Abro un paréntesis en el relato del viaje a Portugal, para contaros mi última escapada a tierras asturianas, ya que procuro concluir la temporada antes de que también la hora y nos “roben” las tardes. Del 17 al 20 de octubre nos hemos desplazado a Pola de Somiedo, aunque previamente quedamos con los amigos de Rivas Vaciamadrid en el restaurante El Sabil, en Villanueva de Santo Adriano, donde pudimos comer gracias a que hubo una anulación ya que, al ser domingo, las zonas de naturaleza siguen estando a rebosar, pues a un paso tenemos el Desfiladero de las Xanas y el Área Recreativa de Buyera, a donde luego nos dirigimos, para caminar 1 km hasta el recinto osero en el que viven las osas Paca y Molina, teniendo la suerte de poder ver a esta última, cuando paseaba junto al cercado.
La siguiente cita la tenemos muy cerca, en el municipio de Teverga, donde vamos a realizar un pequeño recorrido de 4 km en el tramo considerado como el más hermoso de la Senda del Oso, pues se pasa por el desfiladero de Valdecerezales, teniendo que caminar por algunos túneles iluminados, que terminaron de construirse en 1900, perforando la roca caliza para que pudieran pasar los trenes mineros de Hullasa. El recorrido lo efectuamos entre Entrego y Las Ventas, donde habíamos dejado un vehículo. Para llegar al punto de partida, previamente pasamos con el coche por otro hermoso desfiladero, el de Peñas Juntas.
Avanzada la tarde continuamos el viaje hacia Pola de Somiedo. Circulamos por la carretera AS-265 que enseguida se empina, pues hay que subir casi 900 metros de desnivel para superar el puerto de San Lorenzo (1347 m), deteniéndonos al llegar al alto, pues desde allí se tiene una magnífica vista de los dos concejos que delimita, Teverga y Somiedo, uniendo el Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa, por el que pasa la Senda del Oso, con el de Somiedo, donde pasaremos el resto de la escapada.
Una vez descendido el puerto, accedemos a otro hermoso desfiladero por el que discurre el río Somiedo, que se abre poco antes de llegar a Pola de Somiedo, población de poco más de 200 habitantes, en la que pasamos las tres noches de esta escapada, eligiendo para ello el Hotel Casa Miño**, moderna y confortable edificación que tiene en otro edificio con el restaurante que más nos ha gustado. El pueblo cuenta con algunos hórreos, la iglesia de San Pedro (1751) y el Centro de Interpretación del Parque Natural de Somiedo, que visitamos el día que abandonamos la población.
Los dos días completos que permanecimos en Somiedo los dedicamos a sendas marchas a pie para conocer los lagos de la zona. La primera de ella la efectuamos desde Valle de Lago, aldea del concejo de Somiedo que dista 8 km de Pola. Fotografiamos el embalse del Valle y dejamos el coche en un amplio aparcamiento situado a 500 m del pueblo. Caminamos por una amplia pista que discurre bordeando amplios prados, en los que pastan las vacas. Hay también hermosos bosques, en los que las hayas se han vestido de otoño. Pronto el camino se bifurca, optando por el de sol, que discurre por la izquierda.
Todavía no lo he dicho, pero nuestro destino es el Lago del Valle. Toda la ruta se efectúa por una amplia pista que cuando se empina esta cubierta de hormigón para que no se embarre. Discurre por el fondo de un precioso valle de praderas y bosques, llamándonos la atención un cartel que reza: Advertencia. Si a usted le parece que puede cruzar la finca en 8’, mi toro Brinco lo hace en 4’. También es un recorrido etnográfico pues vemos unos cuantos “teitos”, edificios de la arquitectura popular, generalmente destinadas a pajares, con el tejado formado por un entramado de madera que sustenta una cubierta vegetal.
Casi todo el desnivel de la ruta se supera al final de los casi 6 km que separan el pueblo del lago, donde contemplamos una pequeña cascada. Los bosques van desapareciendo cuando finalmente, tras 2 horas de marcha, llegamos al Lago del Valle, el más grande de Asturias, situado a 1580 metros de altitud, así que hemos superado un desnivel de 380 metros, ya que el pueblo está a unos 1200. Cuando me dirijo a fotografiar el teito que hay junto al lago, observo que una vaca acelera el paso y se dirige hacia mí. Falsa alarma, pues sólo iba a beber agua en un pequeño arroyo. El descenso se efectúa por el mismo camino. Pensábamos comer en Casa Cobrana, en Valle de Lago, pero cierra los lunes, así que tenemos que regresar a Pola de Somiedo. Nos ha encantado esta ruta, adornada por los colores del otoño.
El 19 de octubre nos desplazamos hasta el Alto de la Farrapona (1708 m), fronterizo con León y punto de partida para realizar la ruta circular de los lagos de Saliencia, situada en el Parque Natural y Reserva de la Biosfera de Somiedo. La ruta comienza en el amplio aparcamiento, teniendo que caminar en descenso para llegar al lago de la Cueva (1615 m), rodeado de un paisaje de tonos rojizos, ya que en este entorno estuvo la Mina Santa Rita. Seguimos en el territorio del oso, aunque no vemos ninguno.
Desde el lago de la Cueva la pista se empina hasta llegar al lago de la Mina que está sin agua. Pronto llegamos a un alto, bajo el que se encuentra el lago Cerveiriz, continuando la pista hacia el lago del Valle. Nuestra ruta sigue por la cresta por un estrecho sendero hacia el lago Calabazosa. Al llegar a su altura, dado que no nos sentimos seguros debido al fuerte viento, decidimos regresar por la ruta de subida, más larga pero que ahora discurre en descenso hasta el lago de la Cueva, para luego subir al aparcamiento. Hoy tenemos suerte y podemos comer en el Albergue de Saliencia, situado junto a la iglesia y un hórreo.
Regresamos a Pola de Somiedo, pero seguimos la carretera 14 km hasta el puerto de Somiedo (1486 m), donde se encuentra la aldea de Santa María del Puerto, cuyos habitantes recibieron el pasado sábado la visita de la familia real, para hacerles entrega del premio de pueblo ejemplar de Asturias 2021. Previamente nos detuvimos en otra coqueta aldea, La Peral, que cuenta con diferentes teitus y dos miradores, el de la Peral y el del Príncipe, este último inaugurado en 1990 por el entonces Príncipe de Asturias. Desde ambos se contempla un hermoso paisaje, porque los osos, para cuya observación se construyeron, se nos resistieron.
Durante estos días hemos disfrutado de hermosos paisajes de montaña, bosques vestidos de otoño y prados con muchas vacas, todo ello con un tiempo excepcional. Pero lo bueno se acaba, teniendo por delante 359 km, casi 4 horas, para regresar a Leioa. La escapada ha concluido.
Ya queda en la memoria aúnque en el baúl de los buenos recuerdos. Estupenda escapada y precioso relato.