He recorrido varias veces esta vía verde, pero tenía ganas de volver a ver cómo había quedado tras reparar los desperfectos sufrido por los desprendimientos, así que allí fuimos el pasado 28 de febrero. Aprovechando la coyuntura, con imágenes de otras ocasiones, en primer lugar os voy a mostrar otros barrios del municipio visitado, Muskiz, que cuenta con una población que ronda los 7.500 habitantes y una extensión de 21,50 km². Limita con el mar Cantábrico y los municipios de Castro Urdiales (Cantabria), Galdames, Abanto Zierbena y Zierbena.
Comenzamos el recorrido en San Julián de Muskiz, donde se encuentra la iglesia más antigua del municipio, de la que el barrio toma su nombre, pues se erigió en la Edad Media, aunque fue reedificada en el siglo XVI. Al lado se encuentra el Hotel Palacio Muñatones, inaugurado en 2007, que ocupa un palacete de aspecto señorial, concluido en el año 1777. Enfrente tenemos otro notable edificio, el Palacio de Villar, reconvertido en viviendas, que conserva el escudo de armas de los Villar, de gran valor artístico.
El municipio de Muskiz cuenta también con una amplia zona rural, con verdes campos dedicados a pastos. Nos desplazamos en primer lugar a El Valle, deteniéndonos a continuación a fotografiar el precioso escudo de la Casa Solar de la Sendeja (1747). La siguiente cita la tenemos en el barrio de La Rigada, en cuya plaza hay un curioso conjunto arquitectónico formado la iglesia de Ntra Sra de la Asunción y la Casa de Cultura, en la que destaca su conjunto de columnas que, salvando las distancias, me recuerda a las de un templo busdista de Camboya.
La siguiente cita la tenemos en la capital del municipio, San Juan o Somorrostro, donde se encuentran el Ayuntamiento y la iglesia barroca de San Juan Bautista, cuya construcción se inició en 1742. Es también la sede de un importante centro de formación y de la refinería de PETRONOR. A ella pertenece el palacio de los Salazar, antiguo Parador de Turismo, y el castillo de Muñatones, mandado construir en la primera mitad del siglo XIII por Don Lope García de Salazar. Destaca en él la torre del Homenaje, rematada con almenas colocadas durante la restauración efectuada entre 1949 y 1950.
Visitamos ahora unos de los lugares más emblemáticos de Muskiz, la Ferrería de El Pobal, situada junto a la casa-torre del mismo nombre, en un lugar llamado Sorginleku (lugar de brujas), atravesado por el arroyo Lamiozingoerreka (arroyo del pozo de lamias). Se trata de una ferrería hidráulica habitual en los siglos XIII-XIV. La ferrería se puede visitar de martes a domingo, de 10:00 a 14:00 h. Los sábados se puede realizar una visita guiada con demostración de su funcionamiento a las 10:00, 11:00, 12:00 y 13:00 h. La entrada cuesta 5,50 €, siendo necesario reservar en el teléfono 629 271 516 o en elpobal@bizkaia.eus.
Por fin llegamos a Pobeña, pequeño barrio situado en la desembocadura del río Barbadún, que cuenta con numerosos bares y restaurantes, además de un amplio aparcamiento que se queda pequeño en verano, cuando aparcan aquí los que se dirigen a la playa de La Arena, compartida con el municipio de Zierbena, a la que se accede por un puente peatonal, cerca del cual se encuentra la ermita del Socorrro. En el otro extremo del barrio tenemos la iglesia de San Nicolás de Bari, que data de 1750.
En la parte final del aparcamiento de Pobeña se encuentra el acceso a la Vía Verde de Itsaslur. Estamos a 21,5 km de Leioa. Aquí comenzó nuestra ruta el pasado 28 de febrero, teniendo que subir nada más comenzar por una escalera de, creo recordar, 119 peldaños. Pronto tenemos ante nosotros una espectacular imagen de la preciosa playa de La Arena y de la estela de las olas producida por el viento sur. Poco más adelante contemplamos un notable resto de la arqueología minera, el cargadero de la Punta del Castillo Viejo, el único de Bizkaia en mar abierto, sobre el que se ha instalado un mirador.
Seguimos caminando por la Vía Verde de Itsaslur, un precioso recorrido que discurre pegado a la costa del Cantábrico. El antiguo trazado del ferrocarril minero de El Kobaron a Campomar se ha convertido en un coqueto paseo marítimo de suelo hormigonado, muy frecuentado sobre todo por residentes en la margen izquierda del Nervión. De tan sólo 2,2 km de recorrido, que concluyen en el aparcamiento de La Juncosa, cerca del núcleo de El Kobaron, forma parte de otra Vía Verde mucho más larga, la de Montes de Hierro, de 42,5 km. Por aquí discurre también el Camino de Santiago de la costa, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, que cuenta con un albergue de peregrinos en Pobeña.
El lugar es precioso así que, como nos ha sabido a poco, decidimos seguir caminando por la franja costera por otra vía verde que comienza un poco más adelante, la del Piquillo, de tan sólo 1,9 km, para así caminar entre ida y vuelta casi 10 km. Ejecutada en buena parte por el Gobierno de Cantabria, no está tan bien acondicionada como la anterior, siendo realmente una estrecha carretera de asfalto. Contemplamos ganado, otros restos mineros y un par de viviendas, pero no podemos terminar la ruta entre El Kobaron y Ontón (Castro Urdiales), al verse interrumpida, unos 400 metros antes de concluir, por estar cerrado el túnel del Piquillo. Es por ello que el Camino de Santiago ha tenido que ser desviado.
Nuestro recorrido ha concluido. Tenemos que desandar los aproximadamente 4,5 km recorridos para regresar a Pobeña. Como el día ha salido precioso y estamos en Carnavales, pese a ser lunes hemos visto a mucha gente en la ruta y bastantes coches en el aparcamiento, así que las terrazas de Pobeña también están animadas.