El 14 de marzo de 2020 tuvimos que regresar precipitadamente a casa desde Lisboa para confinarnos, así que en septiembre del pasado año decidimos regresar a Portugal para continuar el viaje que teníamos previsto, comenzando en Coimbra, ciudad que hace muchos años que no visitábamos y que dista 721 km de Leioa, accediendo por la localidad salmantina de Ciudad Rodrigo. Para alojarnos optamos por el Hotel Ibis Coimbra Centro **, situado en la avenida Emidio Navarro, 70, a un paso del río Mondego y a tan sólo 200 metros del centro histórico de la ciudad, al que llegamos cuando descargaba una fuerte tormenta. Al final la lluvia amainó y pudimos comenzar a recorrer la ciudad.
Aunque Coimbra es conocida como la ciudad de los poetas y de los fados, no era uno de los objetivos principales de este viaje, pero tenía muchas ganas de volver a visitar su Universidad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2013. Fundada en 1290, la Universidad de Coímbra es una de las más antiguas de Europa. Aunque en teoría abría hasta las 19:30 h, debido al COVID el horario era mucho más reducido, teniéndonos que conformar con contemplar los edificios situados en torno a la enorme escultura de D Joao III, perdiéndonos el interior sobre todo de la Biblioteca Joanina, del siglo XVIII.
Completamos la tarde con un paseo por el casco viejo al que se accede desde las proximidades del hotel por el Largo da Portagem, presidido por la estatua de Joaquim Antonio de Aguiar y el monumental edificio del Banco de Portugal. Un microbús eléctrico recorre el casco viejo, aunque nosotros lo hacemos caminando por la empinada cuesta que sube hasta la Universidad. Tras la frustrada visita, nos acercamos hasta la Catedral, sentándonos en una terraza a tomar un vino, mientras contemplamos el tono dorado que toma su fachada con el sol del atardecer, que más tarde contemplamos sobre el río Montego.
El 16 de septiembre madrugamos para, antes de abandonar el hotel con rumbo a Tomar, volver al Largo de Portagem para acceder de nuevo al casco antiguo. De nuevo vemos el microbús, pero caminamos hacia la praça 8 de Maio, donde se encuentra el monasterio de Santa Cruz. Como están celebrando la misa, optamos por posponer la visita, contemplando las hermosas fachadas de las viviendas que se asoman a la plaza, donde también está la monumental Cámara Municipal.
Seguimos caminando por la rúa Sofia, hasta que nos llama la atención un cartel que indica que estamos ante el Colegio de Santo Tomás (Colégio de São Tomás), edificado en 1547 por Diego de Castillo para los religiosos Dominicos. En 1928 fue adquirido por el Ministerio de Justicia portugués para convertirlo en Palacio de Justicia de la localidad. No obstante se puede acceder a su interior por una especie de claustro decorado con los típicos azulejos portugueses.
Concluida la misa accedemos al interior del Monasterio de Santa Cruz, el edificio que más me ha gustado de Coimbra. Este templo románico fue construido en 1131, durante el reinado de Afonso Henriques, aunque poco queda de es época. Durante el reinado de D. Manuel I, entre 1507 y 1513, la fachada se completó con dos torres, rematadas con pináculos góticos, que es lo que ahora vemos. La iglesia, de acceso gratuito, es una preciosidad, por la decoración con azulejos historiados, la bóveda manuelina, el hermoso órgano barroco y la tumba de Sancho I situada en la capilla mayor.
Continuamos la visita al monumental Monasterio de Santa Cruz. Previo pago de 3 € accedimos a la coqueta sacristía, decorada con azulejos del siglo XVI y pinturas de dos de los mejores pintores portugueses del siglo XVI, Grão Vasco y Cristóvão de Figueiredo. La misma entrada nos permite visitar también el claustro y la sala capitular manuelina, construida por Diogo Boitaca entre 1507 y 1513. Merece realmente la pena visitar este templo.
La siguiente cita la tuvimos en el segundo edificio que más me gustó, la Catedral Vieja, considerada como una de las mejores representaciones del arte románico en Portugal. Construida a mediados del siglo XII, su aspecto exterior parece un castillo o fortaleza. Previo pago de 2 € accedimos a su interior, que consta de tres naves sostenidas por robustas columnas. Destaca sobre todo el impresionante retablo de la Capilla Mayor, construido en 1498 en estilo gótico flamígero. Concluimos la visita en el claustro, decorado con capiteles románicos.
La última visita monumental que realizamos fue a la Catedral Nueva, situada más arriba, junto a los principales edificios de la Universidad. Esta iglesia se convirtió en Catedral de Coimbra cuando los jesuitas fueron expulsados de Portugal, al haberse quedado pequeña la antigua Catedral. Después de haber visto la anterior, ésta nos decepcionó un poco, máxime cuando se tarta de la típica construcción de los jesuitas, muy recargada, en la que destaca su retablo barroco. La entrada es gratuita.
Aunque la visita ha resultado muy apresurada, nos ha gustado el centro histórico de Coimbra. Tenemos que darnos prisa para regresar al hotel, contemplando la iglesia de San Salvador, situada junto a la Catedral Nueva, que alberga el Museu Nacional de Machado de Castro. En nuestro descenso nos detenemos ante la “Tricana de Coimbra”, figura emblemática de la ciudad. También pasamos bajo los arcos de la antigua muralla y fotografío a un grupo de músicos que se preparan para actuar, pero a los que no tenemos tiempo de ver.
Sólo hemos estado en Coimbra media tarde y una mañana, pero hemos disfrutado. El viaje por Portugal acaba de comenzar. Por delante nos espera Tomar, Lisboa y el Algarve, pero eso es otra historia.