El tema de la pandemia se está alargando y estamos yendo a peor, por lo que pronto vamos a tener nuevas limitaciones. Por este motivo a veces me desmotiva seguir escribiendo este blog cuando ni siquiera puedo salir de mi municipio. Por el contrario me anima seguir viendo documentales de viajes y naturaleza, porque espero que, aunque falte tiempo, al final veremos la luz al final del túnel. Es por ello que continúo el relato del viaje a Turquía realizado del 7 al 20 de octubre de 2011, para seguir viajando con la imaginación.
10 de octubre. Hoy abandonamos Capadocia y, como sigo sin maleta, decido comprar ropa para los once días de viaje que quedan. Al final pedí ayuda en el hotel y al corresponsal de la agencia en Estambul, pues no hemos avanzado mucho. Cuando estamos en un centro comercial y ya he comprado unas botas y un par de camisas y pantalones, recibo una llamada del corresponsal en Estambul jurándome que mi maleta está llegando a Avanos, pero que Iberia se niega a decir con qué agencia de transportes la envían. Como solo hay dos posibles, tras el fallido intento en la primera, en la segunda nos confirman que la recibirán ellos. Al final damos con el camión y directamente desde él a nuestro minibús. Ya podemos continuar el viaje. Para hoy tenemos 239 km, así que nos da tiempo para efectuar una parada para visitar una posada medieval o caravanseray, concretamente la de Sultanhani. Esta estructura fortificada fue construida en 1229 y se convirtió en la más grande de Turquía y uno de los mejores ejemplos de la arquitectura selyúcida de Anatolia.
A primera hora de la tarde llegamos a Konya, donde pasamos noche en el Bera Mevlana Hotel****, así que disponemos de la tarde para visitar el lugar más interesante de la ciudad más religiosa del país. Se trata del Mausoleo de Mevlana, al que cada año se acercan miles de fieles musulmanes para orar y para visitar la tumba de célebre Mevlana. El exterior del edificio es una maravilla debido a su cúpula estriada compuesta por azulejos de color turquesa. Nada más entrar pasamos por un precioso patio. Realizamos la visita entre chaparrón y chaparrón, disponiendo todavía de tiempo para acercarnos al bazar. Konya fue donde murió Rumi, cuyos seguidores establecieron el Mevlevi Sufi, que se hicieron conocidos como los derviches que dan vueltas.
11 de octubre. Tenemos por delante 302 km para llegar al Khan Hotel **** de Antalya, en el que pasaremos las dos próximas noches. 16 km antes de llegar nos detenemos en la antigua ciudad de Perge que, según la leyenda, fue construida por tres héroes de Troya. Perge es un valioso conjunto de ruinas greco-romanas, entre las que destacan el teatro, con capacidad para 15.000 espectadores, el circo (siglo II), las semiderruidas puertas amuralladas, el ágora o plaza pública y las termas romanas.
Dispusimos de dos tardes para disfrutar de Antalya, una ciudad que me gustó y que está bordeada por los montes Tauro. Cuenta con viejos tranvías y otros muy modernos, iguales que los de Bilbao y Gasteiz, pues fueron construidos por la CAF. El lugar más atractivo es Kaleici, el restaurado centro histórico, donde abundan los bares, restaurantes y tiendas. Su restauración obtuvo el premio Manzana Dorada, el Oscar del Turismo. Kaleici mantiene gran parte de su carácter histórico, como los minaretes, la Torre del Reloj, las posadas otomanas o la Puerta de Adriano, construida por los romanos en honor al emperador.
12 de octubre. Para hoy tenemos 288 km, dedicando la mañana a recorrer dos históricos lugares. Bordeando la costa del mar Egeo a lo largo de 58 km, llegamos al primero de ellos, Phaselis, lugar que combina el entorno marino con la vegetación mediterránea, cuyas ruinas arqueológicas están esparcidas en torno a tres pequeñas calas. Phaselis fue fundada en el 670 aC por colonizadores de Rodas y está ubicada en un sitio estratégico rodeada de pinos. Consta de tres puertos unidos por una monumental calle empedrada y a los lados restos arqueológicos, destacando la puerta de Adriano, el teatro romano y el acueducto. Desde uno de los puertos, en un lugar lleno de encanto, contemplamos las embarcaciones tradicionales.
Continuamos 88 km más por la carretera costera hasta Demre, donde se encuentra la iglesia de San Nicolás de Myra (Noél Baba en turco), que está siendo restaurada y brinda la oportunidad de ver como era por dentro un templo bizantino del siglo V. Se cuenta que la leyenda de Papá Noél (Santa Claus) se inició aquí, cuando un obispo cristiano del siglo IV hizo regalos anónimos a las muchachas locales necesitadas de dote, echando bolsas con monedas por las chimeneas de sus casas, de forma que ese «regalo del cielo» les permitía casarse. Por la misma carretera regresamos a Antalya, tras recorrer 142 km.
13 de octubre. Tenemos por delante 280 km, todos por autovía, para llegar al Lycus River Hotel ****, situado junto a las ruinas de Hierápolis. Hoy es uno de los días que estaba esperando, pues tenía muchas ganas de conocer Pamukkale, conocida como “Castillo de Algodón”. Sus manantiales de agua caliente con sedimentos de sales calcáreas, han creado un paisaje excepcional, con estalactitas gigantes que le dan la apariencia de cascadas petrificadas. Nos damos un baño y vamos a un lugar situado al lado y que desconocía, las ruinas de la antigua ciudad helenística de Hierápolis, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que toman un tono especial con la luz del atardecer. Hasta ahora es con diferencia el lugar que más me ha gustado de esta segunda parte del viaje.
14 de octubre. Para hoy tenemos 231 km para llegar al Marina Hotel **** de Kusadasi, en el que de nuevo pasaremos dos noches. Cuando llevamos 98 km nos detenemos para visitar la ciudad grecorromana de Afrodisias, llamada así en honor a la diosa Afrodita, que fue conocida en toda Asia Menor como centro de medicina y filosofía pero, sobre todo, por sus esculturas y el arte de la ciudad. Un inmenso estadio, el anfiteatro romano, el templo de Afrodita, el pequeño Odeón, con su escenario ricamente decorado, algunos pórticos del Ágora y maravillosas esculturas, así lo prueban.
15 de octubre.- Hoy toca otro de los puntos fuertes de la segunda parte del viaje por Turquía, situado a tan solo 20 km de Kusadasi. Se trata de Éfeso, la ciudad clásica mejor conservada de Turquía, que fue construida hacia el año 1000 aC, aunque los restos que vemos datan del siglo IV aC. Destacan en ellos la Biblioteca de Celsus, el templo de Adriano, el Odeón, la Puerta de Magnesia y su enorme teatro. Tenemos la suerte de coincidir con una recreación histórica, así que salimos contentos de este lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
A tan solo 9 km de Éfeso, en el monte Panayir visitamos la casa de la Virgen, lugar donde se supone residió los últimos días de su vida, siendo en la actualidad un importante centro de peregrinaje para cristianos. La verdad es que es un sitio totalmente prescindible. Pasamos la tarde en Kusadasi, visitando la zona portuaria, escala habitual de muchos cruceros y acercándonos al mercado. Al día siguiente tenemos un centenar de kilómetros hasta el aeropuerto de Izmir, donde al mediodía tomamos el vuelo a Estambul, ciudad que me encanta y que ya he visitado con anterioridad, en la que pasaremos cuatro días, pero de ello os hablaré más adelante.
Cosa que aunque no suele ser habitual, contratamos esta parte del viaje con una agencia (hoteles y coche con conductor pero sin guía), porque nos había dicho que los turcos conducen fatal pero, aunque todo salió perfecto, podíamos haber alquilado un coche, ya que casi todo el viaje se realiza por autovías. Turquía es una economía emergente y cuenta con buenos servicios. Nos sorprendió ver que todas las nuevas construcciones cuentan con placas solares. Por cierto, cuando llegué a casa, por curiosidad llamé al teléfono de Iberia y seguía el mismo mensaje: “Su equipaje ha sido localizado y en breve procederemos a su entrega”. ¡Qué desastre!
Muy bonito reportaje. No dejes de escribir, aunque la situación no sea propicia. Un abrazo..