En nuestro primer viaje por esta parte del mundo recorrimos la Patagonia argentina y chilena, además de Iguazú. En el segundo, el NOA argentino (Salta y Jujuy), además del chileno Desierto de Atacama, dejando para el tercero, la argentina región de Cuyo, Santiago de Chile y Rapa Nui, la isla de Pascua. Realizado del 1 al 19 de octubre de 2019, fue nuestro último gran viaje antes de la pandemia. El principal objetivo en el lado argentino fue recorrer sus parques nacionales, centrándonos en esta ocasión en el de Talampaya, ubicado en el centro oeste de la provincia de La Rioja, que en el año 2000 pasó a formar parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO junto al Parque Provincial Ischigualasto, del que hablaré en otra ocasión.
Para conocer esta zona nos alojamos tres noches en el Hotel El Chiflon Posta Pueblo, situado en el km 73 de la Ruta 150, en el municipio de Paganzo, limítrofe con la provincia de San Juan. La verdad es que fue un acierto, pues fue un confortable alojamiento situado en el Parque provincial El Chiflón (La Rioja), así que no nos resultó extraño que una tarde, cuando tomábamos un vino en la terraza de la habitación, se acercara un pequeño zorro en busca de comida. Una de las noches encargamos un cabrito para cenar, aquí llamado chivito, en el cercano Comedor Ruta 150, en el que también venden gasolina, pues no hay surtidores en la zona.
Dedicamos una jornada completa a conocer el Parque Nacional Talampaya, cosa que no se puede hacer con el vehículo propio, teniendo que contratar los servicios en cada uno de los dos centros de información existentes. Dedicamos la mañana a recorrer el Cañón Arco Iris a bordo de una furgoneta, circulando por el cauce seco de un río, convertido en una especie de arenal de playa. Pronto tuvimos la suerte de contemplar un grupo de guanacos.
El topónimo Talampaya parece significar en lengua diaguita algo así como río seco de tala, en referencia a la especie vegetal local del mismo nombre. Pronto comenzamos a contemplar los tonos rojos, ocres, rosas y grises que caracterizan este Parque Nacional. Cuando salimos a caminar hay que hacerlo con precaución, llevando un calzado adecuado y mirando donde se pisa, pues en la zona hay serpientes como la yarará ñata, yarará chica, yarará grande, coral y cascabel.
Nuestro recorrido concluye en el Cañón Arco Iris, por donde efectuamos el más largo recorrido a pie, caminando hasta la llamada Ciudad Perdida, mientras disfrutamos de las tierras coloradas, de las curiosas formaciones rocosas y de las escarpadas paredes. De nuevo en la furgoneta regresamos al punto de partida para desplazarnos con nuestro coche hasta la siguiente cita, el Cañón de Talampaya.
Cambiamos de lugar pero sin salir del parque. Nos dirigimos ahora al centro de visitantes más grande de los dos, el del Cañón de Talampaya, donde contratamos la excursión para la tarde, para así poder comer en su restaurante, un lujo en esta zona tan despoblada. Este segundo recorrido lo efectuamos en un camión todo terreno carrozado como autobús, con el que efectuamos varias paradas.
El Cañón de Talampaya es mucho más espectacular que el Arco Iris, que recorrimos por la mañana. La primera parada la tenemos en una zona muy original, debido a los petroglifos labrados en la roca. Estamos en Puerta Talamapaya, donde a lo largo de 400 metros contemplamos el arte rupestre de los pueblos originarios de la zona.
La siguiente parada la efectuamos en el lugar más espectacular del Parque Nacional Talampaya. Se trata de la zona conocida como la Catedral gótica, debido a las curiosas formaciones rocosas del enorme acantilado. Aunque brevemente, observamos como se asoma al valle un grupo de guanacos. También vemos como el cóndor pasa, algo que nos hace mucha ilusión.
Seguimos recorriendo el Parque Nacional Talampaya, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Nuestro circuito concluye en el lugar más hermoso de todos, pues ante nosotros tenemos la curiosa formación rocosa conocida como “el Monje”. Desde aquí efectuaos un pequeño recorrido a pie hasta el Cañón de Shimpa. La excursión de la tarde nos ha encantado. Ha sido un día para no olvidar.
Todavía pasamos otro día completo en la zona, que dedicamos a recorrer los Parques Provinciales de El Chiflón e Ischigualasto, pero de ellos hablaré en otra ocasión.
Qué diferente a otros parques,se me ha hecho corto. Un abrazo.