Tal como iba la evolución de la pandemia y ante el temor de que volvieran los cierres perimetrales tras la Semana Santa, el lunes 29 de marzo decidimos realizar una escapada al Parque Natural de Izki, ubicado en territorio alavés, relativamente cerca de la muga con Nafarroa y La Rioja. Es una zona de 9.143 hectáreas, eminentemente forestal, recorrida por el río Izki y bordeada por montañas, que alberga la mayor reserva de Europa de «Quercus pyrenaica» (“ametza” en euskera). Su punto culminante es el monte Kapildui (1176 m), donde se encuentra el radar de Euskalmet, la Agencia Vasca de Meteorología, sobre una torre de 60 metros de altura. Con la pandemia, los espacios naturales están ahora mucho más concurridos, como lo prueba el área recreativa de Korres, en cuyo aparcamiento había más de las 19 autocaravanas que tiene de aforo. Nuestro objetivo consistió en recorrer la foz del río Izki por la Senda Bujanda, por la que se accede a esta localidad desde Korres.
Situado a 31 km de Vitoria-Gasteiz, Korres es un concejo perteneciente al municipio de Arraia-Maeztu, que cuenta con una población de tan solo 26 habitantes. Será para nosotros el punto de partida de la ruta que pensamos realizar. Antes de llegar al centro del pueblo llama la atención la impresionante mole de la iglesia parroquial de San Esteban, del siglo XVI, aunque reformada en el XVIII. En la actualidad está en fase de restauración, por lo que está cerrada al culto. Vemos también antiguas casas, la fuente y varios eguzkilores.
En Korres tenemos el Parketxe, Centro de Interpretación del Parque Natural de Izki, que cuenta también con un observatorio astronómico. En su interior podemos conseguir información sobre rutas y contemplar una exposición que muestra la variedad de ecosistemas del parque, fauna y flora. El horario de apartura es de 10:00 a 19:00 todos los días excepto los lunes que permanece cerrado, así que no pudimos acceder a su interior, cosa que ya sabíamos. Lo que ignorábamos es que el bar que hay enfrente también estaba cerrado, así que si quieres tomar algo un lunes, es mejor que lo hagas en Maeztu.
Son muchas las rutas que parten del Parketxe aunque no aparece el indicador de la nuestra, la Senda Bufanda, hasta que llegamos a la confluencia de la calle Mayor con la plaza Fuente Abajo, donde cogemos el Korres bidea, que ya no abandonaremos hasta llegar a nuestro destino. Salimos del pueblo por un empinado camino cementado, que pronto se desvía a la izquierda convirtiéndose en un cómodo camino que desciende suavemente en busca de la presa de Aranbaltza, construida hace casi 100 años, a la que se puede bajar por un sendero.
Continuamos caminando en total soledad en suave descenso entre los paredones calcáreos de La Muela y el Soila. Enseguida cruzamos el canal de agua que abastece a la central hidroeléctrica de Antoñana. A partir de este lugar, el camino que recorre la foz se convierte en un coqueto sendero que sigue descendiendo en busca del río Izki, que cruzamos por el puente Lagabia, casi imperceptible debido a la abundante vegetación. Entramos en una magnífica aliseda.
El sendero se transforma en una pista, en ocasiones encharcada, que nos lleva a un claro con vistas del Soila y la Peña del Castillo. Estamos saliendo del cañón, llegando enseguida a un pequeño aparcamiento habilitado para los pescadores. El desfiladero da paso ahora a una zona más abierta, con campos de cultivo al borde del camino. La presencia de unos caballos nos anuncia que nos queda ya poco para llegar a nuestro destino, el concejo de Bujanda.
Una hora aproximada de marcha, en la que hemos recorrido 3,9 km, nos sitúan en el concejo de Bujanda, perteneciente al municipio de Campezo/Kanpezu. Bujanda cuenta con tan solo 20 habitantes censados, siendo el edificio más relevante la iglesia de San Fausto Labrador. Aquí no hay bar, así que tenemos que conformarnos con un trago de agua en la fuente situada en la principal calle, que toma de ella su nombre (La Fuente kalea).
Tenemos que deshacer el camino andado para regresar a Korres, pero ahora cuesta arriba, para llegar a los 706 metros de altitud a los que se encuentra nuestro destino, partiendo de los 615 de Bujanda, pero con un desnivel acumulado de 125 metros, muy suaves, salvo el repecho final. La ermita de la Virgen de la Peña, situada en un alto, nos marca el final de nuestra ruta por la foz del río Izki. Bajo ella existe una enorme área recreativa, repleta de mesas y con muchas autocaravanas, donde comemos de bocadillo.
Siguiendo las recomendaciones del Parque Natural de Izki, decidimos visitar una población situada en su periferia, a 32,5 km de Korres. Se trata de Peñacerrada-Urizaharra, una villa de origen medieval, ubicada en el límite fronterizo de los antiguos reinos de Navarra y Castilla, que sigue conservando parte de su recinto amurallado, del que sobresale la Puerta Sur. Aparcamos el coche en la coqueta plaza Fray Jacinto, a la que se asoman la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción y el Ayuntamiento. El centro de la plaza lo ocupa una bonita fuente de cuatro caños y otras tantas pilas.
Pensábamos haber tomado el café aquí, pero el Bar San Prudencio estaba cerrado (hoy no es nuestro día), así que lo tomaremos en casa, ya que estamos a poco más de una hora de Leioa (107 km), tras coger en Zambrana la autopista AP-68.
Según Resolución de la Directora de Salud Pública y Adicciones del Gobierno Vasco, a partir de las 00:00 de mañana, 7 de abril, el Territorio de Araba quedará cerrado perimetralmente.
La verdad que en cuanto os abren la veda,da gusto,lo que para algunos es un viaje para desconectar, vosotros la tenéis tan cerca,que es una gran suerte. Me ha encantado 😊