer en las Tablas de Daimiel, lugar que tenía muchas ganas de conocer, pero que veremos con más tranquilidad al día siguiente, cuando nos desplazamos en primer lugar a la población de Daimiel, deteniéndonos a contemplar la iglesia de San Pedro Apóstol, originaria del siglo XVI. En la Plaza de España llamó nuestra atención el olivo milenario, monumento natural plantado por los árabes en el siglo X.
Tras comprar algo de comida para hacernos un bocadillo al mediodía, nos dirigimos al Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, parando para coger información en el Centro de Interpretación del Agua y de los Humedales, lugar muy bien preparado, que está abierto todos los días del año en horario de 9:00 a 19:00 h en invierno y de 9:00 a 21:00 h en verano.
Cuenta el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel con un segundo centro de visitantes, el llamado Molino de Molemocho, situado en el cauce del río Guadiana. Este edificio es uno de los más antiguos molinos hidráulicos harineros de Castilla-La Mancha, pues ya aparece mencionado en el siglo XVI. Como hiciera la tarde de ayer, me entretengo tomando fotografías de los reflejos en el agua de las construcciones, la naturaleza, el sol…
Lo que más me ha gustado del Parque Nacional de las Tablas de Daimiel es caminar por las pasarelas y observar a las aves que disfrutan de este humedal, que se forma por desbordamiento del cauce de las aguas, en la confluencia del río Guadiana y su afluente Gigüela. Es uno de los ecosistemas acuáticos más importantes de la península, debido a la fauna y flora que habitan en ella, siendo también notable por el gran número de aves migratorias que pasan por la zona, como los ánades y los ánsares.
Por la tarde nos acercamos a la capital de la provincia, Ciudad Real, más porque no la conozco que por convicción, pues después de haber disfrutado en las Tablas de Daimiel, una ciudad no me va a decir mucho. Además, la Puerta de Toledo, resto de la antigua medieval, estaba en restauración, así que he seleccionado tres lugares, la cruz de mayo, la iglesia de San Pedro, edificio gótico del siglo XIV y el Palacio de la Diputación, que data de finales del siglo XIX. También son de interés la Catedral de Nuestra Señora del Prado, la iglesia de Santiago y el neogótico Ayuntamiento, levantado en 1976.
Bueno… Es una zona que conozco medianamente bien, también tuve mucha suerte que hubiera abundante agua cuando la vimos, pues ese año llovió bastante por esa zona. Un abrazo, viajero experto.