El escándalo de la Casa Real

¿Por qué el ministerio español de Hacienda carga con el gasto de 454.000 € para adquirir un nuevo vehículo para la Casa Real? Porque al gasto declarado de la monarquía en España hay que sumar el reguero de facturas que se le van pagando por medio de ministerios. Práctica denunciada desde hace años por varios diputados y senadores, pero que sigue en marcha como denuncian en El Nacional, y que nos cuesta mucho dinero por medio de licitaciones que se hacen de tapadillo pese a los importes. Por supuesto, todo esto no ocurriría sin la connivencia de los partidos que han ocupado esos ministerios.

El escándalo humanitario

Lo mal que me cae la familia real española es tan evidente que he puesto su escándalo, que no pasa de miseria para no pagar ciertos gastos (por cierto, también podríamos hablar de sus ingresos), por delante de otro a nivel humanitario: otro ministerio español, el de Fomento, ha advertido al barco Open Arms de que se expone a multas entre 300.000 y 900.000 € si sigue rescatando personas. Esto no hay por dónde cogerlo. Aunque esa advertencia fuese solo por el cumplimiento de la ley, es evidente que la que falla es esa ley que penaliza a quien salva vidas. ¿Qué demonios estamos priorizando?

El escándalo que pagamos entre todos

Según Merca2, las eléctricas no han repercutido en el cliente final (nosotras y nosotros) la suspensión del impuesto de generación eléctrica que el gobierno socialista aprobó en septiembre para abaratar la factura… Y que ha acabado generando más margen de beneficio para estas empresas. Un margen de hasta 1.000 millones, que era en lo que la ministra Ribera cifraba el ahorro para los consumidores. Una vez más, parece que las eléctricas pueden hacer lo que quieren mientras la escalada de precios continúa. En este mismo medio recuerdan que ahora cobrarán un bono social con el mismo fin, ¿lo repercutirán en los clientes?

El escándalo político

Nadie quiere un ministro de Podemos salvo que las circunstancias políticas lo hagan inevitable porque nadie se toma en serio a Podemos ni su capacidad de gestión (ni Carmena ni Colau son de Podemos). También porque no nos tomamos en serio a ese partido parece que no pasa de anécdota el empeño de Iglesias en ser ministro y el modo en que la madre de sus hijos se coloca como número 2 de la formación y exige también ese ministerio para su compañero de hipoteca del chalet. Pero si todo esto estuviera pasando en PSOE, PP o PNV, no duden de que estaríamos hablando de un escándalo político.

Y el escándalo tecnológico

No podía terminar una columna tan escandalosa sin mencionarles uno de los últimos escándalos tecnológicos: Amazon ha reconocido por fin que su altavoz inteligente, ese al que damos órdenes con nuestra voz para que active la domótica de la casa (no hace milagros), graba audios que no elimina ni aunque el propietario el aparato haga el borrado efectivo de los archivos de voz almacenados. Con un par. Siempre les recuerdo que ninguno de nosotros tiene nada especialmente relevante que esconder, pero el desarrollo tecnológico y la burbuja comercial sin ética suman, por sí mismos, un peligro.

“El colmo de la jeta”

La extrema derecha somete al adversario por definición. Así que los que han optado por pegarse a Vox no podrán decir que no estaban avisados. Y si puede humillar lo hace. Porque así es como ha quedado Albert Rivera y su partido tras el ya famoso tuit de los de Abascal: “El colmo de la jeta. Dile al acojonado y sinvergüenza de tu jefe que se deje de cordones sanitarios, de lamerle el culo a Macron y que os permita sentaros en una mesa y llegar a acuerdos como gente normal. Y si no, pactad con el PSOE, que es lo queréis”. Hagan lo que hagan ahora los naranjas, ya han sido arrastrados.

“CM de verano”

Yo leo el tuit anterior y me imagino a Iván Espinosa de los Monteros dictándolo, igual que el siguiente que publicaron relanzando el de los insultos, por cierto: “No es fácil aguantar callados el desprecio de Ciudadanos a nuestros votantes y las mentiras a los suyos. Nuestro CM de verano, aunque tenga razón, debe vigilar el lenguaje. No podemos garantizar que si Ciudadanos se empeña en dar los gobiernos al PSOE, esto no vuelva a suceder”. Es evidente que no se arrepienten y que este es su estilo (incluida la excusa de echar la culpa al community manager suplente). Si PP y Ciudadanos lo validan cargarán con las consecuencias.

El empeño por no ser bienvenidos

Sigo con Ciudadanos porque en ese partido siguen empeñados en salir escaldados: Inés Arrimadas ha anunciado que, aunque no serán bien recibidos, acudirán a la manifestación del Orgullo en Madrid. Un tuitero le recuerda: “Inés, te hemos manifestado de mil formas distintas que no os queremos allí. Eres una acosadora de manual”. En Euskadi y sobre todo en Catalunya saben cómo se las gastan los del partido naranja: móviles al 100% de batería y con la cámara de vídeo encendida todo el tiempo para grabar la respuesta a su provocación. Porque no se manifiestan para sumar sino para provocar.

¡Hay que ver cómo era la casta!

Pablo Iglesias sigue sin tocar poder, aunque el hombre lo intenta. Así que cuando dio las gracias de un modo tan efusivo a los profesionales de la Sanidad Pública que habían atendido a sus hijos estaba reconociendo, de modo implícito, que quien había montado el sistema sanitario de todos lo había hecho bien. Esta semana, recordando la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en 2005, acepta también de un modo explícito que aquella casta acertó, vaya. Algo se le ha pegado también de la caspa a Iglesias, que también ha publicado un tuit lamentando el fallecimiento de Arturo Fernández.

Falta democracia en Europa

Pepe Fernández Albertos acierta cuando critica en Twitter la incoherencia de muchos políticos europeos que durante la reciente campaña avisaban de cuánto nos jugábamos votando a nuestros representantes a los Parlamentos de Bruselas y Estrasburgo… Y poco más de un mes después se han repartido los puestos de poder de la Unión entre ellos, sin tener en cuenta ni siquiera para la galería la voluntad de los europeos en las urnas. Luego se quejarán de desafección y pedirán a los medios que informemos más y mejor sobre Europa. De momento, lo que hay que contar es solo un caro cambalache.

La tradición política española tiene que cambiar

Pueden ponerse tan estupendos como quieran, pero los políticos españoles de PSOE y PP saben que sin PNV y CiU o ERC su país hubiera sido ingobernable. Así era el juego: dos bloques y sus argumentarios cainitas, y las bisagras. La ciudadanía pensaba que los de la nueva política iban a sustituir a las bisagras, pero ellos quieren reemplazar a los bloques, y España ahora sí que es ingobernable. Por eso Ciudadanos y Podemos generan insatisfacción y pierden apoyos, porque van a lo suyo, no a lo que la ciudadanía reclama. Y por eso las tradicionales bisagras se mantienen o suben. La política española tiene que cambiar pero no quiere.

Quien firma con Vox…

Pablo Casado se movió rápido para asegurarse un pacto con Vox y Ciudadanos que le garantizara obtener cambiando cromos autonómicos lo que a ciudadanía había decidido otorgar a otros. Casado ganaba un poco de tiempo para sí mismo y de aire para su partido, en descomposición desde las Generales. Todo iba mejor que lo que las proyecciones apuntaban… Hasta que han descubierto lo que es pactar con quien no respeta a nada ni a nadie: la Comunidad de Madrid está en manos de la extrema derecha que en Murcia ya ha dejado en el aire el nombramiento del presidente. Casado y Rivera se lo han buscado.

Ha llegado el momento del realismo

Escribo mucho menos sobre Puigdemont de lo que se me ocurre. Me autocensuro, es cierto, porque no quiero debilitar las reclamaciones nacionalistas en su conjunto, absolutamente legítimas, criticando el desacierto del catalán. Pero hay veces que no puedo negar lo que tengo delante ni mirar para otro lado. Miquel Roig lo escribe en Twitter mucho mejor que yo: “Es alucinante las ganas de creer que tienen algunos. Les tumban un recurso en el TJUE, pero lo siguen viendo como una señal de que la cosa pinta bien para ellos. Yo no sé cómo acabará el caso. Sí sé que, que te desestimen unas cautelares, no es una buena señal”.

La altura política se tiene o no se tiene

Las circunstancias no te dan altura política: te dan la oportunidad de demostrar que ya la tenías. Lo normal es que, ante esa oportunidad, la mayoría se desmorone o, simplemente, se muestre como alguien sin ideas, recursos ni el mínimo básico para estar entre los grandes de la política mundial (un papel muy difícil y no suficientemente valorado). El último ejemplo que hemos visto, hasta con cierta lástima, lo ha protagonizado Ivanka Trump, incapaz de colarse en una conversación con políticas de verdad en el encuentro del G-20. Los Trump no llegan al cinco. Pero ojo con hacer chistes: no son los únicos.

Sí, pagamos más. Lo dice Bruselas

Es una constante en España: tradicionalmente hemos pagado (sí, para lo de pagar somos iguales… O peores) más por la electricidad que países de nuestro entorno, y ahora lo hacemos también con las telecomunicaciones. Hasta el punto de que por encima de las tarifas de Movistar, Vodafone y Orange solo se sitúan las de seis países de los 28 de la Unión. Pagamos como los que más para tener lo que todos. Lo interesante tiene que venir a continuación: que la constatación que ha llegado de Bruselas sirva para que los grandes operadores intenten situarse más cerca de la media que de nuestro bolsillo.

Populismo en mayúsculas

Si no ofrecemos sueldos atractivos a nuestros representantes políticos estos serán personas con mucho dinero y tiempo (volveríamos a la casilla de salida de la democracia representativa) o personas sin otras aspiraciones laborales. Difícilmente podremos atraer a la política municipal a ingenieros, profesores de universidad o funcionarios de carrera con sueldos que no les igualen, por lo menos, lo que perciben para meterse en más líos que no necesitan. Con la bajada de sueldos, Bildu (que también ha votado antes incrementos) tiende la trampa del populismo: algunos han caído y otros le están ayudando a desplegarla.

Iglesias, diga la verdad

Otro que tira de manual populista es Pablo Iglesias, que sigue empeñado en tocar poder (él personalmente, no su partido) de la mano de Sánchez y, si no, pincha el balón. Pero esta vez parece que no va a poder: los sondeos marcan otro descenso para Podemos en caso de repetición electoral, así que no va a atreverse, como hace cuatro años, a mandarnos de nuevo a otra campaña. Sánchez lo sabe y sigue dejando hacer, al más puro estilo de Rajoy, por cierto: si Iglesias quiere vender que será el Congreso el que decida si entra en el gobierno, que lo venda. Sánchez se ve ya presidente en segunda votación.

Buenas noticias

La puesta en libertad de Carola Rackete es una buena noticia para todos y todas: la humanidad queda por encima de la interpretación estricta de la ley que puede hacer un ministro de la extrema derecha italiana. Así que hoy me he reconciliado un poco con el Mundo gracias a la jueza que no ve delito en la actividad de la capitana que rescata a personas que arriesgan su vida huyendo de la peor cara del ser humano. ¿Debemos entrar en el problema de fondo y evitar que haya países controlados por mafias, expoliadores y extorsionadores? Sí, pero de momento el trabajo de quienes rescatan a los refugiados solo merece elogio.

Una gran entrevista

Bittor Arginzoniz es un personaje que despierta una gran curiosidad: un perfeccionista que obtiene uno de los mayores reconocimientos en su profesión pero él solo quiere seguir trabajando. Y Cristina Jolonch le ha hecho una entrevista extraordinaria en La Vanguardia, de esas que dibujan al personaje en pinceladas y que cumplen el sobado halago: “Para enseñarla en las facultades de periodismo”. Esta entrevista sí merece ser mostrada como un gran trabajo periodístico: da con el personaje y el momento, y deja a Arginzoniz que se haga un autorretrato ayudado por las preguntas.

Las trampas al solitario

Habría preferido que el Athletic no hubiese incorporado a Bibiane Schulze, igual que habría preferido que no lo hubiera hecho en los casos de Diarra o Laporte, por mucho que nos haya reportado en lo deportivo y lo económico el francés. En definitiva, me gustaría que mi Athletic no se hiciese más trampas al solitario, como bien apunta Iker Fernández en El Desmarque. Al mismo tiempo, me preocupa porque me pone frente al espejo el acertadísimo tuit de Albert: “Los argumentos anti-Bibiane me recuerdan demasiado al ‘eres español porque lo pone en tu DNI’”. Y sobre todo, me asombra la actual maquinaria de dar o quitar la razón.

Rivera está muy nervioso

Creo que Albert Rivera está muy nervioso, a punto de tomar una decisión imprevisible, como suelen ser las suyas. Solo así se explica su patinazo, el de las “400 capitales” españolas que ya gobierna Ciudadanos. No sé qué quiso decir pero sí puedo adivinar que su necesidad de marcar perfil responde a las presiones que está recibiendo de quien le puso allí para que siga siendo útil. Rivera sabe perfectamente que España no tiene 400 capitales y que su partido ha quedado en ridículo después de la negociación con PP y Vox, pero no sabe cómo mantenerse firme. Lo está demostrando y todos lo estamos viendo.

Los filtros son cosa de varios

Puedo estar de acuerdo con el presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete, en que las redes sociales digitales son las responsables de que se publiquen mentiras, pero en que se viralicen todos tenemos algo que ver, empezando por los usuarios, claro, que prefieren mover lo que les conviene aunque sospechen de que se trate de una mentira. Pero los proveedores de las telecomunicaciones, por supuesto, también son responsables de la viralización de las fake news porque pueden poner filtros si abandonan lo de las puertas al campo y la precaución impostada de que no pueden observar los contenidos.

Trump descubre la globalización

Es un fracaso de Trump, de las bases de su política y de sus objetivos, que Apple haya decidido llevar a China la producción de su último superordenador. El presidente de EE.UU. apostaba por plantas de fabricación en su territorio también de productos innovadores, y apostaba por una guerra abierta contra China (en la que podemos enmarcar su tira y afloja con Huawei), y Apple en un solo movimiento le ha llevado el fracaso en un dron. La globalización de la que las superpotencias tanto de benefician no es ya una oportunidad o algo imparable, se ha convertido en inevitable hasta para la derecha más proteccionista.

¿Qué puede salir mal? ¡Todo!

Seré un cándido, incluso un pánfilo, pero no puedo dejar de sorprenderme ante los medios que aplauden las bondades de la innovación tecnológica como el 5G de un modo tan acrítico. Es cierto que una velocidad de conexión mayor permitirá operar a distancia (el ejemplo típico) pero también lanzar un misil con más precisión. Del mismo modo, es cierto que nos permitirá recurrir más a “la nube” y liberar espacio en móviles y ordenadores pero, ¿dónde está esa nube? ¿A quién pertenece? ¿Quién puede ver nuestras carpetas y archivos? ¿Por qué Trump y China, precisamente, pugnan por su desarrollo? Tenemos que contarlo todo.

El ejemplo islandés

El texto en Magnet sobre la incidencia del turismo en Islandia me ha parecido muy interesante porque huye de los tópicos sobre el país: parte de la realidad de que la isla helada ha sufrido la crisis y de que el turismo se convirtió en una fuente de ingresos muy importante… Que tuvo su impacto, claro: escalada de precios y sobreexplotación de la naturaleza. Ahora el turismo ha caído y se ha llevado puestos de trabajo y la reflotación del país. Eso es a lo que se enfrentan y nos enfrentamos: a dos modelos con un precio cada uno. Quien diga que el turismo o su restricción solo traen beneficios miente.