Escapada portuguesa (1): Penalva do Castelo y Viseu

Para escapar de las fiestas de San Juan, en Leioa, del 21 al 25 de junio realizamos una nueva escapada con destino a Portugal. Teníamos tres objetivos principales, siendo el primero de ellos recorrer los Passadiços do Mondego, situados en Guarda. El segundo era alojarnos en el Parador Casa da Ínsua, el único de la red situado en el extranjero, dejando el tercero para el viaje de regreso, la localidad salmantina de Ciudad Rodrigo.

625 km separan Leioa del Parador Casa da Ínsua, situado en la localidad portuguesa de Penalva do Castelo (Portugal). De estilo barroco, fue construido en la segunda mitad del siglo XVIII, restaurado en 2009 y convertido en Parador en el año 2015. El complejo fue construido por Luis de Alburquerque de Mello Pereira y Cáceres, Hidalgo de la Casa Real y, más tarde, gobernador y capitán general del Estado de Mato Grosso, en Brasil. Conserva las dos torres originales de su construcción, un enorme patio, la capilla y la imponente fachada de grandes ventanales.

He estado alojado en muchísimos Paradores, pero como éste no conozco ninguno. Es como si hubiéramos estado alojados en un museo, pues cuenta con variados elegantes salones y numerosos murales de azulejos donde pudimos seguir las andanzas brasileñas de su constructor. También visitamos su monumental capilla y las antiguas cocinas. La terraza de la cafetería ocupa una especie de claustro, contando además con otros edificios exteriores.

Los terrenos del Parador son enormes, contando con bodega propia para elaborar vinos y una quesería en la que se venden los quesos que allí se producen. La tercera tarde la dedicamos a recorrer las zonas museísticas de su exterior, deteniéndonos en primer lugar en la exposición de antiguas calesas, para luego adentrarnos en dos edificios que cuentan con cuatro pequeños museos, que guardan objetos de la vida e historia de sus fundadores.

Impresionados con todo lo visto hasta ahora, nos dispusimos a recorrer los espectaculares jardines que tiene el Parador Casa da Ínsua, que cuentan con una rosaleda, viñedos, árboles frutales y una alberca con un cisne. Vimos también una oca y el espacio dedicado a la piscina. A continuación caminamos por sus bosques, en los que hay árboles centenarios y un camino empedrado que conduce a la salida más alejada del edificio en el que nos alojamos, situada en el centro de Penalva do Castelo.

Siguiendo el camino anteriormente citado, la tarde de nuestra llegada fuimos caminado hacia el centro de Penalva do Castelo, accediendo a una zona moderna donde se encuentran los edificios de la Cámara Municipal, la Biblioteca Municipal, la Banda Musical y una estatua a ella dedicada. Enfrente contemplamos la Fonte das Namorados. Nuestro destino fue el Largo Magalhães Coutinho, donde se encuentra la Igreja da Misericordia y el kiosko. El lunes nos acercamos al Mercado Municipal, algo que siempre procuramos hacer, pero estaba cerrado.

Comentaba al principio que habíamos escapado de las fiestas de San Juan, en Leioa y, lo que son la cosas, las encontramos en la entrada del Parador, que se encuentra en la freguesia de Ínsua, una aldea perteneciente al concelho de Penalva do Castelo. Allí las adelantaron un día, celebrándola la noche del día 22, pues el 24 era lunes y había que trabajar. El entorno de la iglesia fue adornado con banderolas y se celebró una cena popular, con las sardinas como principal protagonista. Al día siguiente, con las sardinas sobrantes una cuadrilla preparó una merendola a la que nos invitaron. Las sardinas estaban buenísimas.

Hemos realizado varios viajes a lo largo y ancho de Portugal, pero nunca habíamos estado en Viseu, interesante ciudad que teníamos a tan solo 25 km del Parador. Como el 23 de junio era domingo, tuvimos la suerte de poder aparcar en pleno centro, en la plaza Adro da Sé, ubicada entre la Catedral y la iglesia de la Misericordia, que cuenta con una elegante fachada rococó y un notable interior. Al lado tenemos la Fonte das Tres Bicas, recorriendo a continuación el casco antiguo bajo un sol de justicia, pasando por la plaza del Rey D Duarte, a la que luego volvimos a comer, el mercado cubierto 2 de Maio, frente a la que se encuentra el grupo escultórico dedicado a Aquilino Ribeiro, la praça da Republica, a la que se asoma el Ayuntamiento y el Jardim das Maes, bordeado por un muro con elegantes azulejos.

Previo a recorrer el centro histórico, como lo teníamos al lado de donde dejamos aparcado el coche, visitamos el Museo Nacional Grão Vasco, que ocupa el edificio del Paço dos Três Escalões. En su interior destaca el conjunto de pinturas de retablo provenientes de la Catedral, de iglesias de la región y de depósitos de otros museos, todas ellas realizadas por el pintor portugués del siglo XVI Vasco Fernandes, conocido como Grão Vasco. También vimos la colección temporal dedicada a Salvador Dalí. En verano el museo abre de 10 a 13 y de 14 a 18 h. Info: https://www.museunacionalgraovasco.gov.pt/.

Después de comer regresamos al punto de partida para visitar la Catedral, dedicada a su patrona, Santa María da Assunção. Construida a mediados del siglo XVII en sustitución de otra anterior, destaca en su interior la bóveda adornada con cuerdas y nudos de piedra de estilo manuelino. La capilla mayor, modificada en el siglo XVIII, estaba decorada con el hermoso retablo de Vasco Fernandes, que vimos en el museo, siendo el actual barroco. Cuenta también con una elegante sillería del siglo XVIII, de madera tallada traída de Brasil. Mención especial merecen el claustro y el pasillo revestido de azulejos del siglo XVIII que da acceso a la sacristía.

En el interior del la Catedral se estaba muy a gusto, pero en la calle hacía muchísimo calor. Menos mal que teníamos el coche al lado, en el que recorrimos los 25 km que nos separaban del Parador, donde nos tomamos un descanso antes de recorrer sus jardines avanzada la tarde. La escapada continúa.

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