Del 14 a 17 de julio realizamos una nueva escapada por tierras de Nafarroa y de la aragonesa provincia de Zaragoza, teniendo como objetivo volver a visitar varios lugares a los que hacía años que no viajábamos, como el castillo de Javier, el monasterio de Leyre, el valle de Belagoa y las localidades de Sangüesa-Zangoza, Roncal-Erronkari e Isaba-Izaba, en Nafarroa, además de las zaragozanas de Sos del Rey Católico y Uncastillo, visitando esta última por primera vez.
Para pasar las tres noches de esta escapada optamos por el Parador de Sos del Rey Católico ****, ubicado en la calle Arquitecto Sainz de Vicuña de esta localidad, disfrutando desde la terraza de la habitación de magníficas puestas de sol. Situado en pleno centro histórico, el Parador ocupa una típica casa solariega aragonesa y cuenta con un excelente restaurante, Las Cinco Villas, en el que entre otras cosas pude degustar un sencillo plato de la zona que me encanta, las migas.
Al día siguiente de nuestra llegada, el 15 de julio, comenzamos la ruta turística por tierras navarras comenzando a 22 km en el castillo de Javier, que empezó siendo una torre defensiva y de vigilancia entre los reinos de Navarra y Aragón, para ampliarse con el paso del tiempo con diversos recintos y murallas, hasta que a finales del siglo XIX la duquesa de Villahermosa decidió restaurarlo, devolviéndole su esplendor. Bajando por la escalera del cojo, se entra en el recinto más antiguo del castillo formado por la base de la Torre del Homenaje, la capilla de San Miguel y la llamada habitación del Santo, donde vivió San Francisco hasta 1525.
Las antiguas caballerizas del castillo, distribuidas en tres pisos, contienen objetos, de arte, planos y documentos, una maqueta a escala del castillo, cálices, cuadros y grabados. Todo ello constituye un interesante museo. Concluimos la visita en la joya del castillo, la capilla del Cristo, con sus paredes decoradas por frescos del siglo XV, únicos en España, que representan la Danza de la Muerte. Preside la estancia un Cristo sonriente, tallado en madera de nogal de la misma época. El castillo abre de 10:00 a 18:30 h, costando la entrada 3.50 €, a los que hay que añadir 1.50 € si queremos audioguía o visita guiada. Info: https://www.castillodejavier.es/.
Hay que salir del castillo para dirigirse a otro ala donde se encuentra la iglesia, de acceso libre y estilo neo-románico, que contiene en el tímpano los nombres de los distintos lugares de Europa, África y Asia que recorrió Francisco. En los capiteles se han tallado diversas escenas que ilustran la vida del santo. El altar mayor está presidido por la gran imagen de San Francisco Javier, quien nació aquí el 7 de abril de 1506, flanqueada por doce santos jesuitas. La cripta contiene los monumentos sepulcrales de los Duques de Villahermosa y de la familia Goyeneche.
La siguiente cita la tenemos muy cerca, en el Monasterio de San Salvador de Leyre, ubicado a media ladera entre el embalse de Yesa y la sierra de Leyre. Se trata de uno de loa conjuntos monásticos altomedievales más importantes de España y el principal monumento románico de Nafarroa, siendo anterior a la catedral de Jaca, a San Martín de Frómista y a San Isidoro de León. Lo primero que visitamos es la cripta, que no es una cripta al uso, pues ni es subterránea ni fue utilizada como lugar de enterramiento. De descomunal tamaño, destacan en ella sus capiteles.
Nos dirigimos a continuación a la iglesia de San Salvador de Leyre, que constituye el elemento arquitectónico principal del monasterio. Conserva parte de la construcción románica del siglo XI al siglo XII, entre las que destaca el pórtico, sobre las que se superponen elementos posteriores, como la bóveda gótica, el panteón de los reyes y una pequeña capilla que data de los siglos XIV y XV. En su interior destacan la imagen de Santa María de Leyre, una talla de un Cristo muerto en la cruz del siglo XIV y el retablo de Santa Nunilo y Santa Alodia, del XVII. La visita libre se puede realizar de 10 a 19 h (te entregan la llave de acceso), costando la entrada 5 €. Info: https://www.monasteriodeleyre.com/.
La siguiente cita la tenemos en la población de Sangüesa/Zangoza, dejando el coche aparcado junto a su principal monumento, la iglesia de Santa María la Real, románica de los siglos XIII-XIV, que cuenta con una elegante torre octogonal. Sin embargo, debido a su reducido horario, no pudimos visitar su interior, conformándonos con contemplar su gran portada románica, una de las obras más interesantes del arte medieval navarro. A continuación callejeamos por su centro histórico, disfrutando de sus elegantes edificios, como el Palacio de Añués, gótico del siglo XV, el Palacio de los Iñíguez-Abarca, renacentista de 1601, el Palacio Ongay-Vallesantoro, barroco del siglo XVII, la Casa Consistorial y el Palacio Príncipe de Viana, que en el siglo XIII se habilitó para residencia regia.
Como era lo único abierto, antes de abandonar Sangüesa/Zangoza nos dirigimos a la iglesia de de Santiago el Mayor, de origen románico aunque no se concluyó, con la torre campanario, hasta el año 1365. Su portada es sencilla, aunque en el tímpano podemos ver una imagen Santiago del siglo XVII. Construida para acoger a los muchos peregrinos que pasaban por la ciudad, destaca en su interior la imagen del siglo XIV de Santiago Peregrino, con el bordón parcialmente mutilado, llevando en su mano el libro de los Evangelios Concluida la visita nos dirigimos a Liédena para hacer algo que no realizábamos desde hace años, comer un bocadillo de txistorra en el Hotel Latorre.
Tras descansar un rato en el Parador pues hacía mucho calor, a media tarde nos desplazamos a la población zaragozana de Uncastillo, distante 24,4 km, que cuenta con un rico patrimonio histórico-artístico, principalmente románico, coronado por la fortaleza que dio origen a la localidad, en la que destacan las iglesias románicas de San Martín, Santa María la Mayor, San Juan, San Lorenzo y San Felices, con interesantes pinturas en su interior, que no pudimos visitar por estar cerradas. Cuenta también con notables residencias palaciegas, entre las que destaca la Casa Consistorial.
De esta forma concluyó la intensa jornada monumental del 15 de julio, pero todavía nos quedaba bastante por recorrer. La escapada continúa.