Monasterios de Meteora (Grecia)

Cuando a mediados de marzo de 2017 estuvimos en varios lugares de Grecia, pasamos bastante calor, especialmente en Atenas. Por ello pensamos que ese mes era bueno para recorrer el país, cosa que de nuevo hicimos en 2023. Sin embargo no siempre sucede lo mismo, pues el 15 de marzo tuvimos 439 km de viaje para llegar a nuestro destino, Kalambaka, acompañados de una intensa lluvia y bastante frío. El lugar elegido para pasar dos noches fue el Divani Meteora Hotel ****, en el que nos trataron de maravilla al saber que éramos de Bilbao. Todo ello gracias a Ernesto Valverde, ídolo en Grecia gracias a los éxitos obtenidos al entrenar al Olimpiacos. Desde la habitación teníamos excelentes vistas de las montañas de Meteora, motivo por el que nos desplazamos a este lugar. Como llovía y hacía frío, decidimos cenar en el hotel, disfrutando de tres delicias griegas, queso feta, moussaka y gyros de cerdo.

Una vez confirmados los horarios y fechas de apertura de los monasterios, el 16 de marzo nos organizamos para visitar los cuatro que estaban abiertos, comenzando por el de Roussanou. No suelo poner fotos de nosotros, pero en este caso las iré poniendo para que veáis nuestra indumentaria, vestidos en plan cebolla: camisa, forro polar y chubasquero. Los ortodoxos son muy estrictos con la indumentaria, pues las mujeres no pueden ir con pantalones, así que te dejan una tela para usarla a modo de falda. En las capillas no se puede tomar foso, así que las que irán saliendo las he sacado de Internet. Otra cosa común es la cantidad de escaleras que hay que subir para llegar a ellos, en este caso 209. En su interior se encuentra la capilla de Santa Barbara y la iglesia de la Metamorfosis de Cristo, que alberga importantes frescos.

  • Horario hasta el 31 de marzo: de 09:30 a 14:00 h. Cierra los miércoles.

La siguiente cita la tuvimos en el Agios Nikolaos Anapafsas (San Nicolás), el primero que encontramos al subir a Meteora. Aquí tuvimos que subir 265 escaleras. También vimos que para el uso de los monjes, en todos los monasterios hay un sencillo ascensor. Este pequeño monasterio cuenta con dos alturas. En la primera está la iglesia de San Antonio construida en el siglo XIV y en la segunda la iglesia de Agios Nikolaos, del siglo XVI, que posee algunos de los frescos más interesantes de Meteora.. También cuenta con una buena terraza en la que nos fotografiamos con las rocas detrás.

  • Horario: de 09:00 a 16:00 h. Abre todos los días.

El tercer monasterio visitado fue el de Àgios Stéfanos (San Esteban), el más moderno de todos, pues fue renovado en el siglo XVIII y, al igual que el de Roussanou, está habitado por monjas. Es el único monasterio en el que no hay que subir escaleras, pues el acceso se realiza por un puente. Una vez en su interior se pueden visitar las iglesias de Agios Stefanos y de San Jarálambos, además de la sacristía del monasterio.

  • Horario: de 9:30 a 13:00  y de 15:00 a 17:00 h. Cierra los lunes.

La última visita de esta jornada fue a un monasterio con una ubicación espectacular, el de Varlaam, al que se accede tras subir 169 escaleras. Construido en el siglo XVII, es el segundo monasterio más grande. En su interior se puede visitar las iglesias de Agios Panton y Agios Anargyron, la capilla de los Santos Tres Jerarcas y un mueso. En la terraza nos sacamos la foto con otros monasterios detrás.

  • Horario: de 09:00 a 15:00 h. Cierra los jueves y viernes.

Todavía no lo he comentado, pero los monasterios de Meteora forman parte del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 1988. Habitados desde el siglo XIV, en la actualidad solo seis permanecen en pie, teniendo que pagar una entrada de 3 euros en cada uno. Un circuito de unos 17 km permite acercarse a todos los monasterios, pero hay que tener en cuenta que los aparcamientos son muy pequeños, así que no quiero ni imaginar lo difícil que será estacionar en verano, dado que son el segundo lugar más visitado de la Grecia continental, tras la Acrópolis de Atenas. Su nombre procede del griego Meteoron, que significa algo suspendido en el aire.

Tras una mañana intensa de subir y bajar escaleras, regresamos a la ciudad en la que nos alojamos, Kalambaka, de algo más de 8.000 habitantes en la que se ubican la mayoría de los servicios hosteleros. Como se había hecho bastante tarde, nos detuvimos para comer antes de llegar al centro urbano, pues vimos que había un pequeño restaurante frente al camping, con vistas a las moles rocosas, la Taverna Efrosino, donde degustamos chuletillas de cordero, y un riquísimo yogur griego con miel. Por la noche en el Feel and Rocks, situado en el centro, cena sencilla a base de brocheta de pollo.

Cuando regresamos al hotel tuvimos suerte de que estuviera el mismo recepcionista del día anterior, así que le recordé que éramos de Bilbao y que queríamos retrasar la hora de abandonar la habitación. Ya había tenido la atención de darnos una habitación mejor y también atendió a nuestra petición. De esa forma podríamos visitar con más tranquilidad los dos monasterios que nos faltaban. Ante nuestra sorpresa, el 17 de marzo amaneció nevando en Kalamnaka, a solo 237 metros de altitud, así que nos preocupaba cómo estaría a 600 metros. Pronto amainó, pero alas 09:37 h el coche nos indicó que estábamos a 1 grado. Eso si, pudimos disfrutar de una vista inédita de los monasterios de Roussanou, Varlaam y Grand Meteoro.

La primera visita la realizamos al monasterio más antiguo (siglo XIV), grande y visitado de todos, por lo que conviene acceder a él temprano, aunque estuvimos casi solos. Se trata del monasterio de la Transfiguración o Grand Meteoron, situado a más de 600 metros de altitud, así que tuvimos que pisar la nieve para llegar a la cima, tras subir otro montón de escaleras que en ocasiones estaban excavadas en la roca, por lo que estaban secas. Una vez en su interior pudimos disfrutar de los frescos de la iglesia de la Metamorfosis, de la antigua cocina y de las espectaculares vistas que se tienen desde la terraza, con el monasterio de Varlaam casi a nuestros pies.

  • Horario: de 09:30 a 14:00 h. Cierra los martes, miércoles y jueves.

Concluimos la visita a los monasterios en el de la Santísima Trinidad o Agía Triada, famoso por haber servido de escenario a una película de James Bond. Data del siglo XV y la mejor vista de él se tiene desde el aparcamiento. Aunque los monjes tienen una especie de pequeño teleférico, los visitantes tienen que descender al fondo del valle y luego subir un montón de escaleras. Se encuentra a 535 metros de altitud, destacando en su interior la ermita de San Ioannis Pródromos y la iglesia de Agia Triada, con sus extraordinarios frescos.

  • Horario: de 10:00 a 16:00 h. Cierra los jueves.

Pese al tiempo que tuvimos, me alegro de haber elegido mediados de marzo para recorrer Meteora, pues había poquísimos visitantes, así que no tuvimos problemas para aparcar. Además tuvimos la suerte de contemplar los monasterios con nieve. El viaje continuó. Próximo destino, Delfos, pero eso es otra historia.

ST MAARTEN: En busca del avión

Cambiamos a una zona de clima mucho más cálido y más en concreto al mar Caribe, por donde hace poco más de 9 años, el 3 de febrero de 2016, nos encontrábamos navegando a bordo del crucero Costa Favolosa, partiendo el día anterior de la República Dominicana. Fiel a mi costumbre, al poco de amanecer subí a la cubierta para contemplar las numerosas aves que hay en la zona. El interior del barco estaba decorado con máscaras del Carnaval que por esas fechas se celebraba en varias islas del Caribe.

Nuestro destino fue la isla caribeña de San Martín, situada a unos 240 km al este de Puerto Rico y tan solo 87 km² de superficie, pero dividida en dos partes, la colectividad de ultramar francesa de Saint-Martin y Sint Marteen, un peculiar país autónomo que forma parte del reino de los Países Bajos. Llegamos a su capital, Philipsburg, siendo recibidos por el cartel de que entramos en la Comunidad Europea y un grupo de música caribeña. Vemos que antes que nosotros han llegado otros tres cruceros.

Nuestro principal destino se encuentra en la playa de Maho Bech, situada a 12,7 km de la terminal de cruceros de Philipsburg, aunque se tarda más de media hora en llegar dado el intenso tráfico de la principal carretera de la isla. Cogimos un taxi para desplazarnos junto a unos compañeros de mesa valencianos. En la parte holandesa de la isla son un poco especiales y no nos cogen euros, sólo dólares o florines antillanos. Las playas son el principal destino turístico de la isla, aunque nosotros nos hemos desplazado a ésta para ver la llegada de aviones, pues la pista comienza al borde de la carretera, así que un cartel advierte del peligro de acercarse y otro indica los horarios de llegada de los aviones.

Nos hemos instalado en el el Sunset Bar & Grill, ubicado al borde de la playa y a unos pasos de la pista del Aeropuerto Internacional Princesa Juliana. Hemos llegado bastante apurados de tiempo, pues teníamos el horario de llegada del avión más grande de todos, que es el que queríamos fotografiar, el Airbus A340 de Air France, pero ha habido suerte pues llegó con un poco de retraso, pudiendo seguir completamente su aterrizaje. Pero, lo que son las cosas, cuando lo tenía encima, la cámara se bloqueó. Menos mal que mi mujer estaba también al tanto y pudo sacar la foto de cómo yo lo intentaba con el avión prácticamente encima de mi cabeza. Misión cumplida. Luego pudimos tomar un vino con más tranquilidad.

Nuestro recorrido urbano ha llegado a su final, así que nos dirigimos caminando hasta la playa de Great Bay Beach, desde donde contemplamos como telón de fondo los cruceros. Pronto llegamos hasta un embarcadero, de donde prten los Water taxis, que llevan hasta el puerto, donde se encuentra la terminal de cruceros. Nosotros embarcamos en el White Sawn, en el que realizamos la corta travesía marítima.

En este día llegaron a la terminal de cruceros seis barcos, algunos de los cuales he visto en Getxo. Nuestro destino es el Costa Favolosa pero, antes de llegar, vemos que el Celebrity Solhouette ya ha salido. Cuando el sol empieza a caer vemos zarpar al Silver Wind. Pronto lo hará el nuestro con destino a Antigua. Nuestra estancia en Sint Maarten ha concluido. El crucero continúa, pero eso es otra historia.

El huracán Irma tocó tierra en la isla de San Martín el 6 de septiembre de 2017, causando grandes daños, contabilizándose 4 muertos y 11 heridos graves de un total de 34.